Con mi amigo Hetero

Me llamo Álex y os voy contar lo que me pasó con 18 años. Soy blanco, delgado, cabello negro, ojos verde, alto, y aunque sea poco modesto, bien dotado.

Cuándo era más pequeño conocí a un chico en internet que me enamoró como nunca ha hecho e hizo nadie... era un poco más bajo que yo, cabello negro, ojos marrones, delgado y también dotado. Entonces con 18 años me mudé a su ciudad.

Siempre vivía pensando aver si conseguía algo con él, pero sólo se reía y hacía bromas sexuales sin pasar a lo físico, aunque más de una vez le noté una erección bajo el pantalón, la cual el no disimulaba. Un día acordamos ir al parque para beber y divertirnos.

Pasé a comprar un par de botellas de vodka para pasárnoslo bien. Y allí estaba, con una camiseta que le marcaba ese cuerpazo que tan loco me volvía.

Esa era mi oportunidad de descubrir si mi amigo David aceptaría algo o si le molestaría un contacto homosexual conmigo.

Yo: Tengo ganas de ver porno jaja. Tienes en el móvil no?

Le propuse sin ninguna vergüenza, pues es lo que siempre hacemos entre amigos.

David: No, ahora no tengo ganas de ver porno, tengo ganas de follar.

Me dijo bromeando, luego rió. Aunque me hubiera encantado que lo dijera en serio.

Yo: Juguemos el famoso juego de las preguntas, pero esta vez, sino quieres decir la verdad tendrás un castigo...

David: Vale.

Comenzamos y me dijo que él preguntaría primero, podía escoger entre decir la verdad o cumplir un castigo.

David: ¿Me besarías)

Preguntó, y yo me quedé helado.

Yo: Castigo

David: Muy bien, quédate totalmente desnudo.

Yo: ¡Pero estamos en un parque chacho! ¿Es necesario cumplir todos los castigos?

Le dije para ver si lograba hacer que cambiara de castigo.

David: ¡Es de noche y no hay nadie! Sí, así que tendrás que quedarte en bolas.

Yo: Ok.

Me quité todo como si me fuera a duchar y quedé como llegué al mundo mientras el decía:

David: Nada mal ehh... nada mal.

Me tocaba vengarme y lo hice.

Yo: Tú, ¿Besarías a un hombre?

David: Mejor me voy desnudando porque eso no te lo respondo.

Me dijo riéndose. Mientras se desnudaba tuve una erección que no podía esconder pues estaba desnudo.

David: La próxima que me veas en pelotas te cobro por estar empalmado jaja.

Yo: Tú si besarías a un hombre ¿no?

David: Acércate y comprobamos.

Me dijo algo nervioso. ¡Se acercó y me besó! Me dio un beso que me dejó como un loco, me encantó saber que tenía a David desnudo y besándome, me excité más aún.

David: ¿Te quedó clara la respuesta o quieres que te lo deje más clarito que el agüita aún??

Eso me lo dijo con una cara que pedía más.

Yo: Déjamelo claro, déjamelo claro jajaja.

Comenzamos a besarnos, se detuvo y me dijo:

David: Vamos a otro sitio del parque que no nos verá nadie!

Luego de eso sonrió pícaramente. Fuimos besándonos y tocándonos, cuando llegamos dejó de besarme y se tiró en el césped, me miró a los ojos. Con eso me lo dijo todo. Fui a besar todo su cuerpo, era delicioso, estaba caliente, David jadeaba y decía cosas que no entendía porque entre los jadeos y el sonido de los besos, no entendía sus palabras. Tomé su pene entre las manos, era grande, blanco, estaba depilado, limpio, bastante duro. Lo metí en mi boca y lo chupe sin parar, él jadeaba prácticamente gritando. Sacó su pene de mi boca y me jaló para besarme. Cuando llegué a la altura de su cara me dijo:

David: ¡Chúpame bien fuerte chato!

Lo dijo jadeando por supuesto. Luego me hizo un gesto para que siguiera comiéndome su pollaza. Así lo hice. Un poco después, cambiamos de sitio porque tiene curiosidad de chupármela...le divertía mi cara de viciosillo. Yo estaba excitadísimo. Me la chupaba de maravilla, estaba en la gloria gracias a esa boquita que me vuelve loco. Luego de unos minutos dejó de mamar y le dije riendo:

Yo: ¡Que guapo eres joio!

Luego comencé a besarle la espalda y la nuca.

David: Uhm...me encanta que me trates así amorcito...

Yo no podía creer que me llamara amorcito, pero me calentó muchísimo.

Comenzamos a pajearnos el uno al otro sin parar...con muchísimo placer...sentía su pene deslízandose por mis manos y quería morirme de placer.

David: ¡Voy a correrme!

Empezamos a darle más fuerte hasta que nos salió toda la leche y nos besamos... aún tenía la polla como una piedra.

Estuvimos un buen rato besándonos y tocándonos en él césped.