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Con mi Primo en Primero de Secundaria (2)

Relato enviado por : litleboy el 07/11/2011. Lecturas: 9682

etiquetas relato Con mi Primo en Primero de Secundaria (2)   Gay .
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Resumen
Como 2 primos en su despertar sexual inician una relación muy especial entre ellos. (Continuación en el baño).


Relato
Para entender este relato, deberán de haber leído Con mi Primo en Primero de Secundaria…

Al día siguiente, Ricardo a se levanto y se metió al baño, con esto Ricardo me despertó y yo lo seguí con la mirada, vi como abría el agua caliente y se metió a la regadera, observe cómo se empezaba a duchar.

Esto me empezó excitar, el ver cómo se enjabonaba todo su cuerpo, y empecé a recordar todo lo que le había hecho en la noche anterior. Pensaba si realmente el había estado dormido o si fingía el haber estado, y mientras cavilaba eso me dieron ganas de ir a orinar.

Me levanté y me dirigí hacia el excusado. El se bañaba con las cortinas abiertas por lo que nos podíamos ver mutuamente.

Al entrar baño y levantar la tapadera del inodoro el se percató que estaba ahí, y no hizo nada por cerrar las cortinas o por taparse, yo fingía no verlo y me concrete a tratar de orinar, estando en eso vi en el cesto de la basura los papeles con los que se había limpiado la noche anterior, y observe que tenían sangre seca por lo que en ese momento me cayó el veinte…… Definitivamente si se dio cuenta de lo que le hice y en resumidas cuentas……… le gusto.

Seguía recordando lo que el día ayer, y eso me ponía a mil.

Volteé a mirarlo y lo veía de espaldas, percibía como le escurría el jabón por toda la espalda y como le coronaba en esas preciosas nalgas.

No me pude contener y me metí en la regadera. Cuando sintió mi presencia y giró, y al verme asustado me dijo:

-Que haces aquí?

-Me meto al baño contigo, así aprovechamos el agua caliente…… y mirándome la verga, la cual la tenía semi parada, me dijo.

-Esta bien, pero nada de tonterías, solo baño y listo, OK?.

-Hay no mames, no haremos nada que no hiciéramos ayer.

-Y que hicimos ayer?, me preguntó.

-Nada malo que yo recuerde, (le dije mirándole a los ojos y sonriendo). El me miró fijamente y al ver en mi mirada el deseo que tenía, se puso nervioso, se dio la vuelta y siguió bañándose.

La regadera tenía colgada una rejilla en la que se ponía el jabón, máquinas de rasurar, cremas de afeitar y de más utensilios del baño, cuando me aproximé a tomar el jabón, alcance a rozar a Ricardo con mi cuerpo pasando mi verga por las nalgas de el, lo que hizo que diera un brinco y de inmediato volteo a mirarme, pero yo me hice el desentendido y tomé jabón me empecé a enjabonar.

De reojo pude ver que Ricardo no dejaba de mirarme tanto mi trasero como mi verga.

El se estaba poniendo el champú en la cabeza y mientras hacía eso, no pude resistir y empecé a en enjabonar la espalda, al principio se sorprendió y me dijo.

-Epa... que haces?

-Nada, ayudándote con la espalda, (le empecé enjabonar lentamente de arriba a abajo restregándole bien cada centímetro de ella, y bajando mi mano hasta llegar a sus nalgas, y las empecé a masajear, despacio sintiendo cada centímetro de ellas... Eran preciosas redonditas firmes contrastantes ya que estaban duras al tacto pero tersas como piel de bebé.

Después de un rato de estar acariciándole sus nalgas empecé a subir mis manos por los costados de su cuerpo sintiendo como su respiración se agitaba al igual que la mía, al llegar hasta sus axilas levantó los brazos hacia el techo entonces pasé mis manos hacia su pecho y empecé a acariciarlo, en eso el dio un paso atrás y quedó totalmente pegado a mi cuerpo.

La sensación era única, sentir su cuerpo pegado al mío totalmente lubricado por el jabón, me elevaba al cielo.

Mi verga quedó tocando exactamente en medio de sus bellísimas nalgas y empezó a luchar por levantarse... Pero esos montículos de carne se lo impedían, aunque era tanta mi excitación que a medida que se hacía la erección, se iba abriendo campo entre los dos montículos de sus nalgas y en un momento quedó totalmente dentro de la raja de estas.

Ricardo al sentir mi carne caliente en medio de sus nalgas se puso tenso, pero yo seguí acariciándole todo el pecho acariciando con las yemas de mis dedos sus rígidos pezones y propinándole de vez en cuando pequeños pellizcos, al tiempo que con mis labios tomaba el lóbulo de su oreja. Seguí besándole en el cuello y arrastrado en el la punta de mi lengua.

Noté que esto le estaba agradando ya que a medida que le pasaba la lengua por su cuello el se dejaba hacer inclusive cooperando y alargando lo más posible su cuello.

Baje mis manos hasta su vientre y empecé a jalarlo hacia mi al tiempo que empujaba mi caderas hacia adelante empezando el movimiento de vaivén tipo mete y saca.

Ricardo pandeo, su cuerpo levantando un poco más su trasero, dejándome en libertad de movimiento total.

Así estuvimos por un lapso de unos 5 minutos momento en el cual creía estar en el paraíso.
Yo seguía con el movimiento mientras que con mis manos acariciaba su cuerpo y en una de esas embestidas, me separe un poco de su cuerpo lo suficiente como para que mi verga le diera un piquete en la entrada de su ano.

Eso la hizo reaccionar y trató de separarse de mí, pero yo lo tenía fuertemente agarrado por la cintura y me dijo.

- Suéltame, Suéltame por favor. Lo solté a la vez que le decía.

- Que pasa?, por qué quieres que te suelte si te esta gustando y el de espaldas a mi, me dijo.

- No, no me gusto, no me gusta y no me gustara (me dijo con voz de enojado)... y diciendo esto volteo a verme a la cara pero al darse vuelta vi en el tremenda erección........ Su verga en estaba súper hinchada.
- Como que no te gustó, si mira como tienes tu verga, estás excitadísimo igual o más que yo, por lo que creó y estoy seguro que lo estás disfrutando más que yo.

- No…. estás loco.

No hice caso a su comentario y volví a atacar, lo tome de la cintura y lo atraje a mi, pegando su cuerpo en mi de nueva a cuenta.

- Que no, que no entiendes, déjame en paz o te daré unos cabronazos.

- Calmado Ricardo que no pasará nada que no haya pasado ayer, (esto se lo dije casi en secreto pegando mi boca su oreja a la vez que sacaba mi lengua y se la introducía por el orificio auricular) esto lo estremecía y con voz entrecortada me decía.

- Suéltame... Antonio... Suéltame por favor, a la vez que forcejeaba por separarse de mi pero sin mucha determinación lo que me hacía pensar que en realidad era una invitación a que siguiera.

Seguí pasándole mi lengua por todo su cuello dándole de vez en cuando pequeños besos y chupándole sin hacerlo muy fuerte ya que no quería dejarlo marcado. A la vez que hacia esto comencé un movimiento rozando mi cuerpo al suyo de arriba a abajo por lo que le pasaba toda mi verga por la hendidura de sus nalgas. El continuaba diciéndome.

- No, no por favor no (pero en realidad era un si, si, así... ya que al estar le besando el cuello y pasarme un poco hacia el frente el levantó su brazo para dejarme pasar por lo que quede frente a el empujándolo a que quedara totalmente pegado de espaldas a la pared. El estiró el cuello hacia arriba para dejarme que lo chupara.

Seguí mi tarea y comencé a bajar mi lengua por su pecho, entreteniéndome unos minutos en sus rígidos pezones. Los bese, los chupe, los mordí y cuando hacía esto último el gemía.

Seguí mi camino hacia abajo sin parar hasta que llegue donde estaba su verga. Nunca la había tenido tan cerca, estaba erecta a más no poder hinchada a punto de estallar. La tomé en mis manos y le empecé a examinar, se veía tan preciosa, una verga de color blanca sonrosada y sus huevos se sentían suaves al tacto, tanto que no pude resistir y acerqué mi cara a ellos pasándolos por toda ella, por mis mejillas, frente, nariz, y por último mis labios. Con mis labios empecé a rozar todo el tronco de su verga pero sin tocarla con la lengua y sin abrir mis labios. Al estar haciendo esto aproveche para tocarle su ano con mis dedos presionando de vez en cuando hacia adentro. Enjaboné uno de mis dedos y se lo introduje sin mayor problema, después de un rato lo intenté con dos logrando entraran fácilmente.

Saqué mi mano de sus nalgas para tomar el jabón, y embarrar en un poco de el en mis dedos. Mientras seguía pasando mis labios por toda su verga, volví introducir pero en esta ocasión tres dedos en su ano, arrancándole un quejido, y comenzando un movimiento de mete y saca, al principio tenía el mucha resistencia a paso de los minutos mis tres dedos entraban y salían con mucha facilidad.

Estuve haciendo esto por un lapso de 5 minutos, entre gemidos, quejidos y balbuceadas de Ricardo en donde su constante era el no.... hasta que sentí que su cuerpo se tensaba y su verga palpitaba, por lo que creía inminente su eyaculación.

Deje de besarle su verga y volví de nuevo a subirme arrastrando mi lengua y dando pequeños besos a todo su cuerpo hasta que quedé de nuevo parado frente a él.

El tenían los ojos cerrados y su respiración era totalmente agitada. Acaricié sus mejillas con mis manos y lo atraje hacia mí.

Cuando estuvo totalmente pegado a mi cuerpo el empezó a hacer exactamente lo mismo que yo hice con el….. Me empezó a darme pequeños besos chupetes y mordiscos a todo mi cuerpo, empezando por mi cuello, bajando y entreteniéndose en mis pezones, siguiendo después de deslizándose hacia más abajo.

Cuando llegó a mi verga, tomo el jabón y le dio una buena restregada y una vez que le quitó el jabón comenzó a besarla, sólo que el si abría los labios. Comenzó por la base de los huevos y empezó a subir por el tronco hasta llegar al ojete de la cabeza. Yo tenía los ojos cerrados tratando de concentrar la sensaciones que estaba teniendo, cuando sentí sus labios abiertos en la punta del mi cabeza y la sensación que le causó el roce de sus dientes, por instinto y sin pensarlo puse mis manos en su cabeza y a la vez que lo jalaba hacia mi, con mis caderas empuje hacia adelante lo que hizo en mi verga entrara hasta la mitad de su boca.

Al sentir de esto habría de inmediato los ojos y lo mire, el estaba con los ojos cerrados mientras pasaba su lengua alrededor de toda la parte del tronco que tenía dentro de su boca. Yo me sentía en la gloria, y mientras él hacía esto con la lengua yo lo tome con mis manos de la parte trasera de su cabeza y lo jalaban hacia mí para posteriormente alejarlo.

Cada vez que hacía esta operación y al momento de quedar casi fuera mi vega de su boca, él succionaba como no queriendo dejarla salir. Seguimos repitiendo esta operación por varios minutos. No sé que me excitaba mas, si el estar recibiendo esta mamada o el ver la cara de éxtasis que Ricardo tenía.

El seguía con los ojos cerrados y en eso cuando los abre y lanza su mirada hacia mi y ve que yo lo observo, intenta separarse de mi ( tal vez por pena ), pero no lo dejo, lo tomo fuertemente de su cabeza y sigo el movimiento pero ahora soy yo el que lo hace con las caderas.

El no sigue intentando separarse sólo baja la mirada, yo cierro los ojos y sigo lanzando mis estocadas una y otra y otra y otra vez, hasta que siento venir lo inminente....... la eyaculación. Al sentir está sensación mis estocadas comenzaron a ser más feroces, logrando que toda mi vega entrase completa en su boca... sintiendo como mi cabeza tocaba hasta el fondo y haciendo que en un par de ocasiones Ricardo intentaran vomitar. Sentí como toda mi vega se hinchaba más todavía.

Ricardo puso sus manos en mi vientre intentando empujarme para tratar de zafarse de mi, pero yo lo tenía fuertemente agarrado con mis manos y con mi cadera no permitía que mi pedazo de carne saliera totalmente de esa cueva húmeda.

En eso empiezo a eyacular una y otra y otra vez, los tres primeros chorros se los lance con un mi verga totalmente dentro de su garganta y cada vez que la sacaba y la metía, un torrente de leche le arrojaba, dentro de su boca. Sería unas 6 o 7 chorros más de leche cuando me di cuenta de Ricardo se ahogaba, le solté y vi cómo se puso de cuatro patas como queriendo vomitar.

Se paró y sin decir palabra alguna salió de la bañera y enrollándose en la toalla, se dirigió hacia el cuarto.

Yo me lave muy bien mi verga quitándole los restos que le que le quedaron, cerré el paso del agua, tome mi toalla y comencé a acercarme.

Me dirigía al cuarto y al entrar vi a Ricardo como se secaba, pero con cara de avergonzado, me acerqué a él pero cada vez proponía a su lado el me reunía la mirada.

Lo tome el hombro y el me quito el brazo y sin hablar trato de alejarse de mi, pero lo agarre de la fuerza lo abrace y le dije.

- No pasa nada... no te preocupes... no ha pasado nada malo... sigue siendo mi mejor amigo, aquí no ha pasado nada.

El forcejeo por zafarse de mi pero yo lo agarre más fuerte, lo que hizo que nos tumbáramos en la cama y que rodamos sobre ella quedando yo unas veces arriba de la y el unas veces arriba de mi, este forcejeo le empezó a causar gracia a el y de estar totalmente serio con migo, se empezó a reír.

Seguimos revolcándonos sobre la cama, y esto nos empezó excitar, haciendo que volviera a tener una erección.

En una de las vueltas quede encima de el y en eso los dos sentimos nuestros fierros calientes entrar en contacto nos dejamos de mover solo nos miramos a la cara y antes de que el reaccionara, le empecé a besar la cara, sin tocar los labios ni su boca.

Le tome sus manos por sus muñecas y apoyándome en mis brazos inicie el movimiento de vaivén, a el le agradaba ya que también se movía y cerraba los ojos, lo volteé bocabajo me recosté encima de el, poniendo mi verga totalmente erecta recostada en medio de sus cerradas nalgas.

Seguía haciendo el movimiento de vaivén mientras le besaba y le mordía la nuca, el se dejaba hacer, ya no se negaba.

Mi excitación y va en aumento, pero no entendía cómo estaba listo si hacía menos de 10 minutos que había terminado copiosamente de la boca de Ricardo.

Mis movimientos cada vez que eran más prolongados lo que hacía que mi verga se internara por la raja de sus nalgas, Ricardo a sentir esto abrió las piernas dejándome paso hacia su culo por todo lo largo y ancho de mi verga.

Después de unos minutos de estar así me levante y rápidamente me fui al baño, tome un rollo de papel y un bote pequeño de vaselina que había.

Al entrar al cuarto día Ricardo estaba en la cama en la misma posición que la había dejado solo que su cabeza estaba volteando a ver qué era lo que hacia. Al mirarme venir con el papel y bote de vaselina en mis manos sólo cerro los ojos y viró su cabeza hacia el otro lado sin cambiar de posición y sin cerrar las piernas lo que me dio mucha alegría y excitación al máximo, estaba tan contento de observar que se dio cuenta que me estaba preparando para penetrarlo de nuevo a cuenta y me dejaba hacerlo, que quería grita de la emoción.

Llegue hasta el y me acosté a un lado, abrí el vote de vaselina y embarre dos dedos en el llevándome una cantidad generosa de vaselina para embarrarla en el ano de Ricardo.

Al estar haciendo esto operación me acerqué a la nunca de Ricardo y la empecé a besar de nueva cuenta a la vez que con mis dedos penetraba su culito. Primero con un dedo después con dos y luego con tres, cuando introduje el tercer dedo, Ricardo al principio pujó de dolor pero después de un rato de estar metiendo y sacando los dedos sus pujidos fueron cambiados por gemidos. Estuve haciendo esto por unos dos o 3 minutos fue cuando decidí que ya estaba listo, dado que mis tres dedos entran ni salía con suma facilidad.

Saque mis dedos de su ano y tome más vaselina la cual embarre en mi verga cuando volteé a ver a Ricardo el también volteó y cuando vio mi verga preparada para penetrarlo abrió los ojos grandes y luego los cerró como presintiendo el castigo que vendría.

Me coloqué encima del e intenté poner la punta de mi verga en la entrada de su ano pero me resultaba un poco incómodo y sentí que no se ejercía la suficiente presión y así no podría penetrarlo y consideraba que si la forzaba le causaría tremendo daño a sí que después de dos intentos sólo me recosté sobre el a siendo el movimiento de vaivén pero sin penetrarlo. Mientras hacía esto trataba de recordar como le había hecho la noche anterior ya que lo había penetrado fácilmente y sin vaselina.

En eso estaba cuando al ver las almohadas recordé que una de ellas le había quedado en la altura del vientre la noche anterior lo que había facilitado que quedara en la mejor posición.

Tomé un par de almohadas y le dije a Ricardo que se levantara, puse las almohadas y después lo acosté sobre de ellas, quedando su culito totalmente a mi disposición.

Volví a acostarme sobre el poniendo mi verga en la entrada de su ya dilatado ano, empecé a empujar y al principio no penetraba, pero el ejercer un poco más de presión de un golpe entro toda la cabeza lo que hizo que Ricardo se pusiera tensó y frunciera el ceño.

Dejando así clavada la punta de mi verga, me recosté sobre el metí en mis manos por debajo de su pecho sacándolas hasta sus hombros de donde me afiancé fuertemente.

Después de unos segundos volví a ejercer presión sintiendo como milímetro a milímetro iba cediendo paso por su estrecho canal. Pude metérsela hasta el cuello y fue allí donde paré ya no quería entrar más ya que en mi verga a partir del cuello inicia la parte mas gruesa pero pasando unos 3 cm vuelve a reducirse de ancho.

Comencé a sacarla en forma muy lenta y antes de que quedara totalmente liberada la volví introducir y repetí la operación varia veces, procurando que cada vez que la metía tratara de que entrar un poco más pero era imposible... sabia que tendría que forzar la entrada..

La saqué totalmente y volví a poner la vaselina, también agarre con el dedo otra cantidad muy generosa de vaselina y se la puse en el ano. Volví a metérsela y se volvió a atorar en el cuello, dejé que ejercer presión y cuando sentí que el ano se había relajado ejercí mayor presión a la penetración en esta ocasión de un solo golpe pasó hasta más de la mitad.

Ricardo grito muy fuerte con sus manos rasgaban las cobijas y me dijo.

- Hay... hay, hay, hay... sácamela, me duele mucho... me rompiste... sácamela, por favor.

- Tranquilo y entro lo más grueso aguanta y se te va a quitar.

- No, sácamela, me duele mucho.

- Ya Ricardo,... aguanta... ya se está pasando.

- Un poco pero no te muevas todavía, me duele mucho.

Así me quedé un buen rato cuando sentí que su ano se había amoldado a mi verga, volví a ejercer presión y empezó a entrar más fácilmente.

Llegue hasta el fondo, hasta donde ya no se puede mas, sentía con mis huevos pegaban directamente a los suyos, y el solamente fruncía su cara.

Después de unos segundos comencé a sacarla y a meterla sentía que estaba en la gloria estuve en ese movimiento por mas de 10 minutos entonces él me dijo.

- Antonio calmado, me estás dañando por dentro ciento dolor en mis tripas.

- Como crees, sino que alcanzó las tripas.

- Pues algo me duele, cada vez que llegas al fondo.

Pare el movimiento y se la saque toda. Logré ver cómo su ano quedaba totalmente abierto, fácilmente podrían meter dos de mis dedos sin que tocaran pared. Mi verga salió acompañada de una especie de gelatina color ámbar y en ciertas partes veía rojo de sangre.

Me paré a un lado de la cama jale a Ricardo y lo puse de cuatro patas hincado a la orilla de la cama y puse de nuevo mi verga en la entrada de su culo y de un solo tirón se la metí hasta adentro.

Hay...El respingo y volvió a gritar pero en esta ocasión más leve, empecé a meterla y sacarla pero de punta a punta. Ricardo pujaba y gemía.

Al principio era de dolor pero después era de placer ya que el mismo empujaba hacia atrás, a la vez que con sus manos se separaba las nalgas haciendo que mi penetración fuera casi hasta los huevos.

Así le estuve dando por mas de 15 minutos, me tenía sorprendido el que, a pesar de estar tan excitado no terminara, decidí cambiar de posición ya que está, me había cansado.

Le dije que se acostara boca arriba y que levantara sus piernas me coloque en medio de el y lo tome de las muñecas pasándole sus brazos por atrás de la rodillas lo que hacia que estos jalarán las piernas hacia su pecho abriendo totalmente sus nalgas, dejándome penetrarlo plenamente.
Coloque de nuevo mi estaca en su hoyo la empuje y pude penetrarlo fácilmente está esta vez sin gran dolor, solo hizo una mueca y pujo.
Continué sacándole y metiendo la verga por más de media hora, tiempo en el cual ambos gozábamos, y gemíamos al mismo tiempo, besándole a su cara en eso empecé a sentir que ya me veía, lo que provocó que mi movimientos mas bruscos y más profundos, y no se ni como, pero nos trenzamos en tremendo beso boca a boca pasándonos nuestras lenguas por todos y cada uno de los rincones de ellas.
Seguí sintiendo que me venía pero sin venirme y Ricardo me arañaba toda la espalda y me apretaba y estrujaba todas mis nalgas en eso siento todo mi cuerpo estremecerse y empecé a arrojar mi esperma dentro de su culo
Al mismo tiempo que yo me venía dentro de el, el tenia tremenda eyaculación logrando que uno de sus chorros le cayera en la cara y en su cuello inundando además nuestros pechos.
Le arroje unos ocho o diez chorros de mi leche, y en cada uno de ellos me estremecía a mas no poder.
Ricardo no dejaba de besarme. En unos segundos más de éxtasis todo término, seguimos besándonos y acariciándonos.
Me quedé dentro de el, por más de 5 minutos tiempo en el que el seguía acariciando toda mi espalda y mis nalgas. Después de eso mi verga no perdía su erección, no entendía que estaba sucediendo ya que normalmente cada vez que me masturbaba, inmediatamente mi verga quedaba totalmente flácida.
Ricardo me pidió que se la sacara y que tenía unas enormes ganas de hacer del baño, me empecé a retirar de adentro de el. Esto lo hice lentamente disfrutando como se veía mi verga saliendo milímetro a milímetro de tan precioso culo.
Le pedí a Ricardo que mientras se la sacaba, el apretara lo más que pudieran sus esfínter de éstos con la intención de que no saliera líquidos que pudieran embarrar las blancas sábanas en las que estábamos, así lo hizo pero cuando termine de sacarle mi verga, su ano nos cerraba totalmente quedaba muy abierto lo que provocó que le empezaran a escurrir los líquidos provenientes de adentro.
El separo rápidamente tratando de que no cayeran en las sábanas ni en el suelo, pero esto fue imposible ya que como les dije su ano le he quedado el extremadamente abierto.
El en vez de sentarse en el excusado, se metió en la regadera y ahí vi como se puso en cuclillas y arrojó todos los líquidos que tenía guardado dentro de su ano.
Era una mezcla de apariencia muy babosa de colores blanco, transparente, ámbar y rojo, y me transporte mentalmente a la primera vez que vi a la penetración de un hombre, de cuando martín se culio a Edgar (ver relató mi historia), la combinación de los líquidos y sus colores eran los mismos.
Ricardo se levantó y me acerqué a él ya que también quería bañarme y logre ver de nuevo esas bellísimas nalgas, lo abrace de nuevo por la espalda y besándole una mejilla le dije.
- Gracias Ricardo por regalarme tú culo. Gracias por dejar que te metiera mi verga y gracias por dejarme venir en tus entrañas. De verdad gracias por dejarme ser tu macho, te lo juro que esto, nunca lo diré a nadie.
- De verdad me prometes que nunca le dirás a nadie esto?.
- No, te juro que nadie lo sabrá por mí, y de aquí en adelante las veces que quieras que te coja solo dímelo y tus deseos serán órdenes para mí, que yo también el día que quiera que tú seas mi putita te lo diré.
- Esta bien.
Nos bañamos, nos cambiamos, y nos fuimos a desayunar como si nada hubiera pasado en ninguno de los dos hizo comentario alguno. Al de llegar a la cocina estaba la muchacha haciendo el desayuno y nos preguntó que que tal habíamos dormido ya que muy temprano en la mañana paso por las ventanas del cuarto y oyó que Ricardo gritaba.
- Joven Ricardo, tuvo pesadillas?... ya que en la mañana cuando pase por su ventana lo oí gritar.
Ricardo y yo sólo nos miramos en los empezamos a reír.
Espero que este segundo relato les haya gustado, si es así escríbanme para que me animen a seguirles contando mis aventuras egvegv14@live.com.mx.


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:25) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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