me encontre con un viejo amigo de la adolescencia y termino gozando conmigo y con mi esposa
Relato
Hola a todos. Me decidí a escribirles. Los conocí hace ya un tiempo cuando tome el gusto por leer relatos. No es este el mejor momento de mi vida, voy a presentarme, soy un hombre de treinta y dos años y mi señora tiene 30 años, ella es de cabello castaño, bonita, buen cuerpo realmente no puedo quejarme. Yo según dicen también soy atractivo.
Bueno para entender lo que voy a contarles tengo que retroceder a mi adolescencia en aquel tiempo tenia un amigo, digamos un cómplice como se estilaba en esa época de la vida con el cual teníamos mucha confianza y nos contábamos todo lo que nos estaba sucediendo por primera vez en nuestras vidas. Nuestras primeras transas con chicas del colegio o conocidas en los bailes, nuestra primera tocada de tetas a alguna chica un poco más zafada.
Nos teníamos mucha confianza y mas allá de pertenecer al mismo grupo de amigos y frecuentar los mismos lugares solíamos pasar mucho tiempo juntos en su casa o en la mía escuchando música y perdiendo el tiempo como suele pasar a esa edad.
Una tarde que estaba con Eduardo, así se llama mi amigo en su cuarto, salio el tema de las revistas pornográficas, en ese tiempo no había videos, DVD, ni existía Internet, y nuestra posibilidad de ver una mina desnuda era a través de las revistas. Ninguno de los dos tenía novia y éramos nenes “bien” como para ir a un prostíbulo a esa edad, así que las revistas eran nuestra descarga sexual. Después de hablar de una que habíamos visto en el colegio, el saco de atrás de un armario una revista porno que estaba buenísima, todavía aun la recuerdo, realmente nos calentamos muchísimo, se notaba en nuestros bultos que intentábamos disimular en vano uno del otro. Tanto que Eduardo me dijo que no lo escondiera mas que total el también estaba al palo. Nos reímos mucho de la situación. A partir de ese día se hizo costumbre en nosotros cada vez que uno conseguía una porno nos juntábamos a verla. A veces incluso alguno se iba al baño con la revista porque como decíamos: no aguantaba más la calentura. Un día que estábamos en su casa encerrados en un cuarto en la terraza porque estaban sus padres abajo y por lo tanto no podíamos pasar al baño con la revista, mirábamos una revista italiana mientras en silencio masajeábamos nuestros respectivos bultos por encima del pantalón, Eduardo me pregunto si no me molestaba que se masturbe. Sinceramente quede asombrado, pero ya teníamos confianza y le dije que no. Se acomodo en una silla desabrocho su pantalón, la saco y comenzó. Nos quedamos en silencio mientras el se masturbaba, observe que mi amigo tenia un buen pedazo, una pija realmente grande; estaba confundido por la situación y dudando de la sexualidad de mi amigo que no tenia pudor de exhibirse frente a mi. Comenzamos a hacer comentarios sobre la mina de la revista; me calenté mucho y en un instante de locura decidí también masturbarme, me senté en una silla a su lado frente a la revista y comencé. Debo reconocer que sentí un poco de vergüenza al ver la diferencia de tamaño. Acabamos rápidamente y nos limpiamos con unos trapos en desuso que había allí.
A partir de ese día masturbarnos juntos se convirtió en nuestro hábito, claro que hicimos progresos, una vez que teníamos una revista donde dos muchachos se comían una morocha muy buena, muy excitados coincidimos en que estábamos hartos ya de pajas. En realidad necesitábamos una hembra, pero no era fácil conseguirla en esos tiempos de adolescente. Fue cuando el me propuso masturbarnos mutuamente. Si bien ese día le pregunte si estaba loco o si era puto, otro día que volvió a proponérmelo acepte. Pensaba que él y yo estábamos muy calientes y nos podíamos ayudar mutuamente y nadie se enteraría. Nos acomodamos juntos frente a la revista, el plan era que yo lo masturbara a él y luego él a mi. Muy temeroso apoye mi mano sobre él y sentí la dureza de su pija. Estaba muy asustado pero también noté que me agradaba aquella sensación, era la primera vez que tocaba una que no fuera la mía, tenía entre mis manos un pedazo increíble y comencé a pajearlo primero lentamente y luego frenéticamente. Acabo como un caballo en mis manos y luego él me masturbo a mí que acabe enseguida salpicando por todos lados. La pasamos bien. Esto lo hicimos varias veces hasta que un día fuimos un poco más lejos, esta vez motivados por una revista decidimos intercambiar chupadas. El comenzó masturbándome a mí que ni loco pensaba chupársela, pero en ese momento solo quería que se la metiera en la boca y accedí. Me la chupo bastante bien y termino masturbándome para que acabara como un desesperado, sin dejar de mirar la revista que tanto nos calentaba. A esta altura ya no tenia dudas que mi amigo era puto. Agarré su pija y comencé a pajearle pero me negué a chuparla, entonces el me amenazo con golpearme si no cumplía el trato. Acobardado y conciente que era lo justo si yo lo había disfrutado a él antes me lo metí en la boca. Así comencé, sentí toda la boca llena, Eduardo se dedicaba a darme empellones que hacían que su glande tocara mi garganta mientras seguía apretando mi cabeza hacia abajo, con el tiempo, aquello me empezó a gustar y comencé a succionar aquella enorme pija. Masajeaba sus testículos, que eran también muy grandes, con una mano mientras que con la otra pajeaba esa poronga que tenía entre los labios. Esta era nuestra nueva diversión y la disfrutábamos seguido, a esta altura yo no dudaba que él era realmente un maricon que se aprovechaba de la situación, pero sin embargo casi siempre que nos juntábamos después de mirar juntos las revistas, terminábamos con el sentado en el sillón mirando las minas de la revista y yo chupándole la pija, los huevos y masturbándome con todo.
Finalmente esa época llego a su fin, ambos nos pusimos de novios comenzamos a tener relaciones con nuestras parejas y terminamos alejándonos por completo hasta perdernos en nuestro círculos de amistades.
Muchos años más tarde, hace unos meses, me lo encontré en el centro. Nos saludamos efusivamente, tomamos un café y quedamos en juntarnos para salir una noche. Así fue y bajo la protesta de mi esposa salimos a tomar algo solos. Hablamos mucho de nuestras vidas en general, la pasamos bien como dos viejos amigos; pero estimo que eso no les debe interesar a ustedes. Como a las dos de la mañana salimos del bar muy tomados subimos a su camioneta y dimos unas vueltas. En una esquina había una prostituta morocha con unas tetas enormes. El detuvo la camioneta y la invito a subir. Yo le pedí que nos fuéramos porque me esperaba mi mujer, pero enérgicamente me dijo que era para festejar nuestro reencuentro y subió a la prostituta. Estacionamos en un parque cercano. Yo quería irme, pero entre él y los besos de la chica me convencieron. En la camioneta nos cogimos a esa chica entre los dos, la pasamos muy bien, ella siempre estaba en el medio y mientras uno la cogia, ella se la chupaba al otro. Obviamente lo felicito a edu por el pedazo que calzaba. Le dimos durante un rato largo, me acuerdo que acabe con dureza cogiendo su boca, mientras el la tenia de rodillas y la serruchaba de atrás.
Ese día me sentí muy culpable por engañar a mi esposa. Por un tiempo él intento ubicarme pero yo lo evite. Finalmente salimos otra noche que la pasamos muy bien y bebimos mucho. Cuando ya estábamos en la camioneta y todo hacia prever que nuevamente íbamos a buscar una puta le explique claramente que yo no quería engañar a mi esposa y no iba a ser nuevamente participe de otra orgía. Acepto la situación y nos quedamos tomando cervezas en la camioneta hasta altas horas. El me explico que le gustaba salir de joda conmigo pero que si no terminábamos con una mina el quedaba con las bolas llenas de leche y debía masturbarse al llegar a la casa y no quería. No me pregunten como fue, pero esa charla termino conmigo chupandole la pija en el asiento. Chupe aquella pija enorme tantos años después, me gusto, succione con ganas mientras el decía:- Qué putita divina sos, te está gustando, Así zorrita, cómeme. Ese día estaba como loco, mientras pajeaba esa poronga que tenía entre los labios, edu se dedicó a disfrutar de la mamada que le estaba propinando, mi pija estaba dura como una piedra y decidí pajearme así. Eso puso a edu tremendamente cachondo y comenzamos un metesaca brutal en mi boca y en unos segundos se acabó abundantemente en mi garganta mientras gemía y me gritaba todo tipo de insultos.
Como yo estaba muy borracho me llevo a casa. Fue entonces que conoció a mi esposa. Desde el primer momento me di cuenta que le había gustado. Sentí temor, pero a la vez una especie de excitación. A partir de entonces arreglamos salidas pero con nuestras esposas, salimos un par de veces los cuatro, la pasamos bien, su esposa era graciosa como él, pero mi mujer mucho mas bella. Una noche que íbamos a salir los cuatro apareció solo explicando que su esposa había tenido no se que problema. Salimos los tres fuimos a cenar y luego a un boliche donde tomamos muchísimo, bailamos hasta muy tarde. Mi esposa estaba contenta y coqueta de haber bailado toda la noche con dos hombres. Al salir como pudimos fuimos hasta un callejón donde Edu había dejado la camioneta, mi esposa apenas podía caminar de la borrachera e iba caminando ayudada por los dos. Al lado de la camioneta Edu nos pregunto porque no nos besábamos o si ya no nos amábamos. La respuesta de mi esposa fue comenzar a besarme apasionadamente delante de él, indudablemente bajo los efectos del alcohol. Mientras nos besábamos el decía que se estaba poniendo muy cachondo de vernos así, que siguiéramos. Sobresaltado mire de reojo y vi que el había sacado su pija del pantalón y se masturbaba junto a nosotros. Hice un ademán de reaccionar pero él me indico que siguiera besando a mi esposa. Se acerco por la espalda a ella y comenzó a acariciarla. Ella amablemente lo paro y le indico que el se estaba motivando demasiado, aun no había visto que tenia su pija afuera, él acariciándole el cabello le indico que me siguiera besando. Entre risitas mi esposa le dijo que la situación ya iba muy lejos que no era él el único que estaba cachondo, ya que sentía mi pija contra ella que se había endurecido con la situación. Edu dijo que si dos hombres estaban así por ella debía aprovechar y llevo la cabeza de mi esposa a mi boca mientras acariciaba su espalda y el lateral de sus pechos.
La situación realmente era muy caliente y él termino besando la nuca de mi esposa mientras se la apoyaba por atrás y yo por adelante. En un momento mi esposa, que evidentemente estaba muy borracha, me dijo: -Tu amigo esta loco, lo tendrías que matar, pero calza una barbaridad déjalo un poquito mas… Mi esposa había perdido el sentido común y nosotros también. Terminamos cogiendola entre los dos en la camioneta. Se que esto es increíble, pero así fue. Le hizo chupar la pija a mi esposa, mientras le decía: -Mira como tu esposo mientras te coge también me la va a chupar. Y a continuación sacándosela a ella de la boca que comenzó a gemir terriblemente mientras yo me la cogia me la puso a mí en la boca. Intenté evitar durante unos instantes esa humillación, pero como tantas veces termine chupándosela. Con esta situación mi esposa comenzó a acabar mientras gritaba: -Aparte de cornudo sos puto de este pijudo, no lo puedo creer!! Acabe como un caballo en su concha y quede muerto de vergüenza. Edu abrió la puerta de la camioneta bajo a mi señora que estaba casi en bolas y se la puso desde atrás mientras ella se inclinaba hacia adentro. Le saco un par de orgasmos más. Yo creo que principalmente por la excitación de la situación.
A partir de ese día la relación con mi señora va de mal en peor. Es probable que terminemos separándonos. La semana pasada encontré la camioneta de edu a la vuelta de mi casa. Me quede esperando hasta que llego a ella y apunto de matarlo le pregunte de donde venia. Me tranquilizo y me pidió que nos sentáramos más tranquilos en la camioneta. A continuación me contó que había ido a arreglar los puntos con mi señora para no perjudicarme, pero al verla tan bella se calentó mucho y le insistió hasta que ella accedió. Me felicito porque ella no quería engañarme nuevamente y solo acepto masturbarlo mientras él le insistía más y le amasaba las gomas. Entonces ella le explico que le iba a dar una chupada solo para que acabase mas rápido y se fuera y al rato obviamente el se la cogio de todas las maneras que se le ocurrió mientras ella le juraba que no quería engañarme pero no se podía resistir a tan buena pija. Yo comencé a insultarlo y preguntarle como podía ser tan mala persona, pero el me pregunto porque si estaba tan enojado podía tener la pija tan parada. Es verdad estaba muy excitado se me notaba en el pantalón y aunque no lo puedan creer termine chupandole la pija que un rato antes estuvo en la concha de mi esposa en el asiento de la camioneta
La situación esta cada vez peor y esta arruinando mi matrimonió, pero el parece disfrutarlo y mucho. No se cual va a ser el final.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces