Confesiones de porritas Final (pagando la apuesta)

Después de escuchar los relatos de las 4 deliberamos cuál era el peor de todos. Discutimos mucho pero al final ellas decidieron que el mío era el peor, no lo podía creer no sabía ahora que tendría que hacer. Gera se paró y sacó de su mochila dos consoladores.

Los tuve en mi mano y no sabía qué hacer con ellos, nunca había hecho algo así ni siquiera sola, menos con público, Pam se dio cuenta que no sabía qué hacer y tomo uno de los consoladores, se paró a mi lado y se lo puso como si fuera su miembro, al principio con mucha pena pero poco fui tomando confianza comencé a mamarlo como si fuera hombre, lo lamía todo, estaba en cuatro como perrito mamando "el pene de Pam", mientras sentía que alguien bajaba mi tanga, era Laura, para mi sorpresa estaba bastante húmeda y excitada con la situación.

Sentí que algo me penetraba y sentía delicioso, mientras yo seguía mamando el otro pene, entraba y salía de mí con mucha fuerza y yo no podía contener mis gemidos, no podía más así que me acosté boca arriba y me penetraron así, mientras Gera se entretenía con uno de mis pezones y Pam con el otro yo no sabía qué hacer, estaba en las nubes. Pam dejaba de lamer mi pezón para besarme, yo le correspondía el beso, dejó de hacerlo, pero Gera no y yo sentía delicioso, a mi costado podía ver que Pam se quitaba su tanga y se subía en mi cara, al principio no sabía qué hacer, pero después comencé a lamer su rajita, desde arriba hasta abajo concentrándome en su clítoris, Laura dejó de meterme el consolador y ahora era Pam la que se concentraba en mi rajita, notaba que era demasiado buena para ser la primera vez que lo hiciera, me metía los dedos mientras ella lamía mi clítoris y yo intentaba hacer lo mismo, a mi lado veía a Laura y a Gera besándose cosa que me prendía más, de momento Pam se hincó para besarse con Gera mientras yo seguía lamiéndola, a mi lado estaba Laura con las piernas abiertas metiéndose un pene con demasiada fuerza y rapidez ya era toda una orgía con 4 estudiantes de preparatoria y parte del equipo de porristas de la escuela, así estuvimos todas contra todas por un buen rato, hubo infinidad de orgasmos. Con eso pagué mi apuesta perdida y así inicié una larga amistad con las tres y una larga cadena de intimidad con las tres, invitados e invitadas.