Soy varón de 38 años que desde los dieciocho me considero bisexual, aunque ante todos soy hetero. Mi historia comenzó una madrugada del mes de abril en Sevilla en plena feria de Abril.
Relato
Soy varón de 38 años que desde los dieciocho me considero bisexual, aunque ante todos soy hetero. Mi historia comenzó una madrugada del mes de abril en Sevilla en plena feria de Abril. Tenía como ya dije dieciocho años y había ido al recinto ferial con mi pandilla de amigos de los cuales yo era el menor. Llegadas que fueron las dos de la madrugada decidí regresar puesto que el permiso paterno del que disfrutaba llegaba a su fin; debía que estar a las tres en casa y en el camino no echaría menos de tres cuartos de hora. Como mis amigos y amigas eran algo mayores, tenían permiso para llegar mas tarde, así que me fui sólo y encaminé mis pasos hacia casa, ante la imposibilidad de poder coger un taxi. En el camino, tenía que cruzar el parque de Mª Luisa y andaba con cierta parsimonia pues había bebido algo, aunque por supuesto sin llegar a estar mareado. Iba pensando en las hermosas piernas de Rosa, una amiga de unos 21 años que bailaba como los ángeles pero a la que en cada vuelta de su garboso baile con el traje de flamenca, se le veían unas piernas muy bien torneadas e incluso en muchas ocasiones sus pequeñas braguitas blancas. Rosa era muy guapa y tenía un gran tipo; ella lo sabía y se sentía muy segura de sí misma por lo que gustaba de lucir, con cierta discreción femenina, sus encantos. En realidad, su sensualidad, me había puesto, nos había puesto, a cien a toda la pandilla de amigos.
Sumido en estos pensamientos, llegué a una zona algo mas oscura del frondoso parque francés de los Montpensier y como tenía ganas de orinar debido a haber bebido bastante, me adentré algo en el parque y comencé a hacerlo. Cuando terminé y debido a lo caliente que iba, pensando en las piernas de Rosa, empecé a masturbarme, aprovechando la oscuridad de la zona. La verdad es que estaba bastante bien dotado para mi edad y respondía con facilidad a los estímulos con lo que rápidamente conseguí una erección magnífica. Casi de repente surgió de entre las plantas un chico como de treinta años y me dijo:
-Tienes una buena polla, ¿quieres que te haga una mamada?
Antes que me diera tiempo a responder me cogió la polla y empezó a masturbarme con gran habilidad por su parte; yo me encontraba tan sorprendido que no reaccioné y me dejé hacer aunque, eso sí, a los pocos segundos con gran satisfacción. Él se arrodilló y se introdujo mi pene en su boca comenzando a lamerlo, chuparlo y succionarlo proporcionándome un placer hasta entonces desconocido por mí, pues he de resaltar que nunca había tenido relaciones sexuales con nadie y ni pensarlo que pudiera hacerlo con un hombre; sólo me había masturbado desde hacía aproximadamente un año. Notar una lengua húmeda y caliente me estaba dando un gusto infinito que nunca hubiera sospechado alcanzar con un chico. Me fue desabrochando los pantalones hasta hacerlos caer sobre mis zapatos y mientras seguía aquella maravillosa mamada, masajeaba mis testículos llegando hasta el ano. También él se bajó su pantalón dejándome ver una polla de buen tamaño y cogiéndome una mano se la puso sobre ella, con lo que yo no tuve más remedio que cogérsela y empezar a hacerle una paja, aunque con bastantes torpes movimientos, pues no sabía como hacerlo.
Yo estaba en una situación extraña, entre el novedoso e intenso placer que recibía, el sentimiento de culpa por hacerlo con un hombre, el miedo a ser sorprendidos y la sensación de que me tocaran el ano que casi no me movía. Poco a poco fue introduciéndome un dedo en el culo, muy suavemente, tanto que casi no me daba cuenta, me gustaba y abría de vez en cuando un poco más las piernas; él se mojaba el dedo para hacerlo mas corredizo y ya me entraba y salía con bastante facilidad, mientras sentía que la polla me iba a estallar del placer cada vez mayor iba subiéndome. De pronto, me dijo:
-¿Quieres que te folle?
Sin darme tiempo a responder, me volvió de espaldas y casi sin notarlo me introdujo su polla en el culo y empezó a follarme. En dos o tres acometidas, me vino un intensísimo gusto que me hizo gemir de placer y correrme espectacularmente, eyaculando de una manera increíble, como nunca me había sucedido. Me llené todas las piernas y hasta los pantalones que tenía sobre los zapatos; el siguió follándome y al cabo de rato se corrió dentro de mi culo inundándome con su semen, de tal manera que al llegar a casa tenía los calzoncillos llenos pues había ido saliéndose poco a poco por el camino de vuelta. Tras su corrida, me volvió y empezó a besarme introduciendo su lengua en mi boca en busca de la mía: Yo nunca había sentido aquellos besos y respondí a ellos haciendo lo mismo que él me hacía a mí; al poco rato volví a tener una erección y él me hizo una nueva mamada, ésta vea hasta que me corrí en su boca. Tras la despedida porque ya era muy tarde para mí, me dijo:
-Si te agrada, ven por aquí de vez en cuando; yo vengo casi todos los jueves.
Estuve muy preocupado un par de semanas, pensando si yo sería homosexual. Pero siempre me respondía que no, puesto que las chicas me encantaban, me masturbaba pensando en hacerlo con ellas y, ni por asomo, había pensado nunca hacerlo con un hombre y mucho menos siendo yo el sujeto pasivo. A las tres semanas me entraron ganas de volver a probar aquello y fui al Parque a tratar de encontrarlo por la misma zona donde habíamos estado durante la noche de Feria. Anduve un rato y vi a algunas parejas de novios pelando la pava y algo más y ya cansado de dar vueltas estaba pensando en venirme, cuando lo divisé entre las plantas y me acerqué algo tímidamente a él y le dije:
-Hola ¿Cómo estás?
Él se quedo mirando y me dijo
-Hola. Creía que no volverías. Yo decía no le habrá gustado demasiado.
-Me corrí dos veces… señal de me encantó.
Tras decirle esto me beso dos tres veces y deslizó su mano hacia mi polla que ya estaba dura y la sacó empezando a masturbarme. Yo hice lo mismo con él y me d.C. cuenta que en realidad tenía una polla enorme. No podía explicarme como me la había podido meter entera sin que me doliera, pero estaba ya deseando que volviera a follarme y a sentir aquella verga enorme dentro de mi culo.
Nos masturbamos los dos un buen rato, besándonos con besos húmedos profundos que me producían gran placer y hacía crecer y sentir mi polla cada vez más caliente, hasta que él se agachó y comenzó a hacerme una mamada y acariciarme los testículos. Yo me quité rápidamente los pantalones y le rogué que me follara pues iba a correrme y quería hacerlo con su polla dentro del culo. Me metió todo el nabo dentro y me follaba con gran intensidad, notando yo sus acometidas que cada vez me daban mas gusto pero me corrí muy rápidamente y él tuvo que seguir todavía un buen rato. ¡¡¡Que gusto de follada!!! Se corrió y después, como el primer día, me lo agradeció con una nueva mamada eyaculándole yo en plena cara pues saqué la polla en el preciso instante. Él se rió mucho mientras se secaba la cara y me despidió hasta otro jueves.
Durante varios meses, estuve así yendo algunos jueves a buscarlo para que me follara pero un jueves, mientras nos masturbábamos en los juegos previos, yo me agache y comencé a chupársela, lo cual me agradó bastante; era la primera vez que me metía una polla en la boca y le chupé con tantas ganas que se me corrió bastante mas pronto de lo que en él era habitual. Sin embargo, esperamos un poco para que se recuperara y me follo como siempre y, como siempre, yo me corrí al poco de notar su polla en mi culo. Era tanto lo que gustaba, que no podía controlarme.
Semanas después, el me pidió que lo follara y yo y la verdad es que tambien me encantó hacer aquello, pues él era experto y sabia abrir y cerrar el culo acompasando los movimientos a mis embestidas; se abría para dejarme penetrarlo y se cerraba cuando se la iba sacando par proporcionarme asi más placer. Así fui yo también aprendiendo a follar ya que me follaran. Seguimos viéndonos dos o tres años más, aún teniendo yo ya novia y todo. Después él se trasladó de ciudad y yo seguí yendo por la zona a buscar chicos que me follaran o a follarlos yo, incluso a algunos tenía que pagarles el servicio pues se trataban de los llamados “chaperos”. También me encantaba hacer mamadas. Hoy día, ya estoy casado, pero de vez en cuando acudo a alguna casa de citas donde existen travestis que me follan o yo a ellos y con los que paso muy buenos ratos.
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312203 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212264 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149875 veces
Si te ha gustado confesiones de un bisexual vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar confesiones de un bisexual.
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:37) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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