Recientemente, por boca de mi cuñado, me enteré que mi hermana, prácticamente lo había abandonado, y digo prácticamente, ya aunque siguen viviendo en la misma casa, ella ya no se acuesta con él. Pero no por otro hombre, o mujer. Mi hermana es del tipo de personas que se vuelven fanáticas, con mucha facilidad. Y por lo que me comentó mi cuñado, a ella le dio con la religión, siendo más papista que el mismo papa.
Relato
Bueno se lo pueden imaginar, nada de sexo a menos que no sea para reproducirse, y un sinfín de cosas más, como asistir prácticamente a diario a la iglesia. Por lo que mi cuñado comenzó a sospechar que ella se las entendía con algún sacerdote, o alguien relacionado. Así que durante semanas la estuvo siguiendo, y el resultado fue que nada de nada, solo su fanatismo religioso.
Así que cuando nos vino a visitar a mi esposo y a mí para pedirnos consejos, casualmente Mario mi marido estaba por salir de viaje. Así que me dejó con el problema a mí. Yo resignada, comencé a escuchar y a consolar a mi cuñado, que no dejaba de quejarse por lo que le estaba sucediendo, y por lo que yo pude entender, lo que más le estaba afectando era la falta de sexo. Aunque no me lo dijo con esas palabras precisas, para una buena entendedora, como yo, pocas palabras bastan. Por algo estudié psicología.
Así que a medida que lo fui escuchando, me di cuenta de cuál realmente era su problema. Luciano ya llevaba varias semanas sin llegar a disfrutar de verdadero sexo. Además su manera de mirarme, y de ir diciéndome todas las cosas que ya mi hermana y él no estaban haciendo, la verdad es que me comencé a sentir un poco excitada, y como para colmo de males mi marido justo en esos momentos había salido de viaje. En mi cabeza, comencé a imaginarme un sinfín de cosas locas. Como cuando mi cuñado me comentó que a él le encantaba el sexo oral, y que ahora eso para mi hermana era sinónimo de bestialismo. No pude menos que visualizarlo a él dándome una rica mamada de coño. Y cuando me comentó que antes mi hermana era toda una experta en mamar su verga, eso también me lo imagine haciéndoselo a Luciano. En fin cada cosa de la que él me hablaba, y describía de manera tan vivida, yo pasé a imaginármela.
Lo cierto es que no pude más, y antes de que siguiera haciéndome sentir tan caliente y excitada, le dije. Luciano, cállate. Y de inmediato, bajando la cremallera de su pantalón, eché mano de su miembro. A medida que se lo fui mamando, tal como si fuera una loca, él se fue quitando el pantalón, y al poco rato ya yo me estaba desnudando. Así que a medida que Luciano a pedido mío, volvió a decirme todas las cosas que mi hermana y él ya no estaban haciendo, las fuimos recreando, poco a poco, lentamente.
Por el resto de esa tarde y gran parte de la noche, yo estuve consolando a mi cuñado, tratando de convencerlo de que la loca de mi hermana volvería pronto a la normalidad. Lo que en realidad ha sucedido, pero tras varios meses de espera. Meses durante los cuales yo siempre estuve ahí para él. Mientras que Mario mi marido, ocasionalmente me preguntaba cómo iba lo de mi hermana, a lo que yo sin darle muchos detalles, le decía que por los momentos yo únicamente estaba prestándole apoyo a Luciano, y consolándolo, en la medida que podía….
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513553 veces