Hola mi nombre es Mauricio, y desde hace un buen tiempo tengo la idea, de que de una manera u otra empujé a mi esposa Irma a ser bisexual.
Relato
Lo digo, porque en parte me siento responsable, de las cosas que nos han sucedido a ella y a mí, últimamente. No se si la mayoría de los hombres, que puedan leer esto, digo de los que les gusten las mujeres, les excité al igual que a mí, ver un par de mujeres, preferiblemente jóvenes y de buen cuerpo, mantener un encuentro intimo entre ellas, no me refiero a esos show que montan para turistas o clientes de barras o pop donde bailan mujeres desnudas, sino a situaciones reales. Donde ellas se olvidan del mundo y se centran en su compañera a tal grado o modo, que pueden ser inocentes a simple vista, como un beso el la mejilla, o andar agarradas de mano. Hasta situaciones extremas, donde sus cuerpos tiemblan cuando la lengua de una de ellas pasa por la vulva abierta de la otra, y viceversa.
En fin todo lo que se refiera a la relación entre dos mujeres, me llama la atención y me excita bárbaramente. Así que un día me doy cuenta cuando Irma mi mujer y yo llegábamos a una fiesta familiar, como ella se me perdió en el tumulto de personas, pero cuando la vuelvo a ver a lo lejos, me doy cuenta de que abraza y besa repetidas veces a otra mujer, pero de manera exagerada.
Yo me sentí mal por el espectáculo que Irma montaba, con esa otra tipa a lo lejos, y frente a todos en la familia. Pero a medida que las observo me detuve, para verlas con más detenimiento, y el rostro de alegría de mi mujer, y la manera en que ella besaba repetidas veces a la otra, la verdad que me excitó, de inmediato me las imaginé a las dos acostadas desnudas en nuestra cama, besándose y acariciándose mutuamente. Pero ese cerebro, me duró muy poco tiempo. Resultó ser su hermana menor, a la que yo en esos momentos, no había podido reconocer, por haberse pintado y arreglado el cabello recientemente. Cuando las dos se acercaron a mi, en medio de todo di gracias a Dios de que solo fuera un mal entendido de mi parte en esos momentos, pero por otra parte me sentí algo desilusionado, de que en el fondo eso no fuera una realidad.
Después de eso, me puse a pensar, como había yo llegado a tan siquiera pensar esas cosas de mi mujer. Pero al detenerme hacerlo, reconocí que en el fondo, deseaba que eso hubiera sido realidad. Pero conociendo a mi mujer como creía conocerla, sabía que realmente ese no era uno de sus gustos, o por lo menos hasta donde yo estaba enterado.
A los pocos días de ese incidente nos visitó en casa, una de mis compañeras de trabajo, acompañada de su novio, que al igual que ella, también trabaja conmigo. Como dice la canción los chicos con los chicos y las chicas con las chicas, digo quiero decir, y no me mal interpreten, mientras que ellas dos hablaban, de no se que modelo de ropa usarían en verano. Él charlaba conmigo de cosas importantes, como la economía mundial y la valores del la bolsa, y si me creen eso mejor paro de hablar por que son capaces de creer cualquier cosa.
No en realidad, por uso y costumbre hablábamos del culo de una de las secretarias, que se encuentra de rechupete, aunque no muy agraciada de cara, pero el resto de su cuerpo es del otro mundo, aparte de sus magnificas y bien paradas nalgas, tiene un hermoso par de tetas bien puestas. La tipa esta como para ponerle una bolsa de papel, en el rostro y follarla hasta más y no poder (Que me perdonen la feministas, pero así pienso honradamente).
En esos momentos mientras que los dos soñábamos despierto con el culo de esa secretaria, observé un raro juego de manos entre mi mujer y mi compañera de trabajo. Realmente no era nada del otro mundo, sencillamente se agarraban cuando hablaban, o se tomaban de las manos, pero yo veía algo más que eso, en el rostro de mi mujer creo que noté, cierto agrado cuando Rosa mi compañera de trabajo, le tocaba el rostro con sus dedos de manera continua.
Cuando Rosa y su novio se marcharon, yo le hice un velado comentario al respecto, y mi esposa lo tomó a broma, hasta que se lo volví a insinuar. En ese momento Irma se molestó conmigo, discutimos. Pero como la gran mayoría de las veces, cuando eso pasa nos reconciliamos en la cama. Al momento de irnos a dormir, como es natural le pedí disculpas, y comencé a explicarle lo inexplicable, que la manera en que yo había visto a Rosa tocarle el rostro a ella, y como ella se comportaba, me llevaron a pensar en esas cosas.
Irma siguió con el tema y me preguntó de frente, si yo era como esos tipos enfermos que disfrutaban viendo a dos mujeres tocándose. En mi defensa le dije, que era algo natural el que nos excitásemos por ello, al tiempo que le acariciaba los brazos como había visto a Rosa hacerlo. Irma eso como que le dio algo de escalofrío ya que su piel se puso como carne de gallina, se erizó toda, a medida que mis dedos la rozaban suavemente. Fue cuando me aceptó, que era una sensación agradable, la que ella sentía en esos momentos. Ambos continuamos, con el toqueteó y sin apurarme mucho comencé a besarla suavemente por su nuca, a medida que le desprendía la poca ropa que tenía puesta encima.
Luego mi rostro se lo coloque sobre su depilada vulva, y con suavidad me di a la tarea de ir chupándole su clítoris sin desesperarme. Por un buen rato continué acariciando el bello cuerpo de Irma, y lo frotaba contra el mío, sin llegar a penetrarla, hasta que en cierto momento, logró que ella llego al clímax de un orgasmo, sin ni siquiera haberle puesto mi verga sobre sus labios vaginales. Más tarde, ambos continuamos con nuestro juego. Pero ha Irma se le escapó decirme que ese primer polvo de la noche lo había disfrutado intensamente.
Desde esa noche, de cuando en cuando le hacía una que otra insinuación, a las que ella al principio, no les hacía el menor caso, pero a medida que yo insistía, en que ella debería ser sincera consigo misma, y darse la oportunidad de experimentar. Irma se molestaba conmigo, durante un corto tiempo, pero en la cama volvíamos a disfrutar de la manera que habíamos descubierto que ha ella le agradaba tanto, a diferencia de cuando yo se lo metía y ya. Pero no conforme con ello, continuaba insistiendo, y un día invité a Rosa a casa, y desde luego a su novio, pero previamente había dejado mi cámara de video corriendo, antes de salir con él con la excusa de comprar unas cervezas mientras hablábamos, adivinen de que. Si en efecto del culo de la secretaria, que de paso cada vez que se lo veía como que estaba más bueno. La hija de puta se pone unos vestidos la mar de cortos, que nada mas de respirar ya le muestra a uno las nalgas.
Cuando regresamos con las cervezas, Irma justo en ese instante salía del baño, pero note algo raro algo así como un cierto nerviosismo en ambas, que no me pareció nada natural, pero no hice ningún comentario, hasta que luego que ellos dos se marcharon, y me esposa se fue a dar una ducha. En ese instante me puse a revisar que había grabado la cámara mientras que me encontraba afuera. Al principio nada del otro mundo, apenas y se podía escuchar la conversación, hasta que veo que Rosa que hablaba algo sobre el maquillaje de Irma, le comenzó a pasar nuevamente sus dedos por el rostro de mi mujer, y con claridad pude ver como Irma reaccionaba a esas suaves caricias, Rosa también se debió dar cuenta en el acto, ya que las aumentó y le continuó diciendo a Irma que su cutis era terso suave, limpio y otro montón de cosas.
Cuando de repente veo que sin más ni más le ha plasmado un beso en la boca. Irma se quedó como paralizada por unos momentos, yo pensé esta se abalanzó y aquí todo terminó. Pero no fue así mi mujer le ha respondido de igual manera, las dos siguieron besándose y acariciándose la una a la otra, de manera bien caliente, eso les diré que aunque fue algo relativamente fugaz, me excitó de manera única, hasta maldije el momento en que se me ocurrió regresar con las condenadas cervezas.
Hasta que desde luego cuando sintieron el sonido de la cerradura se detuvieron, he Irma como alma que lleva el diablo se metió al baño. Al momento de acostarnos, le pregunté a Irma si había pasado algo, y ella de lo más tranquila me dijo que no, yo sabía que me mentía, pero no se lo quise decir en ese momento, ya que mi idea no era precisamente discutir. Como habíamos hablado tanto del culo de la otra, esa noche estaba de verdad interesado en metérselo, a Irma por el culo. Por lo que después de un buen rato de juego estilo lesbianas, y que Irma disfrutó de un buen y sonoro orgasmo, me centré en metérselo entre las nalgas, como de costumbre ella por lo general me dice que no, y salvo en raras ocasiones acepta.
Esa noche luego de darle una tremenda mamada de coño que la dejó molida, me dedique a lamerle el culo divinamente, a medida que se lo hacía le fui introduciendo mis dedos llenos de saliva uno a uno, a medida que dilataba su cerrado esfínter, cuando lo consideré adecuado embadurné mis dedos con vaselina, y la volví a penetrar, en ese juego estuvimos por un buen rato, entre lamerle el coño y el culo. Cuando Irma se encontraba de lo más relajada, se lo empujé entre sus nalgas y la muy golosa se ha tragado toda mi verga sin chistar siquiera.
Cuando ya la tenía pegada a mi cuerpo le volví a preguntar, pero de manera más directa, que habían estado haciendo ella y Rosa, mientras que su novio y yo estábamos fuera, Irma en principio me volvió a negar haber hecho algo, y hasta estuve a punto de hablarle del video, pero no me pareció oportuno, por que sino la próxima vez se cuidaría de hacer cualquier cosa. Pero como al tiempo que le enterraba y sacaba mi verga por su divino y sabroso culito, insistí tanto y tanto, que finalmente, aceptó que Rosa la había besado, y más nada, no me dijo nada de las caricias, ni de la manera como ella había respondido a los besos de mi compañera de trabajo.
Pero finalmente me dijo que ella también la había besado. Cuando le pregunté como se había sentido, me dijo que en ese momento se avergonzaba de haberlo hecho, y yo le pregunté la razón, que yo no veía nada malo en ello, siempre que ella lo hubiera disfrutado, y me lo contase estaba bien. Después de ese día Irma cambió un poco, en distintos aspectos, como en su manera de ser, me preguntaba sin tapujos, ¿como sería eso que ella se acostase con otra mujer o con otro hombre? Yo le respondí que eran cosas muy diferentes, que en el caso de la mujer, yo no lo vería mal, pero con un hombre que no fuera yo para mi eso era una infidelidad, cuando me preguntó la diferencia, lo único que se me ocurrió decirle, fue que las mujeres no preñan, a lo que ella me respondió.
Si es por eso no te debes preocupar, por algo tomo las pastillas verdad amor. Ese último comentario la verdad que no me agradó para nada. También cambio un poco en su forma de vestir, algo más o mejor dicho menos encubridora. Además también cambió, sobre todo en la cama. Prefería más y más tiempo, de juegos lesbianos que las penetraciones. Una noche cuando me voy a dormir, Irma me dijo que me quería decir algo, al principio no le puse mucha atención hasta que la escuche decir el nombre de Rosa.
En ese momento me confesó, que finalmente las dos se habían acostado juntas, durante el día y en nuestra propia cama. En ese momento me di cuenta o recordé que Rosa no había estado en la oficina. Según Irma, las dos se habían estado hablando por teléfono, por varios días, hasta que Irma luego de haberme escuchado la invitó, según ella me dijo más que todo por curiosidad, a ver que pasaba, al no estar ni su novio ni yo presentes por todo eso. Irma me dijo que la recibió en bata de dormir, una que en particular a mi me vuelve loco cuando se la veo puesta, y más nada debajo.
Por un rato las dos actuaron de manera normal, hablaron de tonterías femeninas, hasta que de nuevo Rosa tocó el tema del cutis de Irma, y comenzó a toquetearla como la vez anterior, solo que Irma en lugar de quedarse tranquila, fue la que se abalanzó sobre la chica. Rosa al parecer no esperaba que Irma reaccionase así, y se turbó por unos instantes, pero continuaron besándose y acariciándose la una a la otra, rápidamente Irma dejo caer la translucida bata y se quedó del todo desnuda frente a Rosa. La que continuó besando todo el desnudo cuerpo de mi mujer, los senos se los chupo detenidamente, hasta que la hizo gemir de placer, luego su boca siguió bajando hasta el coño de Irma, y Rosa se ha puesto a besárselo, chupárselo y lamérselo, como me dijo que nunca lo habían hecho.
Ese comentario en cierta forma me hizo sentir un poco mal, pero no me detuve en eso. Ya que mi mujer continuó diciéndome, detenidamente, como Rosa separaba los pliegues de su vulva y con su lengua le acariciaba el clítoris hasta hacerla llorar de placer. Pero eso no terminó ahí. Irma después de estar siendo acariciada por Rosa, comenzó a desnudarla y hacer lo mismo que su compañera había realizado con ella. Hasta que las dos mutuamente restregaron sus respectivos coños, la una contra la otra. Luego Irma me dijo que en el baño, mientras se duchaban volvieron a continuar jugando besándose y tocándose íntimamente, mientras que el agua corría por sobre sus cuerpos.
Sin que yo se lo preguntase, me dijo con su cara muy feliz, que se sentía inmensamente bien, y que esperaba deseosa volver a verse con Rosa lo más pronto posible. Cuando luego de escuchar su confesión, le propuse que hiciéramos el amor, su respuesta me pareció más que por placer lo hacía por el compromiso. Cuando se lo comenté, me preguntó cómo me sentiría yo, sí yo tuviera un amigo íntimo como Rosa lo era de ella. En ese momento, la verdad que me sentí hasta ofendido. Le dije que no era lo mismo, que una cosa es un par de mujeres, que se acaricien bellamente, a un par de tipos que uno le de por el culo al otro. Le dije que nada más insinuarme eso, me parecía ofensivo de su parte hacía mi persona.
Durante el resto del mes, Irma me contó las veces en que se encontró con Rosa en nuestra cama, y yo la escuchaba al tiempo que ambos manteníamos algún tipo de relación, de paso yo mejoré un montón en eso de darle mamadas a su coño, cosa que ella misma me dijo en una de esas ocasiones. Pero como al mes, más o menos cuando nos encontrábamos jugando en la cama, al tiempo que comenzaba a penetrarla por el coño, me dijo que me tenía que confesar algo. Como por lo general era la manera en que Irma usaba para contarme, lo que sucedía entre Rosa y ella.
Pero cuando la comencé ha escuchar, todo cambió. Al parecer había salido con Rosa de compras y se encontraron a un primo de Rosa, el que las invitó a tomar un café. En el proceso, Rosa le propuso a mi mujer, que en lugar de pagar ese dinero en una cafetería fueran a nuestra casa, además tenían todas esas bolsas llenas de compras, que como se encontraban cerca de nuestra casa, les era más práctico que entrar a la cafetería. Al llegar, Rosa se metió en la habitación a probarse un conjunto de ropa intima, que había comprado, mientras que ella atendía al primo de Rosa. En ese momento me comenzó a dar mala espina lo que mi mujer me estaba diciendo, pero al mismo tiempo que la penetraba sabrosamente por su coño, como que deseaba seguir escuchándola sin perder detalle, de cada una de las palabras que salían de su boca.
Irma siguió moviendo sus caderas sabrosamente mientras me decía. Que Rosa había salido de la habitación nuestra, apenas vestida con una bata de dormir similar a la que tanto me gusta que Irma use, pero cuando la vio su primo, este no pudo evitar decirle que se encontraba como para comérsela. Irma no le puso atención a eso y se fue a cambiar de ropa, para probarse un pequeño tanga rojo. Pero cuando salió, se encontró a Rosa y a su primo besándose acaloradamente en el sofá de nuestra sala. Al principio, Irma me dijo que nada más se estaba conformando con ver algo molesta a su amante, como Rosa se dejaba tocar todo el cuerpo por su primo, hasta que comenzó a sentir la necesidad de estar entre ellos. Al tiempo que Rosa se dio cuenta de su presencia y haciéndole señas con la mano, la invitó a participar en lo que llaman un trío.
Irma algo cortada al principio solo se acercó a Rosa, pero a medida que esta se besaba con el primo, y acariciaba a mi mujer, el primo también comenzó a tocarle los senos. Continuaron besándose y acariciándose entre ellos, Rosa le fue quitando la ropa a su primo, al tiempo que ya éste se encontraba colocando su boca sobre el coño de mi mujer. En esos momentos sentí un gran coraje, pero mi interés por saber que más había sucedido, como que me excitó más aun y con mayor fuerza la penetraba por el coño. El Primo de Rosa ya semidesnudo, estuvo mamándole el coño a Irma por un buen rato, mientras que Rosa, le chupaba las tetas y le mordía sabrosamente los pezones a mi esposa.
A partir de esos momentos, Irma me confesó que no pudo aguantar las ganas de sentir la verga de ese tipo dentro de ella, por lo que se acostó boca arriba y abriendo de par en par sus piernas lo invitó a continuar. Nunca pensé que escuchar eso que decía mi propia esposa me afectase a tal grado y manera, en parte deseaba haber estado presente para verla, pero por otra parte me molestaba que en el fondo se comportase como una real puta, ya que según ella misma me lo dijo le encantó sentir como la verga de ese extraño la penetraba.
Rosa no se quiso quedar a tras y colocó su coño sobre el rostro de Irma, la que me aseguró que a medida que el primo de Rosa la penetraba y se lo sacaba, ella le daba una mamada de ensueño a su amiga. En ese instante lo que me provocaba era castigarla, por puta. Sin pensarlo saqué mi verga de su coño, y de un solo golpe se lo enterré entre sus nalgas, pero para mi mayor sorpresa, Irma me confesó también que el tío ese hasta por el culo se lo había metido y para colmo había sido ese mismo día. Yo no quería o no podía creer lo que mi mujer me decía, y al mismo tiempo deseaba que fuera cierto, ya que el escucharla decir como el tipo ese le agarraba el coño, tan sabrosamente, y como ella movía su culo para sentirlo más adentro de ella.
Me calentaba tanto que sin poder evitarlo me vine dentro de su sabroso culo, al tiempo que con mi mano le apretaba su depilado coño hasta que la escuche gemir y gritar de placer. Cuando terminamos me dijo con una sonrisa de puta satisfecha, que no me preocupase, que ella se estaba tomando las pastillas. Luego se fue a dar una ducha y me dejó solo en la cama. Después de ese día, Irma no tan solo ha vuelto a mantener relaciones con Rosa, sino que al parecer también con el condenado primo.
Cuando le pedí estar con Rosa y ella, me dijo que con otra chica tal vez, pero con Rosa no por que ella no quiere, que su novio se entere, y entiende que no estoy al tanto de todo lo sucedido entre ellas dos. Pero Irma me sugirió que estaba más que dispuesta, a que otros hombres nos acompañasen en la cama algún día, solo espera que yo le diga cuándo. En principio, la idea no me gustaba nada, pero no sé como que la estoy contemplando para ver como la pasamos entre dos tipo mi esposa y yo.
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
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Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
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Si te ha gustado Convertí a mi esposa, en bisexual… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Convertí a mi esposa, en bisexual….
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:18) dice:
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