Culiando a mi cuñada

Todo empezó después de una fiesta familiar en casa de uno de mis cuñados, mi cuñada, la Negra que en una ocasión anterior me dejo intrigado se había acercado demasiado a mi pene apoyándose en una de mis piernas mientras estábamos en una cena y ella, al parecer estaba un poco bebida, puso su cabeza en mi pierna y al sentir su respiración un poco entrecortada me excito pero no pasó más allá hasta esa fiesta. En medio de ella, la observé que en un momento se retiro hasta una pieza interior y cuando yo fui al baño, la vi tendida en la cama con los ojos cerrados, me acerqué y le dije que así como estaba corría peligro porque cualquiera se podía aprovechar de ella, sin abrir sus ojos sonrió, lo que de cierta manera me excitó al recordar la situación anterior, me senté a su lado y le acaricié el pelo y le volví a repetir que se podían aprovechar de ella, abrió sus ojos y me sonrió de una manera insinuante, lo que aumentó mi excitación y me atreví a tocarle sus senos por encima de la ropa, no me rehuyó y seguía sonriendo, me atreví a más y puse mi mano sobre su vientre y le acaricie hacia abajo y le dije, ves como se pueden aprovechar de tí, sin decir nada noté su excitación también y en ese momento apareció otra cuñada diciendonos que nos ibamos a casa de nuestros suegros, donde íbamos a dormir esa noche. El trayecto lo hicimos en distintos vehículos y al llegar, mi esposa se fue a acostar rápidamente y yo le pedí a mi cuñada si podía servirme un café, me dijo espérame en la cocina y voy. Apareció más tarde en pijama de seda y me sirvió el café y se sentó a la mesa mientras yo, de pie me lo servía, cuando terminé y me disponía a retirarme, me dijo no te vayas, puso su cabeza en la mesa y me dijo, hazme cariño que paso por malos momentos, me acerqué y le pasé mi mano por su pelo, ella se acercó a mi, quedando muy cerca de mi pene que ya se había puesto erecto por su cercanía, se apretó a mi y me beso por sobre mi pantalón y abrió su boca como queriendo chuparme mi pico que ya se notaba erecto, la acerque más y se notó que es lo que quería, bajé mi cierre, lo saque y sin más lo tomó y empezó a chuparme de una manera tan excitante que no demoré en correrme, intenté hacerlo fuera de su boca pero ella se lo metió más adentro y recibió toda mi leche y sin dejar de chuparme mi pico volvió a ponerse erecto, la tome de sus brazos y se colgó de mi cuello, le saqué los pantalones de su pijama y noté que estaba sin nada debajo, cruzó sus piernas por detras mío y se lo metí en su concha que estaba super húmeda y empezamos a culiar hasta que volví a correrme y ella tuvo su orgasmo, se bajó y volvió a chuparme y limpiarme con su lengua hasta que se me volvió a poner erecto y la tome y la volví y la puse en cuatro lo que aceptó gustosa, abrí un poco su rajita y se lo metí despacio mientras ella se quejaba pero se lo metía más y empezamos a darle hasta que le llené su culito de mi leche, me volvió a chupar hasta dejar limpio mi pico y nos fuimos a acostar cada uno a su dormitorio. Al otro dia, cuando nos encontramos en el desayuno, en un momento me acerque a ella y le pregunte si se acordaba de lo que había pasado en la noche, pensando que tal vez todo había sido producto del licor que habíamos bebido, me tomó la mano por debajo de la mesa y me dijo, me acuerdo de todo y a tí te gustó, me preguntó, y su mano por debajo de la mesa me acaricio mi pico y le dije si mucho, entonces ella me apretó y me dijo, cuando vuelvas lo volveremos a hacer, ya que nosostros con mi esposa, viajábamos todos los meses a ver a mis suegros y ella vivía con ellos porque estaba separada. Todos los meses cuando íbamos la llamaba por teléfono para avisarle y ella nos esperaba, siempre en pijama porque llegabamos tarde y mi esposa se acostaba ráipidamente para acostar a nuestros hijos que llegaban casi durmiendo y ella se quedaba conmigo en la cocina y ahí dábamos rienda suelta a nuestra calentura y culiabamos de todas formas y me chupaba por largos ratos. Muchas veces tuve que hacer super esfuerzos porque cuando me iba a acostar después de haberme culiado a la Negra, mi esposa me esperaba caliente también y sacando fuerzas tenía que culiarla a ella también. Esto duró muchos años y próximamente les relataré las formas de como lo hacíamos, casi en las narices de los demás, lo que aumentaba la excitación.