CUMPLEAÑOS 2

CUMPLEAÑOS II

Bueno, deben recordar lo que les conté del día de mi cumpleaños, empecé jugando con mi hermano y terminé iniciándome en el sexo. Hernán me prometió que seguiríamos por la mañana del dia siguiente, pero siempre hay imprevistos.
Por la noche fuimos a cenar con mis padres, y cuando estábamos por brindar por mis 12 años, me dieron otro regalo, un pasaje a Neuquén, para visitar a mis tios, a quienes siempre quise ir a ver. Debía salir al dia siguiente muy temprano y todos mis pensamientos y los de Hernán se fueron al suelo. Pensábamos seguir con el juego que habíamos empezado y por el momento todo acabó.
No sé que cara habré puesto, que mamá me preguntó sino quería ir, a lo que dije: ¡Si!, y no me voy a perder el viaje por ningún motivo
De acuerdo, dijo mamá, pero deberás volver el 23, porque la Navidad la pasaremos en familia. Mi hermana te enviará por avión y nosotros te esperaremos en Aeroparque.
No se habló mas del tema, y a la mañana siguiente, me encontraba viajando rumbo a Neuquén. Pensando en Hernán, como se encontraría y lo mucho que me hubiera gustado estar con él. Cada vez que pasaba revista a todo lo que habíamos hecho, los placeres nuevos, me estremecía, y apretaba mis piernas y sentía que me mojaba. Si hubiera sabido que debía masturbarme lo hubiera hecho, pero en verdad, no sabía como hacerlo, y hoy me doy cuenta de lo caliente que estaba.
La estadía en casa de mi tía fue hermosa, junto a mis dos primas fuimos a recorrer todos los hermosos lugares de la provincia, pero nunca, estando a solas dejé de pensar en Hernán. Todas las noches me quedaba dormida con las manos entre mis piernas, como si él estuviera alli.
Al fin el día 23 llegué a Buenos Aires, y fui recibida por papá, y rapidamente llegamos a casa, donde mamá se encontraba cocinando para festejar la Navidad. No lo ví a mi hermano, pese a que lo busqué con la vista por la cocina y el comedor, pero el muy pillo se encontraba en su habitación, y así como al pasar pregunté: Y Hernán, no está.
Si, contestó mi madre, está en su habitación leyendo.
Bueno, voy a saludarlo. Porque parece que se olvidó que hoy llegaba su hermanita.
Al entrar en la habitación, lo encontré tirado en la cama, leyendo una revista de mujeres, una revista de moda, por lo que supe que no leía, ni miraba las fotos de los vestidos.
Su cara mostró su alegría al verme, me abrazó y besó, y me explicó que quiso recibirme a solas, que ansiaba verme, que se la pasó pensando en mí. Le conté que me pasó lo mismo y que estaba muy contenta de estar en casa. Luego fui a darme una ducha y prepararme para cenar.
Durante la cena surgió que pasaríamos la fiesta de fin de año en nuestro departamento en Mardel, pero que viajaríamos el 31, porque no podían dejar el trabajo antes, y que ya es-taba todo previsto. Entonces pregunté:
Porque no vamos Hernán y yo para limpiar un poco y aprovechar la playa.
No lo pensaron mucho, estuvieron de acuerdo con mi idea, pero con los consejos de siempre: Hernán será el responsable, cuando lleguen hablarán con el encargado y le piden que llame para saber como han llegado y para que los controle un poco. Nada de salidas nocturnas, cenan en el restaurante de la esquina y a casa.
Festejamos la Nochebuena y después del almuerzo de Navidad, partimos a la ciudad feliz.
Fuimos todo el viaje tomados de la mano y nos reíamos de cualquier cosa, en ningún momento hicimos comentarios de nuestro secreto, pero eso estaba siempre presente, por lo que no veíamos la hora de llegar.
Cumplimos con todas las órdenes y nos instalamos en el departamento, allí todo cambió, Hernán dejó los bolsas en cualquier lado y me abrazó fuertemente, mientras me besaba como enloquecido, le devolví beso por beso, caricia por caricia, mientras nuestras lenguas se trenzaban en un combate de lujuria. Las manos de mi hermano fueron sacándome mi ropa, empezando por la parte de arriba, hasta dejarme solo con el corpiño azul que había elegido antes de viajar, después me aflojó el pantalón que cayó a mis pies, y mostrando la bombachita haciendo juego. Se alejó unos pasos me miró y dijo: Juli, que hermosa sos, te voy a comer toda. Me levantó en sus brazos y me arrojó sobre le colchón sin sábanas del dormitorio de nuestros padres. Se sacó la remera y empezó a besarme el cuello, y aflojan-do el pequeño corpiño, los pezones, que ya estaban duros esperando sus caricias. Mi bombacha, cayó casi con su calzoncillo, y comenzó a bajar sus besos hasta mi conchita, que era lo que yo mas esperaba. Todo su cuerpo desnudo junto a mí, mientras su lengua me daba golpecitos en el clítoris, y su pija dura como un palo de béisbol junto a mi cara.
Sentí mis primeros estremecimientos y sin que me lo pidiera le empecé a chupar la pija, con todas las ganas que el deseo me mandaba. Yo gemía de placer y Hernán me devolvía el gemido, sin dejar de meter su lengua en mi conchita, enloqueciéndome mas y mas. Hasta que no pude soportar mas y le grité: Seguí, por favor, seguí, que ya estoy.
Yo tambien, no la soltés, que ya acabo.
Y el mas grande placer llamado orgasmo invadió todo mi cuerpo, desde la cabeza a los pies, y el grito de mi hermano de: Ya, Yaaaaa, llenando mi boca con su leche, que era tanta que tuve que tragar para no ahogarme, pero que igual me chorreó la cara.
No sé cuanto tiempo estuvimos tirados en esa forma, pareciámos dormidos. Cuando reaccionamos, nos colocamos uno junto al otro, y me besó el rostro limpiándolo de todo rastro de sémen, y diciendo: Julieta sos lo mas grande que le pasó a mi vida. Nadie podrá darme el placer que vos me das.
Lo mismo me pasa a mí, no sabés como esperaba este momento. Pero ahora, debemos vestirnos rápido porque el encargado vendrá a ver porque no salimos a cenar. Así que no perdamos tiempo y salgamos.
Fuimos a cenar y luego a caminar hasta la costa, para contemplar el mar. Mi hermano me llevaba de la mano y me apretaba fuerte. Nos sentamos en el paredón mirando el mar, iluminado por la luna llena, a lo lejos un barco totalmente iluminado iba rumbo al puerto.
Hernán apoyó su mano en mis piernas, que se encontraban descubiertas, porque me había puesto una pollerita de jean, y me acariciaba entre ellas, y con sus dedos tocando la conchita, que se humedeció de inmediato, mientras su pantalón contenía la pija que buscaba la libertad.
Mejor volvamos que hay poca gente y puede ser peligroso, dijo mi hermano
Sólo por eso, o porque querés jugar, mirá que yo no tengo ganas y quiero acostarme tem-prano.
Se lo dije para ver, como se ponía, pero el pillo, sonrió y me besó en la boca.
A llegar, saludamos al encargado, y nos fuimos al departamento. Estaba como mamá lo
Había dejado la última vez que estuvimos ocupándolo. Todas las camas sin hacer, solo los colchones, por lo que decidimos hacer una sola cama y acostarnos juntos. Apenas alcancé a extender la sábana cuando Hernán ya me estaba besando los cachetes del culito. Perdón si llamo todo en diminutivo, porque yo en ese entonces no era muy alta, mas bien pequeña, morocha de ojos verdes y cabello lacio, pero todavía ninguna belleza, como soy ahora. Para mi hermano era la mas bella, la mas deseada, la del mejor cuerpo, pero piensen que no había visto otra mujer desnuda más que a mi. Si apenas tenía tetas y ningún pelito que adornara mi ingle. Bueno sigo con mi relato. Intenté desprenderme, para terminar de armar la cama, pero fue imposible. Así, mientras me besaba la cola, me sacó la bombacha y apoyó su pija entre mis piernas, buscando la entrada de mi conchita. Le pedí que me dejara desvestir y así lo hicimos. No dejó que me acostara, me volvió a besar la cola y dobló mi cuerpo hacia delante, y metió nuevamente su pija en busca de la entrada de mi conchita, totalmente humedecida. Rapidamente encontró el camino y empezó a penetrarme, con un movimiento de pone y saca. Logró a medio su cometido, porqué le dije que me dolía, que no me lastimara. Eso lo detuvo y dejó que me acostara, se puso a mi lado diciendo que era mucho el deseo de coger que no se había dado cuenta de mi dolor. Le dije que no era para tanto, que era mas el susto y que lo hiciera despacito, y que si le pedía que se detuviera, me hiciera caso.
Contento como nunca, me beso en la boca y su lengua buscando mi lengua, se arrodilló entre mis piernas, y empezó a jugar con la cabeza de su pija en la puerta de mi concha. Sentía que acariciaba con ella mi clítoris y esperé que me penetrara. Su pija fue abriendo paso y si bien me dolía bastante, el deseo que me tomara era mas fuerte, así que me mordí los labios y sentí que algo chocaba dentro mio. ¿Te duele? Un poco, contesté, pero seguí moviéndote. No fue mas que escuchar mis palabras, que mi hermano empujó con fuerza y penetró totalmente desvirgándome con su embestida. El dolor era inmenso, pero no se lo hice notar, siguió moviéndose dentro mio, en un bombeo alucinante, que me olvidé del dolor , y un pequeño orgasmo me invadió, y luego otro, y por fin uno, el mas intenso, que me hizo rogar: Seguí, seguí, no la saques, seguí moviéndote que voy a estremecerme. Y así fue, el estremecimiento, era un orgasmo inolvidable, el primero con una pija dentro mio, haciéndome gozar. Crei que me orinaba, porque era tanta la locura que me producía esa pija, yendo y viniendo, que me mojaba más y más. En eso mi hermano exclamó: me voy, acabo, ya acabo, y una explosión se produjo en lo profundo de mi vajina, era como un fuego que me quemaba, mientras su pija escupía todo el sémen, desbordando de mi concha.
Su cuerpo cayó sobre el mío y asó permanecimos largo rato. Pasados unos minutos, escuché que me decía: ¿Te gustó?
Tardé en contestarle, porqué me parecía estar en otro mundo, pero al fin logré contestar: ¡Siii, mucho! Me encantó, creo que estoy soñando. Apretame fuerte, muy fuerte, que quiero recordar este momento toda la vida.
Si mi amor, yo también lo recordaré siempre. Y no solo te abrazo, quiero besar tu carita, darte mil besos por el momento mas hermoso que hemos vivido.
No puedo recordar cuanto tiempo permanecimos abrazados, pero al fin comencé a ver la relidad, y le pedí a Hernán, que nos bañáramos y que hiciéramos la cama como corresponde pues era la hora de dormir y debíamos empezar temprano a limpiar y arreglar el departamento, pues esa era la excusa de nuestro viaje.
Bueno, no todo fue como lo dije, volvimos a jugar bajo el agua tibia, que caía sobre nosotros, Hernán se agachó y con su lengua empezó a jugar con mi clítoris hasta que me hizo experimentar un orgasmo que me tuve que apoyar en los azulejos del baño para no caerme. Después me arrodillé yo, y ya sin que mi hermano me lo pidiera, le empecé a chupar la pija, que no se como, pero siempre se encontraba bien firme. Las exclamaciones de goce de Hernán, llenaban el cuarto de baño, mientras con mi boca, le hacía sentir todos esos placeres, hasta que en un grito de: Ahhhh, explotó y me lleno de su sémen, que empecé a tragar como un elixir. Si, es verdad, me encantó tragarlo, y nunca dejaría que se desperdicie, o en mi conchita o en mi boca.
Luego hicimos la cama como mejor pudimos y fatigados de tanto placer, nos quedmos dormidos, completamente desnudos y abrazados.
Despertamos temprano, y ya sentí su pija en mi culito, el muy desgraciado ya volvía a tener ganas de cojerme, y en verdad yo también. Lo hicimos nuevamente pero no olvidamos que debíamos salir a desayunar, y que el encargado no viera.
Y como todo en la vida pasa rapidamente, así pasaron los días, y al fin llegaron los papis, quienes encontraron casi todo en su lugar.
Así fueron pasando los dias, y nuestra relación cada vez mas intensa, y hoy en el dìa de mi cumpleaños número 22, espero seguir recibiendo todo el amor de mi querido hermano.