Cumplí mi deseo de hacerle el amor

A continuación les narro esta historia de cómo logre cumplir mi deseo de poseer sexualmente a una señorita y para mi suerte logre hacerla mía.

La muchacha de quien hablo lleva por nombre Claudia, ella es una joven de diecinueve años que posee una belleza y sensualidad propias de su edad. Ella es de tez blanca, cabello castaño el cual lo tiene largo, sus ojos son cafés claros, tiene una hermosa nariz y una sonrisa de niña coqueta. Goza de un cuerpo esbelto y en forma con unos pechos aun no tan grandes, pero si tiene unas nalgas deliciosa y unas piernas muy sensuales. Como se darán cuenta por la descripción ella sin duda es una bomboncito que me excito desde que la conocí y desde ese momento la desee intensamente, la suerte estuvo de mi lado y ella fue por fin mía hace poco apenas, con lo que corresponde a su forma de ser pues diré que es una chica sencilla y hasta un poco inocente aun, ya va a la universidad en la cual tiene muy buenas notas según se, no le gusta es desmadre ni mucho menos tomar, sin duda es una niña bien. Sin embargo ya no es virgen y no porque yo le haiga quitado su virginidad sino porque quien sabe a qué edad fue desflorada me imagino que con un chavo de su edad, la verdad confesaré que esto no me hizo gracia del todo pero aun aunque no la encontré virgen yo disfrute mucho el cogérmela. En cuanto a mí sólo mencionaré que soy un señor de treinta y ocho años de edad, soy moreno claro, también diré que como me gusta comer grasas y carnes lamentablemente estoy un poco gordo y con algunos kilos de más, esto no me agrada pero ya que verdad pero si de vez en cuando hago ejercicio lo cual me ayuda a no volverme del todo obeso, sin duda corrí con suerte de que ella aceptara hacer el amor con un maduro y gordo como yo, pues sin duda ambos no las pasamos muy bien.

Esta muchacha de quien hablo es la hija de un compañero de trabajo y también amigo mío quien nunca pensó que yo me cogería a su hija. Ambos trabajamos en una fábrica textil operando maquinaria pesada que produce hilos para cobijas y todo eso, ahí fue donde nos conocimos los dos, poco apoco nos fuimos tratando como compañeros de trabajo hasta que nos volvimos buenos amigos, tanto que ya nos invitábamos cervezas e íbamos de parranda los fines de semana, el ya me contaba sobre su familia que tiene una hija ya universitaria y todo eso, pero aun no la conocía yo. Así seguimos como amigos por un tiempo hasta que un buen fin de semana él en lugar de irnos de pedos como otras ocasiones, esa vez me invito a su casa a ver de paso un partido de futbol ese buen domingo, fue en ese momento cuando me presento e toda su familia, a su esposa y sus dos hijos, a Claudia y a otro de sus hijos que es el menor aun. Fue ahí donde conocí a su preciosa hija de la cual me enamore desde el primer instante, ¡Guau me pensé, que hermosa hija tiene este cuate pero yo ya soy muy viejo para una niña como ella! Esto me lo dije en mente a mí mismo, todo ese día me la pase contemplándola y ya deseándola desde ese instante, cuando me saludo sentí sus manos, la suavidad de su piel me fascino. Bueno ese día todo fue normal y nada paso fuera de lo común, a su esposa también me gusto un poco pero sin duda de la que me enamore de fue de la señorita Claudia. A partir de ese día con pretexto de ir de visita a mi amigo comencé a ir con frecuencia a su casa sólo para verla y saludarla aunque sea, lo bueno es que ni mi amigo ni su esposa notaron mis intenciones hacia su hija, Claudia debo decir que si lo noto, ella de se dio cuenta del morbo que sentía al verla.

En más de una ocasión la vi portando su uniforme escolar y ¡guau! En verdad era la colegiala más sensual que había visto. También todas las veces que me la jalaba pensaba en ella y en cómo lograr hacerla mía, más nuevamente en mi mente me sentía frustrado al pensar que ella jamás seria mía, que suerte que me equivocaba pues afortunadamente sólo basto que la manoseara un poco para calentarse y dejarse hacerle el amor, claro el hecho de que ella ya hubiera sentido el placer del sexo en su pasado hizo más fáciles las cosas, pues ya no tuvo miedo a la desvirgación y como lo iba a tener si ya no era virgen obviamente. Y pues por fin después de tanto desearla llego el gran día en que mi sueño se hizo realidad y logre hacerla mía. Eso fue un buen día jueves, por su padre me entere que ella no tenía clases ese día, así que presentí que la encontraría en su casa, fui a su casa y obviamente la encontré a ella, aunque desafortunadamente encontré también a su madre en casa, afortunadamente no fue gran problema el que quedáramos solos, de manera natural estuve platicando con la señora pues Claudia estaba muy entretenida en su laptop y aparte sabía que no le interesaba mucho mi presencia, ya había estado como una hora y eran cerca de la 1 de la tarde, ahí fue donde la señora se fue pues tenía que ir a traer a su hijo a su escuela y salía a la 1:00. Yo rápidamente me pensé que no era conveniente que me quedara ahí pues aunque ya era de confianza podía sospechar mis intenciones con su hija, así que en el momento que dijo que iba a salir por su hijo yo tome la palabra para decir que tenía que irme.
Yo me retire de la casa pero obviamente no me fui de verdad, sino que me quede espiando para ver el momento en que la señora se fuera, afortunadamente en pocos minutos la vi salir a pie pues no tienen auto rumbo a la escuela del niño, yo espere a que se alejara lo suficiente para que no me viera entrar de nuevo a su casa y ahí fue donde toque de nuevo con el pretexto de que se me olvidaron mis llaves, Claudia me dejo pasar sin imaginarse mis negras intenciones y vaya que ese día si se veía muy sensual. Estaba vestida sólo con una sudadera negra y una falda blanca un poco larga, también portaba unas sandalias muy sensuales que dejaban verle sus pies hermosos. No sabía ni cómo empezar pero por fin me arme de valor y le confesé mis sentimientos, ¡Mira Claudia yo te deseo como jamás he deseado a ninguna mujer mamita, uy quiero hacerte mía! Ella puso cara de enojo e intento darme una bofetada pero en ese instante detuve su mano con un poco de brusquedad y de inmediato comencé a tocarle sus pechos sobre su sudadera, ella forcejeaba aun pero fue en ese instante cuando al iniciar a tocarle sus nalgas ella se empezó a dejar, ¡Quiero metértela mamacita! Le dije al oído, sin decirle más la senté en la mesa e inicie por besarle sus pies, ella sólo intentaba mirar por otro lado. La puse de pie, tome su falda y se la levante lentamente, yo conforme iba viendo sus deliciosas piernas mi excitación iba aumentando y ya sentía que mi verga no cabía dentro el pantalón, cuando por fin se la subí por completo logre verle sus calzones, sin más espera intente bajárselos pero en este momento ella trato de impedírmelo cerrando sus piernas con fuerza para que no la manoseara ni le bajara sus calzones, pero yo sin importarme esto comencé a tocarle su zona vaginal sobre la tela de sus calzones, por naturaleza femenina en pocos minutos sentí como se humedeció. Fue donde entendí que ella ya estaba excitada, esto me motivo a que hiciera un segundo intento en bajarle sus calzones y por suerte ya no se resistió más, así baje sus braguitas blancas hasta quitárselas completamente, así de pie ella yo de nuevo metí mi mano derecha entre sus piernas y ya sin para mi suerte sin estorbos logre al fin tocarle sus deliciosa vagina que ya estaba muy mojada.

Yo mientras le acariciaba su zona intima comencé a besarle en sus labios y luego en su cuello, en esto estaba cuando me decidí y de inmediato le introduje dos dedos en su vagina, ella al sentir mis dedos dentro de ella dio un gemido leve, yo sin duda estaba como loco pues deseaba disfrutarla con libre albedrio pero sabía que no tardarían en llegar su madre con su hermano, así que debía follarla cuanto antes. Ella al ver que ya había liberado mi pene para penetrarla fue donde me hizo esa confesión de que ya no eran virgen, la verdad me molesto un poco pero no le di importantica pues lo único que me importaba en ese instante es que estaba a punto de ser mía, volví a subir su falda, separe sus piernas retrancándola sobre la pared y sin esperar más coloque mi verga en su agujerito vaginal y con un solo empujón basto para que entrara toda hasta el fondo de su vulva. Comencé a penetrarla a toda velocidad pues no había que cuidarla pese a que ya no era virgen y claramente lo sentía pues aparte de eso ella tiene una vagina muy elástica que permitió la entrada de mi pene fácilmente, ella comenzó a gemir muy rico, pero tenía que aguantarse pues no fuera a ser que nos escucharan, la velocidad era tanta que se oía el sonido del choque de mi pene contra su vagina, la felicidad era inmensa e indescriptible pues al fin estaba logrando cogerme a la chica que por meses había anhelado.
Claudia gemía quedito y suspiraba también de tanto placer, sin duda era un momento de gloria para los dos. Continúe metiéndosela como por más de veinte minutos hasta que llego el momento en que no aguante y por descuido me vacié dentro su vagina, al momento retire mi pene de su vagina y toda esa corrida de semen escurrió de su vagina por sus muslos, ella al saber que no tardarían en llegar de inmediato tome sus calzones para limpiarse su zona intima y se bajo la falda sin ponerse nuevos calzones, justo ahí abrieron la puerta y entraron su madre junto con su hermanito, yo me oculte hasta que ella me hizo señas que me saliera a prisa sin que me vieran, por suerte nadie se entero y ahora cada que voy a su casa ella me mira pícaramente al recordar la follada que tuvimos.