Daría hasta lo que no tengo, por montarme en esa máquina…. ( CON fotos)

Yo no había terminado de decir eso, cuando una ronca voz a mis espaldas dijo. Qué te parece si me das lo que si tienes, y a cambio yo te dejo no tan solo montarlo, sino que lo puedas manejar, por unos cuantos días. La verdad es que el escuchar esas palabras tras de mí, me dio la impresión de que esa persona de burlaba de mi, y de mi sueño imposible, de manejar aquella bella y potente máquina.

Pero al darme vuelta, para ver quién era el tipo ese. Me sorprendí al ver al famoso Jacobo, el constructor de aquella maravilla sobre dos ruedas. Lo cierto es que aunque no lo conocía de manera personal, estaba bien al tanto de quien era, y de todas sus creaciones.

Sonriendo Jacobo, me invitó un trago, diciéndome. Me encanta hablar, y compartir con las personas, que como tú admiran mis obras. Yo me sentí de lo mejor, al escucharlo que me invitaba a compartir con él. Además ignoraba que uno de sus talleres, se encontraba justo frente a nosotros.

Una vez ya adentro, y tras invitarme una cerveza, me preguntó, bueno que estaría dispuesto hacer, o dejar que te hagan, para poder manejar mi Camaro. Yo la verdad es que pienso, que ni atención le puse a lo que me dijo, mi sueño era manejar aquella tremenda maquina, sin importarme mucho lo que me costase.

En ese momento sin perder el tiempo, Jacobo bajándose, y quitándose sus pantalones. Quedó con su verga al aire, fue cuando yo la verdad es que me puse a pensar qué diablos buscaba a ese tipo. Así parcialmente desnudo, me dijo. Bueno si me das el culo, dejo que pruebes el Camaro. Yo la verdad es que no podía creer lo que ese tipo me estaba proponiendo.

Yo jamás en mi vida había tenido inclinaciones por otros hombres, pero el que existiera la remota posibilidad de que manejase aquel monstruoso, y como dicen músculos auto súper deportivo. Hizo que de inmediato, me pusiera a pensar en su oferta.

Entre las muchas cosas que yo mismo me dije, fueron. Bueno eso solamente lo sabremos él, y yo. Y yo no se lo voy a ir contando a todo el mundo, que me dejé dar por el culo, para darme el gusto de manejar esa belleza de auto. Además también me dije a mi mismo, el que yo me deje dar por el culo, por este tipo, no me hace maricón. Mi deseo de manejar aquella maquina era tal, que en realidad no veía nada de malo en hacer lo que él me pedía, claro que siempre y cuando él cumpliera con su palabra.

Así que después de ese pequeño debate dentro de mi mente, de inmediato le respondí que sí, que si estaba dispuesto a dejarme dar por el culo por él, siempre y cuando me dejase manejar su auto por dos días por lo menos.

Jacobo al ver, que yo acepté sin mucha prisa me dijo, bueno ahora desnúdate. Lo que yo de igual forma fui haciendo, hasta que me quité toda mi ropa, quedándome únicamente con mis botas de trabajo puestas.

Una vez que quede del todo desnudo, Jacobo se me acercó, y aunque me sentí muy raro, al dejar que otro hombre, como yo me tocase, como él lo estaba haciendo, en mi mente me decía a mí mismo, lo hago no porque me guste, lo hago para manejar esa máquina.

Fui sintiendo sus fuertes manos, por todo mi cuerpo, en especial sobre mis nalgas, y como con sus gruesos dedos, me fue penetrando. Lo cierto es que no me incomodó tanto, como yo esperaba. Es más ahora que hablo sobre eso, les puedo decir que, como que lo disfruté mucho.

Yo aunque procuré contener mis expresiones, a medida que él me fue penetrando con sus dedos, a mí se me fueron escapando uno que otro gemido, producto del placer que estaba haciendo sentir, con lo que me estaba haciendo. Hasta que después de un rato, Jacobo mismo, agarró algo de agua y jabón y me los pasó entre mis nalgas con sus manos. Al tiempo que me fue diciendo, esto hará que me deslice dentro de ti y no te duela tanto.

Yo a todas estas, aunque sin llegar a decírselo, estaba deseoso de sentir aquella cosa que colgaba entre sus piernas, penetrando mi esfínter. Por lo que cuando comenzó, no les diré que no me dolió, pero no de la manera que yo me esperaba, era una especie de raro rico dolor, y aunque me quejé, a medida que Jacobo e fue penetrando, yo lo fui disfrutando y mucho.

Ya cuando tuve toda su verga dentro de mí, no sé si fue de manera instintiva, pero sin que me dijera nada, yo comencé a mover mis caderas, como buscando sentir su buen pedazo de carne, más y más dentro de mí.

Desde esos momentos en adelante, me olvidé por completo, de reprimir mis emociones, y prácticamente le pedí que continuase clavándome su verga, de la manera que él quisiera. Así que a medida que continuamos folla que folla, en unas cuantas ocasiones, hasta cambiamos de posición. Ya que hasta sobre el auto, lo estuvimos haciendo, así como en el mismísimo piso del taller.

Yo lo único que deseaba en esos instantes, era continuar sintiendo su verga entrando y saliendo de mi culo, una y otra vez. Cuando finalmente Jacobo se vino, lo hizo por completo dentro de mí.

Pero al sacar su tremenda verga de mi culo, no sé que me sucedió, que me dio un frenético impulso, y sin pensarlo dos veces, me he dedicado a mamársela hasta que nuevamente lo hoce venirse pero dentro de mi boca.

Bueno en torno a manejar el Camaro, la verdad es que si lo hice, pero después de que Jacobo me comió el culo, lo que realmente me importó más fue el que me lo volviera a comer, cuantas veces él quisiera.