De madrugada fui rescatada, poseída y embarazada

Una madrugada del mes de Enero venía de vuelta en mi camioneta cargada con tomates y pepinos, venía de una bien comida y regada fiesta por lo que usaba caminos alternativos secundarios, en un cruce de un río que sabia que era difícil pasar por su lecho de piedras y arena que muchas veces había visto vehículos allí detenidos. Tendría cuidado al irme o resultado de esa noche para variar una camioneta empantanada.

Había estado en una fiesta y en la fiesta dos mujeres que se destacaban por su esbeltos cuerpos siendo amabas mayores de unos 35 a 40 años… los hombres bebían con ellas y estas para gobernarlos como tiranos, bebían con ellos y los tenían a su disposición… mejor pasaría a fuera en la terraza con los amigos tomando tragos y comiendo unas deliciosa empanadas. Mas comía que bebía sabía que tenía que manejar y debía cuidarme.

Cercana a la media noche una de las mujeres que destacaban en el interior se retira junto a sus dos pequeñas hijas de unos cinco años la mayor, Pasada la media noche me retiro también y como debo llevar mis mercaderías tomo por atajo un camino rural a pesar de saber que hay que cruzar un riachuelo por un cruce peligroso por las piedras del fondo del agua que se resbalaban las ruedas y uno podía quedar empantanado en este.

Después de una media hora o más llego al famoso paso, para variar un vehículo atascado en medio de este riachuelo… Me aparto con cuidado para vadearlo y pasar al otro lado del peligroso paso de este riachuelo bastante ancho y en algunas partes profundo y deplorable, como que atrapaba los vehículos, al pasara sale del vehículo una de las mujeres que se destacaban en la fiesta por sus cuerpos, venía mojada su ropa la cual se pegaba a su maravilloso cuerpo, llega a mi lado y me solicita ayuda le explico lo que podemos hacer para rescatar su auto mientras saco una manta que siempre llevo en mi camioneta diciéndole sácate esa ropa mojada y cúbrete abrigándote con la manta, sentía frío por lo que ejecuto mis ordenes, claro que lo hizo ahí frente de mí, al hacerlo mi pobre pene sufrió el calvario de tener que extenderse en mi pantalón desarrollándose en mis apretadas ropas, menos mal que no miro para abajo, por que habría visto esa fabulosa carpa de circo que elevo mi pene extasiado por la belleza de su cuerpo, Tamara así se llamaba, se abriga con la manta y dice que haremos, le doy las ordenes y para no mojarme como ella ya lo estaba la envió a ella a cruzar por su parachoques una cadena y cuerdas que llevo en la camioneta y así tirar de ella. Se saca la manta y cumple lo solicitado mi pene pegó otro desarrollo al verla sin manta, vuelve y me dice que tiene frío la abrigo entre mis brazos al tiempo que la acaricio para estimularla a reaccionar su cuerpo al calor de mi abrazo, se estimulo demasiado de pronto siento sus resuellos en mi cuello y ronroneaba como una gata en celo. La invito a la camioneta y preparamos esta para sacar su vehículo preparando a su vez una abrigada cama para que ella se enrollara y se abrigara, seguía aguijoneada y ahora estaba excitada al roce con mi cuerpo… ¡ya déjame , me dice, mis hijas están durmiendo en el auto, hay que tirar de este!... seguía acariciándola para que entrara en calor y se excitara carnalmente…, seguía con su respiración precipitada y de repente me abraza con sus brazos de mi cuello y dice..., ¡seré tuya pero cuidado con dejarme caliente mi marido no me visita por trabajo hace mas de dos meses casi tres…, imagínate como estoy!…, esa maravillosa hembra de agraciada estampa estaba entre mis brazos y me solicitaba que la apareara, mi pene me dolía de lo excitado que estaba, saque este de su funda prisionera de mis pantalones dejando que estos bajaran y abracé punzando mi diestro pene en su vientre, ella sintió el panzazo de este en su cuerpo y se abrió de piernas mi pene se ubica frente a su húmeda vagina, esta estaba tan húmeda que no presenta oposición clavándose mi pene mas de la mitad en su canal virginal, un gruñido por su parte anuncia que mi miembro está abriéndola con su desastrosa y gigantesca cabezota del glande, este la abría hasta mas allá de su capacidad, pero a ella le gustaba y no lo dejaría salir…, estaba muy abierta por ese miembro duro, tieso de carne, músculos y venas, pero que la satisfacía haciéndola feliz, nunca imagino que ese dolor a su vez era un agrado y sus orgasmos se atropellaban por hacerse presente ante ese mástil que la aporreaba y la gozaba haciéndola satisfacerse, lloraba de gozo y gusto por esos deliciosas movimientos que su pelvis acompañaba feliz con su gozosos movimientos propios y lograba llegar a ese placer que placer…

No duro más de diez minuto ese apareamiento, pero necesito otros diez minutos en recuperarse…, calmarse y volviera a su mente la cordura acordándose de sus hijas…

Sacan el auto, pero venía averiado de un eje tuvieron que dejarlo a un lado del camino y trasladar a sus dos hijas a la camioneta, en ella llegan a casa. Las chicas son acostadas en sus camas y Tamara me lleva a su cama bueno me dice, tienes suerte, estoy sola sin marido y angustiada por las zozobras pasadas las cuales me han excitado y ya probé ese maravillosos pene y deseo cobijarlo nuevamente en mi vientre. Me arrastra hacia su cama y en ella nos acostamos desnudos, que mujer


comienzo a penetrar su cueva vaginal, el sentir mi pene penetrar esa apretada vagina me trastorna… ella se mueve tratando de que este pene se acomode mejor al agitarse y se introduce hasta su útero…, ¡Oh… ah!… soy tuya me dice, y al sentir como late mi pene su vientre se excita y como lucha… ¡ahg!, duele…¡oh!…¡ah!… gime arrebatada al sentirse completamente embutida, y abre sus piernas para no ser mal tratada en la unión carnal que ese hombre la hará quiera o no ella, comienza a sentir placer al movimiento de ese obstinado erecto, duro, ancho y caliente pene que palpita en su vagina entrando y saliendo de esta. Como se menea… al vaivén del apareamiento era otra, este enérgico reproductor la sabía incitar, remover y estimular en la entrega de su parte en la unión de sus cuerpos, gemía, me balanceaba, se revolvía ardiente y sentía como hasta la ultima fibra de su cuerpo se entregaba a este macho que desde hoy sería su amante… ¡AH que placer OH!... rico… suelta sus efluvios que llegaban con sus orgasmos sobre mi pene, nos movemos un par de veces más y eyecto mis emisiones de esperma tibia en su matriz con gran algarabía de sus parte.

Me levanto y le digo me voy, pero ella me retiene diciéndome es peligroso viajar de noche, estas cansado, duerme conmigo y mañana temprano te vas. Me convence. Al amanecer nuevamente la ocupo como mi mujer y salgo a completar mi viaje. Ya habrá otros días para aparearnos.

Lo que no sabía es que ella estaba en época de fertilización y había engendrado un hijo en su vientre. De madrugada la había rescatado, poseída y la había fecundado.