La mayoría de mis fantasías las había hecho realidad, ya que ese loco deseo de ser observada, teniendo sexo, se cumplió cuando estaba con los tres jardineros, y mi vieja vecina nos observó desde su silla de rueda, y así como cuando estuve con las vendedoras en la tienda de ropa, una de ellas me dio una mamada de coño, que dudo mucho alguien pueda igualar.
Relato
Pero la fantasía de acostarme con otros hombres frente a mi propio esposo, era algo que me parecía prácticamente imposible de realizar, hasta que también comencé a fantasear con ser puta de las que cobra, por una noche.
Todo comenzó cuando nos invitaron a una fiesta de disfraces, a mi esposo y a mí. Yo me disfracé de sirvienta francesa, vistiendo un muy corto, y ajustado disfraz, mientras que mi esposo, se disfrazó de pirata. Ya en la fiesta, que fue en uno de los más prestigiosos hoteles, me di cuenta de que en el lobby del hotel, un tipo se me quedó viendo, y de momento lo vi como rosaba sus dedos índice y pulgar, como preguntándome cuanto cobraba. Yo me hice la desentendida, y mi esposo ni cuenta se dio de lo sucedido, ya al rato en la fiesta, él se dedicó hablar de sus negocios, y yo que me aburría como una ostra, decidí salir a refrescarme, así que sin quitarme el antifaz. Salí al lobby del hotel, y nuevamente ese tipo me hizo la misma seña. Ya en ese momento yo tenía unas cuantas copas encimas, así que sin pensarlo mucho me le fui acercando, sus únicas palabras fueron, cuanto, y yo le respondí lo que valgo es mucho, quizás no tengas para darte este gusto. Eso como que lo pico, y sonriendo me dijo sígueme a la habitación.
Apenas entramos y tras yo desnudarme completamente, me acerqué a él, bajé la cremallera de su pantalón, extraje su verga y lo conduje al baño y en el lavamanos me dediqué por un corto rato a lavar su verga, como si yo fuera una profesional. Tras lo cual regresamos a la habitación y sin que él me dijera nada, por un buen rato me dediqué a mamárselo, solo que de cuando en cuando le daba uno que otro corto jalón de bolas, para evitar que no se fuera a venir en un dos por tres. Después de eso sentí divinamente como me enterraba su rica verga dentro de mi húmedo y caliente coño, y hasta lo dejé que me diera por el culo, y después de que terminamos, me sorprendió el ver que había sacado un gran fajo de billetes y sin decir más nada me los entregó, yo me di una ducha, me lavé, y tras vestirme regresé a la fiesta.
Pero en el trayecto un tipo muy bien vestido me dio alcance, y de manera sumamente discreta, me preguntó cuánto cobraba. Esa noche en un lapso de unas tres horas, me acosté con un total de cuatro hombres, al regresar a la fiesta estaba bien cansada pero inmensamente satisfecha, y con mi cartera bien llena de dinero. Además por lo visto mi esposo, ni cuenta se había dado de que yo no estaba por todo eso.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:29) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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