Nunca pensó que iba ser presa fácil de ese hombre que la engaño con una dirección y la convirtio en su prostituta personal
Relato
Denisse, y su buzo deportivo
Ese día había amanecido alegre y por que no decir más coqueta que otras veces, decir que no tenía ganas de estar con alguien seria mentirosa pero lo único que nunca pensé que iba ser una presa fácil para ese hombre que me tope cerca de mi casa.
Eran cerca de las seis de la tarde, cuando venia de vuelta a mi casa después de haber ido a dejar unas cosas a casa de una amiga, a unas cuadras de mi hogar se me acerca un hombre, de un poco más de 1.90 cm de estatura, pelo castaño, contextura gruesa, atractivo pero no lindo, quien me empieza a preguntar sobre una dirección, sin darme cuenta el hombre me va seducción, habremos llevado creo que algo mas de media hora conversando cuando me dice tienes buen culo y con ese buzo se te ve muy tentador, eso sin considerar que tu calzoncito es bien diminuto, me hizo ponerme roja en un principio pero él tenia un dominio de la situación que mas que sentirme incomoda me hizo sentirme alagada, de pronto me pone una de sus manos en una de mis nalgas y me dice que rico culo tienes, esta durito, de ahí la conversa paso rápidamente a subirme a su auto y llegar a su departamento que estaba a dos cuadras de mi casa, la tal dirección que buscaba era mentira. Mientras íbamos en el auto no dejó de tocarme mi zorrita sobre el buzo que cada vez se abría más para que esa mano la tocara toda, estacionó su vehiculo en el estacionamiento, y antes que nos bajáramos nos empezamos a besar y él a manosear mis pechos y mi zorrita que hace mucho tiempo no se había emocionado tanto como ese día, dejándola lista para lo que él deseara, nos bajamos del auto y no nos dejamos de besar y manosear ahora también yo participaba aunque mis manos se dirigían principalmente a su paquete que lo sentía largo y grueso, en el ascensor el hombre me metió mano hasta por dentro del buzo tanto en mi coñito que casi se vuelve loca cuando siente su dedo como en mi culo, me decía que era muy putita para vestir así y que era demasiado caliente, recuerdo esperando sin equivocarme le dije: no te gusta que lo sea.
Apenas entramos en su departamento el hombre se bajó su pantalón dejándome a la vista su enorme verga, yo estaba como poseída por ese hombre y eso que aun no me penetraba, me arrodillo y me lo llevo a la boca antes que él me lo pidiera, su enorme cabeza apenas me caía, al principio se lo empecé a mamar rápido como si estuviera desesperada pero a medida que me acostumbre a él y darme cuenta que ya era mío, me calme y lo empecé a disfrutar con mayor serenidad, el hombre me decía cada vez que podía que era una putita, era primera vez que me decían que era eso y aunque no lo consideraba una bonita palabra me gustaba que me lo dijera. No se cuanto tiempo estuve mamando su enorme verga, con mi boca, mi lengua y mis pechos, la recorría toda desde la punta de su cabeza hasta sus enormes huevos que me los llevaba a la boca de vez en cuando y jugaba con mi lengua. El hombre mientras se lo había empezado a chupar se desnudo, tenia muy buen cuerpo, músculo, firme y vital, a veces no solo le chupaba su verga y sus huevos también me iba a besarles sus muslos o recorrerlos con mi lengua, los cuales me excitaban como eran, bien formados y musculosos. No me había fijado mayormente de su verga pero cuando me detiene y me empieza a desnudar me di cuenta de su real dimensión, no diré cuanto mide pero si puedo decir que era mas de 20 cm.
El hombre le llamo la atención mi diminuta tanguita hilo dental de encaje que usaba ese día, diciéndome, sabia que era chiquita tu calzoncito pero nunca imagine que lo fuera tanto, debes ser bien putita para vestir así. Ni única respuesta fue una leve sonrisa como diciéndole no te gusta que lo sea.
El hombre una vez que me deja sola en mi tanga, se sienta y me dice ven putita, siéntate en tu trono, me acerco, me abro de piernas, él antes que me sentara me la recorre toda en mi coñito haciéndome sentir un mar de emociones, estaba gozando esas sensaciones cuando me ordena abrirme más de lo que estaba porque su cabeza era muy grande para mi coño, me costo metérmelo, entre escozor y placer entró, él no iba a dejar que no me entrara aunque yo gritara y se lo pidiera cosa que hice y a él le causaba más placer que le suplicara que no entrara que parara pero cuando entro ese dolor inicial se convirtió en un placer indescriptible especial al sentir como me iba entrando todo a medida que me iba sentando en él, me sentía cada vez mas abierta y mas taponeada con ese inmenso tapón que varias veces pensé que se me iba a salir por la boca, cuando entró todo uuuf no sabia que hacer me sentía toda abierta pero me gustaba estar así, primera vez que me había pasado algo así, sentía su cabeza como nunca me tocaban y rozaban y todo su caño tocar mis paredes, era estar inmovilizada por algo fuera de dimensión pero es delicioso cuando me acostumbre me empecé a mover de a poco porque me era dificultoso moverme rápidamente, a medida que me coño lo fue aceptando por no decir que se agrandó hasta que ese animal que estaba dentro de mi y lo pudiera manejar bien, cuando ya me acostumbre ese enorme garrote caliente, las subidas y bajadas fueron lentas al inicio pero cada segundo iban aumentando, más cuando me viene esa sensación de acabar, él me pide que me agite más rápido y profundo, cosa que yo hago entre gritos, llantos, lagrimas y placer, deseaba parar y seguir, las bajadas casi la guiaba él y me bajaba de una haciendo chocar su gran cabeza con mi pared interior que me causaba dolor y placer, cuando estaba acabando me quedé casi quieta porque me movía suavemente en forma circular para que esa cabezota me refregara completa, tuvo un orgasmo maravilloso pero de ahí en adelante él llevó el dominio de la situación y me empezó a poner en poses que nunca había vivido haciendo acabar casi en cada una, a mi me gustaban las que no podía penetrarme toda pero en cambio a él le fascinaban las que le permitían tener control total de mi coño, nunca había acabado tanto, esa tarde descubrí que era multiorgasmica, al final me puso en cuatro en el suelo apoyada en el sofá y me dio la cabalgada de mi vida, el hombre manejaba su enorme verga como con rabia y furia, con una penetraciones inusitadas que jamás había sentido antes, él era una verdadera maquina, su boca no dejaba de decir que era una, sus manos en manosearme todo lo que podía y de darme palmadas en mis nalgas y pechos, los cuales a estos a veces tiraba de mis pezones y de vez en cuando tomaba mi clítoris y lo hacia vibrar, yo no podía aguantar mas, ya casi con cada penetración acababa, le gritaba, le lloraba y le pedía que acabara pero no lo hacia hasta que llego ese momento en que puso mas tensa su enorme verga y siento como su leche explota con toda masculinidad dentro de mi, recibí toda su leche, era mucha, caliente y rica, decir que me inundó no es exageración, el hombre mientras acaba no dejaba de decirme que era una puta, creo que sí a esa altura él me había convertido en toda una puta, era delicioso sentir como él acaba su leche y yo me movía circularmente rozando su cabeza con mis paredes haciendo escurrir su néctar por todo mi interior, después que acabó él mismo empezó a mover su cuerpo dado un enorme placer, luego cargo su cuerpo en mi y en mi odio me decía, nunca imagine que eras tan fácil putita cuando te vi en la calle vestida como toda una puta de buzo, luego me da un beso en mi boca, procese a retirarse de mi y para mi sorpresa cuando esta fuera me dice puta chupámela, el morbo estaba apoderada de mi y sin asco ni vergüenza todo su verga y se la chupo hasta tomarme todos sus jugos que estaban en él, su leche y parte de mi intimidad.
A todo mi tanga nunca había sido despojada de mi cuerpo, la cual quedó casi totalmente empapada de mis jugos de los de él.
Una vez que terminamos, nos bañamos juntos pero no paso nada, salvo que le lave su bello espécimen, nos vestimos, yo sin tanga porque la que tenía la tuve que lavarla, me la llevé en la mano, pero antes de irme nos pusimos a conversar, le confesé que era casada, que era primera vez que engañaba a mi marido y con un poco de vergüenza le dije que me hizo sentirme realmente una puta, él me confesó que había llegado hace poco a este barrio, que vivía solo, no tenía pareja, y que le llamo mucho la atención de mi culo cuando me vio en la calle y me dijo que nunca pensó que iba ser tan fácil llevarme a la cama, ya que me menos de una hora me tenia en su departamento arrodillada con su enorme verga en mi boca.
Desde ese día nos convertimos en pareja sexual, aunque a él le gusta decirme que soy su prostituta personal, a veces él pasa cerca de mi casa o lo encontramos en la calle cuando voy con mi marido, aunque no nos saludamos, hacemos un gesto disimuladamente él toca su paquete y yo mi coñito como en señal de saludo y de que aunque ande con mi marido en parte también soy de su propiedad.
Mi historia es real, soy de la quinta región de mi país, Chile, me llamo Denisse, soy casada, tengo 26 años, morena, ojos café, pelo ondulado, mido 1.57, mis medidas 91-62-93, 52 kilos, buen físico, me gusta vestir provocativa aunque a veces mi marido dice que exagero mucho.
Aunque me da vergüenza, por culpa de mi buzo me entregué a los brazos o mejor dicho a la verga y propiedad de otro hombre, que me da todo lo que deseo en la cama y un mucho más, he aprendido cosas con él que nunca hubiera hecho con mi marido, como sexo anal, sexo oral tragándome su néctar y sexo en grupo y sus variaciones.
Ojala me escriban y en parte me ayuden a ordenar mi vida porque aunque amo a mi marido, mi otra pareja cada vez lo deseo más.
denisseladelbuzo@yahoo.com
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces