Como de costumbre los fines de semana, mi esposo Raúl y yo invitamos a nuestro compadre Ernesto, para que junto a su esposa, vinieran a pasar el fin de semana en nuestra casa de la playa. Lo que yo no me esperaba, era que sucediera lo que sucedió…
Relato
Cuando escuché que desde la puerta de entrada al jardín de casa gritaron Elisa, supe que Ernesto nuestro compadre, y amigo, había llegado con su nueva esposa. Ernesto mi esposo, de inmediato los salió a recibir, y como de costumbre, le preguntamos por su hija, nuestra ahijada, que ya es toda una señorita.
Bueno les diré que durante todo el día lo pasamos en la playa, Belinda la nueva esposa de Raúl resultó ser muy simpática, y en fin la estábamos pasando bien. Pero al caer la noche, los chicos o sea mi esposo y mi compadre, como que no encontraron más nada que hacer que ponerse a beber cerveza. Y desde luego que Belinda y yo también bebimos. Como ninguno debía manejar, seguimos bebe que bebe, y fue cuando me di cuenta, de la manera en que la nueva esposa de mi compadre, me miraba con insistencia.
Yo procuré no darme por enterada, ignorándola en parte. Mientras que Ernesto y Raúl seguían bebe y bebe. Después de un buen rato me sentí algo aburrida, y con la excusa de que tenía sueño me dirigí a la cama. Pero justo antes de entrar a nuestro dormitorio, Belinda me abordó, diciéndome que necesitaba charlar conmigo. Yo la verdad es que no vi nada malo en ello, y la acompañe hasta la habitación que le habíamos preparado para ella y nuestro compadre.
No bien entramos Belinda se me fue encima, y dándome un fogoso beso de lengua dentro de mi boca, me dejó paralizada sin saber qué hacer, ni cómo responder. Yo mentalmente me decía, esto no me puede estar sucediendo a mí, cuando de golpe sentí que su mano se enterró bajo mi corta falda, y bajándome las pantis, de inmediato le echo mano a mi coño. Por lo que cuando comencé a sentir como sus dedos exploraban toda mi vulva y en cosa de segundos, comenzó apretar mi clítoris, continué como paralizada, sin saber qué hacer.
Por espacio de varios segundos o minutos, Belinda no retiró ni su boca de la mía, ni sus dedos de mi coño. Yo estaba completamente indefensa ante el ataque de ella. Al grado que lejos de rechazarla, seguí dejando que continuase besándome y tocando por todas partes, sin oponerme.
Así continuó Belinda besándome y acariciándome de manera descarada, hasta que lentamente me fue llevando hasta la cama. En la que apenas caí, en lugar de tratar de escaparme de sus brazos, me quedé recibiendo todas sus atenciones, aunque con el ligero temor de que su marido, y el mío nos descubriesen. Entre los besos y caricias que Belinda me fue prodigando, al mismo tiempo me fue desnudando sin que yo tan siquiera me diera cuenta. De momento me encontré completamente desnuda, con mis piernas abiertas, y ella dándome una rica mamada en mi coño.
Si les digo que se cuantos orgasmos, me hizo disfrutar Belinda les mentiría, ya que lo único que sé es que después de un buen rato, yo era la que le estaba mamando su depilado coño a ella. De la misma manera en el fragor de nuestra ardiente relación, llegamos a un punto en el que tanto ella como yo restregábamos con fuerza, nuestros coños contra el de la otra.
Cuando finalmente ambas quedamos súper agotadas pero increíblemente satisfechas, nos dimos un tierno beso, y yo después de medio ponerme mi ropa, me retiré a mi habitación. Pero al abrir la puerta lo que me encontré me dejó loca y sin ideas. En nuestra propia cama, se encontraban Raúl y Ernesto, acostados completamente desnudos, y lo que más me sorprendió de todo eso fue el ver como Raúl tenía bien clavado por el culo a mi marido con su tremenda verga.
Yo como ya creo que les dije, me quedé sorprendida, con la boca abierta, observando cómo Ernesto, sujetando a Raúl por sus flacas caderas le enterraba su verga por el culo una y otra vez, al tiempo que Raúl gemía de placer y felicidad, ante cada uno de los embates de nuestro compadre. Yo no podía dejar de verlos, sobre todo la cara de felicidad que tenía mi esposo Raúl, y como Ernesto con tanta energía le continuaba clavando toda su verga, quedándose en algunos momentos con sus ojos en blanco.
Hasta me subí a la cama, y a ellos dos pareció no molestarles mi presencia, mis ojos no podían dejar de ver como el miembro de Ernesto, hacía estragos con el culo de Raúl, y este movía sus delgadas caderas con mucha fuerza y energía. Yo no sé que me sucedió que de inmediato, metiendo la mano por debajo de mi corta falda, yo misma comencé a hurgar, con mis propios dedos, todo mi coño.
Así que mientras Ernesto se clavaba a Raúl, y yo me auto satisfacía viéndolos, disfruté de otro loco orgasmo, como nunca antes lo había disfrutado. Fue al rato cuando ya me encontraba lavándome en el bidet, que vine a darme cuenta, de porque a mi marido le encanta también darme por el culo a mi….
yo le metia la verga en el culo una otra ves mientras ella le mamaba la verga ami compadre como una puta desesperada por momentos ella dejaba de mamarle la verga ami compadre por que el ya estaba a punto de venirse para luego mamarle el queso humedo y rojo de mi esposa
Relato erótico enviado por Anonymous el 24 de February de 2010 a las 00:07:43 - Relato porno leído 144229 veces
despues de tantas indirectas e insistencias mi mujer me complace y se despacha con tremenda verga..
Relato erótico enviado por takamuraxxx el 30 de July de 2011 a las 00:00:09 - Relato porno leído 122620 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:08) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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