La pasada Semana Mayor, mi esposa Martina, y yo fuimos de visita a la casa de campo de sus padres. Pero desde que llegamos, como de costumbre se la pasaba discutiendo con su hermano mayor, por tonterías, mientras que mis suegros algo avergonzados, me decían los dos. No te preocupes Estefan, Raúl y Martina siempre han sido así desde adolescentes, discuten por cualquier cosa. Además también, me dijeron. Hay veces que ni se hablan, y ni se quieren ver.
Relato
Eso me entristeció mucho, ya que yo llevo una excelente relación con mis dos hermanas, y aunque pueda que en ocasiones discutamos por algún asunto de la familia, jamás dejamos de hablarnos. Justo en ese momento Martina, le dijo a todo pulmón a su hermano. Y qué si estoy en eso días del mes, azotó la puerta, saliendo de la casa de sus padres, diciendo. Raúl eres insoportable, mientras que mi cuñado, a los pocos minutos se montó en su coche, y arrancó a toda velocidad. Nuevamente mis suegros, me dijeron, no te preocupes, Martina se va a caminar, y regresará más o menos en una hora. Mientras se le pasa rabieta que agarró con Raúl. Y Raúl se va al pueblo a beber con sus amigos, y no regresará la noche. Por lo que si quieres, puedes esperarla, o si lo prefieres vienes a la misa de once, con nosotros. Yo les dije, que prefería esperar a Martina. Y apenas ellos se marcharon, se me ocurrió darle alcance a mi esposa, y tratar de que se calmase, y de ser posible, hasta interceder por mi cuñado. Cuando salí de la casa, vi a lo lejos como Martina se adentraba en el bosque, pensé en gritarle, para que me esperase. Pero decidí que mejor era darle alcance, por lo que apurando el paso me dirigí en la dirección en que la había visto caminando. Ya estaba a punto de darle alcance, entre la arboleda, cuando de momento me encuentro que Martina mi mujer, se encontraba agachada, o arrodillada frente a Raúl su hermano, al tiempo que ella, gustosamente, le estaba mamando su miembro a él. Yo no podía creer lo que estaba viendo, como era posible eso, que mi mujer le estuviese chupando la verga a Raúl su propio hermano, si además unos momentos antes, los dos discutían encarnizadamente. Yo que me encontraba oculto tras la enramada, estuve a punto de salir y decirles que se detuvieran. Pero en ese mismo instante, pensé. Si lo cuento, nadie me va a creer, a menos que les tome unas fotos. Y sacando mí móvil, lo coloqué en modo silencioso, y sin dejar de observarlos, los comencé a fotografiar, sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Entre risas Martina dejó de mamar el erecto miembro de mi cuñado, diciéndole. Te dije bien claro, que tengo la regla, te lo dije antes de salir de casa, acuérdate que te grité, que estoy en esos días del mes. Así que si quieres hacer algo, tendrá que ser por dé tras. Cosa que al escucharla decírselo, me sorprendió, de la misma manera que me sorprendió el verla como con tanto gusto, le mamaba la verga a su hermano. Ya que cuando yo se le he pedido, que me lo mame, o me deje darle por el culo. Bien molesta, me responde. Esas son cosas de un depravado sexual. Y por más que he tratado de convencerla de que eso no es así, al final termina peleando conmigo. Pero regresando a lo sucedido, Martina sacó de su boca, la verga de su hermano, y riéndose le dijo. Entonces me vas a dar por el culo, o qué. Y mientras ella le dijo eso, Raúl la abrazó por la espalda, al tiempo que ella con una mano se subió la corta falda, y con la otra se bajó las bragas. Raúl por su parte le agarraba con fuerza el coño de Martina, al tiempo que comenzó a pasar su parado miembro, por entre las ya desnudas nalgas de su hermana. Yo seguí, tomando fotos, y en el fondo envidiando lo que estaba por hacerle a mi mujer. Martina buscó apoyo en un arbusto, mientras que levantaba una de sus piernas, y la mantenía separada de la otra, para que Raúl la comenzara a penetrar por aquel culo, que nunca había sido mío. Ya una vez que él le comenzó a meter su verga, por entre las nalgas de mi esposa, Martina comenzó a gemir, y a mover sus caderas, como nunca antes yo la había visto hacerlo conmigo. Los dos se dejaron caer al suelo, y mientras Raúl continuaba una y otra vez, empujándole toda su verga, por el apretado culito de Martina, ella no paraba de gemir, y de decirle, una y otra vez, dame más duro, hermanito. Raúl por su parte, la seguía apretando con fuerza contra su cuerpo, mientras que yo, hasta estuve a punto de masturbarme, mientras los seguía viendo. Pero la rabia, y el odio que sentí hacia ellos dos, como que fue mayor que mi excitación. De la misma manera que comenzaron, terminaron. Y una vez que tanto Martina, como Raúl se marcharon, yo salí de mi escondrijo tras las ramas, y me encaminé a la casa de los padres de Martina. Por el camino fui pensando detenidamente, que le iba a decir a la muy puta. Por eso cuando ella regresó, sin esperar a que me viniera con algún cuento, le dije. Más vale que termines esa enfermiza relación con tu hermano, o nos divorciamos. Pensando que ella reaccionaría de manera que no fuera necesario el llegar a divorciarnos. Pero quien sabe que hay en la mente de Martina, ya que me preguntó. ¿De que tú me hablas? Y sacando el móvil le mostré las fotos, ambos estaban tan concentrados, en lo que estaban haciendo, que ni cuenta se dieron de mi presencia. Martina como que dio por sentado, que lo del divorcio era un farol, me dijo. A Raúl yo no lo voy a dejar, así que acostúmbrate a eso. Yo sonriendo, le dije. Bueno nos vemos el lunes en el tribunal, y diles a tus padres, o a tu hermano, que no lleguen tarde. Tras cerrar la puerta la escuché maldecirme, de mil formas diferentes….
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 309820 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:43) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:18) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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