Desnuda y humillada en un concierto de rock.

Todo fue con un amigo de mi hermano mayor, lo había invitado a un concierto pero a ultimas no podría ir así que les sobraba un boleto y como no lo querían dejar perder al final acordamos que yo iría. Al principio no le hizo mucha gracia al amigo de mi hermano pro terminó aceptándolo.

Para la ocasión me vestí sin saber lo que hacía con una mini rosa y una blusa de tirantes como mis pechos no son muy grandes no usé brasier. En la noche pasó por mi y nos fuimos, durante el trayecto no hablamos mucho él hablaba de su universidad y yo apenas podía hablarle de mi secundaria, durante el concierto nos toco delante de unos chicos como de mi edad, al principio no hubo problema pero ya más adelante en el concierto sentí como me pellizcaron una nalga yo solo volteé y vi al grupo de chicos todos se hacían los disimulados al rato comenzaron a armar estas bolas para hacer slam y todos comenzaron a moverse y quedamos más apretados, así de apretados sentí toda una mano que agarraba descaradamente una de mis nalgas, por haber tanta gente yo no podía voltear ni hacer nada por tratar de evitarlo. Puse la mano que podía mover en mis nalgas para “taparlas” y que nadie más me tocara pero alguien me agarró la mano y me la quitó quedando con esto otra vez mi culo a merced de todos. No pasó mucho tiempo para sentir ahora dos manos en mis nalgas, me las apretaban, me las pellizcaban, me las sobaban como si me dolieran después de los pellizcos que me daban me resigne un poco a que unos niños se divirtieran con mis nalgas cuando sentí que se aventuraban más y alguien subía mi falda dejando mis nalgas al descubierto ya que traía una tanga negra, ahora sí estaba asustada y no sabía hasta donde serían capaces de llegar. Intenté tapar mis nalgas pero alguien tenía agarrada mi mano y la otra me era imposible pasarla para atrás. Sentía manos directamente en mis nalgas no había tela que las cubriera. El amigo de mi hermano estaba tan entrado en el concierto que no se había dado cuenta de nada. La mano que tenían agarrada la pusieron sobre un pene era grueso y podía sentir las venitas en mi mano comenzaron a mover mi mano arriba y abajo, la soltaron e inconscientemente yo seguí haciéndolo al mismo ritmo. Sin pensarlo ni quererlo comenzaba a excitarme, seguían tocando mis nalgas así que abrí un poco las piernas y alguno de los chavos logró llegar su mano hasta adelante, tocando mi vulva por encima de mi tanga, poco a poco me humedecía además del morbo que me causaba en cualquier momento ser descubierta masturbando a un adolescente que ni conocía mientras otro me masturbaba a mí. No tardaron mucho en tirar de mi tanga hacia abajo hasta que llegó a mis tobillos y yo misma me la quité (nunca volví a ver esa tanga) ahora el chico que me hacía disfrutar tenía campo libre para tocar directamente mi clítoris y meterme primero uno y luego dos dedos. Tuve un orgasmo fabuloso pensé que las piernas no me sostendrían y caería al suelo, los chicos parecieron notarlo porque me sostuvieron para no caer, cosa que aprovecharon para pasar mi otra mano para atrás y ahora masturbaba a dos al mismo tiempo y un tercer hombre, el que me masturbaba intentó empinarme un poco, yo me deje y sentí una verga (que me pareció enorme) que entraba por mi vulva haciéndome temblar de placer, solo dio dos empujones y se salió por la posición y tanto movimiento era imposible que me cogiera ahí mismo, cosa que lamenté mucho y con lo que decidí terminar la fiesta acelerando el ritmo de mis manos para hacerlos terminar rápido pero ellos solos quitaron sus penes de mis manos, yo pensé que todo había terminado pero tomaron mis manos con fuerza, no me podía mover de nuevo y alguien tiró de mi falda hacía abajo, hasta ese momento me di cuenta que habían desabrochado los botones de la falda sin que lo notara. La falda cayó al suelo con facilidad, me cargaron y me la quitaron, estaba desnuda de la cintura para abajo, bastante asustada y sin poderme mover. Hasta ese momento no hice esfuerzo por soltarme pero ahora si trataba inútilmente porque ellos eran más fuertes.

EL chico que me masturbo se acerco por atrás, lamió mi oreja. Yo le dije: “Esto ya no me gusta, suéltenme” y él me respondió: “Todo por andar de zorra, no te preocupes aurita te va a gustar”. Se separó pero casi inmediatamente volvió y me dijo: “Aquí tienes tu primer regalo”. Yo no sabía a qué se refería hasta que sentí un líquido algo espeso que se impactaba contra mis nalgas, no había que ser muy inteligente para saber que era, normalmente eso no me da asco, pero en circunstancias sí. La cantidad que sentía era abundante.

-Tu segundo regalo.

Y otra vez sentí ahora solo en mi nalga derecha. Era lo más humillante que había sufrido en mi vida.

-Tu tercer regalo.

Y ahora sobre mi nalga izquierda, tenía todas las nalgas llenas de semen.

-Tu cuarto regalo.

Este fue peor, sentí que alguien ponía su pene en la raya de en medio de mis nalgas y ahí descargaba todo su semen, el semen de mis nalgas ya corría hacia mis piernas y el de la rayita se deslizaba hacia mi ano y mi vulva, esto último me asusto mucho y ahora si hice mucho esfuerzo por soltarme.

-“Haz mucho ruido, que todos te volteen a ver llena de semen”

Deje de resistirme, tenía razón. Paso un dedo por mis nalgas y lo puso en mi cara embarrándola también de semen, estaba a punto de comenzar a llorar. Sentí que alguien levantaba mi blusa y lo hacían de nuevo ahora sobre mi espalda desnuda. Tenía desde la espalda hasta las rodillas completamente llenas de semen. Recordé que cuando llegamos el grupito era de cinco chicos, así que pensé que ya me dejarían en paz pero no fue así, me asusté aún más cuando uno de los chicos pasó una cámara hacía adelante y me grababa la cara, todo lo habían grabado. El que siempre me habló me dijo:

“O te comunicas conmigo o serás unas estrella porno muy famosa en internet”

Y puso una hoja de papel con sus datos en una de mis manos, tienes tres días, me dijo. Sentí que los otros comenzaban a moverse y el también me soltaron pero fueron muy rápidos para irse por lo que no pude recuperar mi ropa. La gente de alrededor comenzó a darse cuenta y a tomarme fotos, al final con un suéter marrado a la cintura salí del lugar, creí que todo había acabado pero al comunicarme con el chavo me di cuenta que esto apenas comenzaba.