Esa mañana con toda lujuria violé y abuse de la empleada domestica de la casa, la calentura que tenía era infinita y ella pago las consecuencias.
Relato
Su nombre era Sofía, una señora de treinta y nueve años de edad, a pesar de ser madurita es una mujer atractiva y con buen cuerpo. Es delgada, pechos normales, trasero bien marcado y unas muy buenas piernas de señora madura. Tiene el cabello corto, ojos negros y un rostro lindo. Hasta donde sabemos de su vida personal es casada aunque no tiene hijos, es una mujer humilde pero muy trabajadora, llevaba trabando en casa alrededor de tres años, quizá un poco más, aunque si confieso que desde antes me gustaba pues como dije era atractiva, la verdad si siento un poco de remordimiento por lo que hice pero en fin la verdad es que algunos hombres no controlamos nuestros impulsos cuando se nos para la verga. Yo soy un señor de cuarenta y seis años de edad, casado y con dos hijos. Aunque creo que toda la culpa la tiene mi esposa por no cumplirme esa mañana como mujer, yo soy por naturaleza un hombre muy caliente, tengo una adicción terrible al sexo, creo que mi esposa más que mi esposa es también mi sirvienta sexual, a cada momento me la chingo, al llegar del trabajo antes de comer primero me chingo a mi esposa, en la noche, en las mañanas a cada instante estoy cogiéndome a mi esposa, ella ya se acostumbro a eso y también le gusta.
Sin embargo aquella mañana no fue así, esa mañana de martes eran cerca de las 9:00 am. Despertamos y de inmediato como era de costumbre antes de levantarnos hacíamos el amor, mi esposa me dio una bella chupada de verga como solo ella sabe hacerlo, ya me tenía a mil pero justo cuando esteba a punto de penetrarla sonó su teléfono, ella contesto y resulto que la llamaban en su trabajo urgentemente, así que mi esposa me dejo todo alborotado en la cama y se fue. No se imaginan la rabia que sentí, pero no pude hacer nada. Entonces la empleada llego de ir a dejar los niños a la escuela, mi esposa desayuno levemente y salió muy aprisa a su oficina. A mí no se me había quitado la rabia combinado con lujuria e impotencia, me sentía espantoso, fue cuando vi como mi empleada estaba lavando el piso de la cocina, esa mañana ella tenía puesta un suéter blanco, una falda verde de vuelo y unas sandalias negras. Por mi cabeza pasaron muchas cosas y quise detenerme pero mi instinto animal me gano, llegue detrás de Sofía, la tome por detrás, en ese instante ella reacciono y me dio una bofetada pero yo poniéndome violento la sujete y le dije –Tranquila puta, te voy a pagar muy bien por este momento, sólo déjate y no te haré daño- En ese instante cole mi mano entre sus piernas bajo su falda, ella trato al máximo de cerrar sus muslos para impedirme el paso pero no lo logro, intentaba gritar pero le tape la boca con mi mano, yo mismo levante su falda y baje sus bragas con toda furia, la puse detrás contra la pared, como pude libere mi pene solo por el cierre de mi pantalón, ya lo tenía bien duro, separe sus piernas y de un golpe le penetre por su vagina, ella se contrajo al sentir mi pene dentro de ella, no podía creerlo pero al fin me la estaba chingando. Sofía tenía la vagina un poco estrecha, amaba sentir como sus labios vaginales me la apretaban, con todas mis fuerzas inicie a metérsela y sacársela una y muchas veces mientras le seguía tapando la boca para que no gritara. Yo repetía ¡Puta, puta puta! Y seguía chingandomela desquitando toda mi furia de la mañana, momentos después se la retire de su vagina y comencé a metérsela entre sus nalgas, ahí lo sentía un poco más flojito. Una y otra vez mi verga entraba y salía entre sus nalgas, me la estuve cogiendo por cerca de quince minutos hasta que no soporte más y me vacié en su culo, solté todo mi semen dentro de ella, tan luego termine le retire mi pene, ella se incorporo y bien que vi como todo el semen escurrió por sus muslos, la solté y bien que note como estaba llorando en silencio. En ese momento quise darle dinero pero en ese instante tomo los billetes y me los arrojo en la cara diciéndome con toda furia ¡No quiero tu maldito dinero cerdo! Ella se vistió y así llorando salió de la casa. A partir de ese día no volvió a la casa, debo confesor que por unas semanas anduve temeroso de que me denunciara pero no lo hizo, sólo desapareció de nuestras vidas. Aunque sostengo y enfatizo que mi esposa fue la culpable por dejarme prendido y no cumplirme esa mañana.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247198 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:08) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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