diario de un desconocido

Tengo que admitir que mi despertar sexual fue algo tardía, de joven nunca me interese lo necesario por las mujeres, de chico me pase más tiempo del deseado en los fichines, jugando todo el día, por lo que era seriamente castigado muchas veces y de joven fueron las consolas, las que me mantuvieron en casa, siempre cumpli con mis obligaciones, por lo que no se me llamo a atención en esa edad, fue por mediados de los 18 que me interese por el sexo opuesto, y fue por la hermana de mi mejor amigo Sergio, y su hermana Emanuela, vivimos en un bario cuyas distribución es una cuadra exactamente igual a la otra, unas 10 casas por cuadra, y todas bastante parecidas, la mía está ubicada en la segunda manzana de la entrada y la de amigo en a la mitad de la tercera, por lo que iba a su casa muy frecuentemente, y como toda amistad de infancia siempre me lleve bien con toda la familia, con Emanuela no fue la excepción, ella tendría 14 cuando empecé a notar sus cambios, su estatura me llegaría a mi boca sus ojos, de tés morena, pelo castaño oscuro, delgada con una cintura de muñeca, y su arma principal era su rostro, rostro de niña, aunque su busto no estaba fuera de mis miradas ocasionales, recuerdo un día, en que estaba invitado por el hermano a ver unas películas, era un domingo como a las 9 am, llegue a su casa, la madre me permite entrar, su casa no es muy grande, la de la mayoría de la zona no son grandes, la entrada es un negocio variado que cerró hace tiempo, unas puertas grandes rojas de metal, seguida de un mostrador de unos 3 metros y atrás llenos de estanterías, y al costado 2 heladeras de las de puerta transparente, todo vacio, la habitación no era grande de unos 6 x 5, al fondo la puerta pasando esta al costado una escalera que lleva al segundo piso, de la puerta lo primero que uno pisa es la sala-cocina, cocina típica una mesa grande en el medio y a la izquierda las cocina a la derecha dos puertas que dan a las habitaciones de las mujeres y el los padres, y al final de la sala-cocina un pequeño patio techado con el baño, ni bien entre la madre tan rápido como se presento se despidió, iba a hacer las compras del día, Sergio recién se levantaba, lo que me enojo, él fue el que quiso ver las pelis temprano, me pidió que espere mientras se daba un baño, iba ha hacerlo en su habitación en el primer piso, hasta que entro Emanuela, también despertándose, por lo que me quede en la sala, era mas fácil esperar y matar el tiempo charlando con ella, llevaba un pantalón corto de tela, de color blanco, y una remera algo holgada pero corta, se sorprendió al verme.
- Te dio una dura pelea la almohada -, le comente con tono burlón debido a su enmarañado cabello. Con una mirada soñolienta me miro, por unos segundos
- Que me veo muy mal? Pregunto en tono similar al mio.
- No que va, te ves hermosa-.
- Tarado-. Y después se metió de nuevo en su habitación, para salir segundo después con una toalla en la mano y una muda de ropa al parecer.
- Si te vas a bañar mira que Sergio, recién entro,- alcance a decirle, me miro unos segundo y después dejo todo en la mesa y se puso a hacerse un café, me quede mirando unos segundos su colita, por la delgadez de la tela por lo general se podía ver, si su ropa interior era de otro color, pero esa mañana parecía no llevar nada abajo, lo cual no me pareció extraño, después de todo yo solía dormir desnudo, solo espere unos segundos para que se diera vuelta con el café en la mano en dirección a la mesa, y puede apreciar por primera vez su zona púbica mas oscura de lo que debería estar, el vello púbico ya debería estar cubriendo esa zona, la visión fue mínima dado que no quería despertar sospechas.
- La juventud de hoy, ya no piensa en los mayores,- le objete, dándole a entender que me invite un café.
- Sabes donde está el café, las tasas y el azúcar así que ásete si queres-. Me levante pasando al lado de ella y acariciándole la cabeza en forma paternal con una mano mientras me dirigía a la mesada de cocina.
- Donde quedo aquella tierna señorita, que vivía en esta casa ? -.le ex pecte mientras me preparaba uno.
- Aparece después del primer café-. Se notaba su tono burlón, me senté al frente a la derecha de donde estaba ella.
- Que van a hacer hoy.- me pregunto sin dirigirme la mirada
- Mirar unas pelis y después salir un toque, no se a donde todavía.
- Mmmm, que pelis?
Se las pase, las había dejado en la mesa, simplemente las podía haber tomado, eran dos de acción una conocida “porky” cómica con bastante erotismo,
- Van a ver porky? Mira que es bastante zarpada
- Lo sé, por eso la vamos a ver.- le dije, con una sonrisa en la cara.
- Te gustan este tipo de películas? cuantas pornos viste hasta la fecha ?
- Si me gustan después de todo soy hombre, y solo unas pocas, me gusta el cuerpo de las mujeres.- después de mi respuesta, ella se quedo un minuto callada, terminando el café.
- Y mi cuerpo te gusta.- me soltó sin más, la pregunta me tomo por sorpresa, pero trate de no aparentarlo, la mire durante unos segundo.
- y si es lindo, no te podes quejar tenes, linda cola, linda cara y pechos decentes para tu edad, pero es todo lo que te puedo decir, estando vos vestida-. Me estaba divirtiendo así que no pude evitar tirarle una indirecta.-. aunque siempre hablábamos eran pocas las veces que lo hacíamos en relación al sexo.
- Eso sonó como que quisieras verme desnuda-. Levanto la mirada mientras respondía y se podía notar que me estaba siguiendo la broma.
- Y hay que ver y tocar la mercancía, para poder catalogarla-. Supuse la que broma terminaría ahí, tome y tasa y me puse a lavarla, recién habían pasado unos 10 minutos desde que Sergio se entro a bañar y tardaría unos 20 mas en salir, ella también se levanto y se acerco a lavar su tasa, estando al lado mío-.
- Me quieres catalogar?, tenemos tiempo antes que se despierten los demás y mi hermano tarda una eternidad en el baño-. Me quede mirándola unos segundos a ver si retiraba la mirada o se reía, al ver que no daba un paso atrás o retiraba la mirada, deje la tasa en su lugar y la de ella, me seque las manos y pase la izquierda, por su cintura y la derecha la apoye en su mejilla.
- Estas segura ? mira que yo sigo hasta el final
- No te creo-. Me dijo en tono burlón, me acerque despacio a sus labios, dándole un suave beso, seguido por uno más corto, ella no izo nada, simplemente se dejo besar, era peligroso hacerlo ahí, así que la tome de la mano y la lleve al frente al negocio, estaba oscuro, como no se usaba esa habitación más que para entrar y salir de la casa, las posibilidades de que alguien nos interrumpa eran pocas y mas su padre, un amigo también mío, nos pusimos entre el mostrador y la pared como si fuéramos a atender a un cliente pero en el costado de todo, lo más alejado de la puerta, ahí la seguí besando, ella empezó a abrasarme con cada beso, le saque la remera, como esperaba tampoco llevaba corpiño, sus pechos eran hermosos, no se pueden describir de otra forma, firmes del tamaño de una manzana entraban en mis manos, llenándolos con calidez, estaba excitada, lo notaba, sus pezones estaban duros, empecé a besarlos, y darles pequeños mordiscos muy suaves con los dientes, como si quisiera extraerle toda la leche materna, los chupaba, cada vez con mas ímpetu, lanzo unos gemidos de placer, no podía mas, mi miembro no podía estar más duro, así que baje poco a poco y también sus pantalones, parecía que no esperaba eso, se quedo quieta, y abrió un poco las piernas, con sus pantalones ya en el piso, empecé a lamer, se estremeció.
- Nunca nadie te practico sexo oral-. Le dije en un tono casi inaudible, con una vos casi ínfima como si ella estuviera a punto de explotar en un orgasmo, me respondió,
- No, nunca-. Entonces no puede más, comencé a lamer primero suavemente, después tocando un poco su clítoris con mi lengua, arqueaba la espalda como si ya la estuviera penetrando, soltó un gemido muy fuerte, que no creo que llegara a la sala, pero si inundo la habitación, acto seguido cerro las piernas, y se estremeció de golpe,un orgasmo pensé, pero tan rápido, pero a mí, no me bastaba, yo estaba a full, el pene ya me dolía, quería salir del pantalón, por suerte llevaba un pantalón deportivo largo, me baje estando arrodillado mientras le seguía chupando la vagina, sus jugos eran deliciosos, embriagadores, no quería dejar esa zona, pero quería penetrarla, quería sentirla, y sentir lo caliente que estaba adentro, me incorpore poco a poco, besando vientre, sus pechos, y finalmente su cuello, ella lo noto en cuanto estuve parado, mi pene caliente, chocando con su vientre, dirigió sus manos a el, y empezó a masajearlo, delicadamente como si fuera el primero que tocaba, a este punto supuse que esa era la realidad, me estaba cogiendo a la virgen hermana de mi mejor amigo.
- Dale, métemela que no aguanto, mas-. Me susurro al oído, a este punto una duda cruzo mi mente, no tenia preservativos, pero no podía detenerme, le levante la pierna un poco sosteniéndola con mi izquierda y doble las mías para que estemos a la misma a la misma altura y posicione mi pija en la entrada de su vagina, empuje y estaba apretado, se mordió los labios para no gemir mas fuerte o pegar un pequeño grito, y fui empujando poco a poco, estaba caliente como esperaba, un suave mete y saca, poco a poco, sentía como me apretaba, hasta que choque con su himen, ahí me detuve y la bese, en pleno beso, vino el esfuerzo final y la des-virgine, quiso dar un pequeño grito pero con la boca se lo tape, ella lo tenía todo adentro, empecé a sacarla completamente y sentí como una gota caliente recorría mi pierna, supuse que era la sangre de su himen, y se la metí nuevamente, esta vez aunque le dolió, no dio el gritito, y empezó a gemir, entre el mete y sacar, ella me abrazaba más fuerte, y gemia, cada vez mas rápido, pero lo hacia con la boca cerreda, a veces y a veces soltaba un largo –haaaaaaaaaa-, tenía todo el cuerpo sudado, su aroma me llenaba, el contacto de sus pechos con el mío me encantaba, seguimos así un rato, sus gemidos eran muy fuertes a este punto, y yo también estaba como loco, cada vez más rápido, más fuerte, el calor de su conchita, sus besos, me decían que quería estar así para siempre, sentí un dolor en la espalda, ella me había clavado algunas uñas, y ella se arqueo, apenas llegue a taparle la boca con la mano dado que yo también, llegaba al clima, acabe todo dentro de ella, estuvimos abrasados unos minutos antes, de oír la vos del hermano llamándome, y sus pasos hacia arriba de la escalera, por suerte no miro adentro del negocio, estaba oscuro pero había la posibilidad que nos vea, le di un último beso, le dije al oído - fue fantástico – lo que ella me respondió con otro beso, nos vestimos, miramos adentro de la sala no había nadie, ella entro tomo, la toalla y el cambio de ropa y se dirigió al baño, ahí me di cuenta lo roja que estaba, completamente sudada y se notaba un rastro de esperma que le bajaba por la pierna, yo descanse unos minutos, aproveche que no había nadie y me lave la cara en la cocina, y me dirigía a la puerta cuando, la vi en el marco de la puerta, estaba Alejandra, la hermana media, de solo 10 años, completamente sonrojada, era obvio que sabía lo que paso, posiblemene nos hubiera espiado, me pregunto si se masturbo mientras nos miraba, o miraba como su hermana era cogida, se me acerco y me dio un beso en la mejilla y se metió de nuevo, cerrando la puerta, subí arriba y actué como si nada, cuando Sergio, me pregunto dónde estaba, le dije que había ido a mi casa buscar algo de plata, a la tarde cuando salimos, mientras él y otros amigos entraban al pool, pase por una farmacia y compre la pastilla del día después, a la noche en la casa de Sergio, mientras el iba a buscar las pelis para devolvérmelas y así poder llevármelas a casa, pase a la habitación de las chicas, llame a emanuela que se ruborizo ni bien mi vio, estaba sentada sobre la cama, recostada contra la pared jugando con su celular, la ale no estaba pero si la meli, la más chica, que no savia, nada me saludo, y me acerque a Emanuela que no se levanto, le susurre al oído
- Tómatelo con calma, todo depende de vos ahora, me gustas, pero la decisión final es tuya, y tomate esto por las dudas-. Le entregue la tableta de pastillas, ella las miro un segundo como no entendiendo y unas ves captado el mensaje las escondió, enseguida, miro a la meli un segundo, y me dio un beso.
- Bueno, dame tiempo-. Me susurro, después me puse a jugar con la meli, unos minutos hasta que llego el hermano, con las pelis, y al verme con la meli, objeto
- Ojo con mi hermana, mira que es joven todavía-, me tiro en un tono más que burlón, casi de burla, la meli lo miro, sin entender nada, me despedí, saliendo de la puerta sin saber que aria con Emanuela o la ale, aunque son buenas hermanas supuse que guardaría el secreto.


Relato propio, catoira