De nuevo el cubano irrumpe en nuestras vidas. Se despide de nosotros, pero antes nos da un poquito de marcha ... a todos.
Relato
EL CUBANO SE VA ...
EN EL COÑO DE MI MAMA
Querido diario:
A este paso me voy a quedar seco de tantos pajotes ,pero es que mi vida es un cúmulo de nuevas sensaciones y experiencias tan excitantes que están haciendo de mí un auténtico salido ... Y todo ello sin necesidad de salir de casa.
Resulta que a Marcos, el novio cubano de mi tía Sandra, se le ha acabado el permiso de residencia y tiene que retornar a su maravillosa isla. El hombre está apesadumbrado y a punto de hacer un disparate y desaparecer del control policial, pues este país le ha deparado unas gratificantes vacaciones gratuitas en las que ha comido bien y follado mejor. Ahora ya no está tan convencido de los ideales revolucionarios que defendía y ya no ve a su país como el paraíso del proletariado, sino todo lo contrario. El caso es que tiene que marcharse y como el aeropuerto internacional desde donde partirá para La Habana está en nuestra ciudad, se ha venido a despedir de nosotros y aprovechará para estar un par de días en mi casa. No le acompaña tía Sandra, que ha quedado en el pueblo llorando la partida de su amante sabrosón y que ha rogado a mi madre le consiga urgentemente un consolador XXL tamaño gigante de color negro del catálogo de la vendedora de artilugios sexuales a domicilio.
Toda la familia ha recibido con los brazos abiertos al moreno ... sobre todo el mujerío de la casa (mi madre y mi hermana) que están prendadas por su simpatía y buena complexión física. En verdad es todo un ejemplar de belleza masculina: alto, atlético, facciones agradables ... y con todo el erotismo y gracia de un mulato. Esta vez comparte mi habitación conmigo pues estamos en obras en el salón. Así que va a tocar dormir apretados.
La primera noche mi padre y Marcos se fueron de copas y llegaron a las tantas. Yo ya estaba en mi cama cuando entró él en el dormitorio. Procuró no hacer ruido para despertarme ni encendió la luz, se desvistió y se metió en la cama. Yo le di la espalda y simulé dormir porque no tenía ganas de hablar con él, recordando todavía el incidente que habíamos tenido durante su primera estancia en mi casa (capítulo 5). Casi me tira de la cama de alto y cachas que está, se apretujó contra mí, pues la cama no da para más y se disponía a echarse a dormir cuando le sonó su teléfono móvil. Lo cogio de la mesita de noche y empezó a hablar bajito. Era mi tía, que lo echaba de menos.
Empezaron con un diálogo acaramelado y empalagoso que empezaba a ponerme de los nervios: amorcito, mi nenita, miamol, cariñito ...
Yo sólo lo escuchaba a él, pero me imaginaba a mi tía Sandra con otras cursiladas por el estilo: papito, chamaco ... En fin, hasta que él empezó a calentarla a modo de teléfono erótico y empezó a decirle guarrerías:
- Te voy a comer la chocha
- ¿Para quién es esta poronga, minita?
- Mi porronga te va a regar de lechita.
Y así un buen rato, hasta que yo, que soy débil y humano, me empecé a empalmar. El estaba tan ensimismado que ya se estaba apretando contra mi culo. Yo sentía su verga dura como una piedra rozándome por encima de los calzoncillos. Las lindezas continuaban:
- Métete un dedito, miamol, y piensa en mí.
De repente me agarra por atras y me abraza con sus robustos brazos, mientras sigue apretando su verga contra mi trasero. Por un momento, baja una mano y me roza el slip a la altura de la polla. La nota dura y empieza a apretarla. Sigue con sus frases calientes a mi tía pues el celular lo sujeta con la otra mano, y me saca la pirola por la abertura del calzoncillo. Por un momento calla en su conversación con Sandra y empieza a pajearme. Es tanto el regustito que siento que me dejo llevar. Me masturba suavecito pues se imagina que estoy profundamente dormido ... El placer me invade de pies a cabeza; él también se aprieta e imprime ritmo con su pollón contra mi culo. Al poco acabamos corriéndonos los dos casi simultaneamente. Mis calzoncillos quedan empapados de lefa por delante y por detrás ...
Mi tía parece reprenderle por no hablarle ni hacerle caso. Entonces él le responde:
- Me he estado haciendo una yuca pensando en tí, mialmol.
Le manda un besito por el celular y se despide.
La última noche de estancia de Marcos entre nosotros supuso una suculenta cena de despedida. A eso de medianoche, mamá, mi hermana y yo nos retiramos a dormir. Papá y el cubano siguieron un buen rato hablando y bebiendo ... bebiendo demasiado alcohol. A eso de las dos de la madrugada mi padre estaba como una cuba, no se sostenía de pie. Así que Marcos cargó con él y sigilosamente lo llevó al dormitorio donde ya mamá descansaba. Con mucho cuidado, sin apenas hacer ruido y sólo a la luz que provenía del pasillo, el cubano desnudó a mi padre y lo acostó junto a mi madre. En esas estaba cuando mi madre dio una vuelta en la cama y quedó con su camisón todo subido. Al mulato le excitó ver que mamá no llevaba bragas y que tenía un coñito coronado con una suave mata de vello rubio. No controló la tentación: dirigió su dedo largo y huesudo a la concha de mi madre y empezó a masejearsela. Mamá abrió los ojos y se encontró con el mulato recostada sobre ella. Lejos de asustarse, dirigió una mirada hacia mi padre que dormía como un ceporro y a continuación se sacó el camisón y se quedó completamente desnuda. Marcos entendió el mensaje. Se desnudó por completo, enarboló una poronga gigantesca, gorda y con el capullo hinchado y brillante y se la metió todo lo que pudo en la boca. Mi madre engulló casi los 30 centímetros de pollón del negro y empezó a babear con abundante saluva. Desde la puerta entornada yo presenciaba todo aquel espectáculo.
Procurando no despertar a mi padre, Marcos comprendió que la faena había que hacerla rápida y con discrección, así que fue al grano. Le chupó un trato la almeja de mi madre para que fluyeran los jugos y fuese más fácil la penetración de aquel monumental manubio. Cuando notó a mi madre mojada, procedió a penetrarla. Mamá abrió todo lo que pudo las piernas y guió aquel mástil hasta la abertura. Fue entonces, cuando sin contemplaciones, Marcos la embistió de golpe y le introdujo todo el pollón hasta los huevos. Mamá contuvo un grito llevándose la mano a la boca. Empezó un mete-saca feroz. Los cojones del negro chocaban como campanillas contra la concha de mi madremientras le magreaba sus soberbias tetas. Ella gemía pidiendo más, más y más. El la insultaba con las peores palabras de su argot cubano: jinetera, viciosa, puta ... Ella pedía más y más; ya tenía atenazado el culo del mulato para sentirlo más adentro, hasta las entrañas, él le succionaba los pezones como un mamoncete ... Fue entonces cuando mi padre dio una vuelta y se quedó boca abajo.
- Mira como duerme la cogorza el cabrón de tu marido - le dijo en voz alta Marcos.
Pero ella seguía reclamando más y más verga negra. Entonces ante mi sorpresa, Marcos cogió una mano de mi padre, le separó el dedo corazón y se lo introdujo en el ano.
- Tengo un dedo de tu hombre metido en mi culo, mimita de mierta. Mira como gozo.
No tardaron en correrse. El negro vertió toda su lefada dentro del coño de mi madre. Cuando retiró su pollón, ríos de semen mezclados con fluidos vaginales se deslizaron por los muslos de mi madre, desencajada y sudada como una zorra. Mi padre seguía dormido, con su dedo metido en el culo del cubano ...
Mi eyaculación abundantísima alcanzó toda la puerta del dormitorio de mis padres pero corrí como alma que se lleva el diablo a meterme en la cama, sin siquiera limpiarla. Al poco rato llegó Marcos, que se acostó a mi lado. Al poco estaba durmiendo como un bendito. Yo me pasé toda la noche pajeándome rememorando aquella experiencia inigualable y de vez encuando echaba una mirada a aquella verga descomunal que había estado en el coño que me parió.
Al día siguiente, Marcos se fue. Mi padre y él desayunaban cuando mi hermana y yo salimos para el instituto. Al despedirse mamá mostró mucha tristeza, estaba muy apenada ... quizás tanto como tía Sandra. Tenía toda la mañana para poner en remojo y lubricar la almeja que le dejó en carne viva el cubano. pensé enojado.
"¡Estas mujeres son unas sentimentales!", le dijo mi padre sonriendo al cubano mientras subían al automóvil camino del aeropuerto.
XOEL
P.D.- Si queréis hacerme comentarios o sugerencias para posteriores relados, podéis hacerlo a:
www.richardanton21@ yahoo.es
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312633 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212613 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 150076 veces
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xoel
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