DIARIO DE UN JOVEN SALIDO (6)

Hoy, 10 de julio, festividad de san Cristóbal, escribo en mi cuaderno íntimo una experiencia extraordinaria que me recuerda mi primera lectura infantil en la escuela, que decía "mi mamá me ama" pero que yo aquí titulo

MI MAMA ME MAMA

Querido diario:

Hoy es la festividad de san Cristóbal, el patrono de automovilistas y mecánicos, por lo que mi padre está de fiesta y no ha ido a trabajar. En esta fecha todos los profesionales del volante y de talleres de automoción se reúnen primero para bendecir sus vehículos a la puerta de la iglesia y luego irse todos a una gran comida de confraternidad. Este festín termina a las tantas de la noche para luego darse una vuelta por cualquier prostíbulo, ya que son todos hombres los que se reúnen en la celebración.

Mi madre, que es muy celosa, sabe cómo termina la jornada festiva (aunque mi padre lo niega) y no le hace ninguna gracia que papá y sus compañeros posiblemente terminen follando en cualquier garito. Este año ha tratado de impedirle que vaya a la fiesta pero papá ha salido con la suya por aquello de que "hay que respetar las tradiciones", y le ha prometido ser formal y llegar temprano a casa. No obstante, mamá es muy desconfiada y me ha pedido mi colaboración ...

Me ha metido 50 euros en el bolsillo y me ha pedido encarecidamente que siga los pasos de papá cuando salga del restaurante donde celebran el almuerzo de hermandad y que le cuente todo lo que vea. Me agrada (más bien me da morbo) la idea de vigilar a mi padre y más todavía la propina que me ha dado mi madre, así que me dispongo a hacer mi papel de Sherlock Holmes.

Apostado a la puerta del restaurante, sobre las diez de la noche veo como mi padre y varios amigotes suben a sus automóviles; yo lo sigo en un taxi. Tras una corta carrera, se detienen en un club de alterne famoso por su puterío interracial: brasileiras, chinas, rusas ... Como sé que no me van a permitir la entrada y, en definitiva, lo que pretendo es ver sin ser visto, me cuelo por la puerta trasera, que da justamente a la escalera de servicio. Desde un ventanuco puedo ver como papá y sus amigos son abordados por unas lindas putitas, con las que se sientan en un cómodo sofá y empiezan a tomar copas. Una asiática y una negra se disputan a mi apuesto padre, que se deja hacer, mientras a una le mete la mano por debajo de la faldita hasta tocarle la concha y a la otra la come a besos y le magrea las tetas. Papá se ha recalentado sobremanera, la polla le abulta por debajo del pantalón y en cualquier momento parece que va a reventarle la bragueta. La china ya se ha inclinado sobre él y se dispone a sacarle la verga y chupársela ... Entonces es cuando acuerdan subir a uno de los reservados y hacer un trío. ¡ Cuánto lamento no poder seguirles y ver cómo mi padre se folla a esas dos zorras !

Sobre las dos de la madrugada, aproximadamente, papá y sus amigos salen del puticlub. A pesar de que se les notaba cargados de alcohol, suben a sus vehículos; yo telefoneo con mi celular a tu taxi y me dirijo a casa. Al llegar, encuentro a mi padre en el rellano del portal que es incapaz de subir las escaleras, tal es la borrachera que tiene encima. Le ayudo a subir, abro la puerta del piso y, procurando no hacer ruido para no despertar a mi madre y que no lo viera en tal estado, lo introduzco en mi habitación. Lo tumbo sobre la cama, lo desnudo y no me resisto a la curiosidad de bajarle los calzoncillos y ver cómo tiene la polla. ¡Vaya cipote grande y gordo, seguro que mamá está en la gloria con él! Después me desvisto, me pongo el pijama y me dispongo a dormir junto a él, eso sí, muy apretados, pues mi cama no es muy grande.

Empezaba yo a conciliar el sueño y papá a roncar, cuando noto que alguien entra en la habitación. Es mi madre. Enciende la lamparita de la mesilla de noche que da una tenue luz e intenta despertar a mi padre, que duerme como un angelito; yo me hago el dormido:
- Querido, vente para nuestra cama.
Pero papá, con su borrachera, no se entera de nada. Mamá insiste y separa la manta para forzarlo a levantarse, quedando tanto él como yo con el cuerpo al aire. Mamá le susurra unas tiernas palabras al oido mientras le saca la poronga del calzoncillo y empieza a meneársela. Pero la chota de papá está "muerta" y los cojones secos de la jodienda del garito. Mamá insiste con un pajote frenético pero nada , la polla no se le levanta. La que sí se levanta es la mía...

Mi cipote ya asoma por la abertura del pijama. En mi disimulo, he adoptado una postura que me permite estar boca arriba, con las piernas ligeramente abiertas y la cabeza ladeada hundida en la alhohada. Es cuando moto que mamá cesa en su intento de excitar a mi padre ... y viene a por mí. Sigilosamente, a gatas, se desliza hacia el otro lado de la cama donde me encuentro yo. Con su mano suave saca completamente mi pija empalmada por la abertura del pijama y empieza a masturbarme. Mi polla está a punto de estallar. Entonces, dirige su boca hacia el glande y empeza a succionarlo con delectación, luego introduce toda la polla hasta la garganta mientras me acaricia los huevos. El gustito que siento es infinito. A mi madre le oigo susurrar: "hijito, hijito ..." No tardo en correrme en su boca mientras me contengo para no gritar de placer y delatarme ... Me limpia los restos de leche, nos cubre de nuevo con la manta, apaga la luz de la lamparita y abandona mi dormitorio de puntillas.

A la mañana siguiente un espléndido desayuno me esperaba en la mesa de la cocina antes de irme a clases. Papá ya se había ido al trabajo y mamá parecía muy contenta y relajada cuando me preguntó cómo había transcurrido la noche de vigilancia.

- Al salir del restaurante - le mentí - papá y sus amigos se fueron a jugar un partido de pelota en el frontón, y después derechitos a sus casas. Así que puedes estar tranquila, mami, y el próximo año dejarle ir de nuevo a la fiesta de san Cristóbal.

Ella me sonrió y me metió en el bolsillo de la camisa otros 50 euros. "Es por el gran favor que me has hecho, hijito", me dijo, dándome un beso en la frente.

XOEL