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Disfrutando juntos de crear una historia caliente: Laura en la filmoteca

Relato enviado por : gustavo8000 el 31/10/2011. Lecturas: 14107

etiquetas relato Disfrutando juntos de crear una historia caliente: Laura en la filmoteca   cibersexo .
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Resumen
Fabián es un adicto a las historias eróticas. Así, tiene por costumbre entrar en un chat de sexo para conversar con otras personas sobre sexo. Una noche, contacta con Laura, con quien desarrollará una historia al gusto de ella. Entre ellos, narran la historia de cómo una Laura ficticia se folla a un desconocido en los lavabos de la filmoteca.


Relato
Hola, me llamo Fabián y tengo mucha costumbre de entrar en chats de sexo a buscar conversaciones calientes. Me encanta desarrollar historias calientes al gusto de mi pareja de chat, pensando en lo mucho que se excitará y que se masturbará hasta el orgasmo con lo que yo le vaya escribiendo. No cabe decir que, claro, yo también me excito con el asunto.
Les narraré a continuación una de las historias que desarrollé con una chica hace unas semanas, con la esperanza de que disfruten, se pongan tan cachondos y finalmente, si pueden, se corran como hicimos nosotros. Si finalmente les ha gustado el formato, no duden en decírmelo y dejar comentarios, e intentaré dejar más historias como estas.
La historia, como les decía, transcurrió una madrugada caliente, hace unas semanas. Me pilló la noche sin sueño y me puse a chatear. Tras un largo rato pidiendo conversación caliente a mujeres (difícil de conseguir dada la poca presencia por estos chats), finalmente, contactó conmigo una chica que dijo llamarse Laura, y ser de Barcelona. Tras una primera conversación inicial poniéndonos al tanto, finalmente le hice mi pregunta habitual: ¿algún vicio oculto, o fantasía sexual, que quizá no confesarías, pero que en esta noche anónima te encantaría que se desarrollase en tu historia?. La chica, una jovencita de 22 años ( o por lo menos, eso indicó), le motivaba el morbo de hacerlo en un lugar público. Bueno, pues a continuación, les invito a leer la transcripción lo más ajustada de esa conversación caliente, confiando en que les guste:
Nota del autor: las frases entre paréntesis son propias de Fabián y Laura, los dos narradores, cuando se refieren a ellos en vez de a los personajes de la historia de sexo).

Fabián: Vale, repasemos: te llamas Laura, 22 años, Barcelona.
Laura: exactamente
Fabián: Morena, delgada, 1,65 de altura, y unas tetazas en palabras de varios amigos tuyos, je je, y te encantaría que tu historia fuese en un lugar público y centrada en el sexo anal. ¿Quizá con un desconocido?
Laura: No, centrada en el sexo anal, no, pero que aparezca.
Fabián: Vale.
Laura: Exactamente, con un desconocido.
Fabián: Una cita a ciegas, ¿por ejemplo? ¿O más bien, te cruzaste con un desconocido y te folló sin piedad?, je je je.
Laura: Más bien, un encuentro inesperado.
Fabián: Un encuentro inesperado. mmmmhhh… oye, ¿y tu cuerpecito lindo va a disfrutar mientas escribo la historia? Es decir, ya tienes preparada la mano, vibrador, palo, polla o lo que sea para ir dándote placer a medida que te cuento la historia?
Laura: Sí, tengo la polla de plástico preparada, je je je
Fabián: Ah, ¿sí? Uhhhmmm, eres una viciosilla, je je je. ¿Y es grande? Ay, me encantaría ver esa cosa entre tus tetas. ¡Vicios de cada uno! (Tengo que añadir aquí que soy un amante de los grandes pechos, y esta mujer decía tener una 100 de pecho). Así pensaría que soy yo quien está allí, jijijiji.
Laura: es de 19 cm.
Fabián: No está mal, pillina. Te gustó el pollón grande de tu último novio y no quisiste quedarte corta, ¿eh?. Muy bien, Laura, ¿y si empezamos a rodar?
Laura: Me parece genial
Fabián: Ok. Resulta que eres una estudiante de literatura, y te gusta mucho el cine, pero de autor, e incluso las películas así más de estilo europeo, ¿vale?
Laura: Perfecto.
Fabián: Una de tus pasiones ocultas es la literatura erótica, pero eso se queda para tus ratos íntimos, porque te da un poco de vergüenza. Llevas un tigre dentro, pero lo tienes encerrado y pocos hombres han conocido tu lado oscuro. Pero en el fondo, sueñas con realizar fantasías como las que describe el Marqués de Sade en sus novelas; o te calzarías algunos hombres que salen en las novelas rosa que compras de tapadillo en el mercadillo, j eje j e.
Laura: ¡mmmm!
Fabián: Total, que te vas a la filmoteca catalana a ver una peli europea. Te vas sola, claro, porque no hay amigo que te acompañe a ver semejante bodrio, je je je. Pero a ti te gusta, tienes capacidad y sensibilidad como para entender esas películas que la mayoría del público no entiende y así vas a ver el último éxito del cine checo. Vamos, ¡un bodrio! Tus amigas ya te han comentado varias veces que estás un tanto pirada, que a la filmoteca a esas horas solo van los pervertidos para follar o los gays para pajearse. Si bien te has cruzado alguna vez con alguna parejita gay, tampoco es algo exagerado, y el sitio rezuma cultura audiovisual.
Pues nada, al final, pasas de tus amigas y decides ir, contra viento y marea, a ver la última película checa, un bodrio europeo que echan en la filmoteca el viernes a la una de la noche. Tus amigas se tiran de los pelos, pero te puede la buena crítica, así que llegas y, como te imaginabas, estás más sola que la una en el cine. Normal, piensas, soy un tanto rara.
La película, a los cinco minutos, tiene una escena subida de tono, que te pone un tanto húmeda. Uhhhmmm, echas de menos una buena follada. ¿de tu último novio cuánto hace? ¿Uno o dos años?. Reflexionas: va para dos años. Tu mente divaga pensando en tus últimos polvos, y lo malo que era el condenado. Entre otras cosas, por eso lo dejaste.
Total, que como estás un poco húmeda con la escenita, decides acercarte al lavabo para asearte un poco, no sea que alguien vaya a pensar mal de ti.
Avanzas sigilosamente por el cine desierto y, al entrar al baño enseguida oyes unos ruidos y unos gemidos. Dudas entre entrar o irte, pero distingues que son gemidos de gente que está practicando algo de sexo. Como ya vienes un poco caliente, te entra el morbo y te aumenta la excitación, y te asomas a un retrete con la puerta abierta, je je je
(¿Cómo vas, Laura?, ¿Te está gustando la historia?)
Laura: (No quería interrumpir… me está encantando).
Fabián: (¿Te está gustando la historia? ¿Te estás tocando a base de bien?)
Laura: (¡Qué bien lo sabes!, je je je)
Fabián: Bueno, sigo. Antes de que te descubran pasa un poco de tiempo. La escena es asombrosa: ella está a horcajadas de él, que está sentando en la taza del wc. Están completamente desnudos,
Laura: (mmmmmmmmh)
Fabián: Ella montándole desesperadamente, sube y baja. Da la sensación de que se la está metiendo enterita. Tú no puedes más que humedecerte ya completamente e, instintivamente, con una mano empiezas a frotarte la entrepierna cada vez más húmeda. Es entonces cuando haces un pequeño ruido y ¡advierten tu presencia!.
Él se sorprende, aunque no dice nada, pero ella pega un grito. Muerta de la vergüenza, empieza a vestirse, recriminándole al otro: “¡Me dijiste que no vendría nadie y que habías puesto el pestillo, capullo!”. Se viste rápidamente y sale por la puerta. Todo ha pasado en una fracción de segundo, como quien dice. Tú te has quedado clavada. “Perdón… yo… no quería…”, balbuces.
La otra chica sale disparada, se ha vestido tan rápido que no ha dado tiempo a reaccionar, ni al chico ni a ti. Cuando por fin giras la cabeza para ver al chico, te ves a un chico joven, unos 27 años, apuesto y con un cuerpo atlético, sudado, con el aliento un poco acelerado, ¡y con una tranca de considerables dimensiones! Je je je.
No puedes quitarle la vista a esa maravilla de tronco venoso, rígido, mirando hacia el cielo como si la gravedad no fuese con él. (¿Te gusta, laura?)
Él te mira con cara divertida y te dice: “¡Menudo papelón! Bueno…”. Se rasca la cabeza con aire inocentón. “Nos has pillado de pleno, je je je…, pero a mí me han dejado con la faena a mitad. Laura le contesta: “discúlpame, de verdad que no era mi intención…”
(Laura, quizá te gustaría acabar la faena??)
Laura: (Me gustaría intervenir en el diálogo, je je je)
Fabián: Antes de que te des cuenta, él te ha cogido y te ha metido en el retrete, muy cerca de él. (Laura, puedes intervenir cuando quieras).
Laura: (Gracias.)
Fabián: (Al final, la historia es para ti).
Laura: (Pues ahora diría… )¿Qué haces?
Fabián: (Bueno Laura, ¿qué te apetecería hacer con un hombre desnudo delante de ti, con el mástil totalmente izado y tieso, totalmente caliente, y con ganas de follar como un loco?.Tú, estudiante de literatura, amante en secreto de los libros de Sade, qué se te pasa por la cabeza en esos momentos? ¿O prefieres no pensar y que antes de que pienses algo él lo haga por ti?)
Laura: (Prefiero no pensar y que lo haga él)
Fabián: Vale, pues el chico te agarra y te mete en la cabina del retrete. Te sientes un poco aprisionada. El chico te coge una mano y la pone en su polla tiesa sin decir nada. Tú te resistes, pero él insiste: “Tócala, es tuya, esta noche es tuya”. Te suelta poco a poco y tú dejas tu mano un instante en esa cosa caliente y dura, palpitante, pero la quitas y haces un ademán de irte. Pero él insiste y vuelve a hacer la misma operación. Esta vez, dejas la mano en la polla, sin moverla. Él suelta un pequeño gemido, que te excita más todavía y sigues poniéndote más húmeda. ¡Y tú, que venías justamente a limpiarte!. Él te coge la mano y te hace un movimiento para que empieces a meneársela. Al principio, te resistes, sin quitar la mano de su verga, pero al final, cedes a las necesidades del hombre, y empiezas un meneo suave. Estás totalmente petrificada. Cuando el chico se queda tranquilo de que no vas a salir huyendo, te deja un instante que le sigas meneando la polla lentamente: está disfrutando de lo lindo. Pero al segundo se incorpora un poco y se lanza con las dos manos a desabrocharte el pantalón que llevas. Tú esta vez no opones resistencia, estás embelesada con semejante verga, la notas dura y caliente, aunque suave al tacto, y te gusta el hecho de subir y bajar por aquel tronco, es más, te estás muriendo de ganas por comérselo.
(Oye, Laura, ¿te estás tocando de lo lindo que no dices nada??)
Laura: (Por comérselo, no, por comértelo, porque espero que seas tú).
Fabián: (Ah, vale, ¿o sea que me metes en la acción?)
Laura: (Si quieres, claro.)
Fabián: (Sí, por qué no. Bueno, pues entonces yo soy el chico). Estoy disfrutando de cómo me tocas la polla: tu mano suavecita en mi polla, que me la has puesto super dura, hace una presión y un movimiento tan suave y lento que me está haciendo ver las estrellas de placer, pero yo sigo a la mía, y empiezo a desabotonarte el pantalón. La otra chica me ha dejado bastante caliente y no ando para muchas tonterías. Al final, consigo desabotonarte todo el pantalón y empiezo a bajártelo con dificultad. Te miro indicándote si me haces el favor de quitártelos tú misma…
Laura: Lo hago mirándote fijamente, sin decir nada, solo con la mirada.
Fabián: Te has quedado de cintura para abajo al aire. Entonces me levanto y te pongo la mano en el suéter que llevas y te empiezo a sacar el resto de la ropa. Debajo de la camisa aparecen unos pechos generosos (me encantaría que te quitaras el sujetador y te quedases totalmente desnuda)
Laura: Bajo mis tirantes lentamente, sin dejar de mirarte, por supuesto. Lo desabrocho y lo dejo caer…
Fabián: Me quedo embelesado y sorprendido con esas “tetazas”. No lo puedo resistir y empiezo a comértelas, (¿te gusta?). Las agarro con mis manos…
Laura: (Mucho!!)
Fabián: Las aprieto una contra la otra, y empiezo a comer un pezón, mamando, alternándolo con lamer toda tu aureola y juguetear suavemente con tu pezón.
Laura: Mmmmh…
Fabián: (¿Cómo son tus pezones Laura? ¿Son grandes? ¿Con mucha aureola?). Claro, para no dar envidia, paso también al otro pezón, y voy alternando. (¿Quizá estoy consiguiendo que la chica cinéfila se empiece a poner muy cachonda? Je je je).
Laura: (los pezones son normales, y la aureola bastante grandecita).
Fabián: (mmmh, qué rico)
Laura: (Me estoy poniendo muy cachonda… pero mucho mucho)
Fabián: La chica también, ¿no?. Sigo. Entonces, subo a besarte, dándote un profundo beso, un tanto fuerte, que empiezas a devolverme tras el susto inicial. Tras unos segundos, me voy a una de tus orejas. Mis manos siguen sobando tus pechos (¡me encantan!), y mi polla dura la notas en contacto con tu cintura, con la punta un poco babosa de lo húmedo que me tienes. Muerdo entonces tu oreja, y voy bajando por tu cuello, para volver a atacar tus pechos. Mmmmh, qué rico hundir mi cara entre esas dos maravillas. ¡Me encanta! Pero bueno, es como todo, eso me gusta más a mí que a ti, así que sigo mi camino y me agacho, y te levanto una pierna por encima de mi hombro para empezar a comer algo que, al parecer, ¡ya está jugosito!. Mmmh, estás húmeda a más no poder.
Laura: Ufff, ¡no sabes cuánto! (tanto la chica como yo).
Fabián: je je je, pues nada, empiezo a lamerte suavemente, sin prisa, para que disfrutes, te calientes y te pongas a mi nivel de calentura. Lamidas suaves y expertas alrededor de tu botoncito, por tus labios, e incluso me aventuro a tu entrada secundaria, j eje jej
Laura: Mmmmh…. Te agarro del pelo del placer que me procura…
Fabián: Mmmh, ¡sí! Me gusta ese detalle. Siento que estás excitada y eso me hace tomarme mi tarea con más intensidad. (Por cierto, ¿cómo estás en la cama?). ¿Y qué te parece si aquí nuestra protagonista tiene su primer orgasmo de la noche?
Laura: (estoy en mi cama de rodillas).
Fabián: ¿Sería un buen momento para conseguirle un orgasmo con mi lengua?
Laura: Sería un momento perfecto…
Fabián: Muy bien. Pues sigo: al toque cada vez más intenso de mi experta lengua, tu protagonista finalmente se corre del todo, en un orgasmo como no había sentido en mucho tiempo, intenso, fruto del tiempo sin practicar sexo y de la adrenalina y el morbo de la escena, je je je. Te quedas un tanto exhausta, pero yo no pierdo el tiempo: no en vano, tengo la polla que quiere estallarme. Así que empiezo de nuevo con la lengua, pero ayudándome de los dedos, especialmente en tu orifico trasero. Mis dedos lubricados con tus propios jugos empiezan a hacer su faena. Tú no opones resistencia alguna: estás tan excitada y a la vez te has quedado tan floja de tu primer orgasmo que no opones resistencia a nada. Pronto el efecto del primer orgasmo pasa y vuelves a sentir nuevamente la creciente excitación que te producen mis trabajos de lengua y dedos. Esta vez, hay que darte un poco más de caña: te cojo con las dos manos de las caderas y te subo a mi palo. ¿Te apetece que te ensarte como a un pincho moruno? ¿Te apetece ensartarte una polla tiesa como un madero, recta y venosa?
Laura: ¡¡Uffff!! ¡Hazlo, por favor!
Fabián: ¡Pues súbete!. Te subo encima de mí y te dejo caer poco a poco sobre mi verga. La polla entra sin problemas porque estás tremendamente lubricada, entre lo tuyo y la saliva que te he dejado. Una vez ensartada completamente (¡te has tragado toda mi polla!, je je je), te dejo a ti que lleves los movimientos del juego (así yo también me toco un poco en la realidad, que me tienes caliente…).
Laura: Empiezo a moverme sobre ti suavemente.
Fabián: Mis manos reposan sobre tu culo y disfruto de tener tus tetas delante mío.
Laura: No sabes cuánto me gusta sentirla dentro. Te beso mientras me penetras, y empiezo a moverme más deprisa…
Fabián: (mmmh, qué bueno). Yo alterno tus besos con comer esas tetas tan ricas que tienes. (Me he puesto super duro, ¡traidora!. Voy a buscar papel para limpiarme, porque vas a acabar conmigo, je j ej e).
Laura: Vuelvo a agarrarte el pelo. Qué placer siento… tanto, que empiezo a moverme como desesperada…
Fabián: Síii
Laura: … haciendo que tus huevos choquen conmigo..
Fabián: Vamos, ¡acelera! Síii, te la estás metiendo enterita, ¡joder!, ¡te has desatado!, eres una jaca en celo, es increíble cómo botas sobre mi polla. Estoy asombrado con cómo te has puesto, como agarras con tu pelvis mi polla con destreza y la cabalgas. Te mueves con ciertos movimientos hacia delante y atrás para darle el mayor gusto a tu clítoris mientras te ensartas hasta el fondo mi juguete. (¿Te estás metiendo igual tu juguete?.)
Laura: (Siii. Me voy a venir rápidamente…)
Fabián: Muy bien. Pues vamos a ello: finalmente, aceleras tanto el ritmo que entras en el segundo orgasmo de la noche. Siento como tu cuerpo se estremece, se contrae y te quedas parada con mi falo bien clavado sintiendo cómo cada movimiento milimétrico entre los dos te produce unas descargas eléctricas, un calor tal, que el orgasmo se hace largo, intenso, continuo… extenuante. Finalmente, de dejas caer, con mi polla tiesa todavía dentro, sobre mí, exhausta por semejante orgasmo. La corrida ha sido intensa, pues siento el interior de mis muslos, mis huevos y toda mi pelvis totalmente húmeda de tus jugos.
No puede ser, has acabado antes que yo. Yo tengo la polla tiesa como una barra de hierro, y con ganas de acabar, pero tú no puedes más. Sin cortarme un pelo, empiezo a lubricar con mis dedos tu orificio trasero. Me miras exhausta, un tanto desconcertada, pero estás fuera de ti.
Con mi polla dentro, te dejas hacer. Pronto, te he metido ya un par de dedos, y empiezas a recuperar la sensibilidad, la excitación. Aun con todo, estás que no te puedes mover. Eres como un muñeco inarticulado en mis manos. Finalmente, consigo meterte un tercero. Con eso me conformo, entre otras cosas porque ya no aguanto más. Así que, en una fracción de segundo, te levanto lo suficiente como para sacar mi polla de tu coño y enterrártela entera por detrás de una sola vez.
Laura: (mmmmh… estoy a mil. No pares ahora).
Fabián: Pues resulta que es la primera vez que te la meten por detrás. La estimulación ha sido bastante buena, pero aun con todo, tu culito virgen no estaba preparado para semejante pieza de carne y el dolor es instantáneo.
Laura: ¡Siii! Mi culo me quema, me siento como si me hubiesen partido en dos.
Fabián: Sii, Pero yo no te saco la verga, y te aguanto para que no te salgas. Te retuerces de dolor, y mi polla nota la fuerte contracción que estás haciendo contra ella, en un impulso instintivo de cerrar tu culo. Pero al poco tiempo, te vas acostumbrando a tenerte dentro de mí. Empalada te vas encontrando más cómoda a medida que te relajas y tu cuerpo va cediendo y aceptando su nuevo inquilino. Cuando ya empiezas a estar un poco más calmada, empiezo a moverme suavemente.
Laura: veo las estrellas cada vez que te mueves, pero al mismo tiempo, noto que una deliciosa sensación de placer empieza a embargarme…
Fabián: Sí. Pronto, ya no soy yo quien se mueve, sino tú misma, que te has acostumbrado y notas el intenso placer que te proporciona mi falo. Hace unos instantes, solo querías que saliera: ahora, lo querrías dentro toda la vida.
Laura: Siii (Voy a estallar).
Fabián: (Dale). Sí. Pero yo ya estoy a tope. Tu culito aprieta mi verga con fuerza, y cada movimiento es una intensa oleada de placer que se transmite por cada centímetro de mi glande. Esto acabará conmigo en muy pocos segundos. Tú te excitas cada vez más, y cada vez impones un ritmo de penetración más rápido, pero yo ya no aguantaré mucho más…
Laura: (Aguanta un poco, que me vengo ya…).
Fabián: Intento concentrarme, hacer fuerza para evitar correrme, pero la subida de ritmo es tal que finalmente, acabas por matarme. Mientras te sigues moviendo con fuerza y a ritmo frenético, consigues llevarme a un brutal orgasmo que me hace soltar una cantidad de leche dentro de tu culo como no había imaginado.
Laura: (Mmmmh, siii. Acabé!!).
Fabián: Mientras termino de soltar toda mi leche, tú llegas al tercer orgasmo de la noche.
Laura: (¡Qué bueno!¡Fue muy intenso!)
Fabián: Los dos caemos rendidos, tú sobre mí, empalada todavía, sin apenas poder movernos, todavía sintiendo parte del placer conseguido. Finalmente, nos separamos. Tu culo empieza a gotear parte de la inmensa corrida que me has provocado. Apenas te sostienes en pie, pero a los dos nos entra la vergüenza de la situación: ¡somos dos completos desconocidos!. Así que nos vestimos rápidamente, y sin mediar palabra, salimos los dos disparados de allí.
Laura: (Qué pena).
Fabián: Pues sí. Tú vuelves al interior de la sala. Sigue vacía. Nadie ha notado tu ausencia, claro. La película está a punto de acabar, pero a ti no te importa. Te dejas caer exhausta en la butaca, hasta que salen los títulos de crédito. Finalmente, te vas a tu casa.
Final de la historia: al día siguiente, las amigas te preguntan qué tal la película. Tú les contestas que te ha encantado, y que la idea de ir a la filmoteca los viernes a última hora es una idea genial, que tienes intención de repetir (con la esperanza de volver a encontrarte con tu desconocido).
Bueno, espero que les haya gustado el relato, y lo hayan disfrutado, tanto como lo hizo Laura. Y lo dicho, dejen comentarios si les gustó la historia y la forma de contarla.

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Comentarios enviados para este relato
rosarosae (5 de May de 2013 a las 23:10) dice: uffffff como me ha puesto este relato... madre mía...

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

gustavo8000 (11 de April de 2013 a las 00:47) dice: Tamita, dejame tu msn o skype y nos ponemos en contacto para otras historias Un abrazo, Gustavo

tamiiiiita (10 de April de 2013 a las 00:48) dice: buah me encanto, me has puesto super cachonda..


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