Continué besándola suavemente notando que su cuerpo comenzaba a dejarse llevar, entonces en medio de ese intento sentí que de su boca salía un suave e imperceptible gemido, segundos después otro un poco más sonoro, entonces continué mientras le murmuraba, goza, me encanta sentirte de esa manera disfrutando mis besos y mis caricias y van a ser tuyas cada vez que lo desees, me gustas desde que te conocí la primera vez, te veo tan señora y a la vez tan deseosa que me enloqueces por completo
Relato
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Doña ELOISA
Era una dama de unos 40 años no era una belleza, su cuerpo normal aunque a mi con mis 17 años su cuerpo era exquisito. Iba a su casa periódicamente ya que su hija Abigail era compañera mía, claro que les contaré que ella tenia 15 años y yo estoy atrasado dos años debería estar en dos cursos superiores, pero mi padre tuvo que ir a trabajar lejos en medio del desierto a cargo de una minera y no había colegio para mi, eso sí que los mineros me maduraron en mis pensamientos eróticos ya que trabajaba como ayudante de ellos y junté unos pesos con la que me compre una moto con la que salgo de paseo y conquisto a estas serenas y sosegadas niñas de mi curso, caen como pajaritos aunque temo aprovecharlas sexualmente por temor a embarazarlas. Claro que las manoseo terriblemente sus cuerpos y creo que quieren mis encantos dentro de sus cuerpos. Mas adelante.
Bueno a donde iba…ah… doña Eloisa un día que estaba en su casa discutió con su marido por que este había llegado tarde con olor a tragos y con marcas de lápiz labial en sus ropas. Como discutieron Abigail me dice voy donde Eva una amiga y compañera de curso también de 15 años, vecina y sale dejándome solo escuchando la discusión de sus padres, cuando el padre se puso brusco y empezó a remecer enojado a la madre me presente inocentemente en la cocina donde estaban preguntando por Abigail, el me vio y me dice que hace este trastornado aquí y salio de la casa…, doña Eloisa lloraba y cuando le pregunte si me iba o la acompañaba me dice gracias por salvarme de mi marido, si no apareces …, le pega concluyo, ella me mira y sonríe eres veloz para entender las cosas abrazándome y llorando…, no llores por un hombre que no lo merece le digo aunque sea tu marido.
Ella media alrededor de 1,70 mts. llevaba su cabello corto de color castaño y lacio, sus ojos marrones, delicadamente maquilados en párpados y suavemente delineados, lo que le daba un toque de dulzura a su bello rostro, sus labios finos llevaban un rojo encendido, llevaba una camisa blanca de mangas cortas, levemente holgada, bajo la cual si insinuaban sus bien formados senos, aunque no eran de un gran tamaño, tenía una cintura pequeña y sus caderas marcadas por una pollera a cuadros de color gris en varias tonalidades, sin quedar muy marcada se notaba la buena forma de su cola, el largo de su falda llegaba sobre sus rodillas sus piernas esbeltas eran torneadas y firmes, llevaba unos zapatos de taco alto pero le daban más tonicidad a sus delicadas piernas. Ella se desplazaba en forma muy suave lo que le daba un toque felino a sus movimientos. A pesar de estar enfadada por los tratos de su marido, se acerco a mí y me dice necesito caricias y consuelo por lo que me hace mi marido, dije: te acariciaré y te consolaré como ningún hombre inteligente es capaz de hacerlo, es un juego interesante, pero es mucho más agradable realizarlo si los dos estamos abrazados y besándonos en la boca, eso nos seduce, al tiempo que la abrazo por su cintura y además el que te saca la ropa al tiempo que te acaricia para luego consolarte, soy yo.
Aproveché ese instante de estupor en ella y deslicé mi mano bajando de su cintura hacia su cola, entonces ella reaccionó y se alejó de mí no muy lejos porque salí tras ella y a escasos dos metros le di alcance, ella forcejaba conmigo para que no la tomase pero había quedado en una mala posición atrapada por mi y arrinconada en un ángulo de las paredes de la entrada a su dormitorio con sus manos y brazos sujetos por los míos y apretando su cuerpo contra la pared por el mío, ella intentaba salirse de la situación casi en forma felina ofreciendo la mayor de las resistencias a mis intentos, como había quedado de espaldas, mi mis órganos tomaban contacto con las formas de su culo lo que me excitaba aun más y mis intenciones por besarla se demoraban por ese movimiento de resistencia y mientras intentaba besarla dije entre otras cosas. No seas esquiva, estamos solos por varias horas, te deseo me gustas mucho y ahora más que antes porque por fuera eres difícil pero por dentro una mujer deseosa y caliente, con un cuerpo divino, deseable al que dudo mucho que tu marido satisfaga,,,, además anhelas sentirte admirada y adorada, estas pidiendo cariños por que estas ardiente por los barbaridades que te a hecho tu esposo, deseas venganzas…, pero no sabes con quien … me ofrezco a ser yo el que te ayude a vengarte.
Mis intentos por besar su boca parecían infructuosos tan solo podía besar su mejilla pero esa situación me estaba llevando a un clima de calentura muy pocas veces vivido. Ella quedaba a pesar de su resistencia cada vez más arrinconada a tal punto que llegue a apoyar mi pene erecto dentro de mi pantalón sobre su pollera pudiendo sentir sus nalgas y diciéndole: Mira como te deseo, puedes sentirlo en tu culo, imagínatelo ahora dentro tuyo entrando y saliendo en tu ano o en tu vagina...
Mientras decía esto uno de mis brazos quedo liberado y mi mano acarició sobre la blusa uno de sus pechos provocándome una mayor excitación entonces pude ver como su blusa se abría un poco al perder uno de los botones, pude ver sus senos en forma de pera apenas cubiertos por un corpiño blanco de encaje, ante ese hermoso panorama, mi boca dejo de buscar sus labios, mientras mi mano continuaba acariciando su seno mis labios incursionaron por su hermoso cuello, lo lamí y bese varias veces luego su oreja murmurando entre besos y chupones lo mucho que me gustaba y cuanto la deseaba entonces mi boca llego a su seno mientras hacia sentir contra su cola la virilidad y el deseo por ella. Entonces mi boca comenzó a besar más suavemente su cuello por detrás de la oreja y segundos después comencé a notar una disminución en su resistencia, había encontrado un punto de placer a la que le sacaría el mayor de los provechos. Continué besándola suavemente notando que su cuerpo comenzaba a dejarse llevar, entonces en medio de ese intento sentí que de su boca salía un suave e imperceptible gemido, segundos después otro un poco más sonoro, entonces continué mientras le murmuraba, goza, me encanta sentirte de esa manera disfrutando mis besos y mis caricias y van a ser tuyas cada vez que lo desees, me gustas desde que te conocí la primera vez, te veo tan señora y a la vez tan deseosa que me enloqueces por completo
Ella acomodó su cuello ofreciéndolo a mi boca y poco a poco sus gemidos fueron subiendo en intensidad y su resistencia era nula, continuaba besándola y ante la falta de resistencia de su parte mi otro brazo que sujetaba su cuerpo bajo acariciando por sobre su pollera sus muslos y su ingle, entonces su cuerpo comenzó a temblar un sinfín de gemidos partía de su boca, y luego de algunos segundos giró de frente a mi, y en su bello rostro estaba dibujada la pasión y el deseo, las ganas de vengarse de su marido estaban en sus ojos. Sus brazos rodearon mi cuello podía ver su blusa casi totalmente abierto sus asomando por ella su corpiño blanco de encaje con alguna transparencia, rodee su cintura depositando mis manos sobre la pollera a la altura de su cola y aferré suavemente sus nalgas entones ella con desesperación me entregó su boca, su lengua su interior y el beso tan deseado se prolongó por varios minutos mientras ella me entregaba su calentura en forma total, su lengua ardiente recorría mi boca con inusitada pasión. Yo abrí su camisa y acaricié sus senos levantando el corpiño, sus pezones comenzaron a erguirse, su boca gemía y con voz entrecortada dijo…. ¡Así bebé!, me encanta que me los acaricien, venguémosno del estúpido de mi esposo… continuábamos besándola, ella era mía, y desprendió con sus manos su corpiño, sus senos eran blancos, sus pezones estaban erguidos rodeados por una aureola rosada pequeña entonces me tomó por la cintura y apoyo sus senos en mi torso desnudándolo y fue moviéndolos deslizándolos por mi pecho muy suavemente, una sensación de placer y pasión se apoderó de mí.
Me gusta ver tu carita disfrutando este momento, quiero ser tuya.
continua parte 2
Una quinceañera caliente, logra lo que tanto ansía: descubrir que el sexo va mas allá de meterse tímidamente un dedito. Su portero le dará una dulce lección.
Relato erótico enviado por euterpe el 11 de October de 2004 a las 10:03:00 - Relato porno leído 196022 veces