doble penetracion

Regresaba un viernes en la noche un poco tarde a mi casa después de trabajar mucho, cuando ya estaba en mi cuarto escuché la ducha, mi esposa estaba igualmente cansada y quería un baño relajante, eso me dio una buena idea pues tenía la espalda muy maltratada y deseaba un baño y un masaje. Observe que en la mesa junto a la cama habían chocolates y una botella de vino, de repente se abrió la puerta del baño y pude ver a mi esposa salir con una toalla cubriéndole el cuerpo, la salude, la besé y no pude evitar que su aroma me impregnara, la tomé por la espalda, bajé las manos sintiendo sus senos y quité la toalla que la cubría, empecé a acariciarla muy lentamente y me detuvo “porque no te das un baño?” me dijo, entonces me quité la ropa, entré a la ducha, mi verga estaba completamente parada, sentí el agua deslizarse como nunca por mi cuerpo, me enjaboné el culo muy bien y debo expresar que sentí un calorcito delicioso, después me enjaboné la verga pero me di cuenta que me estaba pajeando, cuando salí mi esposa me había servido una copa de vino, brindamos y le dije “sabes quiero que me hagas un masaje en la espalda” “bueno pero primero tu a mi” me respondió, tomé un aceite de naranja que estaba en el primer cajón de la mesa lo esparcía en mis manos frotándolas y luego froté su espalda suavemente, me acomodé mejor, mi esposa estaba desnuda boca abajo, me subí en sus nalgas, mi verga goteaba de deseo y le mojaba su patio trasero, después de masajearle bien la espalda le bese el cuello, el olor a naranja era excitante, la tomé por las caderas, la puse en cuatro y mi cara directo entre sus nalgas, mi lengua se deslizaba hasta encontrar ese punto recóndito, ese culito delicioso que parece un durazno, la lamia suavemente pero con firmeza, mientras tanto mi mano acariciaba su clítoris que ya estaba muy mojado, de la copa de vino derramé un poco sobre sus nalgas tratando de no dejar escapar ninguna gota, mis dedos entraban en su vagina y acariciaban su clítoris con un ritmo exasperante, mi verga escurría como un helado derritiéndose. Después de unos minutos tomé un vibrador vaginal de los que tienen unas orejitas para el clítoris y un consolador anal de jelly, estos los guardamos en el segundo cajón que es el de los juguetes sexuales, muy importantes en la vida de una pareja. Mi esposa seguía en cuatro y me preguntaba que iba a hacer, “no te preocupes, lo vas a disfrutar, esto se llama doble penetración” puse un chocolate en su culo y lo derretí con mi lengua, mientras tanto la penetré con el conejito que daba vueltas y vibraba “awww que rico dame mas, quiero que me comas toda esta noche” metí el dedo índice entre sus nalgas hasta alcanzar su ano, empezaba a traspasar la frontera y aumenté la velocidad del conejito, instantes después meti los dos dedos medio e índice y los movía hacia adentro y hacia afuera, ella extendió una mano y se tomó la nalga como queriendo abrirse más, gritaba y jadeaba, podía más el placer que la pequeña molestia, esparcí un poco de lubricante en el consolador y lo movi de arriba hacia abajo, este tiene forma de verga, primero paso el glande y una vez allí lo sacaba y lo entraba hasta que se lo metí todo, tenia las dos manos ocupadas y mi verga a punto de estallar, después de unos minutos me dijo “quiero que me metas tu verga, ya estoy mas que lista, estoy muy arrecha” saqu con cuidado el consolador y apunté suavemente mi verga hacia su culo, con una mano sostenía el vibrador y con la otra mi verga, ella me ayudó a acomodarme, mi verga llena de lubricante y untada de chocolate, saliva, vino y sus fluidos comenzaba a deslizarse hacia su entrada triunfal, sentí lo estrecho de su culo, al comienzo me quería expulsar y después me absorbía poco a poco hasta que sentí que mis huevas pegaban contra sus nalgas primero fue suave , después aceleré un poco y volví a hacerle suave, la tenia doblemente penetrada y no necesitaba compartirla con otro hombre, “amor, dame por el culo me estoy viniendo, quiero que me llenes con tu lechesita” cuando estaba diciendo aquello tan excitante, sentí su culo como se contraía mi verga se sentía un poco estrangulada, ella gritaba y se empezaba a desvanecer en la cama, gritaba mucho de placer, de pronto no pude mas y sentí como mi verga se inflaba y salía un chorro muy grande de semen , lo saqué y seguía saliendo le unté las nalgas y algo de la espalda, estábamos sudando mucho “ ah que rico… déjame recuperar porque quiero mi venganza” me dijo, después de unos minutos en los que nos besamos y tomamos algo de vino, se giro completamente, se subió en mi espalda y y comenzó a besarla de arriba abajo, fue haciéndolo lentamente hasta llegar a lamer mis nalgas como lo hice con ella, me puso en cuatro y hundió su lengua en mi culo, debo confesar que no había sentido algo tan delicioso, sentía como su lengua húmeda y tibia me daba placer, mi verga se volvió parar al instante, ella metió la mano por debajo hasta llegar al glande con mis fluidos empezó a pajearme, siguió frotando su lengua en mi culo , hacia las dos cosas a la vez, no podía escaparme, no quería , sentía mucho placer y cada vez que lo recuerdo me excito mucho, sentí que había descubierto que no era un mito lo del punto P que de la misma forma como deseaba comerme a mi esposa por detrás también deseaba que ella me diera placer de esa forma, su lengua calentaba mi ano y mi verga parecía una manguera no dejaba de escurrir, ella aumentaba la velocidad y yo le pedía que se detuviera no porque no me gustara sino porque sentía como si me fuera a desmayar de placer, siguió y siguió aumentando la velocidad hasta que sentí todo hervir dentro de mi, mi culo se contrajo, mi verga también y la cantidad de semen que salía era increíble, mi verga palpitaba y palpitaba y al tiempo que lo hacia mas semen salía, parecía como si se hubiese roto una válvula, mis piernas me temblaban, casi no me puedo parar… luego ella me bes y me dijo “ahora estamos a mano” quedamos untados el uno del otro, nos saboreamos, nos olimos, nos sentimos y pudimos descubrir mas deseos ocultos