Era otoño, recuerdo que Leo llevo a nuestra hija al colegio y yo ya estaba lista para ir a la Constructora de Juan a realizar mis tareas habituales. Ese día no hacia tanto frio y me vestí con un conjunto de corpiño de encaje color nude y la tanga cola less del mismo color; me enfunde unas pantimedias color piel brillosas de lycra, un vestido tipo solero con mangas ¾ ajustado y de falda hasta mitad de mis muslos, color gris perla, unas sandalias negras de taco aguja y un saquito de hilo color blanco, y por supuesto mucho perfume Bvlgari Omnia. Al llegar a la oficina mi compañera me avisa que Juan no vendría porque tenía que controlar la obra de la escuela Industrial porque se estaban demorando mucho y que íbamos a tener que aguantar al padre de él, porque así lo había ordenado el jefe. Yo lo conocía al papa de Juan desde la secundaria, pero ahora se trataba de un anciano de unos 70 años aproximadamente.
Relato
Hace mucho tiempo que no escribo sobre mis vivencias en un relato genuino y real. Para los que no me conocen (y para los que no me recuerdan) me llamo Lorena, soy casada desde hace veinte años con Leo, con quien tenemos una hermosa hija adolescente… y por cierto ya pase los 40 hace tiempo. Claro que no me quejo de nada de lo vivido ya que al verme al espejo veo una mujer madura, genuina, y por cierto sensual y de buen vestir, aunque los años me dieron mas curvas a mis líneas. Recuerdo que les relate secretos de mi vida como aquel viaje en bus de larga distancia y tan ardiente y fogoso que intente repetirlo muchas veces, aunque jamás logre sentirme como en ese. También les conté como ante la caída en desgracia económica de mi familia, fui en busca de trabajo, encontrándome con Juan, mi ex compañero de secundaria, que bien feo es pero muy ardiente y fuerte en la cama. Y gracias a él recupere independencia económica, bah…gracias a él y a mis nalgas enfundadas en mis pantimedias. Quizás recuerden aquel terrible evento que me tocó vivir en su empresa cuando despidió a un albañil y el muy asqueroso me hizo suya a la fuerza, si Don Ayala (un paraguayo borrachín) me forzó y penetro a su antojo hasta dejarme embadurnada en su semen asqueroso. Mejor no recordar, en fin. Pero también Leo fue culpable de que su compañero de trabajo, por utilizar mi celular, me acosara hasta vencer mis defensas y hacerme bajar mis medias y tanguita…claro que también lo goce mucho.
Espero no se aburran con mis recuerdos y esperen a leer este otro relato de lo que hace unos 5 años sucedió y me den su opinión a lorepanty arroba hotmail com. Era otoño, recuerdo que Leo llevo a nuestra hija al colegio y yo ya estaba lista para ir a la Constructora de Juan a realizar mis tareas habituales. Ese día no hacia tanto frio y me vestí con un conjunto de corpiño de encaje color nude y la tanga cola less del mismo color; me enfunde unas pantimedias color piel brillosas de lycra, un vestido tipo solero con mangas ¾ ajustado y de falda hasta mitad de mis muslos, color gris perla, unas sandalias negras de taco aguja y un saquito de hilo color blanco, y por supuesto mucho perfume Bvlgari Omnia. Al llegar a la oficina mi compañera me avisa que Juan no vendría porque tenía que controlar la obra de la escuela Industrial porque se estaban demorando mucho y que íbamos a tener que aguantar al padre de él, porque así lo había ordenado el jefe. Yo lo conocía al papa de Juan desde la secundaria, pero ahora se trataba de un anciano de unos 70 años aproximadamente.
Al rato de llegar fui hasta la oficina del jefe para ver si el señor Enrique necesitaba algo y solo me pidió agua, por lo que le acerque una jarra y un vaso. Me agradeció y no me sorprendí que al retirarme me diera una nalgada, evidentemente el hijo tenía a quien salir. Claro que me comporte como una mujer casada y se lo reproche aunque más fue mi sorpresa porque me dijo que sabía que Juan me hacía suya de vez en cuando y que si me gustaba su hijo, él estaba más dotado y con más experiencia…Salí de la oficina y le envié un mensaje a Juan recriminándole que me haya puesto en evidencia con su papa. Pero no me contesto. Insistí en que había hecho mal en dejarme como su mujerzuela y ahí si me escribió…Lore, Muñequita mía no te pongas mal y deja que mi padre te juguetee un poco, total el viejo ni se le para. Vas a recibir algo extra nada más que por sonreírle.
Que descarado, sabía como manejarme, ya que la mayoría de mi vestuario era pagado por él, pero este anciano si que era feo, más que su hijo. Tenía unos ojos marrones de mirada lasciva, su cabeza calva y unos bigotes anchos que resaltaban más su tez morena. En toda la mañana me dedique a ordenar las facturas del mes para presentarle al contador y se me paso volando hasta que mi compañera me pregunto si iría a almorzar con ella a la confitería de la otra cuadra. Le dije que no porque ya había arreglado para irme más temprano y había traído unas frutas. Después que ella se fue me dirigí a la oficina a preguntarle a Don Enrique si saldría a comer o si necesitaba algo y me pidió que me acercara para charlar un poco porque se sentía solo ya que su esposa había fallecido hacía dos años y no tenía muchas oportunidades de conocer mujeres y menos tan hermosas como yo…era muy lancero el anciano, pero me dio lastima y recordé lo que me pidió Juan así que me senté frente a él en el escritorio, cruzando mis piernas enfundadas en mis brillosas pantimedias, a charlar. Pero como era de esperar Don Enrique tiraba dardos amorosos y directamente y mirándome a los ojos me pidió que si le acariciaba su pene, que hacía mucho que nadie se lo tocaba…yo por supuesto que le dije que no, pero ante su insistencia me dije, que porque no, si solo era tocarle un pene flácido a un pobre anciano…acercándome a su sillón le dije que solo lo tocaría que por favor no hiciera nada más ni contara lo que le haría y mirándome a los ojos me dijo –Lorenita hermosa, solo tócamelo y decidí vos que más hacer- se bajó el cierre de su pantalón y se acomodó en el sillón para que con mi mano algo tímida le tocara el pene…se lo toque y no podía creer lo duro y caliente que estaba, lo acaricie y deje mi mano dentro de sus calzoncillos mientras nos mirábamos y luego de mi sonrisa permisiva él comenzó a acariciar mis nalgas primero por encima de mi solero y luego por debajo, sobre mis pantimedias, mientras yo no solo le acariciaba el pene sino que lo agarraba y jalaba fuera del pantalón, ciertamente era grande, duro, caliente y oloroso…arrodillándome me lo metí en la boca para comenzar a chupársela y jugar con mi lengua. Tenía un olor fuerte a pija caliente, pero no me importo…- viste Lorenita que te iba a gustar- uuuuffff…chiquita como te lo comes, me decía, y claro que con la experiencia de tantas mamadas a su hijo en la oficina, ya era muy experimentada en mamar verga. Le dije que teníamos poco tiempo antes que volviera mi compañera pero que no quería dejar de tener su pija dentro mío, porque ya estaba muy fogosa y con mi conchita chorreando líquido, deseando esa verga gordota dentro de mi vientre. Me pare, subí la falda de mi solero ajustado, y bajando mis pantimedias brillosas me acomode, de espaldas a él, para entregarle mi conchita para que me la llene de su carne tiesa y caliente, dejándolo ver mis blancas nalgas contrastando con sus manotas morenas que ya las agarraban y manoseaban… le susurraba Don Enrique métamela despacio que la tiene muy grande- y él dijo –claro Lorenita si esta pija gorda va a ser tuya y cómetela como quieras vos- Fui acercándome a su glande morado por lo hinchado que estaba, y apoyada con mis manos en sus rodillas me senté de apoco mientras su verga dura abría los labios de mi conchita mojada, sinceramente lo goce tanto mientras me entraba su pija que con mis ojos cerrados y mordiéndome el labio inferior pensaba en lo puta que estaba. El anciano no se movió hasta que mis nalgas y muslos tocaron sus muslos, con toda su verga enterrada en mi conchita, y cuando yo comencé a cabalgarlo rozando mis pantimedias en sus piernas, comenzó a levantarme con sus manos en mis caderas, acompañando mis movimientos…se escuchaba el chasquido húmedo de sus bolas en mis labios vaginales. Pensaba en lo grandioso de este anciano que todavía se le ponía el pene tan duro, y que tan bien me hacía sentirlo dentro de mi vientre que ya era una explosión de sensaciones estando tan ajustado con esa vergota dura que entraba y salía tan ricamente y cada tanto quedándome sentada bien abajo y presionando lo más que podía, sentía toda su hombría embriagarme de placer.. le pregunte si se sentía bien porque lo escuchaba algo ronco en su respiración, y como farfullando, a lo que me contesto que estaba agradecido a la “píldora azul” y se rió abrazándome muy fuerte por mi abdomen y más me apretaba su verga y más lo gozaba…en un momento se detuvo, parándose y poniéndome contra el escritorio, entendí su idea por lo que me apoye firme con mis antebrazos recostada en el escritorio, levantando mi cola y separando mis piernas hasta donde las pantimedias y tanguita me lo permitieron estando enrolladas a mitad de mis muslos. –Que putita divina sos, Lorenita – me decía mientras con una mano en mi nalga izquierda, abría mi carne y comenzaba a deslizar su pija hermosa dentro de mi caliente y abierta conchita para sacarla y volver a meterla…-Quiero tu colita mami- me dijo al oído mientras toda su verga ya estaba dentro de mi vientre y así en esa posición y con tanta excitación en mi cabeza no le dije nada pero le ofrecí todo con mis nalgas hacia atrás y sollozando muy puta para que se diera cuenta que en ese momento mi cuerpo era suyo y podía disfrutarme a su manera y antojo. Sentí un dedo en mi esfínter anal y me relaje lo más que pude, sintiéndolo entrar en mi ano, luego lo saco y agarro su verga para comenzar a puertearme…lo sentí muy grande para mi culo, pero ya estaba acostumbrada a que me hagan la cola de vez en cuando y más me recosté en el escritorio levantando todo lo que podía para que este anciano potente logre empalarme a su antojo…Enrique sacaba la verga de mi conchita mojada y me la apoyaba en mi ano lubricándolo, lo hizo varias veces hasta que sentí mi esfínter ceder por la penetración del glande gordo y duro, se quedó quieto y me acariciaba las piernas sedosas enfundadas en mis medias esperando a que me acostumbrara a ese fierro caliente en mi culo, que latía tan rico…ummmm…que bien me sentía…- me encanta Don Enrique, me encanta- le decía y empecé a tirar mi cola hacia atrás para que su verga entrara más y más, entonces él con su experiencia, me tomo de las caderas y comenzó a empujar firme y sin pausa hasta empalarme todo el recto con su ariete duro, caliente y palpitante…ahhhh, sii, sii…ummmm…me encanta, ummmm…quiero toda su leche dentro mío, por favor…le decía yo esperando que acabara dándome su leche tibia en mi recto. Una mano suya jugaba con mi vulva mojada, metiéndome un par de dedos mientras bombeaba su vergota en mi culo. Que sensación tan especial la de sentirme una puta entregada y lujuriosa, mi mente solo pensaba en este goce divino que me provocaba Don Enrique con sus arremetidas dentro mío. Estaba así de relajada gozándolo hasta que sentí al anciano mas tenso agarrándome firmemente de mis caderas para enterrar todo su miembro en mi recto, y me di cuenta que estaba a punto de explotar y me concentre para acabar juntos…ummmm…haaa, si, siii Don Enrique lléneme de su leche…ummmm….
Y sentí su verga palpitando en mi ano mientras derramaba su semen tibio en mi recto….oohhh…ahhhh…me encantaaaaa…ummmm… y acabe en explosiones de placer en mi vientre que me hicieron temblar mi entrepiernas apretándole su vergota con mis músculos tensos de tanto placer. El anciano me la saco bruscamente, por lo que me molesto un poco la cola, y se sentó en el sillón, cansado, sudoroso y con el rostro enrojecido pero sonriente. Gire sobre mi y retirándome unos pasos me acomode la ropa como pude porque seguí temblorosa del éxtasis que me había dado este hombre viejo, pero potente. Subí y me calce la tanguita y luego estire mis pantimedias acomodando y alineándome para poder ir rápido al baño a terminar de arreglarme. No nos dijimos nada, solo nos miramos y bajando mi mirada en claro gesto de gata sumisa, me retire al baño y luego a casa para descansar de tan ardua tarea en mi trabajo. En la ducha pensaba en lo ocurrido y me dije porque había sido tan sumisa con Don Enrique, y solo se me ocurría pensar que había sido por el morbo de creer que un anciano no podría tener una erección, pero me equivoque y al sentir la dureza de su miembro al tocarlo no me pude resistir a que me poseyera, en fin…si quieren contactarse estaré en lorepanty@hotmail.com
hola mi nombre es frei soy hombre de 27 años soy fetichista siempre soñe con oler los calzones de mi cuñada tan solo de imaginarlo se me paraba la verga
Relato erótico enviado por frei el 04 de April de 2012 a las 23:28:18 - Relato porno leído 74787 veces
Deje a mi esposo y comence una relacion casual con mi profesor, me excitaban sus palabras y un dia me pidio que llevara unas blumas de mi hija para hacer el amor...que divinidad
Relato erótico enviado por perriturka el 04 de May de 2011 a las 23:19:55 - Relato porno leído 52202 veces
hola, pues este es mi primer relato y es 100% real, yo me masturbo cada vez que me recuerdo de ese dia y espero que lo hagan ustedes tambien y que me hagan saber asi se que es de su agrado.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de January de 2010 a las 22:56:54 - Relato porno leído 35325 veces
Si te ha gustado DON ENRIQUE MOJO MIS PANTIMEDIAS ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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lorepanty
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:22) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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