Buscando resolver los problemas de mi hija en el colegio fui desenfrenada, magnífica y amorosamente emparejada por un juvenil compañero de ella, siendo desleal a mi marido e inundada de semen por mi púber amante y amigo de mi nena
Relato
Todo comienza cuando conversando con mi hija noto en ella una irritación contenida, tratando de obtener información de esta ella se intercepta y no me permite mayores informaciones para apoyarla, le cuento a mi marido el problema que creo detectar y este rudo como de costumbre fuera de tratarme mal me dice que esos problemas son de otros y él no está para solucionarlos y menos para escucharme a mi y que lo deje tranquilo, estos tramos de mi matrimonio son los que me agobian y hacen de mi perder el afecto y cariño hacia mi marido. A veces mi matrimonio retransforma en un martirio.
Voy de compras al negocio de la esquina donde el padre de Leo atiende su establecimiento, me atiende muy amorosamente Leo quien estudia en el mismo colegio que mi Daisy, cuando vamos hacia las verduras los pasillos estrechos nos oprimen hasta rozar nuestros cuerpos, al pasar hacia las frutas paso apegada a este oprimiéndolo contra unos cajones noto que este futuro macho hoy de 17 años tiene su órgano carnal alterado y duro como muy pocas veces había sentido un órgano viril, a pesar que en la locomoción los hombres siempre se me pegan en mis posaderas restregándose contra estas. Se me revolucionan todas mis hormonas recién había tenido unas rudas palabras con mi marido, mi hija enojada sin saber el motivo amorosos del colegio ayudan a estar en un estado impetuoso y ardiente. Le pregunto con disimulo por mi hija a este y dice “esta enojada por su ruptura con Joaquín”…, se me alertan mis sentimiento y quiero saber mas, pero este no dice mas aduciendo que las paredes del negocio tienen oídos.
Revolucionadas mis hormonas, enojada con mi marido, impetuosa por saber mas del trance amoroso de mi hija vuelvo a pasar por entre este muchacho y los cajones donde nuevamente siento su miembro viril duro, grandioso buscando salirse de su encierro, ardorosamente me fricciono contra este pene volviendo aun mas revolucionadas mis hormonas y subiendo varios grados mi calentura. Compro mas de lo que puedo llevar en mis manos y solicito al padre de Leo si este puede ayudarme con las compras, el accede y ordena a Leo su ayuda, este sin reclamar dice bueno, pero luego voy a comprar al centro y vuelvo. En el camino trato de saber mas de mi hija y su desliz amatorio. Leo cuenta y me deja al día con respecto a los amores de mi niña, al llegar a casa me ingresa las bolsas hasta la cocina. Al verlo llevar las bolsas admiro lo fuerte y musculoso de este joven y recuerdo el momento que este me atracó sin querer entra las cajas y ese paquete sexual que se cobijo entre mis nalgas alterando mi aplacado animo e incendió mi erótica conexión sexual recordando lo mal que me había tratado mi marido desee castigarlo jugando con este chiquillo excitándolo y de pasada descargarme de las fogosidad que llevaba adentro. No sé por que lo hice, pero lo hice…, al pasar de vuelta Leo me reclino en una estantería apretándome contra el sexo de Leo al pasar, sentir ese duro y fastuoso miembro en mis asentaderas me hizo gemir de ardiente pasión elevada al contacto con ese pene admirable que se apoyaba en esos instantes en mi trasero, y yo exasperada con mis hormonas subiéndome por mi columna vertebral, ardiente ante las toscas palabras emitida por el descortés marido que tengo y ahora pensando en el delirante desacierto amatorio de mi hija con su pareja me enloquecía ese miembro ubicándose entre mis nalgas, mientras unas manos suavemente se apoyaban en mi vientre coqueteándomelo y al oído escucho una respiración agitada ante el momento que estábamos viviendo, me doy vuelta y miro a los ojos al joven macho que en esos momentos me abraza trasladando sus manos hacia mi trasero, veo en sus ojos pasión, deseos apasionados, calentura sexual, ¡por fin un macho que me deseaba y no uno que me hiriera con sus palabras!. Un chiquillo aún, pero con una mirada apasionada y turbadora de deseos locos por poseer a cierta hembra y esa hembra soy yo. Dios no puede ser pienso, estoy a un suspiro de entregarme a un chico compañero de mi hija, siento recorrer por mi espalda un estremecimiento que me anula todo razonamiento mas aun cuando escucho a este púber decirme en mis oídos mientre recorre mi espalda con sus manos refregándome mi trasero y mis muslos, “Ud. sra. Doria es una magnifica hembra, una hembra que uno no se puede ignorar sino solo cortejar y galantear además…, me encantaría tenerla carnalmente y satisfacerla ya que por lo que ud. cuenta su marido la tiene sin satisfacer, no es posible que este sin un macho que la monte compensando a este tan hermoso y deseado cuerpo…, y esos senos que solicitan oprímanme, bésenme, chúpenme…, acariciándome y sacando un seno fuera de la blusa a medio abotonar mordiéndome el pezón. Brinco y me estremezco al tiempo que le digo que haces…, suéltame…, forcejeo por librarme de su abrazo…, lo miro y le digo…, eres aun un niño…, trato de oponerme a sus deseos pongo mis brazos en su pecho, pero no tengo fuerza para rechazarlo, él me toma por el trasero con sus manos y elevándome me traslada hasta el dormitorio sin querer por seguridad cruzo mis piernas por su trasero, así me trasladó arrojándome a la cama. Donde sube mis vestidos permitiéndose mas libertad de movimientos, no se a que hora me despojo de mis calzones…, besándome mi vulva recientemente arreglada y con su lengua acaricia mi clítoris…, no se como se bajo sus pantalones y ropas interiores, trato de escapar de lo que notablemente se veía venir, la profanación de mi vagina por ese imponente pene, temo que si me lo pone me romperá en dos…, al hacerlo quedo en cuatro patas sobre la cama y el me impide fugarme al tiempo que siento esa masa de carne entre mis muslos camino a mi vagina, Dios es mas dura que la de mi marido y creo que de mayor tamaño, cogiéndome de la almohada trato de impedirlo, no hay caso pronto siento esa masa de carne taladrándome mi vulva.
Durante unos segundos forcejeo, pero me introduce su mano entre mis piernas notando que mi vulva esta mojada, sabe que estoy excitada…, eres casi un niño logro balbucear, te diré que no soy virgen tu serás otra de mis conquistas de mujeres mayores, me encantan las mujeres casadas, con hijos, y con marido que la abandonan entre mis brazos. Te deseo y serás mía…, me dejé hacerlo no articulaba palabras de asombro y de excitación al sentirme que me partían en dos al ingresar esa tosca cabeza de su pene en mi vagina, a lo perrito me estaban empotrando mi noble vagina que solo había sido penetrada por mi marido y ningún otro hombre. Me daban escalofríos a cada penetración que este macho, mejor dicho mini macho, sentía como mi vagina se dilataba a lo máximo para que este miembro pudiese aparearse, me deje hacer sintiendo como esa dura masa de carne dilataba y estiraba al máximo mis paredes vaginales, trate de acomodarlo lo mejor posible dentro de mi y comencé a acompañar sus movimientos de entrada y salida y cada vez estaba mas adentro, este chiquillo compañero de mi hija en el colegio me estaba disfrutando sexualmente y no era capaz de impedírselo por mi excitación que se negaba a rechazarlo, lo estaba disfrutando, de pronto mis caderas tomaron movimientos propios y meneándose moderadamente no se detuvieron hasta cuando en medio de gritos y suspiros de mi parte entregue a este púber las emisiones de mis orgasmos mojando sus pene y testículos lo que le permitieron mayor libertad de movimientos en mis desesperados jadeos de mi culminación del apareamiento que tan dignamente este macho me estaba dando, el cual ante los estremecimientos del placer riega mis entrañas con su tibia leche aportada por sus testículos. Hemos realizado un maravilloso apareamiento en donde esta mujer pasa a ser parte de él como una de sus amantes. Un chico de 17 años me realizado la mejor de las entregas, me ha dado un apareamiento sexual trascendente que mi marido jamás me lo había dado. Ahora sabía que mi cuerpo pertenecía a este macho, sin el no sería capaz de sobrevivir, lo necesitaría.
Por mas de tres meses fui hábilmente satisfecha por sus genitales que descargaban sus litros de semen en mis profundas entrañas de mi matriz, mientras gemía débilmente, y mis oídos escuchaban una celestial música que decía… que deliciosa mujer…, no desesperes siempre te enloqueceré.
Tantos contactos sexuales con este poderoso macho rindieron frutos y al cabo de tres meses quedé embarazada de este púber, a los 17 años este macho había fecundado a una hembra de 36 años. Mi marido sin enterarse iba nuevamente a tener un hijo, claro que este hijo había sido procreado en mi vientre por mi amante y el ni se entero cuando vio crecer mi barriga. Solo asumió la paternidad.
Han pasado tres años y continuo siendo visitada por Leo, nuestra hija tiene dos años y en mi vientre nuevamente late un feto fecundizado por mi penetrante, esplendoroso y brioso amante.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299796 veces
Si te ha gustado Doria mamá de Daisy compañera del colegio de Leo vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Doria mamá de Daisy compañera del colegio de Leo.
learcu
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:07) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:40) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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