Dos militares bien machos (primera parte)

He llegado de Europa desde una semana. Y debo decir que Colombia me parece uno de los paises más interessantes de toda América latina, con la gente más acogedora de todo el continente. Hé visitado Bogotà a lo largo de sus carreras y de sus calles : en centro antiguo, la Candelaria, la Plaza Bolivar, el Museo del Oro, sus incontables iglesias... He subido a Monserrate, de donde hé podido darme cuenta de las gigantescas dimensiones de la ciudad capital. Durante todas mis visitas hé podido cruzar ejemplares asombrosos de la belleza masculina colombiana. Incluso un dia, un chico joven, en el transporte que llaman el Transmilenio, aprovechando la muchedumbre, se pego a mi... La dureza de su miembro estregando mis nalgas, me hizo voltear. El muchacho, un guapo morenito de unos veinte años, robusto y de aspecto deportivo, me hizo una sonrisa ! Lo que me confirmó que su acercamiento estaba voluntario y que la cosa dura apoyada contra mi culo no estaba su celular... Aprovechando la situación, he podido pasar mi mano detras y acariciar a mi gusto su miembro a través de sus vaqueros... diez minutos largos... Nadie en torno se dió cuenta de nuestro jueguecito. El joven hasta abrió su cremallera, permittiendome de pasar la mano y darme cuenta que el hombre no llevaba calzoncillo !... Su miembro, gordo y duro, estaba bien caliente. No me sorprendió después de unos minutos sentir un liquido tibio y espeso correr en mi mano... La cantidad de semen que me habia regalado dejaba suponer sea que se trataba de un joven semental con necesidades cotidianas impresionantes, aunque naturales, sea deque el joven faltava muchisimo de cariño... Me resultó imposible hacerle preguntas al respecto : mientras me yo estaba limpiandome la mano con un pañuelo de papel, el muchacho salió del Transmilenio, sin darme las gracias... Que descortesía ! Qué importa ! Estaba muy feliz de ese encuentro inesperado, Varias veces antes de llegar a mi hotel y de lavarme las manos, hé pegado mi nariz en la palma de mi mano para oler el aroma tan particular del semen. Hé cerrado los ojos para imaginarme la gruesa porra morena que habia echado tan oloroso néctar .
Seguramente, esa aventura me arrastró a descubrir de manera máa profunda la anatomía de los machos colombianos, y me acordé de ese lugar recomendado por un amigo : la Terraza Pasteur. Despuès de ducharme y vestirme con ropa llamativa (in particular un pantalón ceñido que pone de relieve la curva de mis nalgas, he tomado la dirección del centro, y de la Septima, una avenida que cruza una de las zonas más calientes de la ciudad... Terraza Pasteur es un centro comercial con muchas tiendas de ropa, negocios pequeños y baratos, cuyos productos a la última moda atraen una clientela joven y ruidosa. Muchos chicos con el pelo teñido, con vaqueros rotos, algunos con esa cara de canalla que a mi gusta muchísimo... En los pisos máa altos, hay sobretodo bares, abarrotados a esa hora. Chicos jovenes pasean sin propósito particular, salvo lo de incontrar alguien. quizás un cliente... Pues su estilo en el vestir, sus miradas cuando me cruzan, me permiten pensar que se trata de rent-boys, "prepagos" como los llaman en Colombia. Me gustaría mucho transcurrir tiempo con muchos de ellos, cuyos rasgos viriles luchan todavia con la belleza y la delicadeza adoscentes. A veces, en cuanto me he acostado con uno de eses efebos me lamento non haber escogido un compañero más fogoso y experimentado, un machito capaz de hacerme sentir su hembra horas y horas... De los jovencitos me gusta sobretodo el sabor de su semen, un esperma translúcido todavia, pero con un gusto delicado, y, entre ciertos chiquillos asombrosamente abundante ! A fuerza de recorrer los pasillos acabo con entrar en un minúsculo bar, más bien concurrido. Mal que bien me deslizo hasta la barra. Visto el ruido me toca dar a gritos mi pedido : una cerveza ! Me doy cuenta que mis vecinos, a mi derecha y a mi izquierda estaban juntos y que acabo de separarlos... Pido disculpas y los dos a coro se alegran de mi presencia: "Nos vemos toda la semana en el cuartel ! Mejor conocer alguien de fuera ! De donde eres ?" Dos soldados ! No podia quedar mejor ! Mientras el camerero, dejando mi cerveza sobre la barra decia "Aqui tiene señor !", junté mi vaso de los de mis vecinos, para brindar, contesté a la pregunta. "Ah, usted señor es francés ! Mucho gusto... Y esta en Colombia de vacaciones ?" Intercambiamos algunas trivialidades a proposito de nuestros respectivos paises, pero repetidas veces insistí en lo agradable que me parecian los Colombianos, la belleeza de la gente de aqui, particularmente los jovenes varones... Confesé en voz baja, y acariciando la mano de uno de mis vecinos, como para expresarme más claramente y sin necesidad : "M"encanta el color de oiel de los Colombianos !... ese color cafecito muy... muy..." Yo fué incapaz de acabar mis palabras. Los dos militares habían perfectamente entendido el sentido de mi frase y a guisa de respuesta mi vecino de derecha agarró su bulto y lo hize subir, como si queria reponer su herramienta demasiado apretada entre sus piernas. Su gesto no estaba debido a la estreechez de su ropa; estaba claramente un mensaje a mi intención : ese bulto voluminoso, si me daba ganas..., lo podia ver de cerca y apreciarne ese color cafecito que tanto me gusta !... Fué el otro soldado que tomó la palabra. Me preguntó a propósito de mi estancia, si estaba casado, donde estaba hospedado. Me explicaron que a causa de la hora ellos no podían rgresar a su cuartel, demasiado distante... El otro militar me pidió si para mi no habia alguno inconveniente en compartir una habitación con ellos dos, conocian una residencia cerca, barata, con bagno, y también televisión... Y como prestaban el servicio militar necestaban una pequeña ayuda economica... A mi turno queria saber cuanto era esa "pequeña ayuda", y que me daban ellos a cambio... De nuevo uno de los dos se agarró el bulto : "Mi compañero y yo tenemos los penes más gruesos de todo el batallón. Verdad ! Te vas a recordar toda tu vida lo que te vamos a hacer ! Son dos meses que no hemos cogido, solo pajas...Eres afortunado : has encontrado esta noche dos verdaderos machos colombianos. No somos gays, nosotros ! Venimos acá solo por necesidad... Necesidad de plata y para vaciarnos de vez en cuando las bolas. Que dices, hombre ? Vamos ? No te vas a lamentar..." La residencia no estaba muy lejos de Terraza Pasteur. La niña de la recepción nos ofreció toallas y dió la llave a uno de los soldados. Subimos las escaleras y entramos en la habitación. Dos camas matrimoniales, un espejo muy grande contra una pared. El bagno contava con una ducha, un lavabo, servicios. En pocos segundos los dos militares se habian desvestido y entraban en el bagno : "Vienes tomarte la ducha con nostros ?..."

Raphaël