El deseo comenzó a apoderase de mí. Mientras Gis vino frente a mí y comenzó a acariciar mis senos por encima de la blusa. Luego se apretó contra mí y entre los dos comenzaron a acariciar todo mi cuerpo.
Algo dentro de mí comenzó a ceder y sin prejuicios comencé a acariciarlos metiendo mano debajo de sus ropas.
- Parece que empiezas a disfrutarlo verdad? La venganza es dulce no? dijo Gis sabiendo perfectamente lo que pasaba por mi cabeza.
Ellos parecían muy comprensivos y de repente me di cuenta de que no quería estar en mi casa y verme con el idiota de mi marido.
- Me podría quedar con Uds? - pregunté sin ninguna intención pero al parecer ellos le dieron otra interpretación, Giselle comento algo que no entendí muy bien y Gabmamm, asintió. Al llegar a un muy lujoso motel esperaron hasta que el portero abrió la puerta. Lo tomé como un gesto de gentileza. Cuando el portero me preguntó para cuantas personas era el cuarto, Giselle se adelantó y dijo "Para tres"
La miré sorprendida y por un momento pasó por mi cabeza la idea de decir que no, que solo para una persona pero una parte de mi se negó a hacerlo, solo sonreí y miré al portero que parecía mas sorprendido que yo.
Antes de entrar al cuarto, ya sabía lo que iba a suceder. Sin embargo nunca había estado en una situación así y no sabia como comportarme.
Relato
Dulce venganza
Caminé detrás de mi marido. Él estaba furioso aunque a decir verdad jamás sabía cuando no lo estaba.
- Por favor, detente! - le grité cuando cuando vi que no lo alcanzaría.
- Déjame! - dijo sin voltear la cara siquiera.
- Te juro que no te entiendo, no sé que te hizo molestarte! dije desesperada.
Entonces volteó y me miró francamente enojado.
- Crees que no me di cuenta? Vi como le coqueteabas al amante de Giselle. Te comportaste como una cualquiera.
En nuestros quince años de casados aún no podía entender la causa de sus celos constantes. Yo prácticamente había modificado todos mis hábitos con tal de complacerlo. Ya no usaba las minifaldas ni las blusas ajustadas para evitar que se sintiera incómodo. Casi no veía a mis amigas e incluso había dejado de trabajar pero nada parecía ser suficiente. Siempre encontraba motivos para sus reproches. Su enojo esta noche no tenia razón y yo ya estaba harta.
- Pues si quieres estar así, lo siento, ya no voy a aguantar esto - dije furiosa y dispuesta a dar por terminada la discusión. Me di la vuelta y regresé a la mesa donde estaban Giselle y su amante Gabmamm, quién por cierto, además de apuesto parecía muy cumplidor por la cara de Giselle. El pareció vacilar pero finalmente se dirigió al auto. Estaba a punto de llorar, Giselle se me acercó y me pregunto:
- Van mal las cosas no?
- Ya estoy harta de esta situación, pero o voy a ceder esta vez. Si quiere que nos separemos, ni modo - dije tratando de parecer controlada.
Nos pusimos a hablar y de verdad no podía dejar de mirar a Gabmamm, estuvimos varias horas charlando y bebiendo y aproximadamente a la once de la noche, Giselle dijo que mejor íbamos a su departamento.
Ahora les diré mi nombre, Patricia. Soy no como una de esas mujeres clásicas que a todo el mundo le gustan, sino, más bien, una mujer normal, guapa, con el cuerpo atractivo: una figura rellenita con las caderas prominentes y el pecho muy abultado.
Subimos al auto de Gabmamm, de platica en platica comencé a hablar de mis problemas y de repente me vi llorando.
Ellos parecían muy comprensivos y de repente me di cuenta de que no quería estar en mi casa y verme con el idiota de mi marido.
- Me podría quedar con Uds? - pregunté sin ninguna intención pero al parecer ellos le dieron otra interpretación, Giselle comento algo que no entendí muy bien y Gabmamm, asintió. Al llegar a un muy lujoso motel esperaron hasta que el portero abrió la puerta. Lo tomé como un gesto de gentileza. Cuando el portero me preguntó para cuantas personas era el cuarto, Giselle se adelantó y dijo "Para tres"
La miré sorprendida y por un momento pasó por mi cabeza la idea de decir que no, que solo para una persona pero una parte de mi se negó a hacerlo, solo sonreí y miré al portero que parecía mas sorprendido que yo.
Antes de entrar al cuarto, ya sabía lo que iba a suceder. Sin embargo nunca había estado en una situación así y no sabia como comportarme.
- Estas nerviosa? me pregunto Gabmamm.
- No sé que hago aquí - dije realmente confundida.
- No te preocupes, solo es una pequeña venganza para el idiota de tu marido, dijo Giselle.
Esas fueron las palabras mágicas. No lo pensé más y me dispuse a disfrutar mi venganza.
Gabmamm me abrazó por detrás rodeando mi cintura y me besó el cuello, yo estaba en el séptimo cielo, nunca había estado con un hombre tan guapo y macho.
- Eres exquisita, no entiendo como tu marido puede desperdiciar semejante cuerpo, dijo Giselle y se nos unió, sentía manos y caricias y besos por todas partes, estaba tan excitada que la humedad de mi chocha traspasaba las pantis, que calenturaaa.
El deseo comenzó a apoderase de mí. Mientras Gis vino frente a mí y comenzó a acariciar mis senos por encima de la blusa. Luego se apretó contra mí y entre los dos comenzaron a acariciar todo mi cuerpo.
Algo dentro de mí comenzó a ceder y sin prejuicios comencé a acariciarlos metiendo mano debajo de sus ropas.
- Parece que empiezas a disfrutarlo verdad? La venganza es dulce no? dijo Gis sabiendo perfectamente lo que pasaba por mi cabeza.
No dije nada. Me concentré en acariciar por encima del pantalón el inmenso bulto de carne de Gabmamm que crecía sin limite. Poco a poco, Gis comenzó a levantar mi falda y mientras con una mano acariciaba mis senos, con la otra deslizaba mi panty a lo largo de mis muslos. Moví mis caderas para facilitarle la tarea. Sus manos parecían ávidas de recorrerme.
Hacía mucho que no me sentía deseada, me prometí mentalmente que les haría pasar una noche inolvidable.
- Pueden hacerme lo que quieran - dije - Esta noche soy suya.
- De verdad eres nuestra? dijo el chico alto Gabmamm- Porque de ser así, te advertimos que te vamos a usar en serio.
Me di cuenta de que la forma en que usara las palabras iba a hacer las cosas más fáciles o más difíciles para todos.
- Es verdad, digamos que es mi forma de agradecerles su comprensión - Dije sabiendo que era como darles luz verde.
Giselle deslizo una mano por mis nalgas hundiendo los dedos entre ellas. Gemí de placer mientras la boca de Gabmamm recorría mis senos ahora desnudos. Sentía como si docenas de manos estrujaran mi piel. Iban de mi espalda a mis senos, de mis pies a mis nalgas y de ahi a mis labios y a mis oidos haciendo que mi piel se estremeciera volviéndome loca de placer.
Lentamente me fui dejando caer hasta que estuve acostada en el piso de la habitación apenas vestida con la falda de color azul y la blusa que, desabotonada mostraba mis senos al aire como invitando a adueñarse de ellos.
Me revolqué en el piso mientras las manos de mis nuevos amigos se dieran gusto con mi cuerpo.
De mis labios solo salían gemidos y grititos de placer pero ellos decían todo tipo de inmoralidades.
- Que buen culo!
- Mamita, tu marido no sabe lo que tiene en casa! cada exclamación era como un dardo que me inyectaba una dosis de una lujuria desconocida para mí. Sabían como despertar mis fantasías.
Giselle, le quito los pantalones a Gabmamm, y no pude evitar poner una cara de sorpresa, miedo y a la vez de placer al ver aquella inmensa verga, no menos de 24 cm, luego no sé en que momento me vi acariciando con la boca su sexo erecto, me costaba tener ese inmenso trozo dentro de mi boca, mientras Gis jugaba con mi chochito.
Estaba disfrutando como nunca el tener entre mis labios un trozo de carne. Por primera vez me atreví a preguntar.
_ Te gustagg comougg te la chupougg, casi no podía hablar con esa tremenda verga en mi boca?
- Si, eres una profesional!
- Me gustaagg hacerg estogg, pero mi esposougg ahhhh parece no darse cuenta ummm agg.
- Mamita, con nosotros puedes aprovechar la oportunidad de sentirte como una mamadora profesional, decía gis mientras seguía jugando con mi chocha!
- Quiereng que sea sugg mamadora profesional?
- Si!!
Mis palabras salían como nunca antes, quizá motivadas por las vulgaridades que ellos decían de mí. Vulgaridades que solo había escuchado en películas porno.
- Así mamita...cómete mi verga!
- Te vamos a coger como nunca, decía Gis!
- Tu marido debería ver esto!
Esto estaba poniéndose divertido.. Una vez que mis prejuicios desaparecieron, comencé a disfrutar como una loca. Gis seguía y ya yo estaba a punto con la verga de Gabmamm, y ahhhhhhhhhaaaahhhhh, Gis me hace alcanzar un gran orgasmo.
Después de unos minutos me levanté y me monté sobre la cara de Gabmamm...comenzó a lamerme tan rico mis jugos que sentí que me venía otro orgasmo. Gis se levanto y apuntó su chocha húmeda y depiladita hacia mi cara....abrí la boca ampliamente y comencé a devorarla.
Acaricié mis senos...me gustaba ver los pezones erectos. Disfrutaba viendo sus manos acariciarlos...pellizcarlos y hacer que los espasmos de gozo me llevaran cerca de las nubes.
Por fin el momento que había esperado llegó. Me hicieron acostarme boca arriba y Gabmamm se dispuso a penetrarme. Levanto mis piernas a la altura de sus hombros y metió su inmensa estaca lentamente, yo sentí dolor nunca me había metido algo tan inmenso,....comenzó a bombear cada vez más rápido mientras Gis acariciaba mis senos, al principio me dolía y me ardía pero después moría de placer ayyyyaayyyyy, siiiiiii, papito, ayyyy, si no aguante mucho y alcance mi tercer orgasmo..
Después de un rato me voltee. Tomándome por la cintura, Gabmamm me puso en cuatro patas. Levanté mis nalgas y con las manos las separé, Gabmamm se colocó y pude constatar que estaba muy bien dotado.
La enorme vagina de Gis estaba a centímetros de mi rostro. La lenguetee y traté de sincronizar mis movimientos para disfrutarlos al mismo tiempo.
Cuando me la clavó trate de evitarlo, y se me escapo un gritito, ayyy papi noo mee vaa aaa caber, no sigasss. No sé si quería que me acomodara mejor, que me molestaba como me estaba entrando, y Gabmamm, me tomo por las caderas para que no me escapara, mientras Gis me besaba apasionadamente, por primera vez me besaba de esta manera con otra mujer. Pero no le dio lo gana de sacármelo a pesar de mis suplicas, me estaba partiendo mi culito, creo que me rasgo el orto, me dolía mucho pero a la vez sentía placer. Me lo dejé adentro sin pena ninguna, como me entró, y cada vez bombeaba con mas fuerza. Gis le decía párteselo bien para que el marido no la vuelva a disfrutar, y Gabmamm lo cumplía al pie dela letra, me estaba destrozando mi colita, ayyyyyy, aaaaaaaaaaaaahh, no se como alcance un orgasmo, pero gabmamm me seguio dando, lastimando, pero también complaciéndome.
Podía ver mi cara de dolor me hubiera reflejada en los espejos de la habitación, pero ya no me importaba, sabia que de ahora en adelante tenia un nuevo dueño, un nuevo macho.
Yo me estaba quejando mucho, pero Gabmamm me lo iba a seguir metiendo igual, a las mujeres nos gusta sentir cuando terminan de coger que nos dejen bien roto el culo. Cuando miro al espejo puedo observar mis nalgas grandes ya rojas de tanto vaivén, y la inmensa verga de Gabmamm hasta el fondo en mi culo, mis caderas hermosas y mi cintura todo a la vez mientras me la esta clavando. También con mis manos le puedo sobar el culito a Gis, si lo puedo encontrar pues se le abultan sus sabrosas nalgas. Es una escena de dolor y belleza: su pelo largo teñido de rojo revuelto en su espalda, y su cabeza boca abajo resignada al abuso auto-infligido que le debe dar gabmamm cada vez que se la mete. En esta posición Gabmamm me agarra por el cuello, por la nuca para que sienta todavía más quién es él que manda. Espero que muchas mujeres sean tan dichosas de darse cuenta de tan hermoso espectáculo para disfrutarlo en ese momento y después en su recuerdo, regalo de Dios. También en esa posición con mis muslos le aprieta los güevos. Es una guerra silenciosa, si ya no aguanto mi culo a él tienen que dolerle bolas, pero yo soy quien pierde, o gana, cada vez me bombea mas duro y rico, a veces le aprieto las tetas a Gis para mitigar tanto dolor. Y él me lo empuja duro para asegurarse la victoria y darme placer, siento un liquido caliente por mi orto y mis piernas pienso que es sangre, ya me partió bien el culo y me duelen las caderas, creo hasta me saco las caderas.
Pasó mucho tiempo y probamos todas las posiciones que solo había visto en películas o en alguna revista. Tuve mas de un orgasmo y cuando Gabmamm parecía estar satisfecho bombeo mas duro me termino de destrozar mi culo y me premio con abundante lechita calentita en mi culo, cuando lo saco sentí como un chupón, y él me mostró orgulloso su verga roja por mi sangre, Gis no perdió tiempo y me dirigió la boca a esa verga, mientras la chupaba mi culo aún ardía, pero disfrutaba como nunca.
Luego, Gis dijo que era su turno conmigo, yo le dije con tal que ni me toques, el culo Yo rozo sus labios vaginales y acaricio su clitoris. Esta húmedo y caliente. Después de masajear su vagina por el exterior meto mi dedo en su interior. Esta muy dilatado y decido meter otro dedito mas. Con mi boca me acerco a su culo que ya esta muy a la vista porque esta casi de rodillas con la cabeza en la almohada. Mientras mis dedos exploran, moviéndose con ímpetu en círculos y atrás y adelante, con mi lengua acaricio los alrededores de su ano. Me pongo detrás de ella y sigo masturbándola mientras lamo su culo y la penetro analmente con mi lengua. Después de hacerlo durante un rato, ella decide cambiar de postura y me pone boca arriba metiendo sus dedos en mi boca y lamiendo mi chocha con ansia. Se mete muy adentro de mi vagina y la frota con su lengua. Pasa su pierna por encima de su cabeza y me deja una vista fantástica de su coño. Empiezo a lamerlo yo también y de pronto abre exageradamente las piernas y comienza a orinarse en mi boca. Yo dejo que lo haga aunque al principio no me gusta mucho pero al final termino bebiendo de ella y limpio su vagina cuando termina. Ella vuelve a cambiar de postura y se pone encima mío comiéndose mi clítoris, que esta a punto de correrse, en la vagina y me besa en la boca y limpia con su lengua las gotas de pis de mi cara y pecho. Yo me corro y ella también. Después de estar descansando en la cama un rato me hace pasar a la ducha porque “no vas a ir así a casa”. Ya en la ducha siguen acariciándome y me corro en sus bocas. y sin tragarse mis líquidos Gis me los pasa de boca a boca. Yo me trago mi leche, que sabe muy bien, la verdad.
Permanecimos unos minutos acostados acariciándonos. Todo parecía haber sido un sueño. No recordaba para nada a mi marido.
Miré el reloj, eran las cuatro de la mañana, consideré la posibilidad de no volver mas a la casa pero finalmente decidí volver y enfrentar a mi esposo. me despedí de Gabmamm y Gis y les agradecí profundamente por las horas de placer. Me marcho a casa todavía sin creerme lo que me ha pasado.
Cuando abrí la puerta de la casa dispuesta a una pelea me recibió mi marido disculpándose y prometiendo que cambiaría, y me pregunto por que caminaba así como adolorida, y le dije que por su culpa me pasaron muchas cosas. No supe si creerle o no, al fin de cuentas, lo importante era que tenía los números telefónicos de mis nuevos amigos. Así que al otro día llame a Gabmamm para consertar una cita a solas......, pero este será el proximo relato
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
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Si te ha gustado Dulce venganza vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Dulce venganza.
gabmam
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:37) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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