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Edificio antiguo donde vivo 2

Relato enviado por : learcu el 18/05/2017. Lecturas: 2078

etiquetas relato Edificio antiguo donde vivo 2   Confesiones .
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Resumen
claro que para ti yo ya no sirvo para estas cosas mi Julia me reta por que no la satisfago con mi pene, si este está más muerto que vivo, dice… con la lengua soy un siete, pero hasta ahí no mas…, hágale empeño le digo…, y como me dice, tendría que llevarte a ti para que la penetres en la hora de su clímax, oye… no es mala idea te llevo al departamento, te escondes en el dormitorio y cuando yo la tenga loca de caliente con mi lengua y gima solicitándome que le meta en su sexo mi pene para satisfacerse sexualmente entras tu por mi en eses hoyito delicioso que ella tiene, total tu pene es joven duro y me imagino que te encantaría tener un unión apareándote con ella en un feroz coito, llenándole el sexo con tu leche caliente una mujer de 48 años , mientras ella suspira gritando por sus orgasmos. No es mala idea y pongámosla en práctica dice cogiéndome de la mano abre su departamento y me mete en el. Va a la cocina agarra a su mujer la lleva a la cama y levantándole su falda mete su cabeza en medios de las piernas y......


Relato






Edificio Viejo 2
(leer Edificio Viejo primero)

Toda la semana estoy al acecho de Sara no encontrándome con ella, miro haber si veo a Claudia nada , por fin el Jueves logro encontrarme con Sara, me encuentro con ella de vuelta del colegio y la acompaño a su departamento, en donde ingresamos y al salirnos al encuentro doña Julia, la mamá, Sara la envía a que lleve a su hijo a comprar el pan al supermercado y le dice demórate unos cuarenta minutos que tengo que conversar con Ricardo, vas a conversar con él ¿en la cama?..., si responde Sara el cornudo de Lucas me tiene botada, el goloso de Ricardo esta hambriento por abrirme de piernas, responde.
Sale su madre con su hijo y apenas cierran la puerta me coge rechace sacarle su vestido, sus sujetadores, solo saco su calzón y se acomoda en la cama, cuando le manoseo el sexo este ya está mojado deseando ser penetrado, no la hago esperar, por lo menos diez minutos estuvimos acariciándonos luego suspirando gimiendo y clamando por mas fuerte, rómpeme soy tuya, ohhhh, aaahhhh, fui penetrándola por media hora estuvimos en labores sentía mis pelotas en sus nalgas, al moverme en el entra y sale disfrutaba de ese revolcón, al aumentar la velocidad a tal grado que ella lloraba y disfrutaba de placer por el zarandeo me vine, se la metí toda hasta donde mas se pudo y le soltó el chorro de leche ella lo exprimía para sacármela toda, mi verga aun seguía dura y de nuevo la comencé a satisfacerla, los jugos de los dos se salían y formaban un charco debajo de sus nalgas, con un meneo de lo mas colosal y en medio de jadeos, estertores, exclamaciones anunció la llegada de sus orgasmos y arañando mi espalda, apretándome contra su cuerpo y con el crujir de su cama entrego sus fluidos exclamándome soy tuya, aaahhh, ohhh eres mi amo señor. Ella se levantó enrollándose en su bata y fue a la cocina a ver si había llegado su madre, fue recibida con alegría por su hijo que le preguntaba por que se quejaba tanto, mi abuela dice que era por la cera que te depilabas, así es hijo, así es hijo, mientras yo con gran disimulo abandonaba el departamento. Me había convertido en un hombre y había aprendido a satisfacer a las mujeres hasta llegar a sus orgasmos, no debía olvidar esas lecciones si deseaba seguir satisfaciendo a más madres del edificio.
Me había convertido en un sádico cazador de mujeres deseosas de pasión y no saciadas por sus maridos, había aprendido a leer en sus acciones sus ansias de apasionamiento libidinoso por el trozo carnoso que poseíamos los machos y eran mal ocupados por sus parejas dejándolas ansiosas y débiles ante cualquier ataque de conquiste de este macho. En mis vacaciones observaba el salir orgullosos de sus maridos contra el desalentado deprimido adiós de sus hembras insatisfechas, un día observé el puchero desabrido de Ana la muy religiosa Ana, cuando salió a decirle adiós a su marido y quedo con lagrimas en sus ojos al tiempo que apretaba su bajo vientre cuando este escapaba escala abajo atrasado a su trabajo, ese gesto me dijo todo Ana, la fanática religiosa de 42 años, estaba insatisfecha de su hombre y sin pensarlo la aborde antes que entrara a su nido, me acople a ella entrando al departamento al tiempo que la cogía por sus muslos solo cubiertos por la delgada tela de su camisa de dormir, sobando su sexo con mi miembro, que haces reclamo rechazándome, cerré la puerta y continué con el tratamiento de macho ansioso de sexo, me continuaba rechazando, pero con menos fuerza, déjame clamaba por favor déjame…, puede volver Lalo, déjame ya sin fuerza me trataba de sacar de su nido de amor, levanté su camisa de dormir y acaricié su vagina, echo su cabeza hacia atrás y dejó de luchar, era mía… su fuerte e incontenible deseo sexual la anulaba en su defensa, ese enorme e incontenible deseo carnal que la delataba, a pesar de ello quería mantenerlo oculto y callado aunque no era ni bella ni atractiva, su gran lujuria contenida, hasta ese momento la entregaba entre mis brazos sin lucha, permitió que la guiara hasta su dormitorio, permitiéndome subir su camisa de dormir hasta convertirla en una chalina alrededor de su cuello, dejándome a la vista sus grandes senos que comencé a mamar con desesperación extrayendo de sus labios quejidos de aprobación, luego la recosté sobre la cama, esa misma cama donde ella dormía con su Lalo y que ella había jurado nunca profanar, en esa cama hasta hoy inmaculada había un muchacho que se aprestaba a ensartarle su miembro en su vagina inundada ante la pasión de sentirse deseada y lubricada por el disfrute de un apareamiento que sería salvaje violento y erótico. Sus pensamientos angustiaban mas a su cuerpo ardiente, cuando sintió como ese nuevo miembro se abría camino en sus entrañas y tomaban posesión de su sexo inmaculado entregado solo a su marido hoy profanado por este muchacho, sintió que su cuerpo clamaba un erótico y violento coito entregándose con gran placer al mete y saca que en ese momento comenzaba a bombear en su útero, arañaba la espalda de ese salvaje e impertinente muchacho que la cubría ante la gran cesión que ella estaba haciendo al ponerle los cuernos a su Lalo y movía sus caderas desesperadamente al sentir que el nuevo miembro que había penetrado en su cuerpo era mas grande que el de Lalo y la estaban abriendo mas allá en las profundidades de su útero le dolía, pero a su vez gozaba la estaban desflorando mas allá de donde normalmente llegaba su marido este nuevo macho la clavaba mas profundamente haciéndola gritar de dolor y pasión sus caderas habían cobrado vida plena y se movían en un perfecto movimiento acompañando a las penetraciones de su nuevo marido, amo y señor de su cuerpo, como se deleitaba como gozaba y gritaba de satisfacción por mas de dos años deseaba ser así penetrada y hoy con su nuevo marido lo lograba casi no pudo aguantar tal cantidad de carne en su entrañas y tuvo que agarrarse a los cojines de la cama antes las suculentas metidas que la estremecían, al mismo tiempo que con sus piernas abrazaba la espalda de ese muchacho que la remecía y clavaba contra el colchón de su nido de amor, hoy con nuevo amo, lo que Ana no esperaba era que este miembro penetrara tan profundamente en su sexo lo que la hizo abrir los ojos como platos con el miembro de Ricardo completamente enterrada en su vulva, la penetraban con renovado ímpetu mas y mas fuerte, sintiendo como su pene entraba por completo en su encharcado sexo hasta que las pelotas rebotaban en sus nalgas. Pronto Ana grito me vengo, y vibrando en un estremecimiento que hizo crujir la cama entrego su gustoso orgasmo al tiempo que me atraía hacia su cuerpo besándome y mordiéndome locamente mis labios y me decía me entregue a ti, eres mi nuevo marido, ni una palabra a nadie y seguirás gozando de esta hembra que hoy te reconoce como mi amo, mi dueño, mi nuevo esposo. Relajándose y soltándose sobre la cama. Había sido sabrosamente saciada. Ricardo su nuevo dueño la tenía totalmente radiante y dichosa. Escúchame bien me dice, lo has realizado el coito muy bien y quiero gozarte nuevamente, pero por mi religión no puedo ser infiel a mi marido, si deseas que siga aceptando tu pene en mis entrañas debes callar, silencio absoluto y seré mas veces tuya.
Días después me encontré con don Ángel que para variar venía con algunas copas de más, me solicita que lo guíe hasta el departamento, en la subida al segundo piso se cae dos veces para continuar debemos darle el pase a Josefina que viene de visita donde su mamá, sentado donde estábamos en los escalones vimos las largas piernas de esta y la punta de su calzón, buena hembra, hipa, dice don Ángel, claro que para ti yo ya no sirvo para estas cosas mi Julia me reta por que no la satisfago con mi pene, si este está más muerto que vivo, dice… con la lengua soy un siete, pero hasta ahí no mas…, hágale empeño le digo…, y como me dice, tendría que llevarte a ti para que la penetres en la hora de su clímax, oye… no es mala idea te llevo al departamento, te escondes en el dormitorio y cuando yo la tenga loca de caliente con mi lengua y gima solicitándome que le meta en su sexo mi pene para satisfacerse sexualmente entras tu por mi en eses hoyito delicioso que ella tiene, total tu pene es joven duro y me imagino que te encantaría tener un unión apareándote con ella en un feroz coito, llenándole el sexo con tu leche caliente una mujer de 48 años , mientras ella suspira gritando por sus orgasmos. No es mala idea y pongámosla en práctica dice cogiéndome de la mano abre su departamento y me mete en el. Va a la cocina agarra a su mujer la lleva a la cama y levantándole su falda mete su cabeza en medios de las piernas y comienza su trabajo de lenguas, doña Julia reclama viejo verde déjame que me dejaras caliente como otras veces, pero al sentir la lengua entre sus piernas corta los reclamos y comienza a gozar de esta moviendo su cintura y culo en unos perfectos ocho, comenzando a solicitar quiero un pene en mi vientre…, métemelo, quiero sexo quiero pene…, ya por favor…, don Ángel me hace una seña y yo bajándome mis ropas dejo libre a mi miembro que estaba duro tieso, dilatado ante el trabajo hecho por este en su señora, y solo quería una vagina donde enterrarse y desahogar su calentura…, se lo metí de un golpe, Julia se puso tiesa y grito ante la arremetida contra su útero, me miro sorprendida…,luego mira a su marido, cerro sus ojos y comenzó a moverse desesperada para ser satisfecha carnalmente su erotismo y ansias de un apareamiento y llegar con estos a un feliz desenlaces desahogándose ella en sus recordadas convulsiones que la llevaban a estremecer su cuerpo con los orgasmos, se cumplieron sus deseos y entro en un griterío que salía de sus boca ante la llegada de un grandioso final apareamiento en donde los orgasmos se sucedían unos tras otros cuando entraba y salía ese joven tieso y grueso pene que en ese momento bombeaba litros de semen en su entraña sagrada inundándole su útero y estremeciéndola hasta la última fibra de su ser…. Dos años que no era complacida…, me dice quedando marchitada sobre su cama. Toma la mano de don Ángel y le dice, esto tenemos que repetirlo mañana otra vez, si lo deseas le dice este hecho está. Al día siguiente don Ángel apenas llego del colegio me toma y me ingresa a su piso y me lleva al dormitorio donde doña Julia me espera en su cama solo ataviada por su bata de levantarse negra con adornos de tul y encajes…, me dice, tengo vergüenza que me veas así casi desnuda…,está preciosa le digo al tiempo que me recuesto a su lado y la acaricio por encima de la bata está de comérsela, manoseo sus caderas y sus muslos, luego sus senos son apretados por mis dedos…, le pedí si lo hacíamos a lo perrito, ella me dijo que bueno, se colocó a lo perrito y pude disfrutar de su tremendo culo, me calenté más aun se lo metía y se lo sacaba bien rápido de su vagina, mi lengua en la entrada de su cuello la lamía, su marido el anciano Ángel le manoseaba sus senos y besaba sus labios, dijo ¡que maravilloso! nunca me han hecho esto…ella comenzó a moverse, yo muy caliente tocaba su sexo y le pedía al viejo que mordiera sus pezones como si estuviera tratando de comérmelos. No podía esperar más y comencé a derramar unos fuertes chorros de leche, ella gritaba que la sentía caliente dentro de ella, que le diera más, ¡que coito que echamos!
Comencé a meter un dedo en su culo, que lo disfrutara, ella seguía gimiendo como si fuese a acabar entonces metí mi dedo y se lo clavé hasta la mitad. Ella soltó un grito como si la estuviese partiendo y me pedía que se lo sacara, me duele, y que nunca los había hecho por ahí.
Trató de moverse pero yo la tomé fuerte por detrás y cayó a la cama, ya no estábamos a lo perrito yo estaba encima de ella con mi pene hasta la mitad entrando en su vagina, ella apretaba los cachetes del culo, sentía no un dedo sino tres en él, apretada fuertemente su culo, sin sacársela la coloqué de rodillas en el piso y comencé a metérsela hasta el fondo, me movía muy despacio, que sensación, estuve haciéndoselo como unos 3 minutos hasta que su sexo ya estaba bien dilatado, ella ya no decía nada, solo respiraba rápido y fuerte. Mientras mi pene entraba y salía de su culo, hasta que me vacié en el.
Uhf que polvo, una vez listo para acabar la di vuelta, la puse patas al hombro y se lo volví a clavar por su vagina, ella dijo que la partía en dos pero que no se lo sacara, mis jugos volvieron a salir por litros, ¡que polvazo! Una vez que acabamos los tres, me dijo que me duchara y que fuésemos almorzar, lo cual hice sin desobedecer sus órdenes.
Cuando estábamos almorzando ella me dijo que esperaba no tenerse que manosearme nunca más,. Desde ese día estuvimos tres años recibiéndome ella en su vientre por lo menos una vez por semana con la autorización de su marido hasta la muerte de este. Julia a los seis meses de estar siendo poseída por mi queda embarazada y cuando muere Ángel, tenía un retoño mío
Nunca más he vuelto a tener una experiencia tan fantástica, nunca más supe de Julia. Hasta transcurrido unos cinco años de la primera vez que le puse mi pene en su vagina, la encontré en un mercado de abastecimientos casualmente, ahora ella de 53 años y yo de 22 años, me sonrió y me dice me hice cargo del campo de mi familia y me mantengo con el esfuerzo mío y de mis hermanas, venimos una vez cada 15 días a vender nuestros productos y nos turnamos con mis dos hermanas. Ahora no volvería hasta 45 días más...me recuerdas tu me preñaste del hijo que tengo, ¿te gustaría entretenerte conmigo otras veces?... si le digo, hoy podríamos empezar... me mira y me dice bueno donde vamos, te contaré que después de ti nadie a abusado de esta hembra imagínate como estoy...


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:25) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:00) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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