EL ATRACO

EL ATRACO

A eso de las 4,30 de la tarde, sonó el timbre de la puerta de casa. No dudé en abrir, sin sospechar la sorpresa que me iba a llevar. La cafetera mantenía el café caliente y sobre la mesa de nuestro comedor dos tazas esperaban el líquido negro.

Al abrir la puerta me encuentro con dos tipos de unos 30 años ambos, a cara descubierta y con un gesto un tanto impaciente. Lo primero que me enseñan, sin mediar palabra, es una hermosa pistola negra, pistola que yo trato de averiguar en un instinto de sapiencia, si será real o será de juguete. Uno de ellos el mas alto, me empuja hacia dentro de mi propia casa, abriéndose camino los dos tras de mí. Irrumpen en el comedor, donde aguarda mi mujer. De inmediato suena la alarma en su corazón al ver a uno de ellos portando una pistola, que ella tampoco sabe discernir si es real. La situación toma cuerpo, en la medida que puede.

El más alto toma la voz:
- Tranquilitos, que nada va a pasar. No quiero ningún ruido más alto que mi voz, y yo hablo muy bajito. Tú, (dirigiéndose a mí) siéntate al lado de tu mujer. Y tú Larry cierra la puerta con llave y apaga el televisor. Bien, ahora vamos al espoleo. ¿Dónde tienes el dinero? (dirigiéndose a mí).

- Tranquilízate y ahora mismo te lo saco, pero me tengo que levantar para ir a por el.

- Larry, ve con él. Y ten cuidado.

El tal Larry me siguió hasta mi habitación, allí abrí un armario y de una cartera extraje el dinero que en ella había. Tenía ganas de darme la vuelta y romperle la cabeza, pero el volumen de su cuerpo y sus poderosos brazos me hicieron desistir de tal idea. Despacio, muy lentamente le entregué 1200 €. El los tomo y con ellos en la mano se dirigió a toda prisa al comedor.

- Mira Sim, este cabrón si tiene pasta.
- Bien, cuenta lo que hay.
- Hay 1200, está bastante bien para tener un poco suelto en casa.
- Si, no esta mal. Bueno ahora entrégame todas las joyas y el oro que tengas en tu casa, y no olvides que he dicho todo, absolutamente todo.

Me rehice como pude y rebusqué seis o siete anillos, tres cadenas, unos gemelos, un reloj, cinco pares de pendientes y un sello con mis iniciales grabadas. Todo ello se lo entregué a Larry. Sim, mientras tanto, no quitaba el ojo a mi mujer, que le miraba asustada.

-¿Y tú que miras bruja? ¿Seguro que tenéis más oro escondido? Dijo Sim.
- No, ya te he dado todo lo que teníamos. Conteste.
- Tú te callas, ¿te he preguntado a ti?, quiero que me responda la bruja. ¿Cómo te llamas bruja?
- PAM, Pamela, respondió ella.
- ¿Y el cerdo de tu marido? Volvió a preguntar Sim.
- Mágnum. Respondí de inmediato.
- ¿Mágnum?, ¿qué clase de nombre es ese?, ¿me tomas por un estúpido?
- No, me llamo Magnumsson, nombre sueco. Respondí.
- Te está vacilando Sim. Dijo Larry.

El me miró como no dando crédito a lo que acababa de oír, pues sólo pensar que alguien vacilaba a Sim, era peligro inminente de algo malo. No obstante, no dijo nada más acerca de mi nombre. Se acercó a mi mujer y con su palma de la mano acerco el cuello de ella hacia sí. Pudo ver que de sus orejas aún pendían dos pendientes de oro.

- Quítate esos pendientes, bruja. Si no tendré que decirle a Larry que te los arranque, cosa que él haría con mucho gusto.

El otro miró con placer, pues se reconocía su valía, y esto le hacia sentirse feliz. PAM se desabrochó los pendientes y los depositó en la palma de la mano de Sim.
- Huele a café bruja, danos café.

Yo permanecía de pies a su lado y con la mirada seguí a PAM hasta la cocina, Larry fue tras ella. Tomó la cafetera y la trajo al comedor, de inmediato se volvió a la cocina a por dos tazas más y también las trajo al comedor. Sirvió café para ellos dos. Yo no quise y ella tampoco.

- Oye Sim, ¿me pregunto si esta guarra llevará algún percing de oro en el ombligo? Dijo Larry.
- Pues no lo sé, pero vamos a preguntárselo. Respondió Sim.
- Bruja, ¿llevas algún percing? Preguntó él.
PAM me miro a los ojos, pues yo sabía que ella llevaba un percing, y sabía donde lo llevaba.
- Os he dado el dinero que tengo en la casa, os puedo dar más mañana, os he entregado el oro, ¿porque no os vais antes de que sea tarde y os salga algo mal? Les dije aparentando tranquilidad.
- ¿Qué te parece el Sr. Magnumsson, dando ordenes? Dijo Sim.
Y girándose de nuevo a PAM.....
- ¿Te he preguntado que si tienes algún percing?
- No, no llevo ninguno. No me gustan esas cosas. Dijo PAM.
- No la creas Sim, dijo Larry, esta guarra tiene aspecto de llevar un percing en el ombligo.
- ¿Tú que dices a eso, bruja, lo llevas o no? Sentenció Sim.
- No, no llevo ningún persing. Dijo ella con más serenidad.
-Me quedaré mas tranquilo si Larry me lo confirma.

Todo se desarrollo rápidamente, Larry se abalanzó sobre ella y levanto su camisa, pero ella se retorció y se lo impidió. Este segundo intento resulto mas efectivo, arrancó todos los botones de su camisa abriéndola de par en par. El sujetador blanco quedo al descubierto y también su ombligo, aunque en él no apareció ningún percing.

Ella estaba nerviosa, yo tomé un cigarrillo y lo encendí. Sim me miró sonriendo y en la cara del estúpido Larry se dibujo el desencanto de no encontrar el percing ansiado.

- OH Sim, tal vez lo lleve puesto en el.......
- Ya está bien, joder. Repliqué. Mañana os doy más dinero, pero dejar ya el tema del percing., no es necesario seguir.
- Sí Larry, tal vez lo lleve puesto en el coño. Veámoslo ahora mismo. Dijo Sim.

Como alma que lleva el diablo, y encaramándose encima de PAM, arrancó su falda. Yo traté de abalanzarme hacia él, pero la pistola me lo impidió. Larry arrancó de un simple tirón sus braguitas dejando al descubierto su pubis, por el que asomaba una perla dorada, la perla dorada que ellos buscaban.

- Vaya, vaya. ¿Con que no había percing, eh? Explotó Sim. No me gusta que me mientan, zorra. Esto lo vas a pagar.
- Bien Larry, ¿quieres quitárselo, verdad?

Mientras ordenaba a Larry lo que debía hacer, no quitaba su pistola de mi cabeza. Primero le exigió traer una silla, luego me dijo que le dijera a Larry donde tenía cuerdas. Larry hizo todo aquello que Sim le ordeno, al igual que yo.

Larry se acercó a mí y de un empujón me sentó en la silla, me hizo pasar las manos por detrás y me ató fuertemente, asegurándose que no me pudiera mover. Sim sonreía. La escena le parecía divertida, por el contrario que a nosotros. Larry ató mis manos tras la espalda e hizo lo propio con mis pies, asegurándose que no me podría mover. Una vez atado, descansamos todos, la pistola y yo incluidos. Larry, de un fuerte movimiento, llevó la silla hasta un extremo del comedor, después me hizo abrir la boca y me amordazó con un trapo bastante sucio. Apenas si podía respirar. Sim se sentó en el sillón al lado de PAM y encendió un cigarro, ordeno a Larry que le trajera una botella de licor del que fuera, se diría que necesitaba alcohol a toda costa. Este le acercó de un botellero próximo, una botella de wisky y lo consumió directamente de la taza de café y sin hielos, lo cual me imagino, debió quemarle las entrañas.

Larry levanto de un tirón a PAM y la cambio de sillón, arrojándola al más grande. Ella permanecía desnuda y apenas se podía cubrir con sus manos su vello púbico. El, ni corto ni perezoso abrió sus piernas para descubrir entre la negrura espesa el ansiado percing. Yo temía que se lo arrancara, pero por suerte para PAM, intervino Sim.

- Larry, no seas bestia hombre. Despéjala del persing con mimo, con tiento, con cuidado. -
¿Cómo quieres que se lo quite, Sim?
- Con la boca Larry, con la boca, porque con la polla no serias capaz. Dijo Sim.

Yo me estremecía y presentía que la pobre PAM iba a ser violada por aquellos dos tipos de inmediato, sin que ninguno de los dos pudiéramos hacer nada. Larry sujetó firmemente sus rodillas dejándolas separadas hasta asegurarse que la cabeza entraba en aquel hueco, y como alma que lleva el diablo y sin ningún tipo de cuidado, comenzó con sus dientes amarillentos a intentar quitar la bolita del percing del pasador. Eso era una excusa. De lo que se trataba era de divertirse con el cuerpo de PAM.

-OH, sabes, Sim. Esta zorra tiene un buen coño mojado. Dijo Larry.
- Bien pues mójaselo más y despréndela del percing. Contestó él.

En vista de que Larry era muy torpe, Sim se levanto y le apartó de un brusco empujón. Se agachó y con paciencia extrajo el percing de PAM de su labio derecho. Después de ser chupado por Sim, fue depositado en el bolsillo de su pantalón, pantalón que comenzó a descender piernas abajo hasta dar con el cinturón en el suelo. Acto seguido, repitió la misma operación con los calzoncillos, dejando al descubierto una polla algo grande y morcillona.

- Sim, Sim, ¿Qué vas a hacer?, ¿te vas a cepillar a esta zorra? Dijo Larry.
- Naturalmente. Contestó él. No me dirás que no está buena la bruja. Y luego si me parece que folla bien, igual te la paso. Tú vigila ese cerdo, pues no quiero escuchar ni un ruido. Esta puta y yo nos vamos a divertir.

PAM se estremeció al oír aquellas palabras. Yo me imagine que la penetraría con alguna dificultad y que después todo terminaría, quizás el baboso de Larry, también quisiera follar. Sim agarró fuertemente del cuello a PAM y la levanto hacia él. La estampó un beso en sus labios. Ella le escupió en la cara. El le dijo que también él sabia escupir, pero que la escupiría dentro de su coño, y diciendo esto, acercó el cuerpo de PAM hasta el suyo, y de un fuerte apretón introdujo su polla dentro de ella. Empujaba con fuerza mientras con la otra mano tapaba la boca de PAM. El rostro de PAM cambiaba por momentos, ya no era de humillación, ni de vejación, era un rostro de pasividad, de dejarse hacer. El siguió con su polvo muy entusiasmado, pues le pareció que a PAM le gustaba aquello.

- Has visto, Larry, a la bruja le gusta que la folle. Seguro que el helado ese de mágnum, no se la folla con la potencia que yo lo hago. Mira como goza la puta. La está gustando mi polla. Y ahora zorra, si te callas, quizás te destape la boca para que puedas gemir cuando te corras.

- Acaba Sim, quiero follármela yo también. Dijo Larry.
PAM pensó que después de aquellas embestidas llegarían otras más fuertes, pues Larry parecía, y de hecho lo había demostrado, más rudo, más salvaje. Se dijo en su interior que debía colaborar en ese polvo, para provocar que Sim descargara su semen lo antes posible y que todo terminara pronto. Intentó hablar y al percatarse Sim que lo que quería era decir algo, destapó su boca.

- Oye, déjame que ponga algo de mi parte en este polvo.

- Te lo dije Larry, a la bruja le gusta como follo.

Ella, por el contrario tenía armado su plan. Pero su plan pasaba por correr a los dos tíos lo antes posible. Sim saco su polla del coño de PAM y esta se levantó tan esplendida como antes de ser violada y sometida. Le dijo a Sim que se sentara en el sillón y este obedeció. Con la polla tiesa aún, PAM se dejo caer resbalándose por aquél trozo de carne. Comenzó a levantarse y dejarse caer con furia engullendo el titán. Yo asistía a la escena conmovido y preocupado, algo me laceraba el corazón. PAM, gemía. Estaba gozando, yo no podía dar crédito a lo que veía. La mordaza ya no me apretaba, creo que ya ni la notaba, la boca se me secó. Sim mordisqueaba sus pezones y no tardó en correrse, a la vez que PAM, cosa un tanto curiosa, hacía lo mismo. De su garganta salieron unos sonidos.
-Ufffffff…..aggggg….hummmm….

El retiro su polla del coño de PAM, aún le goteaba cuando en un gesto de excesiva bondad, PAM se la lamió, lo cual excito a Sim y puso de los nervios a Larry, que perdiendo todo sentido de la disciplina, al no esperar a que Sim terminara, se desnudo y polla en mano intentó metérsela por detrás, cosa que naturalmente, no consiguió. PAM se giro hacia el y repitió la misma operación que antes había echo con Sim. Empujo ligeramente a Larry hacia el sillón y lo dejo caer sentado. Ella trató de encaramarse encima, pero él se lo impidió. Girándola y empujándola hacia atrás, se hizo con ella.

-Yo seré quien te folle, zorra.
Toda su fuerza cobró espectacular dimensión en su polla, tanto que la pobre PAM, se alarmó. Se deshizo de una pierna que le estorbaba y sin apuntarla en su coño, empujo y empujo, haciendo mucho daño a la pobre PAM, que asistió aturdida y dolorida a las embestidas de Larry. El tomó posesión del coño de ella y con violencia golpeaba y golpeaba. Sim miraba divertido, lo contrario que yo. PAM lloraba de dolor y rabia. Larry no había dejado que ella tomara el mando de la operación, él se aseguró de correrse a su antojo. Pellizco su pezón derecho y hasta hizo una herida en él. Profería insultos y alaridos a la vez que la penetraba. Sim reía divertido y me miraba. PAM trataba de zafarse con una mano de él, sin conseguirlo. Un alarido dio la señal que tanto esperábamos PAM y yo. Se corría. El cerdo acabo, pero permaneció dentro de ella al menos dos o tres minutos más. De los ojos de PAM brotaban unas lágrimas. Sólo yo sabía su significado.

- Bien ya nos hemos divertido un poquito. Dijo Sim. Esta zorra folla bien. Tal vez dentro de un rato me la vuelva a follar.

Larry ni contestó. Estaba muy ocupado en menearse aún su polla, como exigiendo de ella algo más. PAM recostada en el sillón, con las piernas separadas y su coño muy dolorido. En su cara no se reflejaba expresión alguna. Trató de decir algo pero no pudo. Sim se había subido los pantalones, pero Larry no. Este se levanto y se acercó a ella. Con la polla en la mano hizo un gesto rápido y golpeo con su pene en la cara de PAM, con tan mala fortuna que impacto en su ojo izquierdo. De inmediato se enrojeció, y ella perdió la visión por el. PAM lloraba y lloraba, dolorida, aturdida.

- Pero, ¿qué has hecho, estúpido hijo de puta?, ¿no has tenido bastante con joderte a la bruja que encima la lesionas, cabrón? Dijo Sim.
- Yo, yo no..., yo sólo quería darle un pollazo en la cara. Contestó él.
Interrumpidos por un Rin, quedamos todos estupefactos. PAM recuperaba su visión. Larry permanecía desnudo y Sim se dirigió a la puerta. Habían llamado al timbre. Dudo si abrir o no, pero al fin decidió hacerlo.
Tres tipos altos y rubios aparecieron en la casa.
- Adentro. Dijo el que parecía ser el jefe de los otros dos.
- ¿Pero que está pasando....... Se interrumpió Larry al verse con una pistola en sus cojones.
- Tú, sentadito y quitecito. Le espetó uno de ellos a Sim. Sim, pobre Sim. Había olvidado tomar su pistola al ir a abrir la puerta y ahora estaba en manos de una nueva situación.
A mí me quitaron la mordaza. A PAM ni la prestaron el menor caso, al menos por el momento.
- ¿Que ha pasado aquí? me preguntó el que parecía ser jefe de los otros.
- Lo que ven. Nos han robado, han violado a mi mujer, los dos, y nos han maltratado. Dije.
- Vaya, vaya. Ladronzuelos, hombrecitos violadores y ahora cagones. Dijo él mirando a la pareja.
- Bien. Desatarle.
Al momento me vi desatado y corrí a abrazar a PAM. El rubio me lo impido.
- Luego habrá tiempo para eso. Ahora quiero que me diga que le han robado.
- 1.200 y algunas cosas de oro. Dije.

Se dirigió a ellos y les dijo que dejaran encima de la mesa todo lo sustraído. Sim dejó el dinero y Larry, que permanecía desnudo, se agachó a su pantalón y saco del bolsillo las piezas de oro. Me apresuré a decir que Sim se había guardado un percing. Guardaron todo el botín. Ordenaron a Sim que se desnudara. Este lo hizo pero no como la vez primera. Su polla ahora parecía un saliente de carne minúsculo. Me pidieron un cubo que no me sirviera. Se lo traje sin saber que utilidad tendría el cubo. Pronto lo descubrí todo.

-Somos atracadores profesionales, no violadores. Dijo mirando a Sim y a Larry.
Unos minutos después nos abandonaron allí, en mi casa. Se llevaron el botín y me dejaron a los dos violadores allí. A las dos horas llamé a la Policía y a la ambulancia. Aquella tarde nos habían robado dos veces y PAM fue violada dos veces, pero yo me di dos satisfacciones.




Coronelwinston