Aventura de una noche con un señor borracho de la calle
Relato
Tanto tiempo de no publicar! Espero disfruten.
Tengo 28 años ya, soy pasivo y siempre he tenido un morbo y fascinación por los hombres callejeros, pobres, con los cuales puedo hacer objeto de sexo y dominación por unos cuantos chelines. Ya traía yo un historial de mamadas a pandillas en la calle, hombres de seguridad, concerjes y debo decir que en comparación con personas de otra clase social, aunque a muchos les parece anti higiénico, esas aventuras fueron bien satisfechas.
Laboraba yo en un club donde también laboraba como barrendero un señor de sus 40 años, algo alto, delgado, la piel bastante morena por el sol y su tipo de vida. Era un alcoholico, caminaba de crudas todos los días en sus labores, con un bigote que me trastornaba. El hombre no era para nada simpático, pero me provocaba un morbo en imaginarme esa verga dura y tiesa penetrando mi culo y mi boca.
Pasaron los años y hace poco nos encontramos luego que fuimos corridos del club por recorte de personal. Yo sabía que vivía por mi casa y siempre lo veía en las aceras bebiendo ron y me he de suponer caía tirado como cualquier borracho de la calle. Ya andaba yo con las ganas de tirarmelo en una de esas borracheras. Una noche casualmente me lo encontré en un mini súper donde el, como siempre afectuosa y respetuosamente me recibió. Yo con mis cervezas también dentro le pedí su numero de teléfono para llamarle y "bebernos unas cuantas un día".
Fue cuestión de dos noches que me decidí en llamarle un fin de semana. Mi plan estaba bien elaborado. A estas fechas yo ya estaría ganando el triple de lo que ganaba anteriormente por lo que podría invitarle a lo que quisiese con el fin de emborracharle y hacer que me comiera el culo. A pesar de no vivir solo, tenía un pequeño cuarto de patio acondicionado para esos fines lo cual le daba más adrenalina al asunto.
Quedamos en vernos don Armando y yo en una cantina local. Por supuesto que no quería gastar mucho por un polvo de ese tipo, además que debía mantenerme cerca de mi zona de confort.
Llego la noche y don Armando llego igual que siempre. Con una camisa floja estilo guayabera por dentro de un pantalón jeans y unos zapatos tennis bien gastados. A pesar de su facha se miraba aseado .
Ya andaba con sus buenos tragos por lo que todo se me hizo más fácil. Pasamos en la cantina bebiendo, hablando de nuestro trabajar pasado, yo me comenzaba a excitar pero no quería serle directo, aunque a esas alturas seguramente me hubiese dicho que Si a mi propuesta banal y lasciva. Pero estamos hablando que se trataba de un campesino típico macho y rudo que quién sabe cómo reaccionaría. Por lo que procedí con el tequila y más ron.
La noche llego a su apogeo, ya don Armando luego de unos litros de ron y quién sabe de tequila se encontraba en un estado etílico que no podía caminar. Para mi fortuna no había nadie conocido por parte de el quien lo auxiliara más que yo en llevarlo a mi cuarto de patio.
Encargué otro litro más de ron porque esta vez me tocaba a mí disfrutar y embriaguarme no solo de su leche y polla sino también de licor.
Vaya me tuve que masturbar porque lo que narrare me vuelve loco! Le insiste que viniera a mi casa, que su familia no lo podía ver en esas condiciones y que allá tenía una sopa para recuperarlo.
Accedió y nos venimos caminando hacia mi casa, tenía miedo de que diera la vuelta y se me perdiera por lo que me aseguré en ir detrás suya. Esa presa era mía.
Llegamos al cuarto, estaba algo escandaloso ya que le costaba caminar y decía cosas incoherentes. Le dije que me esperara por la sopa, por lo que yo le deje bajo llave y en cuestión de 15min regrese al cuarto para verlo completamente dormido y en estado etílico.
Era una belleza a mis ojos. Un hombre borracho macho callejero en mi territorio dispuesto a dejarse hacer hasta mi fantasía más loca. Ya me daba igual si se dejaba o no, si reaccionaba mal o no, estábamos largo de las carreteras y de mi casa central, por lo que no me importaba dominar a un borracho, lo más que podía hacer era darle más licor y más.
Me desnudé por completo y lo contemple por un rato, estaba totalmente inconsciente. Quite su camisa para acariciar su pecho, un pecho sin ningún vello, algo desnutrido pero se lograba observar que de joven era tonificado. Quite sus zapatos y deje sus pies descalzos, unos pies bien maltratados y morenos pero que me volvieron loco. Baje su cremallera y su pantalón a medias, para ver lo que siempre me había imaginado: una verga venosa como de 16cm aún flácida, con bastante vello y unos huevos que daban ganas de comérselos a mordidas de tan grandes y jugosos que se veían.
Me puse encima de sus piernas y mientras acariciaba yo mismo mi culo me dediqué a mamar esa polla olímpica. Estaba un poco mal oliente, no lo he de negar, pero nada que no se podía tolerar y que mi saliva no podía quitar; me excitaba aún más ese olor a trabajo viril y masculino. Don Armando ni cuenta se daba que un maricon le estaba haciendo sexo oral y masturbandose el culo mientras tanto. La luz tenue del cuarto hacia la situación más excitante. A media luz lograba ver su rostro etílico, tocaba su pecho mientras succionaba ese mástil viril. Le lamía la cabeza y los huevos llenos de vello pubico, lo estaba ordeñando.
Para mi grata sorpresa la verga se empezó a poner dura. Por lo que mamaba más rápido hasta que estuviese erecta al 100. Don Armando comenzaba a medio moverse y gemir un poco, ya me valía madres que me viera pegado a su polla pues ya tenía el culo dilatado y quería que me fornicara.
- Cojame, metame esa verga. Le decía yo.
Don Armando solo asintió con la cabeza y en cuestión de segundos yo ya estaba sentado en el, buscando como entrara esa verga cabezona en mi trasero. Se fue casi seca, el dolor fue intenso pero el placer orgasmal, comencé a cabalgarle tan rápido como podía pues no podía dejar de aprovechar el momento. Mientras tanto me iba masturbando y viendo nuevamente su rostro etílico.
Pase como 20min cabalgando aunque sabía que nunca terminaría un borracho en ese estado. Mi culo estaba tan abierto por esa verga que me valió madres comenzar a gemir fuerte. El señor de habrá dado cuenta o a la vez no.
En una metida me llego a la prostata y me vine inmediatamente. Debo decir que fue uno de los mejores de mi vida. Quedé tan cansado que me acosté a la par suya desnudo y no me importó amanecer así con el.
A la mañana siguiente yo me desperté primero, el seguia intacto a como cuando me fornico. Me puse mi ropa, fui a buscar una sopa para al regresar despertarlo y como que sin nada hubiese pasado....
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140706 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar El borracho callejero y yo.
dduck
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:09) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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