Yo realmente no había planificado nada en especial, es más eso de cumplir treinta como que a la hora de la verdad, no me emocionaba mucho. Además Jerónimo mi esposo se encontraba de viaje, por motivo de su trabajo, aunque antes de colgar me dijo, que ya se había encargado de mi regalo de cumpleaños. En la oficina, no se lo comenté a ninguna de mis compañeras, ya que no deseaba que me fueran invitar, a celebrar algo con lo que no estaba muy a gusto. Mientras que por parte de mi familia recibí una llamada de mi madre, y otra del pesado de mi hermano, queriéndose hacer el gracioso a costilla de mis treinta.
Relato
Apenas llegué a casa, después de quitarme la ropa me acordé que no había parado en el supermercado, para comprar algunas frutas para cenar. Así que me puse lo primero que vi, mis pantaloncitos cortos, y una camisa a cuadros de mi marido, ya que a él le queda pequeña. Tomé mi monedero, y me fui a pie, para hacer algo de ejercicio. Pero apenas cerré la puerta de casa, y puse un pie en la acera, pensé que no debí ponerme esos pantaloncitos tan cortos, y apretados. Ya que a medida que me dirigía al supermercado, me di cuenta de que la mayoría de los hombres con quienes me topaba en el camino, no hacían otra cosa que quedarse viendo mis nalgas. Lo que en medio de mí deprimido estado de ánimo, hiso que me sintiera aunque algo indignada, pero a la vez, también me sentí orgullosa de mi cuerpo.
Por lo que apenas terminé de comprar algunas frutas pagué, y regresé a casa, quizás por vanidad, o por coquetería, a medida que iba caminando, procuraba mover mis caderas para llamar la atención. Además pensé que como mi esposo no estaba en casa, nadie me iba a decir nada. No sé qué realmente pasó, pero al abrir la puerta de casa. Sentí que alguien me dio un fuerte empujón por la espalda, yo desconcertada cuando me fui hacía el frente, ya me iba a poner a gritar, cuando un tipo alto, grueso, y fornido, que usaba una chaqueta con capucha, apareció frente a mí, tapándome la boca, impidiéndome que me pusiera a gritar, pidiendo auxilio. De momento aparecieron otros tres, y entre todos ellos me sujetaron, por brazos y piernas. Yo estaba que me moría del susto, además no comprendía como era posible que eso sucediera, ya que yo estaba más que segura que había cerrado la puerta de casa antes de salir, a realizar la compra. Entre jalones, y empujones me llevaron hasta la sala en donde al mismo tiempo que entre los cuatro, me arrancaban la ropa, uno secamente me dijo. Si gritas te desfiguro el rostro a golpes. Así que ya sabes calladita te ves más bonita, entendiste. Yo con mi boca aun tapada por una de aquellas grandes manos, no me quedó más remedio que mover mi cabeza de manera afirmativa. De inmediato me di cuenta, por su manera de agarrarme, y de desnudarme de forma tan violenta, de que era lo que ellos deseaban hacerme. Lo que cuando vi que comenzaron a sacar sus erectos miembros de los pantalones, no me quedó la menor duda. Rápidamente pensé, de nada vale que traté de resistirme ya que de una manera u otra, me van a violar. Por lo que cuando uno de ellos, me colocó su miembro frente a mi boca, no me quedó otra cosa que hacer que ponerme a mamar, al tiempo que uno de sus compañeros, tomándome de la mano, hiso que me pusiera a masturbarlo. Así estuvimos algunos minutos, que a mí me parecieron horas, en el medio de mi sala, cuando otro de los tipos les dijo a sus compañeros, subámosla a la habitación que tienen una buena cama. Y prácticamente cargada por dos de ellos, me llevaron al dormitorio. Donde ya tirada en la cama, sin ningún tipo de delicadeza, me quitaron el resto de mi ropa, dejándome completamente desnuda. En ese corto instante, aunque ya sabía lo que me esperaba, no sé si por lo asustada que estaba, se me ocurrió pensar en que no tenía que sufrir. Digo, no es que fuera a impedir que me violasen. Pero ya que era algo que yo no podía evitar, por lo menos trataría de controlar. Pensé que por lo menos, en la medida de lo posible, iba tratar de disfrutar.
Así que dirigiéndome, al que me pareció era el jefe del grupo, mostrando una seductora sonrisa, y en tono de voz bien meloso, le dije. Sabes cariño, no hay necesidad de que ninguno de nosotros pasemos un mal rato, por mi parte te prometo, que voy hacer todo lo que ustedes quieran, como quieran, y las veces que quieran. Entre ellos se vieron, y de inmediato se pusieron a reír. Fue cuando el tipo al que me dirigí, me dijo. Que bien, porque así no tienes que hacer nada a la fuerza, pero por otra parte que mal, ya que quien nos contrató, una de las cosas que más encarecidamente nos pidió, fue que antes de meternos en la cama contigo, te hiciéramos pasar un buen susto. Para que no lo olvidaras nunca. Al escuchar sus palabras, mentalmente me pregunté quién podía haber querido algo así para mí. Y en el primero que pensé fue en mi marido, Jerónimo. Ya que aunque ocasionalmente le he sido infiel, a diferencia de él, que también me ha sido infiel un sin número de veces, yo únicamente le digo, que me acosté con X tipo, mientras que Jerónimo, me cuenta con lujo de detalles todo lo que hace. Y justo antes de salir de viaje me propuso que hiciéramos un trio, al principio pensé que invitaría a alguna amiga de él, pero rápidamente me sacó de mi error, aclarándome que bien podíamos invitar a alguno de mis conocidos. Y no sé si sería por mojigatería mía, pudor, o vergüenza. Pero aunque estaba loca por decirle que sí. Le respondí que no, diciéndole que aún no se me sentía lista para eso. Fue cuando, me dijo. A ti lo que te hace falta es un buen empujón, como el que me dio mi papá para enseñarme a nadar. Yo la verdad, es que en esos momentos, no entendí, que tenía que ver, como él aprendió a nadar, con llegar hacer un trío, con otro hombre. Jerónimo no volvió a tocar el tema, y yo apenas se fue de viaje seguí con mi depresión por cumplir los treinta, por lo que hasta ese momento, estando completamente desnuda en nuestro dormitorio, acompañada por cuatro tipos que estaban dispuestos a violarme, no había pensado más en eso. Por lo que lo único que se me ocurrió preguntarles fue. Y como esa persona va saber que me asusté lo suficiente, ustedes se lo pueden decir. Pero uno de ellos mostrándome una cámara de video, me dijo. Yo estoy grabándolo todo, para luego entregárselo. Y aunque no soy una experta en cámaras le dije. Bueno borras la conversación, hacemos un montaje, y luego seguimos divirtiéndonos. Ellos estuvieron de acuerdo, y comenzamos con la patraña. Y mientras que yo me hacía la sufrida, fuimos manteniendo sexo, ante la cámara. Así fui disfrutando uno a uno, de cada uno de ellos, poniendo cara de atormentada, a medida que me iban penetrando, ya fuera por el coño, la boca, o el culo.
En ciertos momentos, me llegaron a penetrar a un mismo tiempo, tanto por mi culo, como por mi coño, poniéndome a mamar, una y otra vez. Yo me tomé uno que otro pequeño descanso, que aprovechaba para asearme, y hasta para servirles unos tragos. Con decirles que calculo que entraron a casa a eso de las seis de la tarde, y vinieron saliendo de casa, a eso de las cuatro de la madrugada, del siguiente día. Cuando regresó Jerónimo, le dije que cuatro tipos, se habían metido en la casa, y que me habían violado. Pero al ver la cara que puso, y como se puso a preguntarme como había sucedido todo, supe sin lugar a duda que todo había sido idea suya. Por lo que ya más decidida, le fui relatando todo lo sucedido, o por lo menos lo que él esperaba escuchar. Lo interesante fue que a medida que se lo fui contando, Jerónimo se fue excitando tanto, que prácticamente en cierto momento me saltó encima. Al tiempo que me pedía de manera sobresaltada, que siguiera contándole todo……
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312203 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212263 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149874 veces
Si te ha gustado El día de mi cumpleaños… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El día de mi cumpleaños… ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:02) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:33) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF sementalx
(10 de September de 2017 a las 21:46) dice:
que marido tan tarado al desperdiciar semejante ricura
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