EL DESEO

Ya en casa, más calmada, se recostó un momento pensando en lo que había sucedido minutos antes. Un sentimiento de frustración la agobiaba. No siempre hay un final feliz, pero si existiera la más remota posibilidad de revivir en ese instante aquel mágico momento, con seguridad daría lo que fuera por conseguirlo, clamaría a los astros, rogaría a los dioses e incluso bajaría al mismísimo hades en búsqueda de esa exigua posibilidad. Que locas ideas discurría al calor de un sentimiento.
Minutos más tarde, se levantó y se desvistió para tomar un baño. Recorría su apartamento completamente desnuda en busca de su bata de baño. Volvió a su cuarto pensando que estaba allí. Buscó en su armario infructuosamente recordando que la había dejado en otro sitio. Al volver hacia la puerta, las luces se apagaron de repente. Una profunda y tenebrosa oscuridad se adueñó del lugar. Cris permaneció inmóvil. Su cerebro buscaba desesperadamente un argumento que contradijera aquel miedo irracional y absurdo a la oscuridad pero su cuerpo no respondía a este llamado a la sensatez y se obstinaba en mantener los músculos tensos.
¿Quién puede asegurar qué fantásticos espectros vería en un instante tan ominoso? En medio de la penumbra una imponente y espeluznante figura humana apareció frente a ella. Una corriente espantosa recorrió todo su cuerpo sacudiéndola en un espasmo violento que la arrancó del letargo. Era él, el hombre misterioso que sólo hace unos momentos la había atacado haciéndole vivir una maravillosa experiencia, pero esta vez todo se veía diferente. Uno halo tenebroso lo rodeaba. El horror no cedió, pero dejó de bloquear los procesos mentales liberando su consciencia para que analizara la mejor manera de salir de aquella desesperada situación. Tal vez no era un espejismo ni una ilusión, sino la materialización de su deseo sólo que acompañado de una y extraña malévola sensación. Como dicen, ten cuidado con lo pides!
Los astros rigen el destino de los hombres y al parecer, esta noche se habían alineado en favor de Cris, colocando frente a ella el colosal cuerpo desnudo de ese siniestro personaje. Un silencio sepulcral se adueñó de ese momento. Aquella figura intimidante, de mirada enrojecida y penetrante la recorría lascivamente de arriba a abajo y de abajo a arriba deteniéndose en sus mejores partes, sus maravillosas tetas y su ardiente sexo. Cris reaccionó tímidamente tratando de cubrirse inútilmente con sus manos, a lo que su verdugo respondió mirándola directamente a los ojos y esbozando una macabra sonrisa vaticinando lo que sería una larga y ajetreada jornada. Que le depararía el destino esa noche?
Esos segundos se estiraban en una angustia indescifrable de sensaciones que le auguraban una despiadada contienda en la que sería sometida. Pero al parecer eso ya no le importaba y aunque seguía aterrada, un deseo inconcebible la impulsaba, la empujaba a ese concupiscente destino, y sin más recato dejó de cubrir lo poco que cubrían sus pequeñas y tiernas manos permitiendo que aquella figura desalmada de mirada enrojecida y penetrante descargara en ella toda su lujuria.
Que le depararía es destino esa noche? La respuesta era muy simple… Él había venido desde los confines del infierno para satisfacer los caprichos más insanos y los deseos más perversos. Los dioses, quienes habían conspirado en favor de Cris concediéndole sus deseos, presagiaron este escalofriante desenlace, pero, impedirían esta brutal contienda? Seguramente No. Su verdugo no se apiadaría de ella ni Cris pediría clemencia y con su corazón agitado, totalmente decidida y mirándolo directamente a los ojos, se llenó de valor, sólo para decirle a ese tétrico personaje con voz trémula, Hazme tuya!, volteándose inmediatamente y dándole la espalda… cerrando sus ojos esperando una perversa reacción, el más encarnizado suplicio.
Y él no la hizo esperar. Apretó su cuerpo hacia el de ella bruscamente, rodeándola con sus brazos hasta apoderarse de sus hermosas tetas con sus candentes manos, al tiempo que iban bajando por su vientre hasta introducirse en su sexo… Cris dejó escapar un muy tenue y entrecortado un suspiro, tratando de abrir sus piernas para facilitar el trabajo de su verdugo quien sin miramiento introdujo varios dedos en su sexo mientras al mismo tiempo le introdujo varios dedos su apretado culo, moviéndolos vertiginosamente… Que deleite le corre de súbito en su cuerpo al mirarlo y sentirse dominada…
Cris sabía que en ese momento era imposible conciliar, imposible razonar con aquel escalofriante ser que era más bien una voluntad siniestra de perversiones y que ella sería la victima de sus más bajas pasiones; Cris se sintió desfallecer. Al instante y aun recibiendo de las manos de su amante los frenéticos embistes en su culo y en su sexo, sintió erguirse tras de sí el descomunal miembro de su verdugo que en cualquier momento se abriría paso dentro de ella.
Cris trataba de aferrarse al cuerpo de su verdugo quien continuaba incesantemente embistiéndola. A pesar de todo, se sentía espléndida, hasta que con una fuerza y velocidad inconcebibles él la lanzó a su cama. La hermosa Cris voló por los aires hacia su lecho… Con asombro, cayó boca abajo… ese era el efecto de tal demostración de poder que le infundía tanto miedo y le impedía revelar cualquier manifestación de auxilio pero que en el fondo, de alguna manera le agradaba. Ya sabía a qué atenerse… Tanta fiereza de su verdugo aunada al esplendor paradisíaco de esa profunda y estremecedora noche suscitaba en ella grandes oleadas de sensaciones indescriptibles e inocultables pero que su verdugo percibía a simple vista.
Tendida en su lecho, indefensa, estaba dispuesta a abrir sus sentidos a nuevos sentimientos así como su verdugo le abría atrevidamente sus piernas en busca de su sexo. Cris trataba de amoldarle a aquella desaforada situación cerrando sus ojos y agachando sumisamente su cabeza, aferrándose fuertemente a las sábanas al tanto que su despiadado verdugo continuaba con desespero, abriéndola más y más, empotrando sus dedos descaradamente en su culo y en su sexo… Los movimientos frenéticos de su verdugo simultáneamente en su sexo y en su culo propiciaban en Cris una serie de espasmos manando a su vez, toda clase de fluidos …..
Cris dejó escapar un grito orgásmico en medio de sollozos… Su cuerpo tembloroso no tenía descanso… Su verdugo quería ahora degustarla, así que la tomó por la cintura levantándole el culo abriéndolo impúdicamente hasta más no poder y con desaforado apetito se adueñó de él chupándolo desesperadamente, ávido del sabor de Cris quien continuaba recibiendo los fuertes espasmos que uno tras otro la sacudían violentamente…
Cris no dejaba de gemir, de sollozar… Sentía su culo enardecido con cada beso succionador de su verdugo. Le dolía pero lo disfrutaba, disfrutaba del calor de esas manos sobre sus nalgas apretándolas y abriéndolas solo para la satisfacción de los osados caprichos de su amante quien la contemplaba al tiempo que jugueteaba con ella mordiéndola y chupandola… pero faltaba algo más, algo reservado para ella. Ese monumental miembro desafiante y poderoso que debía alojarse dentro de ella…. Su inclemente verdugo, quien seguía besándola, la apartó para tomarla por la cintura y arrastrarla hacia él y bastó un solo segundo para abruptamente penetrarla… su imponente miembro se abría camino en los delicados pliegues anales que se estremecían con cada una de las salvajes arremetidas.
Cris no podía contenerse y sus gritos se hacían más fuertes. Su verdugo era insaciable y como si fuese una muñequita de trapo la levantó fácilmente aún empalada por el culo… Que espectáculo! Su verdugo de pie arremetiendo incesantemente sobre su tierno, bello y delicado culo y cargándola con las piernas obscenamente abiertas…. Sus hermosas tetas bailoteaban exquisitamente y al ritmo de las embestidas… Cris recostó su espalda sobre el pecho de su verdugo dejando caer su cabeza sobre uno de sus hombros en un acto de docilidad y obediencia ante aquella demencial figura de mando… en ese instante sintió una descarga en su mente. Era la más extraña conexión sensorial en la que sentía como su verdugo se adueñaba de sus pensamientos y escudriñando en lo más recóndito de su ser, en las tinieblas de su conciencia, desenterraba las dulces imágenes de los deseos más procaces y los caprichos más obscenos reprimidos en ella hasta ese momento. El la sumiría en el abismo de los deleites carnales y mundanos, de las fantasías clandestinas y de los sueños prohibidos. Cris era poseída en cuerpo, mente y alma.
Con sus ojos cerrados y sus brazos descolgados continuaba sollozando pero disfrutando, y no solo disfrutaba el sentirse salvajemente penetrada, sino también, el verse inmoralmente vulnerada….
Y es que hacia el fondo del cuarto había un espejo donde ella se veía reflejada, al que con sus ojos entreabiertos observaba… esa imagen de ella le encantaba…veía ese colosal miembro entrando y saliendo frenéticamente de su delicado culo, veía sus bellas tetas bambolearse al mismo ritmo, veía las manos de su verdugo cargándola y abriéndola, y veía a su verdugo con esa mirada enrojecida y esa sonrisa tan macabra a las que aún temía pero más la excitaban… no podía dejar de verse en el espejo… era ella, era su imagen, la visión más inmoral y más obscena, y era ella, tan impúdica y tan lujuriosa que quería abrirse más, mostrar más, mostrar su sexo apetecido, ansioso y enardecido, como en sus fantasías clandestinas y en sus sueños prohibidos…. Era ella, totalmente desinhibida, totalmente entregada a los placeres mundanos y a las delicias de la carne… y otro grito orgásmico salió de su boca… y un torrente de fluidos manaron de su sexo… y convulsiones y espasmos corrieron de súbito por todo su cuerpo… y su verdugo no se detenía, con más ansias la embestía… Él sabía lo que Cris escondía en su mente y no se detendría hasta hacérselo vivir intensamente…
Y Cris se vio nuevamente en el espejo deliciosamente sometida, con tal docilidad y obediencia y salvamente subyugada, hasta que su verdugo la lanzó nuevamente a su lecho cayendo otra vez boca abajo con el culo irritado por tanto ajetreo… la tomó de las piernas y la arrastró hacia el mientras ella trataba de aferrarse a las sábanas… todo sucedía tan rápido, él era incontenible… la volteó boca arriba estirándole sus brazos… Cris aún gemía… ahora él estaba sobre ella mirándola a los ojos fijamente… Cris tenía esa tímida mirada pero sus ojos le brillaban más que nunca, era una mirada complaciente, pues él también se había apoderado de su mente… Se abalanzó sobre ella besándola en la boca apasionadamente… dejándola sin aliento… recorrió sus brazos lentamente hasta detenerse en sus pechos… los acarició, los apretó, los manoseó a su antojo…. Cris seguía gimiendo, agitada, con la respiración entrecortada pero muy excitada… los besó, los saboreó, los chupo gustosamente… pero no se detuvo allí… siguió bajando por su vientre degustándola… y siguió bajando… y al llegar a su cintura, a su pelvis, la miró nuevamente a los ojos esbozando aquella sonrisa macabra que tanto la exaltaba…
Sería que su verdugo, quien con tal atrevimiento y sin miramiento alguno había hecho y desecho en el culo de Cris, esperaba algún consentimiento de su parte para acceder libremente a su sexo?
Cris lo miraba tímidamente, sabía que él no necesita de su anuencia para hacer con ella lo que quisiera… Y él también sabía que podía satisfacer sus caprichos más procaces y más insanos con su total beneplácito pero innegablemente disfrutaba de ese aire de pudor que la rodeaba, así que esperó la tímida reacción de Cris, quien al ver esa sonrisa macabra, con algo de recato empezó a abrir sus piernas lentamente para ofrecerse…Se veía especialmente bella, tratando de ofrendar su precioso santuario pero verdugo ya no le dio espera, quería profanarlo… Su mirada iracunda se clavó sobre la de ella… sus ojos eran pozos negros dónde era imposible vislumbrar algún rasgo humano de clemencia, sólo un rojo encendido que resaltaba la volcánica pasión que la deliciosa pose de Cris le inspiraba… nuevamente algo de temor invadió a Cris, cuando abruptamente su verdugo, sin compasión alguna, le abrió totalmente sus piernas casi en un ángulo de 180 grados aferrándose salvajemente a su sexo, chupándolo con tanta ferocidad y desenfreno que Cris convulsionó violentamente…
Su sexo estaba desbordado, inundado, manando toda clase de fluidos…. Pero aún faltaba algo… su verdugo, que aún continuada abriéndole obscenamente sus piernas, la arrastró hacia él, hacia su descomunal miembro el cual introdujo sin miramientos, sin consideración alguna por el bello sexo de Cris, que ahora sentía como ese intruso la desgarraba, abriéndose camino dentro de ella...
Eran las embestidas más salvajes; sintiendo el fuerte golpeteo sobre el sexo de Cris, mientras él la tomaba por los tobillos levantándola y abriéndola sin el más mínimo ápice de delicadeza. Eran las arremetidas más bestiales, en las que Cris soportaba con sus brazos aferrándose a las sábanas mientras era salvajemente crucificada…Cris sollozaba, gemía, gritaba mientras ese colosal miembro la atravesaba, mientras era ferozmente penetrada. Este era este el oscuro mundo en el que se encontraba y del que no quería huir…
Nuevamente ella sintió esa descarga en su mente, esa conexión sensorial con él que le permitía transmitirle uno a uno sus deseos… y fue en ese mismo momento su verdugo la levantó y sin dejar de embestirla la cargó… Cris lo rodeo con sus brazos mirándolo a los ojos… a esos ojos enrojecidos y de mirada penetrante que habían escudriñado en su conciencia y se aferró a él con todas sus fuerzas mientras él seguía penetrándola despiadadamente… El la subía y la bajaba frenética mente al ritmo de sus embestidas haciendo que el primoroso sexo de Cris se empotrara una y otra vez en su rígido y erguido miembro… Cris se dejaba hacer, y al tiempo se abraza más a él… Sus tetas rozaban el pecho de él con cada subida y cada bajada haciendo que sus rosados y turgentes pezones se endurecieran aún más… Cris suspiraba y gemía… lloraba y casi gritaba y su verdugo seguía… no paraba… le estaba apretando el culo con tantas ganas que ella reaccionó apretándolo con sus piernas para sostenerse sólo con el dulce propósito de permitirle a él, con toda libertad, acceder a su culo sin consideración alguna… era lo que más le gusta de él, lo que más deseaba… esa rigurosidad con la que la trataba haciéndola sentir suya… pero él ya lo sabía… así que la apretó más fuerte abriéndole ese hermoso culo lo que ella sintió con tanto deleite, mientras que de una de sus manos dos de sus dedos se abrieron camino en su exquisito ano… Fue otro momento electrizante con un grito de placer en que se aferró más a su verdugo, abrazándolo más y más fuerte quien a su vez, de manera inclemente, introdujo otros dos dedos de su otra mano en su ya invadido ano produciendo en Cris otro placentero sobresalto… Cris vivía su fantasía… Su verdugo no se detenía y por el contrario con más ímpetu y más brío, la bajaba y la subía, haciendo que ella sintiera la necesidad de abrirse más albergar dentro de si ese monstruoso miembro que la atravesaba sin cesar…
Fuertes espasmos y violentas convulsiones se apoderaron de ella junto con infinitas y orgásmicas sensaciones que recorrían milímetro a milímetro todo su cuerpo… Sus bellos pezones endurecidos y al rojo vivo, su primoroso sexo inundado y desbordado, y su hermoso culo saturado y profusamente saciado daban fe de la inagotable diversidad de placeres que estaba experimentado incesantemente y que provocaron en ella una última y enardecedora reacción… Un grito de aprobación, Siiiiiii … Un grito de exuberante placer, Siiiiiii … Un clamor de gozo y de dicha plena, Maaass…. antes de caer totalmente rendida y feliz en los brazos de su apasionado verdugo.