Julieta, adolescente, siente síntomas que le preocupan. El Dr. Martínez sabrá cómo se deben tratar.
Relato
Esta historia, algo exagerada y novelada, me la contó un médico conocido. Era justamente el médico de cabecera de una familia a la que conocía y atendió por muchos años. Actualmente el supuesto Dr. Suárez Guillén está retirado de la profesión.
Julieta era adolescente y se sentía diferentes a las demás compañeras y amigas. Si bien gozaba de un muy buen cuerpo, con un culo firme y unas tetas firmes, con pezones en punta que se destacaban a través del corpiño, no tenía compañero masculino. Esto tenía como consecuencia que su conchita todavía se mantenía virgen. No había visto una pija más que en alguna foto de revistas que le prestaban sus amigas.
No sabiendo qué hacer decidió consultar al médico de la familia ya que con frecuencia sentía un cosquilleo y picazón en la concha. Sin comentarlo con su familia, fue un día a verlo.
-Qué sorpresa verte por aquí Julia.-
.He venido porque quiero consultarlo por algo que me está pasando.-
-Bien, cuéntame. Sabes que te conozco desde muy chica.-
-Tengo cosquilleos y picazón allí abajo y no se si será algo malo o me pasa otra cosa.-
-Allí abajpo supongo que es en la vagina. ¿Has tenido relaciones con algún muchacho?-
-No.-
Julieta se sentía incómoda por la pregunta. Si bien era el médico de confianza de la familia, no tenía ganas de contarle intimidades. Por momentos pensaba en salir de inmediato del consultorio.-
-¿Es por la mañana o por la noche la picazón?-
-Generalmente por la noche.-
-¿Haces algo por calmarte?-
-Bueno… a veces me toco un poco… pero no me calma.-
Déjame revisarte. Lo mejor es que desnudes completamente detrás del biombo. Debo estar seguro que no tienes problemas en la piel. Sabes que el sol está quemando mucho últimamente con ese asunto de la capa de ozono y todo eso.-
-¿Debo desnudarme completamente?-
-Sí Julieta. No olvides que soy médico y debo ver unas quince mujeres por día y varias veces desnudas. Me imagino tu turbación, pero debes desnudarte.-
Julieta fue detrás del biombo y se quitó hasta la última prenda que cubría su cuerpo. Luego se presentó frente al médico.
-Acuéstate en la camilla y separa ligeramente las piernas. Necesito ver la vulva para estar seguro que no se observa nada anormal.-
-¡Ay, doctor! Me da vergüenza separar las piernas delante suyo.-
-Vamos Julieta, tú y yo somos personas grandes, más aun, tengo bastante más del doble de tu edad. Vamos, muéstrame la vulva.-
Julieta, muy a su pesar, separó las piernas exponiendo su sexo. El médico observó los labios vaginales, los separó para observar mejor y finalmente dijo:
-No tienes nada anormal. Supongo lo que puede ser pero mejor será que te vea un especialista por esto, pero antes de vestirte quiero revisarte más a fondo. Ahora tomaré tus senos con las manos, pero no te asustes.-
El medico se detuvo largo rato mirando (y admirando) las tetas de la joven, sus pezones y la firmeza. Luego le pidió que se volteara para revisarle el culo. Romina a estas alturas de los acontecimientos estaba roja de vergüenza.
-Lo mejor será que veas al Dr. Juan Martínez, que es un especialista en jovencitas, de 30 años pero recibido con medalla de honor en la universidad. Creo que no tienes más que el cambio de la concentración de las hormonas, pero mejor que él dé su diagnóstico.-
Julieta salió algo desconcertada, pero de inmediato solicitó un turno con el Dr. Martínez, comentándole que era por indicación del médico de la familia, el Dr. Suárez Guillén. Dos días más tarde Julieta entraba en al consultorio de Juan. Luego de exponer lo que le ocurría, el profesional le indicó que se quitara toda la ropa. Otra vez Julieta debía desnudarse, esta vez ante un hombre absolutamente desconocido, aunque era el médico que le habían recomendado.
Una vez sin ropas, se presentó ante el Dr Martínez.
-Quizás te sorprendas de las preguntas, pero te pido que respondas sin temor. ¿Has tenido relaciones sexuales?-
-No.-
-¿Por el ano tampoco?-
-Nooo!-
-¿Has tenido semen en la boca?-
-Nooo!-
-¿Nunca te la chupaste, ni siquiera un poquito?-
-No, ¡Qué preguntas, doctor!-
-Son necesarias para conocer exactamente tus costumbres. Ahora voy a tocarte los senos y los pezones. Quiero que te quedes quieta para saber si son perfectamente normales. Por la forma y la turgencia estoy seguro que sí.-
El Dr. Martínez estuvo más de diez minutos tocando ambas tetas y masajeando los pezones que cada vez se agrandaban más. Julieta se estaba excitando aunque alejaba este pensamiento con tenacidad. Cuando Juan dejó de masajearle las tetas, éstas estaban más turgentes y firmes que nunca y los pezones tenían más de un centímetro de protuberancia por fuera del seno.
-Quiero que ubiques boca abajo. Debo revisarte el ano y los glúteos, zonas que no debe descuidar un médico de adolescentes.-
Julieta se volteo dejando el culo a la vista del médico. Sus tetas, apoyadas en la camilla le concedieron un pequeño alivio. Juan comenzó a masajearle los glúteos pero en cada pasada se adentraba más en la raya del culo acercándose al esfínter.
Esta era una sensación nueva para Julieta. Otros jóvenes le habían acariciado el culo pero, como máximo, por encima de la bombacha. Ahora la palma de la mano tocaba directamente la piel. Comenzó a sentir un cosquilleo en la concha. Esas caricias en el culo la excitaban mucho más de lo que hubiera imaginado.
Poco después sintió como un dedo daba vueltas alrededor de ano, con algunos intentos de penetrarlo. Esto la desconcertó, pero al mismo tiempo estaba deseando que Juan le metiera un dedo en el culo. Ésta también sería una sensación absolutamente nueva, pero también excitante. Se dejó llevar y cuando reaccionó, efectivamente el índice de la mano de Juan estaba profundamente hundido en su culo.
Poco después y luego de retirarle el dedo del culo, Juan le pidió que se diera vuelta y se acostara nuevamente de espaldas en la camilla.
-Debes encoger un poco las piernas y separarlas para exponer tu vulva.-
Julieta ya había superado la vergüenza que tenía al comienzo y separó y levantó las piernas dejando su concha algo abierta y expuesta. Ahora los masajes de dirigieron a los labios vaginales y el clítoris. Julieta creía que iba a explotar. Otras veces se había masturbado llegando al orgasmo pero esos dedos tocando sus partes íntimas la estaban excitando a niveles no imaginados.
Juan no tenía dudas que acabaría cogiéndose a Julieta. Era el mismo juego que tantas veces había ensayado, facilitado por su amistad con el Dr. Suárez Guillén que de una u otra manera, ponía jovencitas calientes en sus manos. Por ese motivo también le había dado el último turno de la consulta para disponer de todo el tiempo necesario.
No necesitó mucho tiempo masajeando la concha de Julieta hasta que ésta no pudiendo contener más el orgasmo y lo hizo con un temblor de todo su cuerpo.
-Me parece que te has corrido. Notaba que estabas excitada y tu conchita muy mojada, pero no creí que lo hicieras tan rápido. ¿Siempre estás así caliente?-
-Bueno… las caricias de las tetas, luego el culo y ahora en la concha… no soy de madera. Me calenté mucho.-
-Creo que esto merece un tratamiento especial. Habrá que ver cómo lo hacemos, pero creo que habrá que buscar las forma en puedas calmar tus ansias. Quizás alguien pueda… bueno,… penetrarte.-
-Dígame doctor, ¿No podría hacerlo usted mismo?. Me da mucha vergüenza pedirle a alguien que me lleve a la cama… para desvirgarme.-
-Mira, no es mi trabajo (mintió), pero podemos ver cómo hacerlo de una manera profesional.-
-Yo ya estoy desnuda y no negaré que muy caliente. Le pido que haga el esfuerzo y me penetre.-
-Está bien, pero debes excitarme un poco para poder hacerlo. ¿Eres capaz de ponértela en la boca, chuparla hasta que se ponga dura?-
-Nunca lo hice, pero alguna vez será la primera.-
Julieta se bajó de la camilla, bajó el cierre del pantalón de Juan. Ya la pija tenía un buen tamaño. Julieta la miró con curiosidad y de le dio unos besos en la glande. Luego abrió su boca y se la introdujo todo lo posible. Su lengua recorría la glande y succionaba con pericia. Su instinto era el correcto.
La erección total solamente demoró unos pocos segundos. El médico retiró la pija de la boca de Julieta, comenzó a ponerse un preservativo, cuando Julieta se lo impidió.
-No hace falta. Tendré la menstruación en dos días, por lo cual puede cogerme sin protección. Quiero sentir en semen corriendo por la vagina. Ya que vamos a hacerlo, quiero sentirlo intensamente.-
Fue una buena noticia para Juan. Odiaba los preservativos, pero entre las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos, frecuentemente los usaba. Recostó a Julieta sobre la alfombra, le hizo levantar las piernas para abrir bien la concha y comenzó muy lentamente a penetrarla.
El himen parecía que no quería ceder, pero Juan, experto en desvirgar jovencitas, continuó empujando con mucha suavidad hasta que traspasó la barrera y la metió completamente adentro. Por su parte Julieta, excitada como estaba no sintió el dolor propio de la rotura del himen pero sí sintió como la pija penetraba hasta el fondo y los huevos de Juan chocaban contra su entrepierna.
Juan demoró todo lo que pudo su orgasmo. Julieta tenía el rostro iluminado por el placer especialmente cuando llegó al orgasmo por segunda vez esa tarde, pero en esta oportunidad por penetración vaginal de una pija. Poco después sintió el líquido pastoso que se deslizaba por su vagina. Juan selló su propia corrida con un profundo beso en la boca de Julieta que respondió de inmediato entrecruzando su lengua con la de Juan.
-Muchas gracias Juan. Nunca pensé que sería tan placentero coger. ¿Cree que ahora no sentiré el cosquilleo en la concha?-
-No te lo puedo asegurar, pero seguramente te aliviará.-
-Imagino que si se repiten los síntomas, lo mejor será que repitas el tratamiento.-
-Eso es lo recomendable. Y ya que estamos en confidencias y podemos hablar más libremente, quisiera también desvirgarte el culito. Quisiera ser yo quién lo estrena.-
-Juan, dame un turno de consulta para la semana que viene. Quizás te deba decir que el cosquilleo ahora es en el ano o en el ano y la concha y debas penetrarme por ambos lados.-
-Te espero el martes que viene, en el último turno, así tenemos tiempo de hacer las cosas tranquilos. Me gustaría que tengas la concha depilada. Es… más higiénico.-
-¿Más higiénico o mas visible?-
-Más visible y me gustan las conchitas depiladas.-
Julieta, con el rostro radiante, le dio un beso en la boca a Juan y se fue a su casa.
Por su parte Juan llamó de inmediato al Dr. Suárez Guillen.
-Muy interesante la paciente que me has mandado. Creo que estará en vías de recuperación.-
-¿Me confirmas el diagnóstico?, calentura extrema.-
-Efectivamente y ya he comenzado el tratamiento.-
-¿No me digas que ya te la cogiste? ¿En la primer visita? Creo que es todo un record.-
-Sí, ya me la cogí y hemos quedado que volverá el martes que viene para hacerle el culito. Tiene un cuerpo espectacular, es de las mejores que he desvirgado.-
-No te puedes quejar de las pacientes que te derivo.-
-Por supuesto que no. Ha sido una grata sorpresa. Hasta pronto.-
Así finalizaba el primer contacto telefónico entre ambos médicos luego de la visita de Julieta.
A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 465099 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 201070 veces
Soy jardinero en una mansión hace muchos años, los chicos crecieron con migo pero llego el día que Lucrecia la mayor se convirtió en mujer..-
Relato erótico enviado por felipepan el 15 de June de 2012 a las 00:27:20 - Relato porno leído 191754 veces
Si te ha gustado El despertar de Julieta vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El despertar de Julieta.
ELMORROCHO
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:02) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:36) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF coronelwinston
(15 de March de 2009 a las 12:26) dice:
Buen relato y excitante escena. Saludos dede Madrid Marcohernandez. marcohernandez
(14 de March de 2009 a las 23:34) dice:
un interesante relato Neofilder
(13 de August de 2009 a las 02:28) dice:
Tal vez sea un poco tarde para dejar un comentario pero me gusta hacerlo en aquellos relatos que logran excitarme y este es uno de ellos. A manera de disculpa te dire que por razones de trabajo no entro tan seguido como quisiera a la pagina y me pierdo de algunos buenos escritos
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