EL DIA QUE ROMPIERON MIS PANTIMEDIAS

Lo que les voy a contar en esta oportunidad no es de los recuerdos más agradables que tengo, y lo hago en un intento de desahogarme más que para que les guste, porque realmente la pase muy mal, y también entiendo que es una vivencia increíble hasta difícil de creer, pero para mi desgracia y recuerdo horrible, me sucedió. Me ocurrió en el invierno pasado, era julio y hacia mucho frio, lo recuerdo bien porque estaba vestida en forma muy abrigada, con pantimedias opacas color champagne, falda de corderoy y botas caña alta, arriba llevaba puesta una camiseta de lycra, camisa y sweater.
Recuerdo que mi jefe había viajado a la capital por un negocio inmobiliario, posterior a haber despedido a un operario paraguayo por trabajar alcoholizado. Eran como las 18 horas, ya estaba oscuro, cuando ingreso don Ayala, el operario despedido, que tendría unos 50 años aproximadamente, y sino, los aparentaba por lo maltratado del trabajo y los excesos de alcohol. Por supuesto que estaba borracho y venia directamente a buscar a mi jefe para increparlo, recuerdo que se puso muy violento cuando le comunique que no se encontraba, que había viajado, no me creyó e ingreso al despacho casi tirando la puerta y vociferando que se la iban a pagar, yo para esto ya estaba temblando del susto que me provocaba verlo tan fuera de si, y además no había nadie alrededor como para que me ayudara a sacarlo. Le pedí por favor que se tranquilizara y se fuera pero mas se irrito y mirándome fijo me dijo – vos no te metas porque si no me la vas a pagar vos- y miraba en torno a toda la oficina, giro hacia mi y me dijo- llámalo que venga el desgraciado o me desquito con vos- Yo seguía rogándole que se fuera pero solo logre que me agarrara por los brazos y me empujara contra un sillón que decora la oficina, caí sentada levantando las piernas del empujón, y se me abalanzo encima – pensándolo bien mamita vos vas a pagar por tu jefe- e intento besarme a lo que me resistí corriendo la cara y sintiendo la suya que me raspaba por la barba desalineada. Siguió forzándome y besándome el cuello mientras le gritaba que me soltara – Dejame en paz Ayala que yo no te hice nada- le increpe pero ya no me escuchaba. –Todos sabemos que sos la minita del jefe así que te voy a coger para que le de bronca al puto por despedirme- Y seguía manoseándome contra mi voluntad pero sin poder evitarlo por su fuerza, era muy corpulento y fortachón, ya casi me lastimaba de tanto apretarme los brazos. Sentí su bulto contra mi pierna derecha y me asuste porque me di cuenta que no tenia escapatoria y que este borracho estaba decidido a violarme. Le suplique pero mas me besaba, baboseaba y tocaba mis muslos y nalgas. Vi como se bajo el cierre de su pantalón y saco su pene ya erecto a la fuerza, luego me levanto las piernas subiéndome la falda y con los dientes rompió las pantimedias en la entrepierna y con los dedos las rompió algo mas…todo ocurria tan rápido e irreal, yo estaba paralizada y aunque quería zafar no podía reaccionar ante tanta violencia tan rápida…- sos una putita divina y te voy a coger bien a lo hombre- se acomodó entre mis piernas y busco el orificio en mis pantimedias para correrme la tanguita, apoyar su glande durísimo como piedra que sentí en mi vulva que no se resistió a su embate, al contrario para mi sorpresa estaba húmeda y aunque me dolió por la acometida de golpe, sentí que toda su pija se enterraba en mi conchita… - ayayay…noo, por favor…ayayay…-llorisqueaba pero el seguía bombeándome su pija bien adentro. Me agarro por la cintura se tiro sobre mi cuerpo y sin pensarlo, casi automáticamente entrelace mis piernas sobre su cintura, sintiendo como me penetraba toda su pija sin inconvenientes, ya no me dolía, ahora se movía muy resbalosamente dentro de mi conchita. – Ves como te gusta mi pija puta, mmm…te voy a llenar de leche para que le cuentes al hijo de putas de tu jefe- Lo escuchaba, pero estaba como absorta sintiéndome cojida por este borracho que tan rudamente lo hacia, sin yo poder oponerme y casi dejando que me penetrara. Su pija estaba durísima y caliente, que por suerte no era tan grande pero la movía muy bien dentro mio…lo tenia pegado a mi, se podía oler el vahído a alcohol en el aire por su respiración y gemidos, me estaba cojiendo como un animal, autómata que con frenesí subía y bajaba entrando y saliendo tan rudamente que escuchaba el chasquido de su pelvis en la mía. Jadeaba y repetía que era una putita a la que me gustaba ser cojida, que lejos estaba de la realidad porque con el jamás se me hubiera cruzado acostarme a mi voluntad, pero en esta situación solo podía soportar tenerlo bien dentro mio gozándome a su antojo… - ah..me vengo te voy a llenar de leche puta- y mas se tenso dentro y me abrazo muy fuerte para tirarme toda su leche en mis entrañas, sin yo acabar por supuesto, debido a la situación violenta. Se quedo unos segundos encima mio con su pija dentro y luego se retiro limpiándosela en mis medias y falda, las medias y la tanguita estaban hechas un pegote con su leche y algo de mis jugos que involuntariamente segregue ; se acomodó el pantalón y se fue sin mas, dejándome a mi en el sillón con su semen tibio que ya me chorreaba por mis muslos.
Pensé en denunciarlo a la policía pero la idea de contarlo a desconocidos y pasar por revisación y hasta quizás por la mala situación de que no me creyeran pensando en que lo incite a que me lo haga, me hizo renunciar a la idea y dejar todo entre don Ayala y yo, que por otro lado desde ese día nunca mas lo vi. Ni siquiera a mi jefe le conté lo sucedido.
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