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El diario secreto de Bety 09

Relato enviado por : ivloguer el 01/07/2013. Lecturas: 4519

etiquetas relato El diario secreto de Bety 09   Confesiones .
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Resumen
Estaba abriendo la puerta de casa al llamar el muchacho que me traía la computadora, aun no había logrado calmar mi picazón allí abajo y la sensación se incrementó al ver al apuesto cadete.


Relato
El diario secreto de Bety 09

Día 35)

Estaba abriendo la puerta de casa al llamar el muchacho que me traía la computadora, aun no había logrado calmar mi picazón allí abajo y la sensación se incrementó al ver al apuesto cadete.
Ayudándole con una caja, sin querer quedó con una mano apretando la mía y creo que ambos prolongamos el momento. Al pedirle que instale el artefacto comunicó con tristeza que eso tenía un costo aparte, mi papito no estaba y yo no tenía dinero así que le pedí que al menos desembale la máquina y la acomode en la mesa de mi cuarto.
Me senté en la cama esperando que terminase y creo que tenía las piernas algo separadas dejando ver mi bombachita infantil, el pobre se apiadó de mí procediendo a conectar todo mientras comentaba que era una linda nena y disfrutaría mucho con la máquina.

Me quedé parada a su lado mientras él tecleaba con una sola mano y con la otra me abrazaba por la cintura, creo que deseaba acariciarme mejor y lo animé al apoyar una mano en su hombro. Al final terminó y le agradecí con un beso que sin querer fue a parar muy cerca de su boca, ahora usó ambas manos para tomar mi cara y besarme deliciosamente.
Creo que era la primer vez que un hombre me besaba completamente, las sensaciones de curiosidad que tenía antes se transformaron en verdadero placer al sentir sus manos bajar por mi talle hasta llegar a las piernas descubiertas.
Le pedí que parase pero se resbaló la mano apoyada en su hombro cayendo sobre el bulto que se insinuaba, al preguntarme si alguna vez había visto un miembro masculino tuve que negar con la cabeza mientras él se desabrochaba el pantalón dejando el gusano a la vista, su pitito era realmente lindo o tal vez solamente me parecía lindo su dueño, la cuestión es que alargué la mano para sentir esa dureza.
Sus ojos se cerraron al sentir mis dedos y aproveché para bajar mis labios sobre los suyos mientras masajeaba su turgente humanidad, recién me dí cuenta del error al sentir la mano cubierta por un asqueroso líquido tibio y dejamos de besarnos.

Por desgracia se escuchaba la llave en la puerta y tuve que lavarme las manos disimuladamente, eran mi mamá con mi hermano y les mostré el nuevo aparato mientras el muchacho decía que podríamos llamarlo cualquier duda o problema. Lo acompañé hasta la puerta y tomando mi cara me dio otro delicioso beso en la boca, creo que me estaba enamorando del muchachito...

Al sentarme para preparar la nueva máquina con mis cosas se quedó mi hermano parado detrás acariciándome los hombros y bajando las manos hasta mis inexistentes tetitas, pedía que le permitiese instalar sus games y usar la máquina cada tanto.
Al final acepté sus ruegos pidiéndole que vaya a ponerse un pantaloncito sin calzoncillos, mientras se retiraba intrigado me quité la bombachita, cuando se sentó ante el teclado me trepé a su falda desplazando mi pollerita para sentirlo bien en la cola.
Como estaba todo tapado con mi vestido no me preocupé demasiado al entrar nuestra madre y preguntar si ya queríamos comer, mi pobre hermanito hablaba tartamudeando al salírsele el pitito del short y quedar en contacto directo con mi piel.

Yo quería que mamá saliese de una vez por todas de la habitación para que mi hermanito me haga un dedo pero debíamos permanecer quietitos mirando cosas en la pantalla, yo sentía el palito tibio resbalar entre mis nalguitas hasta rozarme el tajito, allí se sentía más lindo y estornudé en mal momento, con el movimiento se metió la puntita del glande en mi puchita.
Debía disimular ante mamá pero estaba con la boca abierta por la sensación de tener el pito de mi hermano entrándome en la conchita, supongo que ella habrá asumido que me asombraba por las imágenes en la pantalla.
Por suerte se fue a la cocina y puede pedirle a mi hermano que no me la meta más profundo que me desvirgaría, además me dolía un poco la brusquedad con que me entró.

El pobre no sabía cómo disculparse diciendo que jamás haría algo así a su hermanita querida, pero tampoco la sacaba. Moviéndome lentamente me desensarté pero ya no me dolía volviendo a meterme otro poquito de pito por la conchita, sentía que chocaba contra algo suponiendo que sería mi preciada virginidad y de pronto me sentí inundada con la esperma de mi hermano.
Nunca lo vi tan solícito y preocupado por mi bienestar, cuando me llevó de la mano hasta el baño le pedí que me limpiase con la boca y de paso me chupase la conchita, con todas estas cosas yo no había conseguido aliviar la picazón allí abajo y tuve que sentarme en el bidé con las piernas sobre los hombros de mi hermano para que me aplique la lengua en el tajito recién ultrajado.

Por la tarde me dediqué a pasar este diario y otras cosas a mi nueva máquina, después de comer nos fuimos a mirar televisión al sofá con mi papito. Se escuchaba a mi madre lavando vajilla en la cocina cuando me trepé a su falda y le agradecí por la nueva PC, esta vez no me importaba su bigote y apunté directamente mis labios a los suyos.
Su mirada asustada indicaba el temor que entrase mi mamá pero sentía crecer algo debajo de mi cola corroborando que le gustaba la situación, al bajarme de sus piernas para mirar de cerca su erección y tal vez tocarla un poquito justo retornaba ella de la cocina y riendo mientras comentaba que era natural que una nena fuese curiosa al descubrir las cosas del sexo.
Me puse verde del susto pero ella tranquilamente me explicaba que era natural que a mi papito se le ponga dura al pensar en su esposa, claro que no se imaginaba que estaba caliente por otra razón...

Esa noche me dormí pensando en Justin Bieber que bajaba del póster para hacerme sentir cosas lindas pero luego refrescó mucho y no había frazadas en mi cama, tuve que ir sigilosamente al cuarto de mis padres y meterme bajo su cobertor.
Entre sueños sentía estar acostada junto a Justin y al darme vuelta quedé con la mano sobre su entrepierna, de apoco esa carne muerta crecía en tamaño y avergonzada me percaté que no era Justin, era mi papipito o papipitazo debería decir pq ya no me alcanzaban los dedos para rodear todo el tronco carnoso.

Me dí nuevamente la vuelta fingiendo dormir pero el Fotógrafo también se giró abrazándome por detrás, me decía despacito al oído que había soñado muchas veces tenerme así en la cama pero sin la esposa durmiendo a su lado.
Esta vez pude sentir bien el erecto miembro paterno en mi cola y acomodé el caño entre mis nalguitas mientras su manaza bajaba hasta mi tajito haciéndome enloquecer, el cretino me acariciaba por encima de la bombachita y decidí quitármela para que lo hiciera bien. Esta vez su dedo índice se movía expertamente sobre mi humedecida chuchita mientras su dedo sin uña se notaba resbaloso entre mis cachetes.

Le pregunté bajito si todo eso le entraba a mamá y contestó silenciosamente apuntando su virilidad a mi virgen entradita delantera, yo temblaba de miedo rogando que no me la metiese, me destrozaría la conchita semejante pedazo de carne sugiriendo que tal vez no fuese tan doloroso si usaba el otro agujerito.
No terminé de pronunciar la frase y ya se estaba mojando el dedo con saliva para metérmelo por atrás, estaba algo aterrada que se despertase mi madre y viese a mi papito meterme un dedo en el culito pero su otra mano me daba mucho placer por adelante y le permití continuar.

Era mucho más delicado ahora al introducirme un dedo en el ano, lo hacía con mucho amor hasta agregar otro dedo y eso sí me hizo doler. Giraba los dedos con extrema lentitud hasta que apoyó el glande en mi esfínter, la emoción de sentir que estaba por ser enculada por mi propio padre mitigó algo el dolor de la puntita entrándome por el culito, tenía un pito realmente gigante comparado a mis dimensiones infantiles pero fue gentil al no metérmela más hondo. Solamente la puntita y se quedó quieto para que me acostumbrase a sentirlo dentro mío, no aguanté más y tuve un orgasmo ruidoso mientras su otra mano me tapaba la boca para silenciarme y me la enterraba un poquito más adentro del culito.
El pobre no llegó a eyacular pq me volví a mi habitación temerosa que despierte mi madre armando un escándalo.

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Día 36)

En el colegio aún sentía molestias al sentarme, creo que me quedó el anito algo sufrido y el abuelito se percató preguntándome al terminar la clase si me sentía bien. Le confesé que ayer me había metido un lápiz por la cola y tal vez me había lastimado, muy caballerosamente se ofreció a revisarme y aplicarme la cremita medicinal.
Esta vez ya no volvería a sonar el timbre del recreo y él mismo cerró la puerta con pasador pidiendo que me quitase la bombachita para apoyarme sobre el escritorio, agachándose y separándome las nalguitas dijo que tenía el anito algo irritado y podría aliviarme con la lengua.

Sin esperar respuesta se puso a chuparme el culito con fruición, me lengüeteaba hasta adelante pasando por mi chuchita y arrancándome suspiros. Ya no me asustaba tanto la idea de algo entrándome por detrás y poniendo la mano en su bulto le dije algo avergonzada que tal vez la leche calentita me curase mejor.
Otra vez me dijo que era una putita hermosa pero esta vez no me enojé, solamente contuve la respiración al sentir la tibieza de su glande apoyarse en mi anito. Me decía cariñosamente al oído que debía ponerme flojita para que no me doliese y creo que sus palabras actuaron sobre mi esfínter al permitir que entre parte del glande.

No podía creer que era el pito de mi amado profesor de matemáticas el que me estaba entrando por el culito, era muy lento avanzando un milímetro para retroceder dos pero cada vez la sentía más adentro, tenía el intestino invadido por la barra carnosa del abuelito y apenas me podía mover ensartada por el culito.
Tenía una técnica diferente a mi papito, el abuelito estaba dispuesto a metérmela toda por el ano y temí que me lastimase, sentía estar haciendo caca hacia adentro y debí pedir que no me la enterrase toda.

Cuando empezaron sus temblores sentí el chorro profundamente dentro de mi intestino, me estaba dando su enema cuando también llegué a mi goce personal, el abuelito quedó rendido jadeando sobre mi espalda sin sacármela del culito, se fue ablandando de a poco y resbaló por su cuenta fuera de mi trasero.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:03) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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