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El diario secreto de Bety 10

Relato enviado por : ivloguer el 02/07/2013. Lecturas: 4582

etiquetas relato El diario secreto de Bety 10   Confesiones .
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Resumen
Hoy estuve distraída en clases de matemáticas, miraba al abuelito impartir su anciana sabiduría imaginando el desmayado palito durmiendo en sus pantalones, ese palito que ayer estaba furiosamente erecto y empujándome la caquita amorosamente.



Relato
El diario secreto de Bety 10

Día 37)

Hoy estuve distraída en clases de matemáticas, miraba al abuelito impartir su anciana sabiduría imaginando el desmayado palito durmiendo en sus pantalones, ese palito que ayer estaba furiosamente erecto y empujándome la caquita amorosamente.

Priscilla me decía al oído que deje de babosearme con el maestro, que ya lo había besado y que más quería, no pude contarle a mi amiga e iniciadora que el inocente profe ya me había aplicado un enema lechoso. Entre risitas relataba que le habían comprado la bicicleta invitándome a su casa para verla.

En casa no me permitían salir y tuvimos que ir las dos para pedirle permiso a mi papito, el Fotógrafo no parecía muy deseoso de dejarme ir y lo convencimos que nos acompañase así podría sentirse tranquilo.
Apenas llegamos y Manpara nos abrió la puerta, su hijita se arrojó a sus brazos pareciendo muy cariñosa, no le conocía esa faceta afectuosa y ante un carraspeo de mi papá soltó a su hija para saludarlo.

Nos sentamos los cuatro en ambos sillones y parecíamos dos prisioneras de los brazos paternos, me gustaba que el Fotógrafo me abrazase pero ahora quería estar con mi compañera hablando de nuestras cosas. Manpara dejaba la mano en la piernita de Priscilla y me ponía nerviosa la situación, mi papito para no ser menos también me acariciaba las piernas y parecía una competencia a ver quién tocaba mejor a su hijita, me temblaban los pies de las ganas de huir.

Priscilla le dijo a su padre que iría a la cocina a preparar leche chocolatada y con total desparpajo le plantó un beso en la boca, ahora yo no quise ser menos y me aguanté las cosquillas del bigote paterno mientras entregaba mis labios a la bocaza del Fotógrafo.
En la cocina me temblaban las rodillas mientras le confesaba a mi amiga que tenía mojadito allí abajo por la emoción, cuando llegamos con las tazas humeantes los dos estaban hablando bajito como si se conociesen hace mucho, por la rabia me senté en medio de ambos y Priscilla me acompañó en la idea.

Lo único raro era que ahora estábamos juntitas, pero al lado del padre equivocado...
Con mucha naturalidad pasaron el brazo sobre nuestros hombros como si estuviesen abrazando a su propia hijita, no es que me molestase sentir la pesada mano de Manpara pero estaba a la vista mi papito y no podría permitirme pensamientos raros.
Aunque los pensamientos raros no se hicieron esperar cuando mi papito riendo le dijo a Priscilla tenía un bigote de chocolate y se lo limpió con la boca, parecía que la estaba besando pero no creo que se animase a tanto delante del padre de mi amiga.
Se notaba que Priscilla se puso nerviosa volcando un poco de su taza en las piernas de mi papito querido, muy solícita lo limpiaba con un repasador y parece que le limpiaba demasiado sobre la lapicera que el Fotógrafo traía en el bolsillo.

Digo lapicera pq no me animo a pensar que le estaría apretando el miembro duro, igual me dió rabia y para humillarlo le dije que ahora debería quitarse ese pantalón manchado, parece que le daba vergüenza y Manpara para animarlo se quitó el suyo. Al final parece que no logré humillarlo ya que estaban empatados y ambos exhibiendo sendas durezas que parecían indecentes frente a sus inocentes hijitas.
Mi compañerita salvó la situación tomando de la mano a mi papito para ir a buscar un pantalón limpio de Manpara, quedaba ridículo el fotógrafo en calzoncillos con una tremenda carpa que señalaba el camino pero mi eventual compañero me tomó el rostro desviándome la mirada mientras decía que era indecente estar mirándole el palito a mi propio padre.
Para distraerme tomó una masita entre sus labios y me la ofreció, creí que la soltaría al morderla pero sus labios seguían en contacto con los míos mientras sus manos subían por mis temblorosas piernas.

Diciendo que su hija ya sabía besar muy bien se ofreció a enseñarme, tuve que confesarle que yo aun era una nenita demasiado pequeña para esas cosas pero igual no me dejó terminar la frase comiéndose mis palabras. Realmente se comía mi boca con gran maestría, ahora comprendo pq Priscilla era tan entendida en ese rubro.
Ya me temblaba todo el cuerpo mientras sentía sus dedos reptar demasiado arriba, eso ya no eran las rodillas y temí que llegase a mis intocables partes íntimas, diciendo que tardaban demasiado para hallar un pantalón limpio nos fuimos al dormitorio y quedé helada con la imagen:
mi papito adorado tenía la cabeza entre las piernitas de mi amiga y estaba degustando un heladito con la lengua, eso para no decir que le estaba chupando la conchita a Priscilla.

Me senté en la cama junto a ellos pero mi amiga tenía los ojos cerrados, ni me hacía caso cuando le decía al oído que debía irme inmediatamente de esa casa, al final entreabrió los labios en un suspiro que tuve que beberme para que no pase vergüenza, la pobre estaba teniendo un orgasmo ruidoso mientras la besaba para acallarla.
Arrodillada en la cama tratando de sacar a mi amiga de esa situación horrenda, no me percaté que unas manos masculinas estaban debajo de mi pollerita y bajándome la bombachita.
Quedé congelada cuando Manpara se jactaba que mi papito no sabía dar placer a una nena y que ahora demostraría como se hacía eso, quería pararme para volver a casa pero tomando mis pantorrilas las acomodó sobre sus hombros y aplicó su lengua en mi centro humedecido.

Debo confesar que lo hacía mucho mejor que su hijita, si bien Priscilla me había chupado la conchita varias veces esta vez la lengua masculina era más experta, el cretino me hacía temblar y luego besaba los alrededores para bajarme la presión a punto de explotar. Así muchas veces hasta que me permitió llegar al clímax, éste llegó de modo estruendoso y creo que hasta me hice pis en su boca mientras le atenazaba el cuello con mis piernas.

Quedé rendida en la cama mientras mi compañerita me abrazaba sonriendo. Cuando entrelazamos las piernas para sentirnos las puchitas nuestros padres se la machaban furiosamente pero teníamos los ojos cerrados, no veríamos esa depravación mientras nos besábamos.
Luego pudimos tomar la leche tranquilas y abrazadas por nuestros padres reales, nada de cambiazos raros...

Al retornar al hogar estaba el vehículo de la casa de computación, el muchacho traía la impresora láser y no quejó cuando le pedí subiese a mi cuarto para instalarla, por suerte mi papito no sospechaba que su hijita pequeña pudiese interesarse por un muchacho mayor y ni se inmutó cuando lo empujaba para que entrase de una vez, claro que no vió que lo empujaba por los glúteos apretándole el musculoso trasero.
Mientras desembalaba la máquina me senté sobre la mesa para observarlo, creo que inadvertidamente tenía las piernas algo separadas dado un ojo del pibe que padecía estrabismo, el pobre quería mirarme la bombachita pero sin demostrarlo.

Apenas terminó pidió pasar al baño, estaba apurado dejando la puerta entreabierta azuzando mi curiosidad, el pobre parece que deseaba hacer pis pero tenía el palito super duro y dejó de masajeárselo cuando le pregunté si eso le dolía. Claro que yo ya sabía que se les ponía dura al verme pero le pedí que venga a explicarme, sentándome nuevamente en la mesa me percaté que tenía una manchita de humedad en la bombachita y me la quité para no se dé cuenta el muchacho.
El pobre salía del baño luchando para meterse la carne dura dentro del pantalón y le aconsejé que mejor se quedase con el pito por fuera hasta que se ablandase nuevamente.

Esta vez se acercó despacito apoyando las manos en mis hombros mientras decía que en el futuro entendería de esas cosas, que ahora era demasiado chiquita. Al preguntarle si ya sabía besar sin respirar largó una carcajada tomando mi cara entre sus manos, no se animaba a besarme pero tomé la iniciativa. Que rico, besaba más dulce que Justin Bieber y me abrazó tan fuerte que le quedó el palito dándole otro besito en la boca a mi conejito. Me recorrió un escalofrío recordando que una barra de carne me entraría por la puchita algún día y si yo lo deseaba ese día podría ser hoy.
Le dije bajito que deseaba sentir la puntita adentro de mi puchita y poco convencido me apoyó el glande haciendo algo de presión.

Debo confesar que me hacía doler un poco pero al instante el ardor se transformó en placer tomándolo por la cintura para que no me la sacase de adentro. El pobre farfullaba que aquello sería peligroso, podría desvirgarme además estaba demasiado cerca de su explosión para hacerlo debidamente, aun no terminaba su frase cuando largó varios chorros de leche dentro mío, era delicioso sentir sus tibios espasmos golpearme dentro de la puchita.
Quedó casi sin respiración pero igual me besaba tiernamente, debí reconocer que tenía el coso demasiado gordo y me habría hecho sufrir si me la metía del todo.


En la cena mi papito Fotógrafo me miraba dulcemente ante la mirada rabiosa de mi hermano Gus, apenas terminamos no me quedé mirando la tele yendo a mi dormitorio, estaba decidiendo entre probar la flamante impresora o hacerme un dedito cuando entró mi hermano furioso.
No se que pensaría cuando me preguntó si papito me tocaba de modo indebido, le dije que no imaginase cochinadas aclarando que yo aún era chiquita y virgen, como podría tener esos pensamientos indecentes.
Se le pasó el enojo abrazándome con fuerza mientras me decía que no toleraría que otro hombre me mirase, creo que sabía que a todos los que me miran se les pone dura.

Dispuesta a acostarme me quedé en bombachita dispuesta a enfundarme con la blusa de dormir, Gus sentado al borde de la cama farfullaba avergonzado que él también era virgen aún. Me apiadó su confesión recordando que su pitito era pequeño y tal vez no me hiciese doler demasiado, tocándose la protuberancia de su pantalón preguntó bajito si se la podía sacudir mirándome en bombachita.
Sin esperar respuesta se bajó la ropa masajeándose el palito parado, debo reconocer que también me excitaba la escena procediendo a pasarme el dedo por la puchita para acompañarlo en sus sentimientos.

Por suerte se enchastró la mano con leche al momento que me bajaba la bombachita, estaba a punto de pedirle que me la metiese un poquito. Quedamos abrazados en la cama y cubiertos con la cobija mientras me acariciaba lentamente, pensé que el pito no se ponía inflado nuevamente al largar el moco pero pasando la mano por la entrepierna de mi hermano sentía como un dedo durito y me dediqué a apretárselo junto a los huevitos.
Yo estaba con los nervios de punta al no haber alcanzado mi placer pero no me animaba a más, por suerte Gus me susurró al oído que probemos meter la punta en mi huequito.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:28) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:02) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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