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El Doc y Sus Pacientes 2

GTSololeveling Relato enviado por : GTSololeveling el 05/05/2022. Lecturas: 1386

etiquetas relato El Doc y Sus Pacientes 2   Infidelidades .
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Resumen
Ahora tremendamente excitado. Yo tenía una excitación de caballo, y la sobrina de mi mujer me estaba poniendo como una moto. Llevaba un par de semanas sin tener relaciones con mi esposa, y lo cual no es que fuera algo que me satisficiera follarme a mi esposa últimamente, y la verdad es que aquella situación me estaba poniendo como un semental. Por ello trate de ponerla algo más nerviosa, y tramé una treta para ver si podía salir. Ella me mira. Nerviosa, intrigada y me dijo.


Relato
Con El Sello De Placer y Morbo
Ahora tremendamente excitado. Yo tenía una excitación de caballo, y la sobrina de mi mujer me estaba poniendo como una moto. Llevaba un par de semanas sin tener relaciones con mi esposa, y lo cual no es que fuera algo que me satisficiera follarme a mi esposa últimamente, y la verdad es que aquella situación me estaba poniendo como un semental. Por ello trate de ponerla algo más nerviosa, y tramé una treta para ver si podía salir. Ella me mira. Nerviosa, intrigada y me dijo.
--¡¿De qué remedio se trata tío?!
--Mira Susana…. Te lo explicare presta mucha atención… El fármaco se toma para que puedas excitarte al máximo… Por tus síntomas, tus hormonas sexuales están alteradas... muy alteradas demasiado diría yo… eso es lo preocupante de esto… Necesitas calmar con urgencia esa ansiedad sexual que tienes… ¿Me entiendes?
--Te refieres…. a hacer el amor... -ella se dio cuenta de lo que le decía.
Y en ese momento, me di cuenta de que ella fijo su mirada en el tremendo bulto que yo mantenía en mi pantalón. Era la primera vez que miraba abiertamente hacia mi vástago. En ese momento yo también mire. Me percaté de que mi pene tenía una erección bastante pronunciada. Tengo un pene bastante grande, especialmente en longitud, y muy grueso que la media de los mortales.
--Creo que si Susana. En mi opinión, ese ardor solo se te calmará practicando el sexo. --Ella me mira como asustada y me contesta.
--Pero... ¿Cómo le digo a mi marido eso? Ay tío, pensará que soy una cualquiera…ay…no sé... -Para ponerla más nerviosa, le dije.
--Mira Susana. -Le dije muy serio. --Aunque pudieras hacerlo con tu esposo. No creo con lo que ya me dijiste de el, que tu marido te calme esa ansiedad sexual que tienes. -Ella me mira con cara de interrogante, y continúo. --Necesitas hacer el amor, pero que exista penetración total... Para que se baje esa calentura, tendrás que tener varios orgasmos… si no... Mucho me temo… que lo vas a pasar mal… Y de verdad, ¡¡Lo necesitas con urgencia!!... tu tensión arterial tiene que bajarse... esta demasiado alta y no te puedo dar nada para eso en tu estado… Necesitas bajar esa tensión o puedes tener un problema cardiovascular.
Me estaba sobrepasando. Ahora no actuaba como doctor, sino como un seductor sexual al que el morbo de tener a su sobrina con aquella calentura y saberla además virgen, podía más que su voluntad. Como le había dicho llevaba varios días sin follar con mi esposa ni con nadie más, y mis hormonas sexuales también estaban por las nubes. Y ver aquella sobrina de mi esposa, joven, con un cuerpo divino, además virgen y con una excitación sexual tremenda…y... Resguarde la esperanza de convencerla para hacerla mía esa tarde. Sabía que era una temeridad, que aquello suponía cometer incesto, pero en esos momentos me había olvidado de todos esos prejuicios. Solo quería vencer su voluntad y hacerla mia.
--Aay Lucas. -Me dijo más agitada todavía ante mis palabras. --¿Crees de verdad que puedo tener un problema mayor?
--No lo descarto… Sé que eres joven… Pero te noto muy agitada, y sobretodo bastante excitada… Es muy peligroso continuar con la presión arterial alta, especialmente tanto tiempo, y peligroso para el sistema nervioso.
--Y ¿cómo voy hacer?... Mi esposo… tienes razón…. El….
Yo había puesto mis manos sobre su abdomen, y la fui acercando hasta sus pechos. Ella me miró, y dirigió su mirada hacia donde se estaba acercando mi mano. Me había quitado los guantes, y acaricie suavemente uno de sus pechos, al tiempo que pinzaba con suma delicadeza su pezón. Repitiendo la acción varias veces. Ella me miró a la cara, y le pregunte.
--¿Que sientes cuando te hago esto?... ¿Te gusta?
Ella afirmó con la cabeza, y yo continué acariciando los mismos, pasando mi mano de uno al otro pecho. Note que ella se estaba excitando sobremanera. Y sin pensarlo mucho, acerque mi boca a uno de sus pechos y comencé a lamerlo, primero suavemente, para luego succionar los pezones, tomándolos entre mis labios.
--Oh tío que me haces… ohhh, Noooo, que me haces… Noooo, Ohhhhhhhhh, uhmm, Ahhhhh, haaaa, haaaaa, haaaaa, Mmmnnn… haaaaaaaaaaaaa…
Lejos de dejarla, continúe mientras ella se revolvía en la camilla. Estaba tan excitado que alargue mi mano y la metí entre sus muslos, y alcance su rajita. Joder con la nena, estaba encharcada.
--Ohhh, hooo, tío… que me haces… hoooooooy… Ha, ha, ha, Mmnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmnnnn…
Comencé a pasar mis dedos por entre sus labios vaginales, verificando con ella se contraía. Pronto mis dedos se concentraron en su clítoris, hasta el punto de que ella cerró sus piernas atrapando mi mano entre ellas, y sufriendo varias convulsiones, constatando que había sufrido un orgasmo.
--Ogodoooooo, oggggggooooooooo, Haaaaaaaaa, ha, ha, haaaaa, ha, haaaa, ha, haaaa, ha, haaaaaaa… haa, ha, ha, ha, haaaa ha, ha, haa, ha, haaaaa…
Cuando terminó, sin quitarle mi mano de su coño, le dije.
--¿Te alivia?… ¿sientes alivio?... ¿Con lo que te acabo de hacer?
--Creo, creo, creo… que sí... Pero… Ay tío me da vergüenza. -Mirándome enrojecida a la cara.
--Pues necesitas sentir varios de estos para por aliviar un poco esa ansiedad y reducir tu presión arterial. -Le dije con toda la cara del mundo.
Sin contenerme ni pedirle permiso, me acerque hasta el borde de la camilla, le hice subir un poco las piernas, abriendo sus muslos, y escudándome en que tenía la falda puesta, contemple aquel maravilloso coño y sin poder contenerme más acerque mi boca hacia su manjar, y comencé a lamerlo.
--Oooooooh que me haces ohhh nooo eso… Ohhhh... Oh tío que me haces ooñoo Hooooooooooooo… Ahhh…, ha, ha, ha, ha… Mmm… ha, ha, ha, ha, haaaaa, ahrghhhh… uffff…
Mi boca y mi lengua comenzaron hacer estragos dentro de su coño. Tomaba su clítoris apretándolo con mis labios haciéndola agitarse una y otra vez, y seguía dándole lengua, sin atender a sus peticiones de que parara, hasta que colocando mi lengua como si fuera un pene comencé a penetrarla, haciendo que nuevamente tuviera un orgasmo.
--Uffff… ha, ha, ha, ha, haaaaa, haayy… Ayyy…, ahhh… ha, ha, ha, ha, ha, haaaaa, sii…, Mmm… ha, ha, ha, ha, haaaaa… -Al momento note el sabor de sus jugos en mi boca. --Hoooo, Hoooo Lucas… que me haces, Oooooooooh, Oooooh, Siiiiii, Hooooooh, Dios Oooooh…
Cuando termine, me incorporé de nuevo situándome al lateral de la camilla y le dije.
--¿Más aliviada? -Note, sonrojada que por primera vez me sonrió, y me dijo.
--¡Ay tío! No... Se… Esto no es correcto… Además, creo que me he ido en tu boca... ¿De verdad no te da asco?
--Todo lo contrario… Me ha encantado… Tienes un coñito precioso Susana, y huele maravillosamente bien. ¿Tu marido nunca te lo ha comido? -Ella negó con la cabeza.
Le tome la tensión nuevamente, y obviamente, algo había bajado, pero al tener el orgasmo tan reciente, aún la tenía alta, y se lo mostré. Ella me pregunto.
--¿Cómo está la tensión? ¿Me ha bajado?
--Solo un poco… Pero sigue estando alta. Para reducirla necesitas tener dos o tres orgasmos, pero con más intensidad.
Ella me mira a la cara, y esta vez mira al bulto de mi pantalón, y me dice.
--Te refieres…oh…. ¡No pretenderás meterme tu pene…! En… mi…
--Creo que sería lo más eficaz. De otra forma no creo que la presión arterial se te baje. Y me preocupa que sigas con esa tensión arterial tal anta. -Le dije con todo el sinismo del mundo.
--Pero… Ay tío. No quiero ser infiel a mi marido. Y sabes que eso no está bien. Además…soy tu sobrina... Que diría tu mujer mi Tia si se entera de esto. ¡Mi tía nos mataría a los dos!
--Ya lo sé Susana. Es solo una recomendación. Puedes no obstante hacerlo con cualquier otro hombre. Solo te digo que lo necesitas.
--¡¿Con otro hombre?!...
--Mira… ¡¡Tómalo como si fuera un tratamiento médico!! que necesitas tomar con urgencia. Obviamente, entiendo que tiene que ser con alguien de confianza. -Le dije, con toda mi cara de seriedad, de doctor de años de experiencia. -Me mira a la cara y me dice.
--Ay tío… ¿De verdad te atreverías a metérmela? Sabes que esto… es…es… es Dios, Cielos, Joder… incesto… ¡Es que soy tu sobrina!
--Susana, es una cuestión de necesidad. Es verdad que eres mi sobrina, y que quizás no esté bien... Pero… lo haría solo por ayudarte, esto es solo cuestiones médicas, como yo podría ser otro.
Ella observa el bulto de mi pantalón, y me dice.
--Ay tío… Creo que pretendes aprovecharte de mi situación. Veo que también estas muy excitado. Tú de verdad lo que quieres es metérmela ¿No lo niegues? -Me pregunta ella sumamente nerviosa.

--Sobrina no te voy a mentir. ¡Me gustas mucho! Y…. soy hombre obviamente eres una mujer atractiva y bajo esta situación cualquier hombre sentiría atraído hacia ti eso seguro… ¡Como voy a negarlo me encantaría mucho follarte!... Pero… ¡yo no te obligo ni me provecho de nada! -Le dije serio pareciendo enojado. --Siempre te he dado otras opciones como otro hombre o ir a un Ginecólogo, pero te dirían lo mismo. Dicho esto ¡Eres tú la que tiene que tomar la decisión! Pero no debemos olvidar que estás corriendo un peligro vascular con la tensión tan alta. Tú decides. -Le dije, retirándome un poco.
Ella, se queda pensativa, creo que en el fondo dudo y pensó que podía tenía razón, ya que la tensión continuaba alta y se sentía sofocada. Pero creo, que también le daba morbo ser penetrada por su tío. Lo único que le echaba para atrás era el miedo de ser penetrada. Nunca había sido totalmente penetrada y era obvio que notaba que el bulto de mi pantalón era muy superior al de su esposo. Pero, comenzó a dudar, y el miedo a una subida de tensión, la contenía y no decía nada de momento. Al rato, me dice.
--Ay Lucas… Quizás tengas razón.
--¡Quizás no! -Dije. --¡La tengo niña!
--Si pero… Pero comprende... yo… Nunca le he sido infiel a mi esposo... Además… si lo hago, seguro que me dolerá… ¡Siempre he tenido miedo a la penetración! -Me dio cierta tristeza, y le dije.
--Si lo haces con dulzura, despacio y con lo lubricada que estas hoy, no te pasará nada. Además recuerda que soy médico. Pero…Susana… no quiero obligarte, sin embargo, me preocupa que sigas con la tensión tan alta… ¡Es peligroso!
Ella, me mira, constata mi excitación mirando de nuevo mi bulto, y me dice.
--Tío… creo que además… Uffff… me parece que la tienes que tener bien grande. ¡Mira no más el bulto que tienes en el pantalón!
--No niego que es algo grande. Pero mi esposa jamás se ha quejado por ello. Sabes que las vaginas de las mujeres se adaptan a cualquier clase de penes.
--¡Lo dices de verdad! ¡¿Crees que?!… ¿Si accedo, tu pene me entrará?... Ya has visto que soy virgen… ¿Lo harás despacio?... Prometes no hacerme daño.
Mi corazón palpito aceleradamente. Susana accedía a que me la follara. Casi me corro. Aquella nenita iba a permitir que la penetrara.
--Claro cariño no quiero lastimarte.
--Bueno si es así… entonces… si… si dejo que me follas…. Dios Santo, si, si dejo… te dejo Cielos…
Entonces le dije que mejor era que fuéramos hasta un sillón cama que tenía en otra habitación, el cual utilizaba con frecuencia para descansar. Convertí el sofá en cama, y tras colocar unas sabanas, ella se sentó. Yo me quité la camisa ante su atenta mirada, y luego me bajé el pantalón, quedándome con un bóxer, donde ya se apreciaba claramente la dureza de mi tranca. Me acerque hasta ella y le dije.
--Anda Susana... Haz los honores… Quiero que me lo quites tú... Veo que estas ansiosa por verlo.
Ella con su cara enrojecida, pero excitada, procedió a bajarme el bóxer, y note la expresión de su cara al ver mi pene, manifestando.
Continuara…

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:29) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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