El Juguete (primera Parte)

El juguete: (Parte I)

Estaba de visita, desde hacía unos días, en la casa de una buena amiga de la familia. Había sido escogida para un trabajo especial fuera de mi ciudad y en lo que la hermana menor de uno de los mejores amigos de mi padre se enteró que llegaba a su ciudad, no permitió por nada del mundo que me fuese a un hotel, ella me tendría de huésped gustosamente, lo cual le agradecí enormemente puesto que esa ciudad era un sitio nuevo para mi.

Tenía en ese momento 23 años, Comencé el trabajo y poco a poco, casi sin darme cuenta el tiempo fue pasando, ya tenía 3 meses fuera de casa. Con el grupo con el que debía laborar, se generó una química casi inmediata, me acogieron de una manera muy natural por lo que parecía que tenia mucho tiempo trabajando con ellos. Salíamos todos juntos, unas veces a almorzar, otras de visita a los sitios que consideraban de moda en la ciudad y continuamente estaban inventando algo.

En esta ocasión, necesitaba una blusa porque me habían invitado a una cena de carácter mas o menos formal, no recuerdo el motivo de la misma, pero si que no había llevado nada adecuado para la ocasión. Tenia la suerte de que mi anfitriona y yo teníamos una contextura similar, aunque alguna pieza podría ser un poco mas grande, supuse que no habría problema si curioseaba un poco entre el closet y las gavetas de la cómoda de su habitación, a ver si encontraba algo de mi gusto y talle para luego, cuando ella llegase de la oficina se la pidiese prestada.

Así que allí estaba, libre de obligaciones laborales, buscando intensamente, cuando en el cajón de abajo, el ultimo, oculto entre unas sabanas que parecían aun sin estrenar, veo una caja alargada forrada en imitación de terciopelo y dentro de ella, la imitación perfecta de un miembro masculino. Largo, como de unas ocho pulgadas, con el glande inflamado, grueso en el tallo y de textura y color perfectos, tan natural como si perteneciera al cadáver de un hombre, con una especie de comando al final, oculto entre la base de lo que serían los testículos, el botón de arranque y la perilla para mover dos posiciones de velocidad: el pene en cuestión era un vibrador.

“! Caramba ¡ miren a la Tía pensé de inmediato, le decíamos así en casa aunque realmente no lo era por consanguinidad, pero luego recapacité un poco, no debía sorprenderme, Ella había quedado viuda hacia como 4 años y no se le había conocido hombre alguno en todo ese tiempo, pese a que era aun una mujer joven - 45 no son muchos años- se mantenía en buena forma, podría incluso decirse, que si no fuese por la forma muy conservadora con la que se vestía a veces, unido al poco arreglo en maquillaje, seria alguien muy interesante.

Lo tome en la mano para poder apreciarlo mejor y no se porque razón se me ocurrió olerlo, santo Dios, no lo podía creer, olía a mujer, a flujos, no podía ni pensar en que ese juguete hubiese sido usado, máximo la noche anterior, si no fue esa misma mañana, por mi hospedadora antes de irse al trabajo. Ese pensamiento y la idea de imaginarme a mi querida anfitriona con las piernas abiertas metiendo y sacando eso dentro de si, me generó un calor inmediato.

Lo revisé totalmente, me senté en la cama, le di al mando en la primera velocidad, sentí como si “eso” volviese a la vida, una agradable vibración inundó mi mano.

Sentada un poco mas cómoda con el artefacto encendido, lo pasé por mi cuello y fui bajando hasta ponerlo sobre mi pecho izquierdo, jugué con el a través de mi ropa, lo pase de un lado al otro, poniendo la punta vibrante en mis pezones que ya comenzaban a ponerse erectos, abrí los botones de la camisa que tenia puesta en ese momento y comencé a mover el juguete justo en el medio de los pechos, hacia vibrar mi hendidura, me la quité, acomodándome con la cabeza puesta en el cabecero de la cama, ambos senos fuera del brasiere cuyos pezones están ahora a su punto máximo de excitación, brillan rosados al aire, sigo masajeándolos con la suave vibración del coso de mi Tía, se siente muy real, con la única diferencia de que no es caliente al tacto, pero por lo demás y obviando el efecto vibratorio, es bastante similar a uno verdadero.

En ese momento ya no hay quien me detenga, me pongo mas cómoda si se quiere, me subo la falda, quito mis zapatos, abro las piernas un poco y jugueteo con el por toda la extensión de mis piernas, la derecha primero, luego la izquierda, alternativamente desde un poco mas abajo de la rodilla hasta la propia tela de mis bragas, la vibración realmente es agradable, siento como mis vellos crujen contra la tela de la braguita cuando me froto justo en el medio, acariciando la entrada de mi vagina, la humedad se está haciendo evidente.

Llevo el juguete a mis labios, lo beso y siento el aroma de los fluidos de los cuales esta impregnado, bajo mis bragas hasta las rodillas, tomo mi vulva en la mano apretándola contra el juguete puesto ahora en la segunda velocidad, mis vellos ahora muy húmedos, enmarañados, la entrada caliente y yo completamente excitada. El clit erecto. crecido del tamaño de un cacahuate, lo acaricio febrilmente con la cabeza de hongo del vibrador, las sensaciones se multiplican por todo mi cuerpo. Tomo mis labios menores, los abro para introducirme la cabeza dentro, es grande, mas grande que cualquier pene de verdad que me hubiese introducido antes, pero estoy tan húmeda que respirando profundo y haciendo un pequeño esfuerzo adicional logro introducírmelo, la pieza ocupa apretadamente todo mi canal vaginal, la variación adicional en la velocidad es justa la necesaria para disfrutarlo largamente.

Ahora realmente me lo estoy haciendo a mi misma con el juguete, mientras, me imagino a su propietaria cuando se lo hace a si misma, no sé porque es difícil imaginarse a algunas personas haciendo determinadas acciones, sin embargo en esta oportunidad mientras yo lo sacaba y metía dentro de mi, podía intuir como lo sentía ella cuando jugaba con el aparato dentro de si, con su vulva completamente llena y el sonido de sus fluidos manando y frotándose contra el juguete, ese pensamiento unido a las sensaciones que estaba experimentando hicieron que me corriese, de una forma copiosa y violenta. Tratando de recuperar mi respiración, en ese instante muy agitada, me quedé un poco mas en la cama mientras sacaba el coso de dentro de mi, completamente pringoso de mis juguitos, luego de lo cual lo guardé, así como estaba, en su caja, colocándolo todo, exactamente como lo había encontrado. Como es de suponer, no logré conseguir lo que había ido a buscar por lo que me disculpé con el grupo de la oficina y en consecuencia decidí no asistir a la cena.