Soy Una mujer de 28 años, morena y muy candente. Una noche después de trabajar mi esposo y yo nos recostamos viendo una película y nos quedamos dormidos, así vestidos como veníamos del trabajo.
Relato
Soy Una mujer de 28 años, morena y muy candente. Una noche después de trabajar mi esposo y yo nos recostamos viendo una película y nos quedamos dormidos, así vestidos como veníamos del trabajo. Hacia mucho calor, como a las 03:00 hrs. me desperté sudando, decidí levantarme para bajar a la cocina a tomar un poco de agua… Sin imaginarme siquiera lo que me esperaba, todo estaba oscuro, iba a prender la luz de la cocina cuando sentí que me sujetaban fuertemente por detrás y una mano me tapaba la boca, yo forcejeaba e intentaba gritar, escuche su voz que me ordenaba:
- Cálmate y no grites porque si no te va a ir muy mal.
Para mi sorpresa comencé a sentir como una de sus manos presionaba mi seno, mientras apretaba su cuerpo contra el mío, podía sentir su pene grande y duro muy pegado a mis nalgas. Su pene trataba de meterse entre mis nalgas por encima de la falda, mientras su mano se metió debajo de mi blusa y me arranco el brazier de un tirón y su mano masajeaba mi pecho, mientras sentía su respiración agitada en mi oído sus labios besaban mis mejillas y metía su lengua en mi oído, no pude evitar excitarme ante tales caricias, pero seguía forcejeando y tratando de gritar para guardar las apariencias y sobre todo porque al moverme mas, sentía mas rico ese gran trozo de carne en mis nalgas. Su mano se metió debajo de mi falda y hábilmente debajo de mi pantie llegando a mi conchita que para entonces estaba muy mojada, el se dio cuenta enseguida de que estaba mojada y excitada y me dijo:
- Voy a quitar la mano de tu boca…si gritas te va a ir muy mal.
Sus dedos se introducían hábilmente en mi conchita y acariciaba mi sexo con toda su mano. Yo estaba extasiada, sus labios bajaron por mi cuello, mis hombros y llegaron a mis senos, los succiono, los chupo, mmmm... que delicia, mientras sus manos debajo de mi pantie acariciaban mis nalgas, apretándolas. Sus labios continuaban succionando, besando, mordiendo mis senos, me tomo de las nalgas cargándome mientras no dejaba de succiona mis pezones, me llevo a la mesa y me recostó boca arriba con la cabeza en la orilla de la mesa, colgando hacia abajo, yo no alcanzaba a articular palabra del asombro y la excitación, puso su pene en mi mejilla y me ordeno:
- Chúpalo…
Yo me negué, le dije que no lo haría, pero antes de que me diera cuenta me tapo la nariz y al no poder jalar aire tuve que abrir la boca para respirar y me metió su pene al mismo tiempo que se abalanzaba a mi conchita. Yo quería sacarme ese pene de la boca, pero no podía moverme por el peso de el sobre de mí y por la excitación de sentir su lengua hurgando en mi conchita deliciosamente, mmmm... que delicia… tuve mi primer orgasmo, me vine al sentir esa lengua deliciosa. Yo me acostumbre a ese gran trozo de carne en mi boca, lo comencé a besar, estaba tan excitada me olvide hasta de que mi esposo estaba en el cuarto de arriba durmiendo placidamente.
Estuvimos largamente haciendo un 69 delicioso hasta que se vino en mi boca, con un largo suspiro se estremeció. Su leche inundo mi boca y escurrió por mi cuello. De pronto se paro y me tomo por la cintura me ordeno que me parara en la orilla de la mesa, me tomo una de mis piernas y la subió a su hombro mientras con la otra yo me apoyaba en el suelo y me recostaba de lado en la mesa, me metió su verga de un solo movimiento hasta el fondo. Sus manos tomaban mis senos, los apretaban mientras me jalaba, con cada embestida yo me separaba del suelo, sus bolas rebotaban con fuerza en mi concha, el prácticamente me cargaba, nos movíamos al mismo ritmo, que sensación tan rica sentir esa verga entrar y salir de mi concha. Tuve un segundo orgasmo delicioso, me recostó en la mesa, colocando mi abdomen en la mesa y con mis pies en el suelo, desde atrás de mí me ensarto su verga en mi concha caliente. Nos movíamos mas y más fuerte, mas y más. Aquel hombre me cargaba literalmente tomándome de mis caderas, mientras me ensartaba su verga grande que apenas cabía en mi concha. No podía evitar gemir ante aquellas envestidas, mmmmm... que delicioso sus bolas rebotaban en mi conchita rica, sus manos tomaban mis cabellos y me jalaba más. Que ricura, me estaba cabalgando rico…nos movíamos mas y más fuerte, no podía creer que aquel extraño estuviera cogiendome salvajemente y que yo estuviera sintiendo tanto placer.
Quería gritar, pero me acorde de que mi esposo estaba en el cuarto de arriba y me aguante... pero gemía de placer. Los dos tuvimos otro orgasmo, yo casi me desmayo del placer me quede muy quieta después del orgasmo... pensando que todo había terminado, pero él me jalo hacia él al tiempo que decía:
- Eres una mujer muy rica y caliente.
Se sentó en la silla y me dijo que me montara encima de el, yo obedecí aun mareada por tanto placer.
- Si haz de mí lo que quieras - le dije
Para mi asombro su pene estaba duro, me lo fue metiendo poco a poco y sus manos tomaron mis nalgas las apretaba mientras me jalaba mas y más fuerte. Sus labios besaban mis senos, los chupaba, los mordía, mientras me la ensartaba toda. Sus manos apretaban mas y más mis nalgas, yo me movía al mismo ritmo, nuestros cuerpos sudaban, le decía:
- Si, así metemelo todo.
- Aaaahhhh… que rica estas, no pensé que fueras tan deliciosa, tienes una conchita sensacional.
- Que rico... siento tu verga bien ensartada… sigue.
Yo me levantaba hasta que su cabeza quedaba en la entrada de mi concha y luego me dejaba caer hasta el fondo mmmm... que delicioso, el se estremeció y grito de placer mientras se venia. Sentí su leche caliente en mi conchita pero me seguí moviendo, no deje que parara me la seguía enterrando hasta el fondo prácticamente me lo estaba cogiendo yo a el. Mientras le restregaba mis senos en su boca, me movía mas y más fuerte encima de el. El sentía como mis nalgas rebotaban con fuerza encima de el y me decía:
- Mmmm... Mamita rica, que deliciosa estas, mmm…que delicioso.
Sus labios succionaban mis senos con fuerza, los chupaba, los mordía, mientras sus manos apretaban con fuerza mis nalgas yo estaba a punto de desmayarme de placer y le dije:
- Ya, yaaa…me vengo…aaahhh.
Y el al mismo tiempo se estremecía y me decía:
- Si... rico, yo también…me vengo…mmmmm...
Nos quedamos abrazados varios minutos mientras nos recuperábamos del éxtasis… aaaahhh… que sensación tan placentera.
El se paro, se puso su ropa y me dijo que se iría y que se llevaría algunas cosas. Yo le dije:
- Después de esto puedes llevarte lo que quieras, cierras la puerta no se vaya a meter un ladrón con malas intenciones - y reí picaramente.
Me fui a dar un baño y me acosté. Al otro día me levantaron los gritos de mi marido:
- Amanda... Amanda, levántate que nos han robado... y tu sigues durmiendo.
Yo sonreí medio adormilada aun, dándome cuenta que no había sido un sueño. Sentía que me ardían las nalgas de tantos apretones deliciosos y mi conchita estaba hinchada de tanto placer.
...Hermanito, ya no sigas. No sabes lo que haces”.-Me decía llorando Astrid.
Yo, cegado me dije a mí mismo que si ya había llegado hasta ahí, no podía irme sin meterle el polvo...
Relato erótico enviado por charly_bo el 11 de June de 2012 a las 00:00:02 - Relato porno leído 247197 veces
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Comentarios enviados para este relato
juan eric
(28 de August de 2009 a las 19:03) dice:
me encanto tu relato megusto mucho y quisera que medijeres si este relato es ral. ese el detalle que tefalto para saver si lees este comentario quisiera tanvien que me agregaras ami correo es inse1@hotmail.com
para poder intercaviar relatos katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:34) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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