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El maravilloso culo de Avelina

Relato enviado por : Anonymous el 18/05/2023. Lecturas: 2263

etiquetas relato El maravilloso culo de Avelina   Anal .
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Resumen
jamas habia llevado a la cama un trasero tan perfecto, el mejor culo que habian visto mis ojos.


Relato
Hola que tal!, antes que nada, quiero decirles que no tengo la más remota idea de cómo iniciar mi relato, jamás he escrito uno, y lo que me ha animado a hacerlo, fueron varias cosas en conjunto, primordialmente mi tiempo, tome unos días de vacaciones, quedándome en casa a descansar, y me he puesto a escribir en ratos de ocio, otro motivo quizá sea, el que mi mente se ha desintoxicado del trabajo con este descanso, y me han sobrevenido gratos recuerdos, además de haberme encontrado, sin querer, una fotografía de una chica en mi computadora, que en su momento fue muy importante para mí, y antes de que la vejez nuble mis recuerdos, quiero relatarles uno de esos bellos pasajes que he tenido a lo largo de mi vida.
Quiero decirles que soy asiduo a leer este tipo de relatos, que, aunque muchos los llaman relatos eróticos, los escritores de novela erótica, los llaman relatos pornográficos, he leído novela erótica, y la verdad, prefiero un buen relato pornográfico; en la novela erótica hay mucha ambigüedad, le hacen falta las malas palabras y groserías que un relato pornográfico te da, porque en ellas están los detalles.
Siempre he sido un hombre con buen apetito sexual, y creo tengo algunas aventuras que son dignas de contar, y con todo respeto y sin ofender, si esperan un relato corto, resumido y que vaya directo al grano, les diré que busquen otra opción, porque siempre he sido una persona explícita, me gusta detallar toda historia que considero vale la pena, podría incluso decirles, que más que contarles un relato, les contaré una de las historias sexuales de mi vida.
Dicho esto, comenzaré por presentarme y describirme, aunque cambiaré mi nombre por obvios motivos, en esta historia seré Roberto, soy un hombre de mediana edad, hoy cuento con 46 años, hago ejercicio, y al decir ejercicio me refiero al levantamiento de pesas, tengo más de quince años en el gimnasio, mi estatura es de 1.75 mts, soy de tez blanca, cabello un poco largo y ondulado de color negro, con algunas canas presentes, ojos claros, y a pesar de mi edad, tengo un cuerpo trabajado por el gym, y en cuanto a las características de mi virilidad, no me puedo quejar, es de muy buen tamaño, aunado a eso, me considero un hombre atractivo y discreto, así mismo, creo, que debo darle gracias a la vida por haber cruzado muchas mujeres lindas en mi camino, siempre me han encantado las mujeres que se cuidan, que tienen buen físico, que sean aseadas, vaya, que sean vanidosas.
La historia que les contaré es 100% real, no habrá un ápice de ficción en ella, me apegaré fielmente a la realidad de los hechos, sucedió en la ciudad de donde soy natal, yo soy Mexicano, del estado de San Luis Potosí, específicamente de Ciudad Valles, soy Arquitecto, y por motivos de trabajo he vivido en diferentes partes de la república mexicana, soy un hombre casado, pero siempre me han gustado las mujeres; constantemente me he dado mis escapadas para tener una aventura fuera del matrimonio, lo cual, no habla muy bien de mi moral, sin embargo, no estamos aquí por eso.
Siendo sincero, la mayoría de los hombres nos fijamos prácticamente en dos cosas en una mujer, en las tetas y en el trasero, que a diferencia de la mujer, yo no conozco a ningún hombre, que me haya dicho que se fija en las manos, o en su cabello, o sus ojos, siempre han sido las tetas y el culo, yo por supuesto disfruto mucho mamar un buen par de tetas, me encantan las tetas grandes y firmes, pero lo que más me vuelve loco, es un buen trasero, que la mujer tenga su cintura bien marcada, unas buenas caderas, y un buen par de nalgas redondas, grandes y paradas, eso me vuelve loco, me encanta empinar a la mujer, para que su trasero quede expuesto en todo su esplendor y propinarle de mamadas, desde el clítoris hasta el ano, pero lo que más me encanta, es chuparle el ano, meter mi lengua en él es lo que más me excita, para posteriormente, y en el caso de que ella me lo permita, cogerla por el culo, el sexo anal es lo máximo.
Conozco a personas, hombres y mujeres; que se les da por tener un acostón con alguien que acaban de conocer, un solo día y listo, o algunos amigos pagan por tener un acostón exprés con alguna mujer que se dedique a eso, en mi caso es diferente, cuando tengo una aventura, siempre ha sido por algún tiempo prolongado, vaya, mis relaciones duran meses, o años, y siempre la persona con quien tengo el amorío sabe que soy un hombre casado, nunca he mentido en ese aspecto, porque no me gustan los problemas, he tenido muchas aventuras de ese tipo, con mujeres casadas, solteras, divorciadas, incluso algunas han sido abuelas jóvenes, pero la historia en concreto que les quiero redactar hoy, es, el de cómo conocí a una mujer, que quizá haya sido el mejor trasero que me he cogido en toda mi vida hasta el día de hoy.
Aquí quiero hacer un paréntesis y hablar brevemente de un fenómeno que nos pasa a todos en la intimidad sin excepción, y que poco se habla de ello, y si me dicen que no es cierto, los consideraría unos mentirosos con ustedes mismos, yo me percaté de ello con el paso de los años y no tiene nada que ver con los sentimientos, me refiero a la “compatibilidad sexual”, quiero hablar de ello, porque quiero hacerme entender en lo que voy a redactar de la persona en cuestión.
He tenido algunas relaciones en las cuales en comunicación, en vocabulario, en conocimiento, en costumbres, en ideas, en pensamiento, etc., soy muy parecido con la persona con la que estoy sexualmente, nos divertimos mucho platicando y tenemos prácticamente el mismo sentido del humor, somos muy divertidos conversando y se nos va el tiempo rapidísimo, pero en la intimidad me queda a deber; o mejor dicho, nos quedamos a deber, porque no hay compatibilidad sexual, vaya, el sexo es bueno, pero hasta ahí, me excita más su mente, que su cuerpo, y no tiene nada que ver con su figura, porque podría ser la mujer de mejores curvas de la ciudad, pero si no hay compatibilidad sexual, el sexo solo será ese sándwich del Oxxo, vaya, solo lo comes porque tienes hambre, pero no es lo que buscas en realidad.
Tuve una novia que quizá, haya sido la mujer con el mejor cuerpo que me he cogido, me refiero a todo en conjunto, de muy buena figura, una cara hermosa, unas muy buenas tetas, una cinturita y un buen trasero; llamaba la atención en donde estuviera, pero nunca fuimos compatibles en el sexo, así que cuando terminó la relación y sin que suene a grosería, no extrañe nada de ella.
Del mismo modo he tenido amantes que su cuerpo no era de lo mejor, un par de nalgas aceptables, algunas con tetas pequeñas, algunas algo llenitas, sin buena conversación, pero sexualmente, hacíamos match, el sexo era excelente, lo máximo, lo mejor, acá en México decimos “estoy enculado de esa mujer”, eso es la compatibilidad sexual, pero debe ser reciproco, no solamente de un lado, para ambos esa experiencia sexual debe ser lo máximo, y reitero, los dos deben de disfrutarse con la misma intensidad en el sexo, y eso es difícil encontrar.
Si yo le pagara a una mujer para que tuviera relaciones sexuales conmigo, por supuesto que ella me va a atender de lo mejor, haciendo una de sus mejores actuaciones, y quizá me la pase bien, pero el sexo que me dará esa mujer, nunca se va a igualar, a cuando ambas personas se desean sexualmente, ella no podrá transmitirme la ambición sexual, el deseo, la necesidad, el regocijo, y todas esas vibraciones que se tienen cuando dos personas se atraen y son compatibles sexualmente.
He llegado a la conclusión que este fenómeno se da posiblemente por diversos factores, el primero de ellos sin duda es la higiene, es el más importante de todos, siempre antes de tener sexo con alguien, tienes que tener la educación y la cortesía de presentarte bien aseado y con el patio de juegos bien podado, personalmente me gusta rasurarme bien los testículos y todo el vello que sale en el tronco del pene, solo me dejo el vello en la parte de la pelvis y bien recortado, en el caso de la mujer me gusta que se rasure toda completamente, y que se deje algo de vello recortado en la parte de la pelvis, pero todo lo demás debe estar bien rasurado, incluyendo el ano, hay algunas afortunadas que no les sale vello en el ano, pero a muchas otras sí.
El segundo de ellos es el gusto, el deseo, la atracción, la libido que te provoca esa persona, y es imperativo que te atraiga mucho sexualmente, porque si “medio te gusta” o “medio te atrae” muy seguramente puede pasar que después de tener intimidad tengas que decirle “Me llegó un mensaje de la oficina, no me esperaba este pendiente, estoy muy a gusto contigo, pero me tengo que ir” o si es la mujer la que se equivocó acostándose contigo te dirá “llego un mensaje de mi tía Pachita, me dice que va llegando a mi casa y le debo la tanda, muy rico y todo pero me tengo que ir”.
La tercera para mi es el olor de la persona, la esencia, el “humor corporal”, el aroma o el efluvio de sus partes íntimas, porque si al realizarle sexo oral a la persona en cuestión te encuentras una esencia agradable pues obviamente la “chamba” que le harás será mucho mejor que si te encuentras con un hedor, y aquí en ocasiones no tiene nada que ver la higiene, ya es la persona, he leído que influye la alimentación, el ejercicio, etc., pero no me meteré en mayor profundidad en este tema.
Y la cuarta para mí, son las virtudes de la persona, que, aunque hablamos meramente de una relación sexual, deben de existir la confianza, respeto, sinceridad, discreción, prudencia, entendimiento, etc. porque sin ellas, no logras esa compatibilidad sexual.
Estoy seguro que, al día de hoy, ustedes deben tener algún arrepentimiento sexual en su vida, aquella persona con la que se fueron a coger, y fue un grandísimo error, siendo una pésima y asquerosa experiencia sexual, y que por jariosos, esa persona en su momento, logró convencerlos; así como también habrá personas con las cuales han cogido, y que al día de hoy, con algo de esfuerzo las recuerdan, o ya no las recuerdan, porque el sexo fue mediocre, y el tiempo se lleva esos recuerdos grises, haciéndolos pasar por desapercibidos.
Pues bien, entendido esto, quiero comentarles que en todas las relaciones que he tenido, son contadas mis parejas con las que he tenido esa compatibilidad sexual, el sexo perfecto, tu media naranja sexual, vaya, cuando el sexo es lo máximo con esa persona, y lo recordarás para siempre en tu vida, y esta historia se trata de una de ellas.
Comenzaré relatando que ya hace algunos años estuve trabajando en el sur del país, específicamente en el estado de Chiapas, nunca me llevé a mi familia, ya que tenía hijos pequeños y la educación allá en ese entonces era muy precaria, así que mi esposa y mis hijos tuvieron que quedarse en Ciudad Valles, duré casi 3 años trabajando en el sur, en ese entonces tenía 35 años, y por motivos personales tuve que renunciar al trabajo, pero como le trabajaba al Gobierno Federal, tuve que ir a la Ciudad de México a presentar mi declaración patrimonial ante la Secretaria de la Función Pública, ya que el departamento del cual yo era encargado correspondía a un mando medio superior.
Mi intención, era regresar para Ciudad Valles, y estando en México, fui a visitar a un primo que tiene mi edad, él vive ahí, ese día nos fuimos a un bar en la condesa, muy cerca del Parque España, del cual, él es propietario, y le platiqué brevemente el motivo por el que estaba ahí, y por azares del destino, me comentó, que había conocido a una persona, dueño de una empresa constructora, que había comprado un terreno precisamente en Ciudad Valles, y que le interesaba construir viviendas, vaya, un fraccionamiento, me comentó que se iba a contactar con él y que en algunos días me daba razón, y sin hacerme ilusiones de que se formalizara el trabajo, le agradecí la atención, así que pase la noche en México y al día siguiente me regresé para mi ciudad.
A la semana siguiente, mi primo me estaba llamando para pedirme que regresara a Ciudad de México, porque me había conseguido una entrevista con esa persona en determinado día, pero bueno, para no hacer el cuento largo, regrese a México y fui contratado por esa empresa.
Después de ser contratado, me dieron todos los pormenores del proyecto, y efectivamente, el proyecto de la empresa, era el desarrollo de un fraccionamiento de viviendas en mi ciudad, pero no era un proyecto en el cual se empezara de cero, la empresa había adquirido ese fraccionamiento con un 30 % de avance aproximado en la construcción, resulta, que el desarrollador original, le debía dinero a esta empresa que me contrató, por lo cual, y en garantía de pago, le cedió el desarrollo con ese avance de construcción como parte de la deuda.
El proyecto total constaba de 240 viviendas, de las cuales ya se habían construido 80, que, en su mayoría, ya se habían vendido, y otro tanto ya estaban habitadas, así que yo llegué a hacerme cargo del resto de la construcción; muchas casas estaban en obra negra y en el resto de los lotes no se había construido absolutamente nada.
Así que, como nuevo encargado del desarrollo, armé mi equipo y comenzamos a trabajar, pasaron los días y empecé a familiarizarme con todo el entorno de trabajo, y dentro de todas esas responsabilidades, también tenía que atender, los vicios ocultos o garantías de las viviendas que ya se habían entregado por parte del desarrollador original, y por ese motivo empecé a conocer a algunos de los habitantes que habían comprado vivienda en ese fraccionamiento, los que solicitaban por garantía, alguna reparación.
Para supervisar todo el desarrollo de la obra, me apoyaba con un arquitecto, siendo mi brazo derecho en campo, pero siempre me daba mis vueltas para supervisar personalmente los avances de construcción y también para constatar, que efectivamente se estaban atendiendo todas esas garantías.
En una ocasión, llegó a la oficina, una solicitud por garantía, se trataba de una señora que se inconformaba porque se le filtraba el agua por la losa, así que le dije a mi encargado que se hiciera cargo, que evaluará el desperfecto y lo corrigiera, y así lo hizo, pasó una semana y ese desperfecto ya estaba atendido dentro de mi listado de pendientes, sin embargo, al mes se presentaron lluvias, lo que provocó, que la señora dueña de la casa, se presentara molesta en mi oficina, reclamándome que el agua seguía filtrándose por su losa; la oficina estaba dentro del propio fraccionamiento, era una casa que se había adecuado como tal, así que no me quedó más remedio que atenderla; a la señora en cuestión, le calculé algunos 55 años, algo canosa, medio descuidada, regordeta, aunque si ponías atención en su cuerpo, manifestaba haber sido agraciada en su juventud.
La señora me comentó enojada, que el desperfecto seguía igual, que, lo que le habían hecho a la casa, no había servido de nada, le pedí que se tranquilizara, que yo personalmente le iba a resolver su problema; le mande llamar al Arquitecto, y el me describió los trabajos que se le habían hecho a la losa para solucionar el problema, y que no tenía idea, qué más podía estar ocasionando que el agua se filtrara, obviamente yo tenía más experiencia que él, así que le pedí que fuésemos para la casa de la señora a revisar esa losa, que se llevara a una persona con la escalera para poder subir, y encontrar el desperfecto.
Así que salimos de la oficina, dos obreros, el arquitecto y yo, además de la señora, durante el camino me fui atendiendo una llamada, así que no platiqué más con ella, cuando llegamos a su casa, inmediatamente me subí a la losa, encontrando el problema, y le expliqué a mi cuadrilla de trabajo, lo que se tenía que hacer, al bajarme del techo, me metí a la casa para hablar con la señora, diciéndole que su desperfecto quedaba solucionado en una semana, ya que por las lluvias, aún existía mucha humedad, y necesitábamos que el sol secara la losa, para poder trabajar con el material.
Ya más tranquila, la señora me agradeció la atención, y me ofreció un vaso con agua de mango que ella había preparado, y que por cortesía, acepté, pero no estaba buena, después comenzó a platicarme, del gran esfuerzo que tuvo que hacer, para poder comprar la casa por medio de crédito infonavit (crédito de gobierno) y que el gobierno también la había apoyado con un subsidio, y bla, bla, bla, la verdad que fue solo por atención, el que yo me quedara ahí escuchándola, pero ya me tenía aburrido, mi mente estaba en otro lado, ya me quería ir, además, mi personal estaba afuera esperándome, y cuando estaba a punto de cortarle la plática para irme, se abrió la puerta de una habitación, y salió la hija.
Aquí quiero realizar una descripción lo más detallada posible; la hija de la señora, era una mujer que en ese momento rondaba entre los 25-27 años de edad, su cara no era bonita, pero no era realmente fea, su cara más bien era redonda que ovalada, su cabello era lacio color negro, un poco más largo de los hombros, ojos oscuros, de tez morena clara, quizá de unos 1.65 mts de estatura, y aquí viene lo bueno, su complexión era rolliza, no era delgada, pero tampoco llenita, no sé si pueda decir, que estaba solo a un paso de ser llenita, sus tetas eran chicas, su cintura era estrecha, pero lo que se llevaba las palmas de oro, era el majestuoso trasero que tenía, ya que a pesar de ser algo rolliza, tenía una cintura muy bien marcada, seguidas de unas caderas moderadamente pronunciadas, con unas nalgas grandes, redondas y bien formadas, vaya, un trasero fenomenal, un culo de campeonato.
Vestía en sandalias, usaba una blusa café, y un capri azul cielo ajustado, largo hasta las rodillas, que evidenciaba el gran tesoro que había debajo de él, y fue en ese momento que mi actitud aburrida cambio por completo.
La señora me presentó a su hija, le ofrecí mi mano diciéndole mi nombre y quien era, ella me correspondió diciéndome, -Hola, mucho gusto, me llamo Avelina, me ofreció su mano acompañada de una sonrisa, la cual correspondí, y entonces, retomé la plática con la señora de cómo se iba a reparar su casa, tratando de lucirme con Avelina, incluso le pedí de favor, que me sirviera un poco más de esa agua de mango que le había quedado muy buena, todo esto lo hacía para quedarme más tiempo ahí, pero como no había mucho tema que tocar, después de un rato de charla, me tuve que despedir de la señora, y también de mi nuevo interés, la descomunal de Avelina.
Salí de la casa y mi equipo de trabajo seguía ahí, esperándome, así que nos fuimos caminando rumbo a la oficina, y no hice comentario alguno con el arquitecto, me refiero a comentarios sobre el impresionante trasero que tenía la hija de la señora, porque aparte de no tener ese tipo de confianza con él, siempre me ha importado que me vean como una persona con ética.
El arquitecto que tenía cargo, en ese entonces tenía 28 años, venía de una familia socialmente acomodada, no tenía preocupaciones financieras, aparte de ello, era soltero, tenía su novia, y era algo exigente con sus amistades, era algo selectivo, de modos delicados, muy delgado, de tez blanca, de mi estatura, y pude darme cuenta que no descubrió o no le llamo la atención, el tremendo culazo que vivía en esa casa; lo que sí le comenté al arquitecto, es que quería darle seguimiento personalmente a las garantías de esa vivienda, con el pretexto de que la señora se había molestado, y no quería una nueva queja por parte de ella, obviamente mis motivos eran otros.
Unos días después, cuando los trabajadores empezaron a trabajar en esa vivienda, me di mis vueltas, aunque no tuve suerte de encontrarme con la voluptuosa de Avelina, solo llegué a ver a la señora y a otra de sus hijas mucho mayor que Avelina, además de algunas nietas pequeñas que también vivían ahí, nunca le pregunté por su hija, porque no tenía algún motivo para hacerlo, sentía que podía delatar mi interés por ella.
Pasados los 5 días, terminamos con los pendientes de esa casa, y le comenté a la señora que habíamos concluido con el trabajo, que esperáramos las siguientes lluvias para cerciorarnos de que ya había quedado solucionado su problema, así que me despedí de ella, y salí de su casa sin ver a su hija, ¿qué había pasado con ella? no lo sabía; así pasaron los días, y no volví a encontrarme con Avelina, no tenía ni la más remota idea que había sido de ella, no me podía sacar de la cabeza ese culo prodigioso, lo que había encontrado en esa casa, era una joya.
El fraccionamiento estaba ubicado como a 500 metros de una carretera principal, así que las personas que no tenían auto, tenían que caminar del fraccionamiento hasta la carretera para tomar el autobús, y la familia de Avelina no tenía vehículo, así que en ocasiones, vi caminar a la señora hasta la carretera para tomar el urbano, y fue en una ocasión, que coincidí con la señora y le ofrecí aventón hasta la carretera, yo iba de salida, la saludé y le pregunté como había estado, platicamos brevemente en el camino, pero no me animé a preguntarle por su hija, se bajó en la parada de su camión y nos despedimos.
Algunas personas que compraron casa dentro del fraccionamiento, habían hecho su tiendita, y comencé a frecuentar la tiendita más cercana a la casa de Avelina, con la esperanza de toparme con ella, pero jamás pasó. Ya habían transcurrido casi 15 días desde que me habían presentado a esa sensual mujer y no la había vuelto a ver.
Un sábado, me visitó el hijo del dueño del fraccionamiento, él era mi jefe, una persona más o menos de mi edad, vivía en ciudad de Ciudad de México y se daba su vuelta mensualmente para ver los avances físicos y financieros del proyecto, generalmente se quedaba uno o dos días, siempre atendíamos primero todos los pendientes de la oficina, y después hacíamos recorrido de obra, y ese día, cuando empezábamos a realizar el recorrido de obra, pude ver a la distancia a mi pretendida, era Avelina, caminaba, iba saliendo del fraccionamiento hacia la carretera para tomar el autobús, la vi quizá, a una distancia de 80 metros y pude apreciar a ese trecho, el portentoso culo que tenía, iba en pantalón de mezclilla ajustado, yo estaba con el dueño del fraccionamiento y no tenía disculpa para pausar la reunión, tenía ganas de salir tras ella y ofrecerle un aventón, así que maldije mi suerte ese día, cuando llegó la noche y llegué a casa, no podía quitar de mi mente el tremendo trasero que tenía esa chica.
Pasaron los días, y como ya les había comentado, yo entraba y salía del fraccionamiento varias veces al día por situaciones de trabajo, y en una ocasión, llegué al fraccionamiento por la tarde, llevando material, me estacioné en el almacén, y le pedí al personal que se encontraba ahí que lo descargara, mientras yo hacía recorrido por la obra, y cuando lo empezaban a descargar, la pinche suerte me sonrió, vi a la distancia a Avelina que salía del fraccionamiento, así que, delante de mis trabajadores, actué como que recibía una llamada, y necesitaban de mi presencia urgentemente en algún lugar, les pedí que solo descargaran el material que se ocupaba en ese momento porque me tenía que ir, sin que se dieran cuenta de cuál era el motivo real, así que me subí a la camioneta y me dispuse a salir del fraccionamiento, para darle alcance a ese portentoso trasero que no podía sacar de mi mente, cuando doblé para tomar la calle que salía del desarrollo hacia la carretera, pude ver a una distancia, entre 40 y 50 metros, a mi chica caminando, y pude apreciar en todo su esplendor, al sorprendente trasero que se cargaba, no sé qué blusa, ni que zapatos llevaba, de lo que me di cuenta, fue, que vestía un pantalón de tela ajustado color beige, que revelaban unas generosas piernas, que terminaban en un par de formidables, carnosas y redondas nalgas, me mantuve un momento a esa distancia para contemplar por mayor tiempo esa “oda al culo”.
Quiero decirles, que desde hace muchos años y gracias a la experiencia qué tengo con las mujeres, siempre he podido manejar el nerviosismo y la timidez, con la cual de adolescente jamás pude, sin embargo, estando por alcanzar a esta chica para ofrecerle un aventón, regreso a mi cuerpo ese nerviosismo que en años no había vuelto a presentar, fue una sensación de adrenalina que trataba de controlar; seguí manejando muy despacio, me mantuve a cierta distancia, sin que ella lo notará, continué detrás de ella admirando su hermoso trasero y también aproveche para tranquilizarme, y cuando ella iba más o menos a la mitad camino, le di alcance, me detuve bajando la ventanilla y le dije:
*Hola, ¿cómo estás, sí me recuerdas?
-Hola, sí claro, eres el Arquitecto del fraccionamiento. me respondió.
Aquí hubo una muy buena señal de parte de ella, ya que no me habló de usted, me habló tratándome igual, de “tú”.
*Veo que vas de salida, ¿te llevo?
-Si por favor, está muy fuerte el sol, gracias. Y se subió a la camioneta.
No saben el espectáculo que tuve cuando ella tomó asiento, que par de piernas llevaba a mi lado.
*Avelina, ¿verdad? Le pregunté.
- Sí, y tu Roberto ¿cierto?
*Así es. ¿Para dónde vas?
- Voy para la casa de mi novio.
*Te llevo sin problema. Le dije.
Y empecé a entablar conversación.
*A pesar de que el fraccionamiento aún es pequeño y veo a la mayoría de la gente, a ti tenía tiempo de no verte.
- Es que a veces me quedo a dormir en la casa de mi novio.
Y sin preguntarle motivo, comenzó a platicarme que en la casa de su mamá, también vivía su hermana mayor, y que era algo incómodo, y que por eso en ocasiones se quedaba en la casa de la mama de su novio, donde vivían solo su novio y la madre de él, ahí me di cuenta, de que en la casa de la mama de Avelina vivían varias personas, siendo una casa pequeña, y que ella necesitaba más espacio y privacidad, encontrando eso en la casa de su novio, eso me hizo notar un poco de mayor formalidad en su relación, pero estaba dispuesto a conocer la moralidad y la lealtad de Avelina.
Le pregunté, cada cuánto tiempo se quedaba con su mamá, me dijo que no tenía días, su novio era trailero, y que cuando estaba de descanso en la ciudad, se quedaba con él, y que cuando salía por trabajo, salía por varios días, y aprovechaba para venir a ver a su madre, y si se estresaba en casa de su madre, se regresaba a la casa del novio, aunque solo estuviera la mama de él.
Durante el camino a la casa de su novio, la conversación fluyó entorno a temas triviales, me preguntó si yo era de la ciudad, me dijo que yo no parecía de la zona, que dónde había estudiado, qué edad tenía, etc., yo le pregunté si trabajaba, y me dijo que no; en ese entonces como encargado del fraccionamiento yo podía ofrecerle algún puesto en la constructora, sin embargo, no me adelanté y continué platicando; casi llegando a su destino, me pidió que me parara 2 cuadras antes de la casa de su novio, en una calle secundaria, muy poco transitada, sin pavimentar, ahí se iba a bajar, ya que su novio, me decía, era muy celoso, me arriesgué y le dije:
*Oye, me gustaría tener tu número de teléfono, para que me avises directamente a mí, si sale otro pendiente en la casa de tu mamá y atenderlo a la brevedad.
La excusa que le di, fue, que los materiales que tenía en Bodega eran pocos, y me tardaban mucho tiempo en llegar, (ya sé que fue muy tonta mi excusa, pero no se me ocurrió nada mas), sin pensarlo dos veces y ofreciéndome una sonrisa, intercambiamos números y me dijo:
-Solo de favor no me mandes what"s tú a mí, porque mi novio me revisa el celular y aunque es por trabajo, se va a poner celoso, yo te mandaré mensaje.
*No te preocupes por eso.
Se bajó y se fue, y mientras caminaba, me quede brevemente viendo el vaivén de sus generosas nalgas.
Al ir manejando de regreso al fraccionamiento, estuve analizando lo que me dijo al final, que su novio era muy celoso y que no le mandara mensaje, pero me había dado su número, eso me hizo pensar, que había probabilidad de poderme comer ese fabuloso trasero que me traía loco.
Pasaron algunos días y no podía sacarme de la mente a esa chica, aunque me había dicho que me mandaría mensaje por algún pendiente, siempre ponía atención en el fraccionamiento con la esperanza de encontrarla, pero ahora sabía que compartía su estancia entre la casa de su mamá y la de su novio, así que había pocas posibilidades de encontrarme con ella.
Y así pasaron los días, esperando con ansias encontrármela o de que me enviara algún mensaje, pero nada, yo seguía con mis labores de trabajo, manteniendo la esperanza de saber de ella, hasta que diez días después, estando en el fraccionamiento, me llegó un mensaje de ella.
-Hola!, ¿cómo estás?
Ese mensaje me sacó una sonrisa, y volvieron el nerviosismo y la ansiedad a mi cuerpo.
*Hola!, ¿qué milagro, qué me cuentas?, le respondí.
-Hola!, estoy en casa de mi mamá, ¿andas aquí en fraccionamiento?
Me hizo fluir la adrenalina este mensaje.
*Sí aquí ando, ¿para qué soy bueno?
-Ah, es que no vi tu camioneta al entrar.
*Hoy traje mi auto, es sábado y no tengo pendientes de materiales.
-Ah que bueno, me voy a salir a caminar, ya me tienen fastidiadas mis sobrinas.
Reaccioné inmediatamente.
*Ya no tengo pendientes el día de hoy, si quieres vamos a dar una vuelta para distraernos.
-Ah, estaría bien.
*¿Dónde te veo?
Le hice esa pregunta porque no sabía si podía pasar a la casa de su mamá por ella y que viera su familia que se estaba subiendo al auto conmigo.
-Me encuentras en el camino de salida del fraccionamiento.
Eso aceleró mi corazón.
*Claro!, me avisas cuando vayas de salida para salirme también.
-Ya voy de salida.
No saben lo que mi cuerpo experimentaba en ese momento, a los 5 minutos de haberme llegado su último mensaje, pude ver a la distancia que mi chica tomaba el camino para salir del fraccionamiento, pero lo que vi hizo latir mi corazón al máximo, llevaba puesta una falda corta de color negro, que me hizo tener una erección, porque incluso a esa distancia se podía apreciar el asombroso trasero que tenía.
Mi nerviosismo y la ansiedad se elevaron, era algo temerosamente chingón, me tomé un par de minutos para ir hacia ella, quería encontrarla nuevamente a cierta distancia en ese camino, me sentía muy alterado, me subí a mi auto y avance lentamente, cuando doblé para tomar el camino hacia la carretera, pude verla a unos 70 mts de distancia, de verdad que culo tenía esa mujer, sin exagerar era el mejor trasero con el cual me había topado en toda mi vida, nuevamente me mantuve a cierto trecho de ella, sin que pudiera escuchar el vehículo, quería contemplar las bellas formas que tenía esta mujer, era una seducción de mujer, la falda, sin ser vulgar, dejaba ver sus dos hermosas piernas gruesas y torneadas, que terminaban en un par de colosales nalgas, me mantuve en ese trecho algunos minutos, rodando mi vehículo lentamente, admirando uno de los mejores paisajes que han visto mis ojos, y cuando ella iba más o menos a mitad de ese camino, le di alcance, me detuve y le abrí la puerta inclinándome por dentro del auto, al subirse y sentarse, su falda se corrió hacia arriba, y pude ver a muy corta distancia, que esas dos piernas eran un monumento a la lujuria, su tono de piel en esos carnosos muslos era más clara que la de sus brazos, lo cual, revelaba, que no se ponía ese tipo de prendas muy seguido, y como en el auto llevaba puesto el aire acondicionado, la piel de esas maravillosas piernas empezó a erizarse; que tremendamente delicioso se veía eso.
Me dijo. – Hola!, notándola algo apenada por la corta falda que llevaba, la saludé y le dije que me daba gusto verla.
Me dio las gracias por haberla salvado del caos que había en su casa, sus sobrinas jugaban y gritaban mucho.
Eran aproximadamente las 10 de la mañana, y no sabía cuál era el plan, me refiero a el tiempo con el cual ella contaba, así que tenía que abordar el tema para saber a dónde ir, así que le pregunté, si ya había almorzado, y me dijo que no, que tenía algo de hambre, le dije: *Pues vamos a almorzar, ¿has ido al hotel taninul?
El hotel Taninul, lo pueden googlear, es un hotel que está como a 15 km de la ciudad, se encuentra en la falda de una sierra, tiene albercas con aguas termales, y existe mucha vegetación, te rentan caballos y hay más actividades, es un hotel muy colonial, su restaurante tiene cocina regional, va poca gente de la ciudad, la mayoría son turistas, y había una muy baja probabilidad, de la gente que me podría encontrar ahí, me conociera, en fin, es un hotel agradable bonito tranquilo y discreto.
Me respondió:
-Qué crees, no lo conozco.
*Pues si tienes tiempo, vamos, está bonito.
- Mi novio anda fuera de la ciudad, pero va a llegar por la noche, así que sí tenemos tiempo. La suerte me sonreía.
Tomé la carretera para ir al hotel, y ocasionalmente y muy discretamente, volteaba a ver sus esculturales piernas, durante el camino platicamos, e incliné discretamente la conversación sobre la relación con su novio, me dijo que ya tenía 2 años con él, y que tenían algunos problemas, también me comentó, que tenía la duda, sobre que él tuviera otra novia en Saltillo, ya que su empresa lo mandaba seguido para allá, y ella le había encontrado algunos mensajes con una chica, y que por eso tenía sus dudas al respecto, eso abrió un poco más mis esperanzas sobre poder cogerme a ese monumento de mujer.
Seguimos conversando, y ella me preguntó si era casado, le dije que sí, lo cual, no pareció importarle, me preguntó, en dónde había trabajado y nuestra platica se desarrolló en ese tenor, conversamos sobre temas generales que uno toma para conocerse, y estando por llegar al hotel, nuevamente la plática retorno al novio, diciéndome, que cuando peleaba con él, se quedaba con su mamá, pero le era muy incómodo, porque siempre había bullicio, y que, en muchas ocasiones se salía sola a algún parque, por no tener otro lugar a donde ir a distraerse y desestresarse, no tenía amigos por lo celoso que era el novio, y su mejor amiga trabajaba y ya estaba casada, tenía hijos, así que tampoco la veía seguido.
Cuando llegamos al hotel, ella puso cara de asombro de lo bonito y tranquilo que era el lugar, me estacioné y me bajé para abrir su puerta, cuando ella bajó, tomamos una pequeña banqueta que nos dirigía a la entrada del hotel, caminé junto a ella, pero hay una parte de la banqueta en dónde se reduce y solo cabe una persona, y como caballero que soy, le cedí el paso para que caminara delante de mí, y no saben el hermoso espectáculo que me quedó a corta vista, era impresionante ver como sus gloriosas nalgas se movían dentro de la falda al caminar, de verdad era algo espectacular, me provoco una erección.
Al entrar al hotel, me di cuenta de que mis intuiciones eran ciertas, había muy poca gente y la mayoría se veían como turistas, quizá había alguna que otra persona local, pero no me conocían, ni yo a ellos, pasamos por el lobby del hotel, y entramos al amplio restaurante donde solo dos mesas estaban ocupadas, escogimos una mesa apartada, y llegando a la mesa le recorrí la silla para que se sentara, lo cual, ella me agradeció con una sonrisa, ya en la mesa, puse mejor atención en las mesas ocupadas, en una de ellas, estaba una familia con niños que pronto se salieron, y en la otra, había 7 u 8 personas, abuelos en su mayoría, así que me sentí tranquilo.
Llegó la mesera entregándonos la carta y ofreciéndonos café, lo cual agradecí, y al retirarse la mesera, me llamó la atención la expresión de Avelina, su rostro expresaba asombro, comodidad, felicidad, su expresión me decía, que esa experiencia era nueva para ella, no conocía muchos bellos lugares que hay en la zona, además, noté que se puso un poco nerviosa por estar fuera de su entorno.
Durante el almuerzo estuvimos platicando ampliamente, pero el tema relevante fue, que ella no estaba segura en seguir teniendo esa relación con su novio, y no sabía, si seguía con él, por tener la necesidad de quedarse en otro lugar.
Yo empezaba a ganar seguridad, y pude notar que yo le resultaba atractivo, quizá porque veía que mi vida era muy diferente a la de ella.
Al terminar de almorzar le dije que paseáramos por el hotel, ya que tiene áreas muy bonitas y hay mucha vegetación, así que salimos del restaurante y tomamos uno de los pasillos del hotel, seguíamos conversando y yo empezaba a hacerla reír con bromas estúpidas, nos dirigimos a la zona de las albercas, habiendo muy poca gente, después nos fuimos hacia las canchas de tenis, donde no había ninguna persona, nos metimos por unos caminos de vegetación que existen ahí, y posteriormente le dije que fuéramos a la cueva, que quizá sea el mayor de los atractivos del hotel, es una cueva natural, grande, de roca, que se formó en la falda de esa sierra, para eso hay que subir unas escaleras de concreto.
Cuando llegamos a las escaleras, comenzamos a subir, pero apenas cabíamos los dos caminando juntos, así que aproveche eso para quedarme detrás y subiera ella por delante de mí.
Cuando ella comenzó a subir, me quedó su tremendo culo prácticamente a la altura de mi cara, lo tenía a escasos 60 cms de distancia, que espectáculo tenia frente a mí, que esplendoroso trasero tenia Avelina, sus piernas eran tremendamente apetitosas, ese trasero se imponía ante todo, podía ver el vaivén de sus nalgas en primera fila, de verdad, su trasero era glorioso, me desesperaba no poder meter las manos en esa falda y manosearlo, sentirlo, cachondearlo, no saben la gran tentación que tenía de poder hacer mías ese par de enormes y redondas nalgas; y por supuesto que ella se dio cuenta del espectáculo que me estaba ofreciendo, nunca volteo hacia atrás, pero ella lo sabía.
Cuando terminamos de subir las escaleras, llegamos a una explanada de concreto que está en la entrada de la cueva, no había ni una sola persona, ella estaba sorprendida, la boca de la cueva se imponía a la vista.
En esa cueva habitan tanto cotorros, loros y murciélagos, las aves anidan prácticamente en la entrada de la cueva, y donde empieza la oscuridad están los murciélagos, pero durante el día están saliendo y entrando los cotorros, es un bonito espectáculo, ella estaba maravillada, había logrado sorprenderla, estuvo viendo cómo esas aves anidaban en las paredes y en el techo de la cueva, veía cómo se agarraban con las patas a la roca, prácticamente unos loros estaban de cabeza, y observaba con asombro cómo entraban y salían, noté que se sentía relajada, tranquila, asombrada, vaya, la noté muy cómoda, había logrado ganarme el interés de ella y creo que también cierta confianza.
Estuvimos un rato en la entrada de la cueva, viendo el espectáculo de esas aves, y la invité entrar un poco más, en dónde estaban los murciélagos, eso le provocó nerviosismo, pero por supuesto que, por aventura, quería meterse más a esa cueva, y empezamos a caminar hacia adentro, uno a lado del otro.
Aquí quiero aclararles algo, esa cueva en algún momento en los años 80s la adaptaron como bar, fue una atracción del hotel en aquellos tiempos, pero posteriormente con el paso de los años, dejaron la cueva nuevamente como atracción natural, quizá por las nuevas leyes que surgieron protegiendo al hábitat natural, ya que cuando fue bar, ahuyentaron a todas las aves, y al cancelarlo, con el paso del tiempo, regresaron, para volver a anidar dentro de ella, lo cual, fue más atractivo para el hotel, pero por haberla adaptado como bar, habían construido una explanada de concreto en la entrada, y más adentro se iba reduciendo, a fin de ser una banqueta de concreto, que se metía en la cueva quizá algunos 50 metros, por esa razón podíamos caminar juntos cómodamente.
Les decía, nos fuimos internando en la cueva lentamente, uno a lado del otro, observando cómo se iba perdiendo poco a poco la luz, lo cual, aproveche como excusa para tomarla de la mano, haciéndola sentir protegida, y de esa manera, nos fuimos adentrando cada vez mas en esa caverna, era el segundo contacto que tenía con ella, me provocó nerviosismo, pero no se lo manifesté, su mano era pequeña y delicada, y me encantaba sentir sus dedos entrelazados a los míos; cada que nos adentrábamos más, se iba perdiendo más la luz, y noté, que ella se acercaba más a mí, supongo que era por temor a los murciélagos, llegó un momento en que nos quedamos muy juntos, entonces me animé a tomarla por la cintura, y no hubo objeción, seguimos caminando lentamente de esa manera, noté que ella estaba algo nerviosa, pero al mismo tiempo contenta de estar en ese lugar.
Ya nos habíamos internado varios metros en esa cueva, adentro, la temperatura era más fría que afuera, y solo alcanzábamos a ver, lo que la escasa iluminación nos permitía, hasta que nos detuvimos, y nos quedamos un momento así, lado a lado, muy juntos, acostumbrando nuestros ojos a esa oscuridad, la penumbra permitía distinguir con esfuerzo, algunos murciélagos hacinados a la bóveda de la caverna; y en un momento dado, tomé valor, y con mi mano en su cintura, me coloque detrás de ella y la abracé, pegándola totalmente a mí, no dijimos nada, nos quedamos callados, ella observaba la cueva, mientras que yo sentía pegadas a mi cuerpo ese par de redondas y enormes nalgas, inmediatamente tuve una erección, seguíamos en silencio, sin decir nada, era una sensación indescriptible, creo que jamás me había sentido tan excitado en la vida, estuvimos unos minutos así, ella viendo maravillada la caverna, y yo con mi lujuria al máximo, sintiendo sus carnosas nalgas pegadas a mi verga, cuando de repente, ella se dio vuelta hacia mí, y me besó, lo cual me sorprendió, pero inmediatamente le correspondí, ella paso sus brazos sobre mi cuello, y yo la tomé por la cintura, pegándola totalmente a mí, durante ese beso tan delicioso que nos dábamos, me arriesgué y empecé a bajar una de mis manos sobre su falda, comenzando a sentir la curvatura que tenían sus redondas nalgas, de verdad, eran portentosas, fui bajando lentamente, tocándola con mucha delicadeza, hasta que la palma de mi mano quedo prácticamente en la cima de una de sus carnosas nalgas, era gloriosa y me excité muchísimo, y mientras nos besábamos, comencé suavemente a acariciar todo su redondo trasero, y así nos mantuvimos algunos segundos, y al notar que no había objeción, la mano que tenía en su cintura también la baje, y le tomé esas dos redondas nalgas con ambas manos, apretándolas suavemente hacia mí, que delicia, una sensación de lujuria y desesperación me abordó, que prodigioso trasero estaba tocando, mis manos estrujaban suavemente sus dos carnosas nalgas, permanecimos así, besándonos, y yo masajeándole sus sorprendentes nalgas, palpándolas, cada vez mis movimientos se iban intensificando, llegó un momento en que me desesperé, y comenzaron a ser más toscos mis movimientos, y empecé a darle un tremendo manoseo a todo su redondo y rico trasero, todo se convirtió en un faje muy intenso, le estrujaba las nalgas con brío, me faltaban manos para manosearla; en un momento dado, ella, con una de sus manos, empezó a sobarme muy suavemente la verga sobre mi pantalón, yo estaba calientísimo, quería cogérmela en ese momento, y así estuvimos fajando, cada vez le manoseaba más intensamente todo su majestuoso trasero, mis manos sentían lo portentosas que tenía las nalgas, que sensación tan lujuriosa, no podía creer que por fin tenía en mis manos ese solemne trasero, mi excitación me exigía más, y en un momento dado, me animé a levantarle la falda para agarrarle las nalgas directamente, pero ella me detuvo, los dos jadeábamos y respirábamos agitadamente, y viéndome en la penumbra me dijo.
*Suficiente; vámonos.
Yo me quedé pensando *Queeee, porqueeeee??
No sabía qué decir, estaba muy caliente, empezamos a caminar hacia afuera de la cueva agarrados de la mano, yo iba muy jarioso y confundido, no se me ocurría decir nada, así que me arriesgué y le dije:
*Avelina, me encantas, vamos a rentar una habitación.
Ella sonrió, me dio un beso y me dijo:
-Hoy no va a ser posible corazón, una, estoy en mis días, y la otra, en la noche llega mi novio, así que tengo que estar en casa temprano.
Pinche suerte la mía, no saben lo caliente que me había dejado, en fin, tuve que controlar eso para no estar con esa erección, me dijo que ya era tarde, y me pidió de favor que la llevara a casa de su novio, y así tomamos camino hacia el auto.
Mientras caminábamos, le pregunté si podíamos vernos en alguna otra ocasión, y me dijo, que mientras su novio estuviera en la ciudad, ella no podía ni siquiera escribirme, y que por favor no le enviara ningún mensaje, hasta que ella me contactara nuevamente, le dije que por eso no tuviera ningún pendiente, que era un hombre entendido, que lo que menos quería, era un problema para ella, que sabía esperar, y me dio un pequeño beso en los labios.
Ya en el auto, y de regreso a la ciudad, me vine manoseando sus piernas como premio de consolación, mientras ella me decía que se la había pasado súper, que había conocido nuevas cosas y eso le maravillaba, le pregunté por el tiempo que se quedaba su novio en la ciudad, y me dijo, que generalmente era una semana, pero dependía de la empresa, en ocasiones era variable, si el camión tenía un desperfecto, se quedaba más tiempo, porque tenía que reparar el camión junto con el mecánico de la empresa, en fin, no había certeza de cuánto tiempo se quedará el novio en la ciudad.
Cuando llegué nuevamente a la esquina donde la había dejado anteriormente, nos despedimos, nos besamos, y se bajó, me quedé un breve momento viendo cómo se me escapaba ese extraordinario trasero.
Recuerdo que ese día llegué a casa, y toda la tarde estuve muy caliente, cuando llego la noche y ya que los niños se habían dormido, empecé a buscar a mi esposa en la cama, los dos estábamos viendo la tv, y empecé a manosear una de sus piernas, pero al parecer no era mi día, me dijo que su periodo acababa de empezar; parecía que se habían puesto de acuerdo las dos, así que le pedí una de esas buenas mamadas de verga que da.
Aquí debo de aclararles algo, mi esposa es bonita, no tiene el cuerpo de una diosa, pero puede llamar la atención en la calle, a pesar de tener dos hijos, sigue viéndose bien, no tiene el mejor culo, ni las mejores tetas, pero si está muy cogible, y en lo que jamás nadie la ha podido superar, es en las mamadas de verga que da, y vaya que soy catador en eso, luego les contaré de ella, pero de verdad, es una profesional mamando verga, le encanta tanto mamar, que a veces solo me pide eso, mamarme la verga, lo disfruta mucho, lo hace fenomenal.
Entonces, les decía que le pedí a mi esposa que me diera una buena mamada de verga, y para estar cómodos, tenemos un sofá adecuado, donde yo me siento y quedo a cierta altura, y ella también tiene un pequeño asiento acolchado, dónde cómodamente queda sentada y a muy buena altura, y es ahí donde ella me propina las mejores mamadas que me han dado en la vida, así que esa noche, a mamadas me saco toda la leche que se había quedado con ganas de salir, siempre termino en su boca, y jamás duro más de 15 minutos, aunque haga el esfuerzo por aguantar, no puedo, cuando siento que me voy a venir, le pido que me chupe los huevos, así lo hace y me vuelve a mamar la verga, pero jamás logro durar más de 15 minutos.
Bien, volvamos al tema que nos atañe, el lunes regresé al fraccionamiento volviendo a mi rutina diaria de trabajo, pero pensaba mucho en Avelina, no la podía sacar de mi mente, recordaba ese momento íntimo en la cueva, como la había abrazado por detrás, sintiendo sus carnosos glúteos en mi verga, y pensaba mucho en ese agarrón de nalgas que le había metido.
En varias ocasiones, fui a la tienda que les comento, siendo la más cercana a la casa de su madre, esperando quizá encontrármela, pero había pocas probabilidades, ya que su novio tenia algunos días de haber llegado, y ella se quedaba a dormir con él, y esperar un mensaje de ella, era prácticamente imposible por lo que me había comentado, ya había pasado más de una semana y no sabía nada de Avelina.
En una ocasión, me encontré a su madre en la tienda, la saludé, y estuve platicando brevemente con ella, y aprovechando que me veía, me comentó, que en un muro de su baño se estaba desprendiendo la pintura, y le dije que con gusto fuéramos a revisar, nos fuimos a su casa y vi el desperfecto, le comenté que al día siguiente iba a pasar un pintor a solucionarle el problema, ese día sus nietas estaban jugando afuera, en la calle, y la hija mayor no estaba, así que la señora estaba sola, y aproveché para sacarle platica:
*Ahora está sola señora.
Me dijo: - Sí, las niñas andan afuera, y mi hija mayor se fue a comprar al centro, y el esposo de ella está trabajando, así que me quedé sola.
Yo no sabía que el esposo de la hermana de Avelina, también vivía ahí, ahora entendía más a Avelina, sobre lo incómodo que era para ella vivir en esa casa.
Y así como no queriendo la cosa le pregunte: *Pero falta su otra hija, la que usted me presentó.
Diciéndome: - Sí, mi hija Avelina, cuando está el novio en la ciudad se va con él, y cuando él se va, viene a visitarme y se queda conmigo.
*Ah qué bien. Le respondí.
Y de ella salió decirme: - Pues ni tanto, a mí nunca me ha gustado la pareja que tiene, no le da buena vida, maneja un tráiler, toma mucho y sé que tiene otra mujer, yo no sé qué le ve mi hija a ese hombre.
Le pregunté: *¿No trabaja Avelina?
Me respondió: - No, no trabaja, ha trabajado en varios lugares y se tiene que salir por los celos del hombre, no le gusta que ella trabaje, y ahora, que él está aquí en la ciudad, no viene, solo me llama todos los días para platicar.
*Ah, pues con razón no la he visto en el fraccionamiento.
Ella agarró ese anzuelo y me dijo: -Sí, cuando ese hombre está en la ciudad, no viene, pero ya se va ir a trabajar, así que yo creo que, pasado mañana va a estar por aquí conmigo.
Le respondí que me daba gusto saber que ella viniera pronto a visitarla.
Y entonces ella preguntó: -Oiga Arquitecto, ¿y usted no tendrá trabajo para ella?, ella anda buscando trabajo, el tipo le da muy poco dinero y luego no tiene para sus cosas.
Fue cuando vi una oportunidad y le dije:
*Pues mire, ahorita necesito a alguien que me auxilie en compras, y también que me promueva la vivienda para la venta.
-Ella no ha trabajado de eso, pero aprende muy rápido Arquitecto, dele la oportunidad, no le va a quedar mal.
*Claro, pasado mañana que este Avelina aquí en su casa, yo hablo con ella.
-Gracias Arquitecto, le agradezco mucho, Dios lo bendiga.
La verdad es que Dios me perdone, porque mis intenciones eran otras.
Pues dicho y hecho, el día miércoles estaba Avelina en casa de su madre y me lo hizo saber con un mensaje.
-Hola, ya supe que platicaste con mi mamá jajaja.
Le respondí: *Hola!, ¿cómo estás? Si, coincidimos en la tienda, y fui a ver un desperfecto en tu casa y me comentó que andabas buscando trabajo, y me preguntó si tenía trabajo para ti.
-Pues sí, ese día no te comenté nada, la verdad estaba muy a gusto, y no quería tocar ese tema, pero sí ando buscando trabajo.
Le mandé un mensaje diciéndole que me desocupaba más o menos en una hora, la verdad, sí tenía trabajo y no quería descuidarlo, pero también quería hacerle ver que no estaba 100% disponible cuando ella me buscara, como dicen por ahí, “ni toda la descortesía, ni toda la atención”, pero mis ganas de verla eran inmensas.
Le dije: *Dame una hora y paso ahí con tu mamá, ¿te parece?
Respondiéndome: -Sí, está bien.
*No almuerces, me acompañas a hacer unas compras, y aprovechamos para almorzar y platicar.
-Me parece bien.
Y así fue, que cerca de la hora, llegue a la casa de Avelina, me bajé para saludar a su mamá y ahí estaba mi chica, su cuerpo radiaba sexualidad a kilómetros, vestía una blusa color azul, que dejaba ver un poco su pequeño busto, pero en la parte de abajo, vestía un mallón negro ajustado, se podían ver sobre la tela la comisura de sus labios vaginales, y por la parte de atrás, se manifestaba, sin dejar nada a la imaginación, el gran culo que le habían otorgado sus genes, ese mallón, siendo muy ajustado, mostraba la perfecta curvatura de sus grandes y carnosas nalgas, era imposible que no llamara la atención por la calle.
Le comenté a la señora que quería platicar con su hija, y le pedí a Avelina, delante de su madre, que si era posible me acompañara hacer algunas compras de materiales para aprovechar el tiempo y platicar; por supuesto que la mamá dio su aprobación inmediatamente, y así fue como salimos mi chica y yo, a realizar algunas compras; ya estando a solas, le pregunté, que como había estado, me dijo que bien, pero que se había disgustado nuevamente con su novio, porque no le gustaba cómo se vestía, pero que no tenía más ropa que ponerse, que, cuando él estaba en la ciudad, pues prácticamente no salía de la casa, o si salía, era con él, le dije solo como atención a su comentario, que no sabía cómo podía ayudarla con eso.
-No te preocupes por eso, si me quieres apoyar, ayúdame a encontrar trabajo, comentó.
Yo realizaba la compra de todos los materiales de acabados en la ciudad de San Luis Potosí, no los compraba aquí en la ciudad, porque aparte de ser caros, tenían muy pocos modelos, así que la compra de vitropisos, pintura, muebles de baño, cable eléctrico, tarjas, llaves mezcladoras, etc., todo eso lo adquiría en la capital, ya que me salía mucho más barato.
El tiempo que se hace de Valles a San Luis Potosí son aproximadamente 3 horas, y yo iba una vez cada 15 días aproximadamente, rara vez me quedaba a dormir en la capital, siempre iba y regresaba el mismo día, escogía el material, la empresa hacia la transferencia, y la casa comercial me enviaba el material a los 7 días aproximadamente, era importante que fuera, siempre había pendientes o cambios con los materiales, porque si se acababa el modelo de vitropiso que se estaba suministrando, tenía que escoger otro, si se agotaban los modelos de baños, se tenía que escoger otro, en fin, todo el material de acabados lo compraba allá.
Pues bien, regreso a mi relato, Avelina me estaba acompañando a comprar yeso aquí en la ciudad, y llegamos al almacén de cementos Moctezuma, mientras realizábamos la compra, platicaba con mi chica, y le explicaba las dos vacantes que tenía, la de auxiliar de compras, y la de promotora de vivienda, le comentaba que en ocasiones no alcanzaba a ver todo, y le expliqué, que como promotora de vivienda, tenía que tomar un curso para para aprender el proceso de la venta de las casas, los documentos que se deben de pedir, y los trámites que hay que realizar ante las diversas dependencias, Infonavit, Registro Público, Municipio, etc., y que de auxiliar de compras, tenía que estar al día con el inventario de material del almacén, revisando que materiales se estaban acabando, debiendo realizar nuevas órdenes de compra, para abastecer de nuevo los materiales que se iban agotando, etc. etc.
Cuando terminamos de comprar, y salíamos con el material en la camioneta, le dije: -Oye, vamos a almorzar, te voy a llevar a un restaurante modesto en donde cocinan bien, y tomé rumbo a un pequeño restaurante discreto, que estaba sobre una carretera, muy cerca de la ciudad, siempre buscaba lugares donde no me conocieran, y la verdad, la cocina era buena, así que nos fuimos para allá, llegamos y tomamos una mesa, había poca gente, y mientras veíamos el menú, Avelina me dijo que ambas vacantes se le hacían atractivas, pero le llamaba un poco más la atención, la de promotora de vivienda, y le respondí que quizá esa vacante se adaptaba más a ella, porque en la vacante de compras, ella tenía que estar yendo a San Luis cada 15 días aproximadamente, para realizar otras compras allá.
Entonces ella hizo cara de haberse equivocado y me preguntó: - ¿Iría sola?
Y le dije, *No, irías conmigo, y aquí fue donde le mentí un poco, diciéndole, que cuando yo iba a San Luis, aprovechaba para realizar trámites ante Infonavit, y luego veía lo de las compras, lo cual me llevaba a veces dos días, y teniendo quien me apoyara, me tomaría quizá un día en hacer todo; la reacción de ella fue esbozar una sonrisa pícara y decirme: -Ahora creo que me interesa más está vacante, su respuesta hizo fluir mi sangre; le pregunté: *¿Estás segura de poder?, me has dicho que tu novio es muy celoso, me respondió diciéndome, que en esta última ocasión que pelearon, habían acordado que ella buscaría trabajo, que su novio estaba de acuerdo en que ella se empleara, y que entendía que podrían estar mejor económicamente si ella trabajaba.
Me había excitado saber, que había decidido irse conmigo de compras a la capital, sin embargo, como el hombre realista que soy, no lo di por hecho, la verdad tenia mis dudas que a la mera hora me dijera que no podía ir, así que le dije, *Está bien, hagámoslo, hoy es miércoles, el lunes empiezas ¿te parece?, respondiéndome que estaba bien.
Le pedí la documentación requerida, para poderla dar de alta en la empresa, como yo era el encargado general y las vacantes eran de nivel bajo, sin ningún problema me iban a aprobar el alta de ella, así que envié la documentación a la oficina central en México y el viernes, ya estaba dada de alta.
Los días jueves y viernes la invité a la oficina para que se familiarizara con el trabajo, la idea era que fuera unas horas al día a capacitarse, y encantada aceptó, cuando ella se presentó el día jueves, venia vestida más recatada, traía puesto un pantalón de mezclilla algo flojo, pero aun así se le notaba lo generosa que estaba, le presenté al personal que me apoyaba en la oficina, a mi brazo derecho, que era el arquitecto que me asistía en campo, a la secretaria, a un pasante de arquitectura y un dibujante, yo enviaba toda la documentación a México, y allá llevaban la contaduría y obvio en campo estaba toda la fuerza de trabajo, un almacenista, un chofer, albañiles, plomeros, fierreros veladores etc.
Esos dos días, Avelina se quedó a trabajar como una empleada más, cumpliendo con todo el horario laboral, se puso a revisar inventario de material y cotejo lo que marcaba el sistema con lo físico, ordenó facturas, realizo órdenes de compra, etc. y obvio, cuando ella iba para el almacén, todos los trabajadores que se encontraban ahí recogiendo material o tomando alguna herramienta, se le quedaban viendo; en ocasiones salimos a realizar algunas compras, y aprovechábamos para almorzar, en fin, se le veía cómoda y contenta.
En ese tenor llegó el día sábado, y le comenté que había logrado que la empresa le pagara estos tres días que estuvo capacitándose y apoyándonos con el trabajo, por lo cual se alegró; obviamente era mentira, esos días de trabajo, se los había pagado yo, le realicé el depósito en la tarjeta bancaria que la empresa le había solicitado que tramitara; lo cual para ella fue algo maravilloso, le pregunté si quería comer saliendo de trabajar y encantada me dijo que sí.
Cerca de mediodía, de ese día sábado, llegó la mamá de Avelina a la oficina, le dio mucho gusto ver a su hija trabajando, y me invitó a cenar esa noche a su casa, porque era su cumpleaños, por lo cual la felicité y acepté su invitación inmediatamente, platicamos brevemente, y después se despidió; yo me dispuse a realizar los últimos pagos pendientes de algunos trabajadores, y cuando acordé, ya era la una de la tarde, estando en mi privado, le llamé a Avelina, y le dije en voz baja que nos fuéramos a comer para que no se hiciera más tarde, el arquitecto todavía seguía en la oficina, además de la secretaria y el almacenista, pero no tardaban en irse, así que nos salimos discretamente mi futura conquista y yo.
Salimos de la oficina, y caminamos algunos metros hasta llegar a la camioneta que estaba estacionada a la vuelta de la esquina, le abrí la puerta y ella subió; que hermoso trasero, comencé a manejar pensando a donde ir a comer, y tomé la decisión de llevarla a la huasteca potosina, así que tomé carretera rumbo a un pueblo bonito que se llama Aquismón, ya no le pregunté si tenía tiempo, yo sabía que lo tenía, apenas salíamos de la ciudad y ella se pegó junto a mí, puso su mano en mi pierna y yo correspondí su gesto haciendo lo mismo, y así nos fuimos platicando y bromeando durante todo el trayecto, que es de aproximadamente 40 minutos.
Llegando al crucero de Aquismón, se encuentra el hotel Vergel Huasteco, y ahí me detuve, es un hotel muy bonito, discreto, rodeado de vegetación, cuenta con un aviario pequeño con diversas aves exóticas, y en los grandes árboles que tiene, se pasean libremente algunos pavorreales, su restaurante básicamente prepara platillos regionales huastecos, su cocina es buena.
Al bajar del vehículo, ella estaba emocionada porque no conocía esta parte de la huasteca potosina, entramos al restaurante y noté que había 4 mesas ocupadas, escogí una mesa apartada y nuevamente le recorrí la silla para que se sentara, noté que le encantaba que fuera un caballero con ella; durante la comida me comentó, que le encantaba salir de la ciudad, que le gustaba mucho pasear y conocer nuevos lugares, además de encantarle mucho mi compañía, y me agradeció nuevamente por haberle dado trabajo, le respondí, que ella me encantaba, que la consideraba una mujer maravillosa y que contara siempre con mi apoyo, y en ese tenor llevamos nuestra comida, conversamos y bromeamos.
Al terminar de comer le dije que fuéramos al pueblo a darnos una vuelta; del crucero al pueblo de Aquismón deben ser menos de 5 km, así que estaba muy cerca, llegando al poblado me estacioné en la plaza principal, y nos bajamos para que conociera el lugar, dimos un paseo por la plaza y noté, que algunos varones volteaban discretamente a ver el gran atributo de Avelina, y eso que, el pantalón que llevaba ese día, no era muy justo, pero aun así evidenciaba el tremendo trasero que tenía; compramos un raspado, y le dije que subiéramos a la camioneta, porque la llevaría a un lugar que le iba a encantar, y me dirigí al nacimiento de un río que está muy cerca, es un lugar muy bonito que le llaman Tambaque, allí nace el río de la falda de un cerro, y puedes caminar sobre una banqueta que está hecha con piedra y concreto, que termina en donde nace el agua, es un paseo muy agradable, con abundante vegetación, y cuando no es temporada de turistas es muy solitario; cuando llegamos, noté que no había mucha gente, solo estaban algunas personas locales, me estacioné y bajamos de la camioneta, nos dirigimos hacia la entrada de ese andador, y caminamos sobre esa banqueta tomados de la mano por toda la orilla del rio, cobijados por la sombra de grandes árboles, ella estaba maravillada, en verdad ese lugar es hermoso.
Llegamos al final del camino donde está la falda del cerro y nace el agua, ahí la abracé y nos besamos, no había gente, pero bien podría llegar alguien, así que aproveché, y mientras nos besábamos, le agarre las nalgas con mis dos manos, manoseándole todo su majestuoso culo redondo, que increíble, que tremendas nalgas tenia esta mujer, aun seguía sin poder creer, que yo me había encontrado este diamante en bruto; continuamos besándonos, y me faltaban manos para satisfacer mi lujuria manoseándole el trasero, ella me empezó a tocar y acariciar la verga por encima del pantalón, pero no se podía hacer nada más, no era un lugar tan privado como aquella cueva en el Taninul, así que terminamos de darnos ese buen faje y caminando de regreso a la camioneta, le propuse que rentáramos una habitación, pero me dijo que ya era tarde y que recordara que su mamá cumplía años y me había invitado a cenar, no lo tomé a mal, la verdad tenía sentido lo que me decía, y me dijo que no me desesperara, que lo que yo quería, iba a pasar.
Subimos a la camioneta, nuevamente se sentó a mi lado, y durante el camino de regreso a la ciudad, ella se vino sobando mi verga erecta sobre el pantalón, no saben las ganas que le traía a esta chica, me volvía loco.
Cuando llegamos a la ciudad, y como detalle mío, compré un pastel, algunos refrescos y bolsas de frituras, para no llegar con las manos vacías al convivio, por lo cual la señora me recibió agradecida.
La mamá de Avelina había hecho tamales para cenar, solo estábamos presentes ocho personas, la madre de Avelina, también la hermana con sus dos hijas y su marido, una tía de Avelina hermana de su mama, mi chica y yo; durante la cena, Avelina le platicaba a su madre; escuchando también el resto de su familia, a donde la había llevado a comer, percatándome que les gustaba mi cercanía con ella; después de cenar se partió el pastel, e hicimos sobremesa platicando banalidades, despidiéndome cerca de las nueve de la noche de su casa.
Se han de preguntar si en casa mi esposa no me decía nada, y la verdad es que no, era normal por mi trabajo no tener un horario, llegar tarde o a veces llegar temprano, pasar a comer o no pasar a comer, trabajar un domingo o no trabajarlo, vaya, no tenía un horario definido, así que era normal en mí, llegar a casa a cualquier hora.
Ya en casa y estando acostado en mi cama, recibí un mensaje de Avelina, agradeciéndome el paseo y diciéndome que se la había pasado maravillosamente, le respondí que yo también me la había pasado espléndidamente, y que me encantaba como mujer.
Me contestó el mensaje diciéndome que pronto me iba a recompensar.
Ya estando en la cama, me puse a pensar con la almohada, prácticamente tenía más del 75% del trabajo hecho para poderme coger ese agraciado trasero, ella entraba a trabajar el lunes, pero no podía sacarla de la oficina para llevarla a coger, tenía que demostrarle que el trabajo era importante y que yo era una persona responsable, y estuve pensando que tenía que cogérmela a la brevedad, para que las cosas no se enfriaran, y llegue a la conclusión, de que solo había 2 sopas, invitarla a pasear el lunes o martes saliendo de trabajar, para después llevarla al motel, o adelantar mi ida a San Luis, y pedirle que me acompañara con el pretexto de comprar material, y así buscar la manera de quedarnos a dormir allá, yo podía ir cualquier día, tenía esa facilidad, vaya, era parte de mi trabajo, además iba con mucha regularidad, nadie me iba a cuestionar, y tenía que ser pronto, para que las cosas no se enfriaran, así que tomé la decisión que el siguiente miércoles nos iríamos para la capital del estado.
El domingo, no nos vimos, ella se ocupó en las labores domésticas y sus pendientes personales, también acompañó a su mamá a hacer la despensa, no quise invitarla a comer, me iba a ver muy obsesionado, además tenía que darle su espacio también, ese día solo estuvimos mensajeándonos tirándonos indirectas divertidas.
Así llegó el día lunes, ese día salí de casa, pero no me fui para la oficina, tenía pendientes en el municipio, específicamente en obras públicas, y me entretuve algunas horas ahí, estuve esperando al director, y cuando por fin llegó, entre a platicar con él, y estando en su oficina, recibí un mensaje de Avelina, saludándome y preguntándome donde andaba, ya eran las 11:00 am, supongo que se le hizo raro no verme en la obra, le respondí que veía algunos pendientes en el municipio, que no tardaba en llegar, así que terminando esa reunión, me dirigí hacia la oficina, ya era cerca de medio día, durante el camino, estuve pensando, que tenía que decirle a Avelina ese mismo día, que el miércoles nos íbamos de viaje de trabajo, así tendría dos días para organizarse.
Llegando a la oficina, le di los buenos días al personal que se encontraba ahí, Avelina trabajaba en mi escritorio, estaba sentada y pude ver que vestía un pantalón de mezclilla oscuro y una blusa blanca de botones, su cabello lo tenía recogido, se veía hermosa, aunque no pude apreciar su mayor atractivo por estar sentada, entonces la saludé:
*Hola, buen día, ¿cómo vas?
-Hola, te tardaste mucho, y en voz muy baja me dijo – Te extrañaba, y le ofrecí una sonrisa pícara.
Estuvimos platicando brevemente de sus pendientes de trabajo, y me comentó que ya le estaba entendiendo a los procesos, y se estaba familiarizando con las órdenes de compra, seguimos tocando otros temas de trabajo, y le comenté que iría a darme una vuelta a la obra, para supervisar los trabajos de construcción y platicar con el arquitecto de algunos pendientes de campo.
Salí, y me fui pensando que me sentiría más cómodo diciéndole lo de la ida a San Luis a solas, y como había algunas personas en la oficina, no me animé a decirle, así que tomé la decisión, que, regresando a la oficina, le pediría que fuéramos al almacén, y durante el camino podría abordar cómodamente ese tema.
Después de atender los pendientes de obra, me regresé a la oficina, ya tenía elaborado mi plan, pero cuando entré, observé que no había nadie, solo estaba Avelina sentada en el lugar de la secretaria, y le pregunté por ella, me comentó que la secretaria le había encargado la oficina, porque le había dado hambre y había salido a comprar algo para almorzar; así que era la oportunidad perfecta para decirle lo de la salida, le extendí mi mano, haciéndole entender que quería, que me acompañara para mi privado, y con una sonrisa la tomó, volteó hacia la puerta principal, solo para checar que no entrara nadie y nos viera, y al levantarse, pude ver ese hermoso trasero que me traía loco, le quedaba muy justo ese pantalón, presentaba claramente el glorioso culo que tenía, la hice andar delante de mí para contemplar cómo se movían esas nalgas al caminar, de verdad que imponía ese estupendo trasero, que tentación más grande.
Llegando a mi privado, no cerré la puerta, porque si entraba alguien a la oficina, se iba a ver mal que estuviéramos encerrados, con mi brazo derecho la gire y la empecé a besar, lo cual ella correspondió, mis manos se fueron directamente sobre sus enormes nalgas, manoseándolas ya sin timidez y con mucha lujuria, aunque fue algo breve, ambos sabíamos que en cualquier momento podía entrar alguien, así que después de ese breve faje, y con una erección muy notable, le dije que quería hablar con ella.
Le comenté que me había llegado un email de la oficina central de Ciudad de México, solicitándome que el día miércoles estuviera en San Luis, ya que habían llegado los nuevos modelos de sanitarios, y que la casa comercial que nos estaba suministrando los muebles de baño, nos daba la noticia, que el modelo de W.C. que habíamos escogido se había agotado, por lo cual, se tenía que escoger uno nuevo, además de tener que pasar con el proveedor eléctrico, para traernos varias cajas de cables, que no nos habían podido mandar y que ya nos hacían falta en la obra, todo esto que le decía era verdad, excepto lo del email, ese era un pendiente que había agendado para atender la sig. semana, además, le dije, que aprovechando la ida, se iba a comprar toda la papelería que hacía falta.
Ella se me quedó viendo, yo tenía el temor de que me dijera que no iba a poder acompañarme por los celos del novio, o que simplemente se fuera a echar para atrás, no sé, pero su reacción fue poner una cara de alegría, diciéndome inmediatamente que sí, su respuesta hizo que se me erizara la piel, seguidamente me preguntó: *Que necesito llevarme?, le comenté, mira, tenemos que ir a cuatro casas comerciales, yo creo que me vas acompañar a dos de ellas, y al final te dejo para que tú hagas la papelería, mientras yo me voy a la última casa comercial; le dije que se llevara una muda de ropa por si teníamos que quedarnos, porque no sabía si podíamos terminar en un solo día, y ella sin vacilar con una cara de felicidad me dijo que estaba bien, pero no me hice ilusiones, no quería tener una decepción a la mera hora, por lo cual me mantuve algo pesimista al respecto, ya me había platicado de los celos de su novio, y por eso dudé, en dos días podrían cambiar muchas cosas, así que pensé y me dije a mi mismo: *Ni te ilusiones Roberto, hasta que tengas a esta mujer en tu auto saliendo para San Luis, entonces sí, pega gritos de júbilo.
Cuando termine de decirle todos los pormenores de la ida, ella se acercó a mí, y me volvió a besar, nuevamente le metí un buen manoseo a su increíble trasero, pero nos volvimos a controlar, yo estaba calientísimo, ya me quería coger a esa mujer, y que mejor que fuera en San Luis, así nos quedaríamos toda una noche juntos, tendría disponibles sus portentosas nalgas toda la noche para mí, sin prisas, sin interrupciones, estaría completamente a mi disposición, el solo hecho de pensar eso, me excitaba muchísimo.
Después de darle esa noticia, el día transcurrió con normalidad, sin temas protagónicos, ella se dedicó a atender pendientes de trabajo, y yo atendí los míos.
El contexto del día martes fue algo similar, el día se desarrolló en el tenor laboral, solo que ya por la tarde, le comenté, que, al día siguiente, miércoles, nos iríamos temprano, a las 7:00 A.M., para poder aprovechar la mañana en la capital, ya que eran 3 horas de camino, ella se emocionó, se le notaba ansiosa, y me dijo que estaba bien.
Yo sabía, que mi chica se estaba quedando a dormir en casa de su mamá, su novio no estaba en la ciudad, así que le pregunté, si pasaba por ella a su casa o la veía en la oficina, respondiéndome que yo decidiera, y eso me puso a pensar un poco, la casa de su mama estaba a unos 150 mts de distancia de la oficina, así que me daba igual verla en un lado o en otro, salvo que, si la citaba en la oficina, a esa hora no había nadie, el personal de oficina entraba a las 8:00 de la mañana, y al verla ahí, me iba a dar tentación de meterle un buen faje, entreteniéndome en la salida, aunado de irme caliente en todo el camino, además, en San Luis tendría todo el tiempo del mundo para eso, así que opté por pasar a casa de su mama por ella.
Cuando terminó la jornada laboral el día martes, se comenzó a retirar el personal de oficina, yéndose primero la secretaria, ella era puntual para irse, quedando solo el arquitecto y un chico que nos apoyaba dibujando en autocad, además de Avelina y yo, el personal de campo trabajaba una hora más, así que el arquitecto se iba hasta que los trabajadores terminaban su jornada, pasaron algunos minutos, y el arquitecto me comentó que iba a campo para supervisar los trabajos, le respondí que en breve lo alcanzaba, cuando el salía, el chico que nos apoyaba en los planos, le dijo, -Espéreme arqui, yo también voy, necesito checar una medida antes de irme, y se fueron juntos, así que nos quedamos solos mi chica y yo, cuando ellos cerraron esa puerta al salir, me quede inquieto, pero seguí trabajando en mi computadora, esperando que Avelina viniera a mi privado, pasaron unos minutos y así fue, quizá al ver que yo no iba a su lugar, ella vino al mío, diciéndome que ya se iba, que tenía que hacer su maleta y lavar alguna ropa que se quería llevar, yo me levanté de mi silla para encontrarme con ella, y nos besamos efusivamente, mis manos se fueron obscenamente hacia sus carnosas nalgas, magreándolas vigorosamente, que rica sensación, así estuvimos algunos minutos, hasta que nos controlamos, podía regresar el dibujante que solo iba a checar una medida.
Le dije que la acompañaba a su casa, y cuando salíamos de la oficina, le di una rica nalgada tomándola desprevenida, provocándole un sobresalto y después una carcajada, durante el camino a su casa nos fuimos platicando, me comentó que ansiaba que ya fuera miércoles, y yo le correspondí diciéndole lo mismo, al llegar a su casa, me despedí de ella con un beso en la mejilla y le dije que a las 7:00 de la mañana estaría ahí.
Esa noche llegué a casa, y después de tomar una ducha, me dispuse a hacer mi maleta de viaje, mi esposa al verme me preguntó si nuevamente iba para San Luis, le dije que sí, que tenía una reunión en Infonavit y que iba por material, lo cual se le hizo de lo más normal, al estar cenando, recibí un mensaje de Avelina diciéndome que ya estaba en cama, y que me esperaba el día de mañana, enviándome un beso de las buenas noches, le respondí que ya ansiaba verla, y nos despedimos; esa noche batalle para conciliar el sueño, debido a la ansiedad que me embargaba.
Me desperté antes de que sonara mi alarma, eran las 05:25 A.M., ya era miércoles, el día había llegado, mi ansiedad seguía presente, me levanté de la cama, y me fui directamente a la cafetera para preparar café, y mientras la cafetera hacia su trabajo, me fui a la ducha, llevándome mi rastrillo de afeitar, no acostumbro a llevar barba ni bigote, así que solo me afeité bien mi cara, y también me afeité bien mis testículos y el tronco de mi verga, estos menesteres los hacía seguido, aunque no tuviera programado un encuentro sexual, nunca me ha gustado tener vello en esas partes, me es incómodo, así que solo me di mantenimiento con el rastrillo.
Salí de la ducha y me preparé una buena taza de café, y mientras lo tomaba, comencé a arreglarme; Avelina siempre me había visto con ropa de trabajo, que, aunque no es un uniforme, yo siempre vestía en pantalón de mezclilla con camisas de manga corta de algodón, y zapatos de seguridad, ese día me vestí de manera diferente, mi vestimenta era más casual, me puse un pantalón de tela azul marino y una camisa manga larga de color azul cielo, con unos zapatos casuales color café y un cinturón del mismo color.
Al terminar mi ritual de acicalamiento, vi que ya eran las 06:20 A.M., así que era hora de salir, cepillé mis dientes y me despedí de mi esposa, subí mi maleta pequeña al auto, y al salir de casa me fui directo a cargar gasolina, estando en la gasolinera me llegó un mensaje de Avelina, diciéndome que ya estaba lista, su mensaje me provoco un cosquilleo en la sangre, le respondí que en unos 10 minutos estaba por su casa, y así fue, a las 07:05 A.M. estaba afuera de su casa, y cuando me disponía a escribirle un mensaje para decirle que ya había llegado, ella salió, que hermosura de mujer, vestía una blusa holgada de ¾ de manga, corta, de color beige, un poco transparente, de cuello amplio, pero el pantalón se llevaba el trofeo, era un pantalón de mezclilla de tela delgada, deslavado, color azul cielo, muy ajustado, que denotaban su cintura estrecha, unas tremendas piernas, unas gloriosas nalgas y unas caderas simétricas discretamente pronunciadas, y todo en conjunto formaban el mejor culo que jamás había visto en mi vida, ese pantalón no dejaba nada a la imaginación, me bajé del auto para ayudarle con su maleta, saludándonos con un beso en la mejilla, dándonos los buenos días, y fue aquí que mi chica se sorprendió al verme vestido con mayor formalidad, arrancándole una mirada de gusto, tomé su maleta y la metí a la cajuela, después le abrí la puerta del auto para que subiera, y al subirme al auto, ella esbozó una sonrisa y me dijo:
-Que guapo estas! si fuera solo viaje de placer, me hubiera puesto minifalda.
*Mi amor, no sabes lo hermosa e imponente que te ves hoy, eres un manjar. le respondí.
Como seguíamos frente a su casa le dije, *Deja me muevo de aquí para saludarte bien, y me detuve en una calle solitaria dentro del mismo fraccionamiento y ahí dentro del auto nos besamos dándonos los buenos días.
Después de saludarnos, puse en marcha el auto y salimos del fraccionamiento, al parecer ya nada se iba a interponer en nuestro viaje, me tomo unos 15 minutos cruzar parte de la ciudad, para por fin tomar la carretera que nos llevaría a nuestro destino, le pregunté si quería un café, y me dio las gracias diciéndome que ya había tomado en su casa, le dije que llegando a Rio Verde (es una ciudad que está a mitad de camino a San Luis), si le daba hambre, ahí podíamos almorzar, me respondió que sí, que si nos daba hambre almorzábamos ahí.
Durante el viaje nos tomamos de la mano y nos fuimos conversando de temas insignificantes y bromeábamos, riéndonos de vez en cuando, y al ir entrando a la ciudad de Rio Verde, le pregunté si tenía hambre, respondiéndome que un poco, le dije que en la desviación a la autopista a San Luis, había un parador donde vendían unas buenas gorditas, de hecho siempre está lleno, me dijo que estaba bien, y fue ahí donde almorzamos, no hay más comentarios relevantes al respecto, solo que al entrar al restaurante note que algunos varones observaban con malicia el glorioso culo de Avelina, lo mismo ocurrió al salir, y eso me provoco cierta excitación.
Nuevamente nos subimos al auto, y manejé sobre la autopista rumbo a San Luis, me dijo que le habían gustado mucho las gorditas y se sorprendió de ver tanta gente en el negocio, seguimos platicando durante el camino, y fue entonces que salió el tema del novio, le pregunté si no iba a tener problemas con él sabiendo que iba a San Luis, y me comentó que la última vez que lo vio, le había encontrado una foto con una chica, y ella suponía, que era la novia que tenía en saltillo, y debido a esto, se había molestado con él, además me comentó, que estaba fuera de la ciudad, y que esta vez tardaría más de un mes en regresar, porque la empresa lo iba a ocupar más días en el área de Saltillo, por lo cual suponía, que aparte de ser un viaje de trabajo, su novio iba a tener también, un viaje de placer, así que de momento, no le contestaba ni llamadas ni mensajes; que mejor escenario se me presentaba, el novio no nos iba a molestar, y a mí la verdad, me daba igual si ella se había ido de viaje conmigo por reproche, o porque en verdad me deseaba, me daba exactamente lo mismo, siempre y cuando tuviera el placer de cogerme su glorioso trasero.
Cuando llegamos a la última caseta de cobro de la autopista, me detuve, y ambos pasamos al baño, compré una botella de agua en la tienda, y emprendimos nuevamente el viaje, ya solo nos falta una hora de camino. En ese último trayecto del viaje, no volví a tocar el tema del novio, me enfoqué nuevamente a llevar una charla amena, haciéndola reír de vez en cuando.
Cuando iba entrando a la ciudad de San Luis, ella se maravilló, diciéndome que en solo dos ocasiones había estado en la capital, y eso hacía ya, muchos años, yo conocía la ciudad perfectamente bien, había vivido en ella algunos años, así que sabía moverme muy bien.
Ya iban a dar las 11:00 de la mañana, y teniendo elaborado mi itinerario en la cabeza, me dirigí primero a mayoreo eléctrico, era la casa comercial, en donde iba a recoger el material, que no nos habían podido enviar, solo eran 10 rollos de cable del No 8, ese cable lo usábamos muy poco, ya que es grueso, y solo lo utilizábamos para conectar la acometida con el centro de carga, en fin, esas 10 cajas nos rendían para muchas casas.
Me detuve en el estacionamiento, y le pedí a Avelina que me acompañara, entramos a la tienda, y como siempre, me atendió el encargado, nos saludamos, y le presenté a Avelina como la nueva encargada del área de compras, dándome cuenta, que muy discretamente el tipo le veía el pantalón a mi chica, posteriormente, hablamos brevemente de algunos pendientes y nos despedimos, diciéndome, que enseguida subían el material a mi auto, le agradecí y caminamos hacia la salida, en ese momento yo sabía, que ese cabrón le estaba viendo las nalgas a mi chica, provocándome algo de coraje, pero también excitación; cuando llegamos al auto, ya venía un chico con una carretilla de carga con mi material, el trabajador me apoyo subiendo y acomodando el material en la cajuela, dejando las maletas arriba del material, le di las gracias y cerré la cajuela, y cuando le estaba abriendo la puerta a Avelina para que se subiera, vi como el trabajador volteaba discretamente a verla, y al subir al auto, me di cuenta, que el encargado de la tienda, había salido a la puerta para despedirse a distancia, cosa que nunca hacía.
Después me dirigí a plomería selecta, en donde nos recibió la encargada, saludándome muy amena, y de la misma manera le presente a Avelina, abordamos el tema laboral y me comentó lo que ya sabía, que habían descontinuado el modelo de W.C. que nos estaban suministrando, sin embargo, le habían llegado muchos más modelos, más bonitos y económicos; esto me lo decía, con la finalidad de que escogiera otro, así que nos llevó al área donde los exhibía, mostrándonos la gran variedad que tenía, le pregunté cuales modelos se ajustaban a mi presupuesto, señalándome 3 de ellos, y aquí aproveche para darle esa responsabilidad a Avelina, le pedí que de esos tres modelos, escogiera uno, lo cual le provocó una reacción de sorpresa, pero a la vez de agrado por tener esa responsabilidad, para ella era algo nuevo, y sin titubeos, mi chica le indico a la vendedora el modelo de W.C. que de ahora en adelante nos debían suministrar, vimos algunos otros pendientes y salimos de la tienda.
Iban a dar ya las 3 de la tarde, y mis únicos pendientes de trabajo en San Luis ya los había atendido, mi viaje de trabajo ya se había terminado, ahora empezaba el viaje de placer, la compra de papelería y el que yo tuviera que ir a otra casa comercial, eran parte de mi plan, así que le dije a Avelina, que nos íbamos a separar, para terminar temprano con los pendientes, y así, poder ir a comer, porque ya era tarde, le comenté, que la iba a dejar en el centro de la ciudad para que hiciera la compra de la papelería, le dije, que yo hacia la compra de papelería en esa zona, porque había varias tiendas grandes y era más barato, así que le pedí que checara precios en varios comercios, y decidiera en cual comprar, como ella no conocía la ciudad, le expliqué brevemente la ubicación de las tiendas, ella llevaba una lista de todo el material de papelería que se tenía que comprar, esa lista, la habían elaborado la secretaria y ella, además la secretaria le había dado el dinero para la compra, porque ella administraba la caja chica.
Cuando llegué al centro, me paré en una esquina, y le dije a Avelina que la veía en una hora aproximadamente, dentro de toda la lista de compras, había una caja de hojas blancas, eso sí era pesado, así que le pedí que cuando hiciera la compra, me avisara por mensaje en que papelería la había hecho, para poderme detener ahí, y subir las cosas, respondiéndome que estaba bien, nos dimos un beso y bajo de mi auto, sobre la acera venían dos hombres, que al verla bajar, descaradamente voltearon a verle el hermoso culo que exhibía su pantalón.
Salí del centro y me fui directo para el hotel donde nos quedaríamos a dormir, ya había reservado una Suite, el hotel que escogí se llama “La posada Hotel & Suites” yo conocía bien este hotel, en varias ocasiones me había hospedado ahí, el hotel se ubica en la carretera 57, está dentro de la ciudad, más o menos a unos 5 km del centro, me tomo cerca de 20 minutos llegar al hotel, siempre hay mucho tráfico en todo el centro.
Cuando llegué a recepción, había dos personas registrándose, por lo cual tardaron algunos minutos en atenderme, y fue por este motivo, que quise adelantar el registro en el hotel, porque siempre había gente en recepción, y más por las tardes, y cuando llegara con Avelina, ya no quería entretenerme, quería irme directo a la habitación; cuando fue mi turno, le di mi número de reservación a la recepcionista y pagué la estancia, me entregó la tarjeta de acceso, pero no entré a la habitación.
Habiendo terminado este pendiente, me fui de regreso al centro para pasar por mi chica, ya que me iba a tomar otros 20 minutos llegar por el denso tráfico, en el trayecto me detuve en una farmacia, en donde compre un lubricante vaginal y condones, cuando salía de la farmacia me llegó el mensaje de Avelina, diciéndome que ya había comprado la papelería, adjuntando la ubicación, y mientras metía el lubricante y los condones a mi maleta, le respondí diciéndole, que en unos 10 minutos llegaba por ella, me subí al auto y me dirigí a la ubicación que me había enviado.
Cuando llegué a la papelería donde ella había comprado, me estacioné en doble fila, ya que nunca hay lugar donde estacionarse en el centro, al bajarme del auto, vi a mi chica saliendo de una boutique que estaba a un lado de la papelería, estaba matando el tiempo ahí, me sonrió y me dijo, -aquí están las cosas, señalando en una parte del mostrador de la papelería, tomé la caja grande de hojas blancas, mientras que ella tomaba una bolsa grande con el resto de la compra, y metimos todo en la cajuela, prácticamente la cajuela iba llena.
Al subirnos al auto, le di un beso, notando como un tipo que estaba en la banqueta, se nos quedaba viendo, entonces le dije bromeando: *Mira lo que provocas amor, arrancándole una risa nerviosa, y mientras daba marcha al auto, me empezó a contar, que cuando la dejé en el centro, se dirigió a las tiendas que le había dicho, y al haber checado precios, decidió regresarse a comprar a esta tienda, y al ir caminando de regreso, un tipo le preguntó por una dirección, y ella le respondió que no sabía, que no era de la ciudad, y continuó caminando hacia la papelería, pero el tipo comenzó a seguirla, y empezó a decirle de cosas, que le mostraba la ciudad, que la invitaba a comer, que a donde iba y más, pero ella lo ignoró, hasta qué, al ir entrando en la papelería, el tipo entendió que no tenía oportunidad con ella, diciéndole una grosería.
Yo puse cara de extrañeza acompañada de una sonrisa, y le pregunté: *Como que una grosería, ¿qué te dijo? y me dice: -Pues sí, porque yo él no lo conozco y por eso es una grosería.
Eso me provoco reírme y le dije: *A ver, ¿cómo está eso?, me estás diciendo que es una grosería porque no lo conoces a él, pero si lo conocieras ¿entonces no sería grosería?
Y me dijo: - Mmm, Pues sí, si yo lo conociera y nos tuviéramos confianza, pues quizá no lo tomaría como grosería.
*A ver, déjame entender esto corazón, hoy tu y yo nos conocemos, y creo que ya nos tenemos confianza, ¿me estás diciendo que, si yo te dijera, lo que ese tipo te dijo, no sería una grosería?
Ella tiró una carcajada e inmediatamente me dijo: - Pues sí.
Me reí y le dije: *Por favor, dime la grosería que te dijo ese tipo.
- ¡No como crees, me da pena!
*Amor, dime, ya me metiste la duda y ahora quiero saber.
-Noo, de verdad me da pena. Me dijo esto riéndose.
Y le insistí con una sonrisa: *Que cruel eres conmigo amor, yo que te empiezo a querer y me tratas como un desconocido.
-Ay, está bien, te diré, pero es una grosería, cuando el tipo vio que me iba a meter a la papelería, me dijo “Que buen culo tienes preciosa”
Yo pegue de carcajadas y le dije: *Entonces si yo te dijera eso, ¿no sería una grosería?
Se echó a reír y me dijo: -Si me lo dices con tu voz suave y varonil, no lo es.
Ambos nos carcajeábamos, y al terminar de reírnos, ambos nos miramos a los ojos y mientras estábamos atorados en el tráfico del centro, nos inclinamos y nos besamos suavemente, al terminar el beso, nos seguimos viendo cara a cara y le dije con una voz suave: *¡Que buen culo tienes Avelina! Sonreímos y nos volvimos a besar brevemente, el tráfico empezaba a avanzar.
Mientras seguíamos tratando de salir del centro, le pregunté, que se le antojaba comer, ya que prácticamente se nos había ido el día viendo todos esos pendientes, en ese momento el reloj del auto marcaba las 4:15 P.M., ella me respondió, que lo que yo quisiera estaba bien, le respondí que no, que por favor me dijera que se le antojaba, y ella me preguntó:
- ¿En dónde comes cuando vienes a San Luis?
Le respondí, que, como siempre venía solo, comía en cualquier lugar, que en ocasiones me comía una hamburguesa, o me iba al KFC a comer pollo, pero como ahora estaba acompañado, no quería comer en esos lugares.
Y me respondió: - ¡Ay, se me antojo mucho una hamburguesa!
Le respondí: *¿Una hamburguesa? ¿No se te antoja comer mariscos o carnes rojas?
Me dijo: -No, yo quiero una hamburguesa.
*¿En serio?: le pregunté.
-Siii, es en serio!
Yo la verdad, quería consentirla más, mi plan era meterme a algún restaurante acogedor y tener una buena comida, pero ahora tenía que meterme a algún Carl´s Jr.
Así que me dirigí hacia el estacionamiento del hotel panorama, ahí mismo en el centro, muy cerca de ahí había un Carl´s jr.
Como seguíamos en el centro, no tarde mucho en llegar, ambos moríamos de hambre, al llegar, me metí al estacionamiento del Hotel, me bajé del auto y le abrí la puerta a mi chica, al bajar, la abracé fuerte por la cintura, nos besamos, después le tomé la mano y nos fuimos caminando hacia el local de hamburguesas.
Nos metimos al lugar y ordenamos, y estando comiendo platicábamos irrelevancias de las cuales algunas nos provocaban risa, yo la molestaba con bromas, y ella hacia lo mismo. Ya pasaban de las 5:30 de la tarde cuando salimos del local de hamburguesas, el clima estaba muy agradable, quizá unos 22°C, le dije que camináramos un poco, el centro de San Luis es muy bonito, y sabía que para ella era novedad, durante todo el paseo por el centro, anduvimos tomados de la mano como toda pareja, nos abrazábamos y besábamos de vez en cuando, nos metimos a varias tiendas de ropa, y le compre 2 blusas que se había probado y le habían encantado, ya se nos había ido más de una hora paseando por el centro, cuando ella me preguntó:
- Amor, ¿si nos vamos a quedar a dormir verdad?
*Por supuesto que si mi vida! Le respondí con una voz muy necesitada.
Me sonrió y me dijo: -Entonces le voy a avisar a mi mamá. Y tomó el teléfono para enviarle un mensaje.
Cuando guardo nuevamente el teléfono, nos besamos en plena calle, nada nos importó, nadie nos conocía; al terminar de besarnos y sin decir nada, nos quedamos viendo, ambos sabíamos que era hora de irnos a un lugar más privado, era hora de irnos al hotel.
De regreso al auto, pasamos por una tienda Oxxo y me dijo que quería comprar un rastrillo, entramos y aproveché para comprar una botella de agua, la tarde ya se había ido; cuando llegamos al auto, nos volvimos a besar antes de subirnos, y de esa manera salimos del centro, rumbo aquella habitación de hotel que ya nos esperaba.

Al llegar al hotel, entre con el auto y ya no me detuve en recepción, seguí manejando sobre la calle interior, pasando por el edificio de las habitaciones sencillas, deteniéndome en una pluma de acceso vehicular, bajé mi ventanilla y deslicé la tarjeta de la habitación, levantándose la pluma automáticamente, seguí avanzando hasta llegar a dos edificios largos, de dos niveles cada uno, los cuales eran las suites del hotel, me estacioné frente al edificio que alojaba nuestra habitación, el estacionamiento estaba a unos diez metros de distancia del edificio, había jardinería entre el estacionamiento y el edificio de habitaciones; al apagar el encendido del auto, me sobrevino el nerviosismo, no podía creer que estuviera llegando a un hotel en otra ciudad con Avelina y su extraordinario trasero, era un hecho que esa noche ese par de redondas nalgas serian mías; y eso me empezó a poner nervioso, aunque no se lo hice notar, sin embargo, si pude notar algo de nerviosismo en ella.
Empezaba a oscurecer, y una llovizna ligera acompañada de viento estaba presente en el ambiente, algunos relámpagos se veían a la distancia, se sentía algo de frío, el auto marcaba 18°C de temperatura.
Me baje del auto y le abrí la puerta a Avelina, le tomé la mano para ayudarla a bajar, no había gente en el estacionamiento, después abrí la cajuela, tome las 2 maletas con una sola mano y ella se ofreció a llevar la bolsa con las cosas que habíamos comprado en el Oxxo, cerré el auto, y tomé la mano de Avelina, y así empezamos a caminar hacia el edificio que albergaba nuestra habitación, cruzamos la pequeña área verde que separaba las habitaciones del estacionamiento, la llovizna nos mojaba ligeramente, el frío se apoderó de ella, haciendo que soltara mi mano para abrazarme, correspondiéndole la acción.
Llegamos al edificio el cual nos protegió de la lluvia, y caminamos por el pasillo exterior de las habitaciones buscando la nuestra, no había ni una sola persona en el pasillo, estábamos solos, no saben el conjunto de sensaciones que tenía mi cuerpo en ese momento, la adrenalina, el nerviosismo, la desesperación, la tentación, y la lujuria, fueron de las que me percaté, pero había muchas más.
Cuando llegamos a la puerta de la habitación, tomé la tarjeta magnética que traía en la bolsa trasera de mi pantalón, fue cuando Avelina dejó de abrazarme para que pudiera abrir la puerta, coloqué la tarjeta en el dispositivo, cambiando la luz el color, de roja a verde, y antes de abrir, voltee a ver a Avelina, y le di un beso en sus labios, ella sonrió.
Cuando abrí la puerta todo estaba a oscuras, así que coloqué la tarjeta en el dispositivo magnético de la habitación y algunas luces se encendieron automáticamente, dejando ver lo bonito que era la estancia.
La describiré brevemente, era una suite mono ambiente, muy bien distribuida, en donde entrando a mano izquierda estaba un pasillo que alojaba un closet grande y frente a él había un mueble de madera que al abrirlo albergaba un frigo bar y un horno de micro ondas, a un lado de este mueble estaba un amplio lavabo de placa de mármol y al final estaba el baño, para ir a la recamara, debías entrar a la habitación e ir derecho, encontrando primero un tocador con espejo, posteriormente una pequeña sala, y al final, un comedor con 2 sillas, la recamara estaba a mano izquierda de ese comedor, una recamara muy amplia, semi cerrada, con muros pero sin puertas, con una cama King Size, dos burós con sus respectivas lámparas, y frente a la cama un televisor, solo la recamara estaba alfombrada, todo en conjunto era muy acogedor.
Cuando entramos a la habitación, la primera reacción de Avelina fue de encanto, el ambiente interior era cálido, y ese contraste con el clima exterior, provocó que su cuerpo tiritara, juntando las dos manos al frente y haciendo ese ruido que se hace con la boca; llegamos a la sala y puse las dos maletas en un sofá, tomé la bolsa que tenía Avelina en su mano y la coloqué en la mesa de la habitación, vi que la cortina del ventanal de la recamara se encontraba abierta, y mientras cerraba la cortina, ella me dijo. -Qué bonita esta la habitación, me encanta.
Caminé hacia ella y la tomé de la cintura, pegándola completamente a mi cuerpo, y comenzamos a besarnos, sus manos rodearon mi cuello, yo no tenía prisa, sabía en ese momento que tenía toda la noche para mí, así que empezamos a besarnos muy suavemente, apenas nuestras lenguas se rozaban, mis manos reposaban en su cintura, hasta que nuestros besos fueron creciendo de intensidad, nuestras lenguas se buscaban y nuestros labios se movían con mayor ansiedad, empezaba a escuchar muy suavemente sus jadeos, esos besos ardientes nos provocaban respirar cada vez con mayor fuerza, el apetito sexual y la lujuria empezaban a hacerse presentes, comencé a bajar mis dos manos muy lentamente hacia sus voluptuosas nalgas, la transición de llevar mis manos de su cintura hacia sus nalgas, fue muy lenta, reitero, no llevaba prisa, quería disfrutar al máximo todas las sensaciones que se me hacían presentes, mi mente se concentraba solamente en dos lugares, en sus labios, en esos besos cachondos y lujuriosos que nos estábamos dando, y en mis manos sintiendo como sus colosales nalgas iban apareciendo mientras bajaban sobre su pantalón.
Nuestros besos empezaron a hacerse cada vez más intensos, nuestros labios y lenguas se exigían cada vez más, ella bajó una de sus manos y empezó a sobarme la verga por encima del pantalón, mi erección era muy notoria, y mientras su mano jugaba con ella, mis manos llegaban a la cima de sus redondas nalgas, las habían escalado muy lentamente, la lujuria comenzó a apoderarse de mí, y empecé a manosear todo su trasero con mayor intensidad, sintiendo lo voluptuosas que eran esas nalgas, nuestras bocas se comían, y ella de vez en cuando aprisionaba la cabeza de mi verga con su mano, cada vez manoseaba todo su prodigioso trasero con mayor inquietud, llegando hasta los pliegues que dividen las nalgas y las piernas, la lujuria me provocaba estrujarle las nalgas cada vez con mayor fuerza, estaba muy excitado, hacía mucho tiempo que no me sentía así, ambos jadeábamos con fuerza, nos queríamos comer ya, en eso ella se separó, tomo aire y me dijo:
-Amor necesito bañarme, vamos a desempacar.
Y si, la verdad yo también me quería duchar, todo el día habíamos andado en la calle, y no iba a tener sexo así con ella.
Aproveché y le dije que me diera la oportunidad de entrar primero a la ducha, con el pretexto de que ella iba a desempacar, pero mi finalidad era otra, mi ducha iba a tardar menos que la de ella, como les dije en el principio de esta historia, yo acostumbro a rasurarme el vello que me sale, tanto en los testículos, como en el tronco de la verga, solo me quedo con algo de vello recortado en la parte de la pelvis, y esas labores ya las había realizado al tomar mi ducha ese día en la mañana en mi casa, así que tenía avanzado ese pendiente y no me iba a entretener, solo iba a tomar una ducha de aseo, pero como ella había comprado un rastrillo en la farmacia, supuse que se iba a entretener más, así qué era mejor ducharme yo y esperarla a ella.
Encendí el televisor para romper el silencio de la habitación, y bajar el nerviosismo que ambos teníamos, saque mi rastrillo solo para darme una breve afeitada en mi cara, ya me había rasurado ese día por la mañana, pero mi barba empezaba a picar, y al momento de tener sexo con ella, la iba a rozar, y mientras mi chica desempacaba, me empecé a desvestir frente a ella, quedando solo en bóxer, vi que ella me observó con cierta timidez y nerviosismo, pero también no quiso evidenciarse y trató con esfuerzo de actuar con naturalidad, tomé mi rastrillo, una crema corporal, cepillo de dientes, pasta e hilo dental y le dije que me diera unos quince minutos en lo que tomaba mi ducha, me dijo que estaba bien, mientras ella seguía acomodando su ropa, cuando entré a la ducha, me di cuenta que estaba muy nervioso, el tremendo trasero de Avelina había logrado lo que en muchos años no pasaba en mí, y me sentía muy nervioso, a tal grado que me daba miedo, que a la mera hora no tuviera una buena erección, así que traté de relajarme, y tomé la decisión en ese momento de tomarme una pastilla de sildenafil, porque con tanto nerviosismo no sabía cómo iba a resultar todo, así que salí del baño, y le dije a Avelina que se me había olvidado mi cepillo dental, y tomé toda mi maleta llevándomela al baño, ahí tenía yo las pastillas, inmediatamente saqué la caja y me tomé una, ya con la pastilla en mi organismo empecé a sentirme más seguro, me metí a la regadera y tomé con calma la ducha, relajándome; al terminar, abrí la puerta del baño y me fui al lavabo a cepillar mis dientes, me apliqué desodorante y me puse crema corporal y tengo una crema especial qué uso en mis genitales, me la pongo en mis testículos y en toda la verga, quedando con un olor muy agradable, así que terminé mi ritual de aseo y con solo la toalla puesta en mi cintura, me fui para la recamara donde estaba Avelina, dejé nuevamente mi maleta en el sofá, y vi que ella estaba sentada en la cama algo nerviosa, viendo la televisión, seguía vestida, solo que sin los zapatos, tenía un neceser a un lado de ella, donde supuse que llevaba todos sus accesorios de limpieza, volteó a verme sonriendo, mientras se levantaba de la cama y me dijo:
-No te desesperes ya vuelvo. Me dio un beso y se fue a la ducha, no sin antes darle un buen agarrón de nalgas.
Cuando cerró la puerta del baño, empecé a prepararme para el gran evento que se venía, me sentía con mucha ansiedad, no creía en mi perra suerte, había un voluptuoso trasero en mi habitación que se estaba aseando para que yo me lo cogiera, y no solo eso, sino que lo iba a tener toda la noche conmigo, no sabía si ese día Dios quería recompensarme por algo, o simplemente se había ido de fiesta, descuidando el departamento de la suerte, y por esa razón, se me habían dado las cosas perfectamente, para poderme comer ese manjar prohibido.
Tomé la toalla de mano del hotel, y de mi maleta saque el lubricante vaginal, condones, y un vibrador que no sabía si iba a usar o no, tomé el agua que habíamos comprado y todo lo puse en uno de los burós de la cama, y con la toalla de mano oculté el lubricante y el vibrador, comencé a apagar las luces de toda la habitación, dejando encendidas solo dos, la luz del área que estaba afuera del baño, donde estaban el closet y el lavabo, y también la luz de la lámpara de buró, donde había dejado todo lo que iba a ocupar, si apagaba la lámpara del buró, la luz del closet apenas permitía vislumbrar en la recamara, así que podría ser un ambiente cómodo para ella, por ser la primera vez que íbamos a intimar, sin embargo, la luz del buró la dejé encendida, con la finalidad, que cuando mi chica llegara de su ducha, poderle ver con buena luz ese trasero majestuoso, pero no sabía cómo iba a llegar, tal vez solo con la toalla, o en algún pequeño short y playera, la verdad no me imaginaba como se iba a presentar.
Me senté en la cama y apagué el televisor, y en lo que ella se duchaba, me puse a ver en mi celular algunas imágenes de pornografía de penetración anal, lo cual me excita mucho, como ya les había comentado, a mí me encanta el sexo anal, como también me excita mucho chuparles el culo, independientemente de que la mujer me deje o no cogerla analmente, yo siempre les doy unas muy buenas mamadas de culo, y en el caso de saber que tendré sexo anal, me gusta lubricar y dilatar bien el ano, para posteriormente cogerla, aunque de todas las mujeres con las que he estado, son pocas las que disfrutan de ser cogidas analmente, siempre hay una baja probabilidad de que alguna mujer le guste el sexo anal, así que sabía que eso no se iba a dar esa noche y menos a la primera.
Aun me sentía nervioso, con cierta ansiedad, pasaron cerca de veinte minutos cuando escuché abrirse la puerta del baño, sabía que mi chica ya había terminado su ducha, se quedó unos minutos más en el área de lavabo, y fue entonces que la escuché venir.
Yo seguía sentado en la cama desnudo, solo tenía en mi regazo, la toalla que había usado para ducharme cubriendo mi verga, mi nerviosismo se disparó cuando pude verla llegar, traía la toalla alrededor de su cuerpo, desde las tetas, hasta un poco más abajo de las nalgas, se dirigió a la mesa para dejar su neceser y en una silla puso la ropa del día, por lo cual me dio la espalda, y con la buena luz que me proveía la lámpara del buró, pude ver que la toalla apenas le cubría su redondo trasero, vaya, la toalla le quedaba como si fuera una minifalda exageradamente corta, le podía ver los pliegues de las nalgas, los tenía muy bien marcados por lo nalgona que estaba, que tentación me daba esa mujer, se dio vuelta hacia a mí, frotando en su cabello una toalla extra con la finalidad de secarlo.
Yo la veía como un lobo podría ver a una oveja, no podía creer que ese manjar iba a ser mi cena, comenzó a caminar hacia mí, mientras seguía secando su cabello, hasta que se detuvo delante de mí, en medio de mis piernas, entonces puse mis manos entre su cintura y sus caderas, pero sobre la toalla que usaba para cubrirse, levante un poco mi cara para verla a los ojos, y me miró mientras continuaba secando su cabello, ofreciéndome una pícara sonrisa.
Así nos quedamos un breve momento, afuera se escuchaba la lluvia, además de algo de viento, fuera de eso, en la habitación había silencio total; cuando Avelina terminó de secar su cabello, se dió media vuelta, regresando a la mesa que estaba a una distancia de algunos cinco pasos, colocando la toalla con la que se secaba el cabello en una silla, y nuevamente aproveché para verle el solemne trasero que tenía, y que, con dificultades la toalla le cubría, al terminar de colocar la toalla en la silla, se dio media vuelta para quedar frente a mí, pero ella permaneció en el comedor, entonces me sonrió y me dijo a la distancia: -Lista! Apagas la luz? Señalando a la lámpara del buró.
Le dije: *Si la apagaré, pero antes quiero ver tu escultural cuerpo mi amor.
Ella se rio de nerviosismo, mientras que yo sonreía y le suplicaba jugando que me complaciera, y después de hacerse del rogar; obviamente también jugando, accedió, y así a esa distancia, comenzó a quitarse la toalla, dejándola caer al piso, mi corazón se salía, y con gran esfuerzo me contuve para no ir corriendo sobre ella, mi erección ya estaba presente.
Ella no usaba nada en la parte de arriba, entonces pude constatar que mis cálculos no habían fallado, sus tetas eran entre chicas y medianas, se notaban firmes, su areola era chica y sus pezones grandes y salidos, eran color marrón, y en la zona de mi mayor interés pude ver una cintura bien marcada, seguida de esas caderas pronunciadas pero sin ser grotescas, con unas piernas gruesas y torneadas sin nada de vello, sus piernas se erizaron, pude ver levantados esos poros capilares, vestía lo que parecía ser una tanga-cachetero de encaje de color rojo, y es que no estaba seguro que fuera un cachetero, ya que no la había visto por la parte de atrás, que deliciosa se veía esta mujer.
Mientras que yo la miraba con lujuria, le hice un ademán con mi mano y le dije, *Regálame una vuelta muy lenta por favor, ella me sonrió con cierta pena, pero no hubo reclamo en mi solicitud, comenzó a girar lentamente, y que bárbara, que perfil tenia esta mujer, cuando quedó totalmente de lado, pude ver lo nalgona que estaba, eran unas suculentas nalgas grandes y carnosas, pero sin caer en lo grotesco, estaban bien paradas y muy firmes, que hacían armonía con esas dos majestuosas piernas, ella continuó girando y cuando quedó completamente de espaldas le dije:
*Detente!, quédate así por favor amor. No,no,no! que espectáculo tenia frente a mí, me quedé mirando como pendejo, tenía frente a mis ojos, una chica que me mostraba una cintura estrecha y delicada, muy contorneada, que remataba en un par de carnosas y redondas nalgas, y que a su vez se perdían en unas caderas acentuadas, sin llegar a ser exageradas, y todo eso descansaba en un par de suculentas y torneadas piernas, todo en su conjunto formaban el mejor culo que jamás había visto en mi vida, era simétrico, nada estaba fuera de lugar, nada caía en exageración y tampoco te quedaba a deber nada, todo en conjunto era la perfección, cualquier actriz del cine para adultos que me nombren, envidiaría el perfecto culo que tenía Avelina, todo su trasero era una poesía, no tenía competencia.
No sé cuánto tiempo estuve como pendejo mirando su majestuoso trasero, hasta que puse atención en la prenda que vestía, si era un cachetero, pero muy pequeño, no dejaba nada a la imaginación, yo seguía con lujuria viendo el culo perfecto que tenía Avelina, hasta que ella se volteó, y se dirigió a la lámpara del buró, apagándola, quedándonos con esa iluminación tenue que nos ofrecía la luz del área del lavabo.
Nuevamente Avelina caminó hacia mí, y se paró entre mis piernas, quedando sus pequeñas tetas desnudas a la altura de mi cara, sus brazos los colocó sobre mis hombros y mis manos las puse entre su cintura y cadera, y sin decir nada, empecé a besar el costado de su pecho, suavemente, acercándome lentamente hacia una de sus tetas, mis manos seguían en su cintura, me gustaba sentir la desesperación por agarrarle ese grandioso culo, pero me contuve, quería disfrutar todo lentamente, tenía toda la noche, y así con mis manos en su cintura, comencé a besarle una de sus tetas, pero sin llegar al pezón, lenta y suavemente empecé a llevar mi lengua hacia su areola, lamiéndola lentamente alrededor del pezón, ella empezaba a suspirar suavemente, hasta que introduje en mi boca su pezón y empecé a lamerlo, a chuparlo, a engullirlo; sus gemidos aumentaron, mis manos seguían portándose bien, con mucho esfuerzo seguía controlando la gran tentación que tenia de manosearle todo su trasero.
Mi boca ya había devorado una de sus tetas, la había dejado bien mamada, entonces proseguí a lamer la otra, esta vez me fui directo a su pezón, se lo chupe con desesperación, y mientras lo engullía con arrebato, tomé la decisión de desnudarla por completo, era el momento, mis manos empezaron a bajarle ese cachetero muy lentamente, y debido a lo grande de sus nalgas, el cachetero se atoro a la mitad de ellas, pero con un pequeño esfuerzo logré bajárselo, se lo quité completamente, volviendo a colocar mis manos entre su cintura y sus caderas, ahora ella estaba completamente desnuda, mis manos aún no habían tocado aquellas majestuosas nalgas desnudas, siempre la había manoseado con ropa, y hoy por fin, tenía ese solemne trasero desnudo frente a mí, dispuesto a que le metiera la verga.
Seguí devorando sus tetas, sus gemidos eran suaves y constantes, y cuando mi lujuria ya no pudo más, comencé a bajar mis manos lentamente hasta llegar a la cima de sus portentosas nalgas, que sensaciones me vinieron en ese momento, quería empinarla y meter toda mi cara entre ese par de carnosos glúteos, pero nuevamente me contuve, de verdad que ese trasero de campeonato me volvía loco, así que, mientras le manoseaba todo el trasero, seguí mamando sus tetas más desesperado, ella jadeaba cada vez más, mis manos comenzaban a manosear con arrebato sus deliciosas nalgas, cada vez magreaba con mayor lujuria su sorprendente culo, me faltaban manos para atenderlo.
Mi tentación creció, en una mis manos, me puse lubricante en los dedos y con la otra, le abrí una de sus generosas nalgas, manteniéndosela abierta, entonces empecé a meter mis dedos lubricados entre sus nalgas, lentamente los dedos de mi mano comenzaron a entrar en esa abertura que formaban sus grandes glúteos, podía sentir las paredes interiores de sus ricas nalgas en mis dedos, pero sin llegar a tocarle el fondo de la hendidura; qué sensación más increíble, poco a poco seguí metiendo mis dedos lubricados en esa ranura, con el propósito de llegar al fondo de su trasero, y así lentamente, mis dedos fueron entrando, hasta que tocaron el fondo de la hendidura, que delicia sentir en mis dedos esa ranura, esa frontera que separaba una nalga de otra, en verdad estaba muy nalgona Avelina; entonces, con mi dedo medio, que estaba muy lubricado, comencé a bajar sobre el surco de su hendidura, fui bajando muy despacio, lentamente, sentía la tibia temperatura que había al interior de sus nalgas, baje suavemente recorriendo su hendidura, hasta empezar a sentir los pliegues del ano, ahí me detuve, quería disfrutar ese momento, mantuve mis manos quietas en esa posición, con una le abría una de sus nalgas y la otra metida entre ellas y con uno de mis dedos tocando la hendidura ligeramente arriba de su ano, sintiendo apenas los pliegues de su fundillo.
Me quedé quieto manteniendo esa postura, dejé de mamarle las tetas y le pedí que me besara, yo permanecía sentado en la cama y ella de pie entre mis piernas, nos besamos muy ofuscadamente, mis manos seguían quietas, nuestros besos comenzaban a ser muy sucios, nos devorábamos las bocas, nuestra saliva era una sola y con esa lujuria presente, empecé a bajar mi dedo muy suavemente sintiendo aún más los suaves pliegues anales, que delicia, fue una sensación deliciosamente obscena, noté que no había vello, o se había rasurado o no le salía vello ahí, en fin, continúe bajando hasta que la yema del dedo quedó en el centro del orificio de su húmedo ano, y fue ahí que ella proclamó un leve gemido.
Continuábamos besándonos sin decencia alguna, yo hacía movimientos muy suaves con mi dedo alrededor de su ano, masajeaba los pliegues cayendo en su orificio de vez en cuando, metiendo solo la yema de mi dedo en él, era una sensación totalmente increíble, mi verga estaba totalmente erecta y comenzaba a expulsar líquido seminal de lo caliente que estaba; permanecimos así varios minutos, nos besábamos mientras agasajaba su ano, después, comencé a bajar más mi dedo, lentamente, llegando al inicio de sus labios vaginales, ella estaba muy mojada, y muy fácilmente mi dedo resbaló entre sus labios, pero como yo continuaba sentado y ella de pie, la muñeca de mi mano estaba totalmente flexionada por lo nalgona que estaba, aun así baje más, y cuando llegue a tocar su clítoris pronunció un gemido fuerte, dejándome de besar mientras lo profería, mi dedo empezó a masajear su clítoris mientras seguíamos comiéndonos las bocas, provocándole proclamar gemidos espaciadamente.
Aunque estaba disfrutando mucho estarla tocando de esa manera, estuve solo un breve momento así, masajeándole el clítoris, porque en verdad, estaba algo forzada mi mano por lo nalgona que estaba, así que mientras mi mano izquierda continuaba abriéndole una de sus carnosas nalgas, comencé a subir mi otra mano, y con mi dedo muy mojado, volví a jugar con su culito, la yema de mi dedo acariciaba nuevamente sus delicados pliegues anales, y que, ocasionalmente, metía discretamente en su orificio.
En ese momento ella me empujó hacia atrás y se hincó con la finalidad de propinarme una mamada de verga, y sin vacilar, se fue directamente a ella, no jugó con ella, estaba muy caliente y se la metió toda de golpe en la boca, empezando a mamar con cierta torpeza que le provocaba la desesperación, no era muy buena mamando, pero yo disfrutaba que me estuviera chupando la verga, y así estuvimos quizá unos quince minutos, me metía esas buenas mamadas y periódicamente me lamía los huevos, hasta que ella bajó el ritmo.
Entonces me incorporé, la ayude a levantarse, y al estar ambos de pie, la tome de las nalgas y nos besamos, estuvimos así un par de minutos, nos comíamos las bocas mientras le manoseaba sus tremendas nalgas sin pudor alguno; ahí me encontraba yo, consiguiendo mi primera fantasía sexual con ella, estar ambos desnudos besándonos y yo magreando sus tremendas nalgas, era delicioso, estar así con ella me calentaba muchísimo.
Le pedí que se acostara en la cama boca abajo, y cuando ella lo hacía, le coloqué una almohada en la pelvis con la finalidad de que su culo quedara aún más parado, y a pesar de que la iluminación era tenue en la habitación, podía verla tendida en la cama sobresaliéndole el admirable trasero que tenía, no se imaginan el espectáculo que tenía frente a mí, tenía un trasero sumamente hermoso, y me quedé a pie de cama admirándolo, ella estaba acostada con las piernas cerradas y sabía que estaba viéndole su grandioso culo, estuve un breve momento así, de pie, viendo ese portentoso culo tumbado en la cama, no alcanzaba a ver detalles por la escasa iluminación, pero era espectacular, era un culo hecho por los dioses, no sé cuánto tiempo estuve así un minuto o dos hasta que sin desesperarme me fui sobre ella.
Me subí a la cama y me hinque sobre el colchón, colocando cada una de mis rodillas a un lado de sus caderas, y me recosté sobre ella, situando mis antebrazos en el colchón para aligerar mi peso, comencé a besarle la nuca y su cuello, y estando en esa postura, sentí como sus carnosas nalgas se encontraban directamente con mi verga, empujándome hacia arriba, que asombrosas nalgas, me la quería coger así, en ese instante, pero nuevamente me contuve, quería disfrutar al máximo, así que me quedé sobre ella besándole su cuello y sintiendo como sus nalgas aprisionaban mi verga.
Poco a poco empecé a bajar mis besos, ahora besaba su espalda a la altura de sus omoplatos, mi verga erecta restregaba sus deliciosas nalgas, y así fui bajando lentamente con besos, fui recorriendo su espalda, lamiéndola de arriba hacia abajo, hasta llegar a la espalda baja, ahí me quedé besándola, en esa frontera donde terminaba su espalda y empezaban sus maravillosas nalgas, me mantuve un breve momento lamiéndole esa zona, disfrutando el momento que se avecinaba.
Me acomode hincándome más abajo, sus piernas continuaban cerradas, y apoye mis rodillas en el colchón más o menos a la altura de sus tobillos, sus piernas pasaban por debajo de mí, quedando mi cara frente a su majestuoso trasero, que vista tenia señores, me quede escrutando brevemente sus hermosas nalgas, en eso suspire y pensé, “llego el momento” y con la decisión tomada empecé a lamer y a chupar muy suavemente el inicio de sus perfectos cachetes, me sentía como un perro en una carnicería, no sabía por dónde seguirle; comencé a recorrer con besos sus redondos glúteos, primero me enfoque en una nalga y luego besaba la otra, las lamia, las chupaba, de verdad eran gloriosas, primero de un lado a otro y después de arriba hacia abajo, llegándole a lamer hasta los pliegues que se le formaban entre las piernas y las nalgas, esas nalgas me tenían loco, se las chupaba y las empezaba a morder suavemente, me faltaba lengua y saliva para lamer todo su asombroso trasero, después comencé a desesperarme por la lujuria que tenía y empecé a chuparlas toscamente y con desorden, que perra delicia, por fin me había comido a besos ese par de carnosas nalgas.
No sé cuánto tiempo estuve comiéndome esas nalgas, pero fue mucho tiempo, desde que vi por primera vez a Avelina estuve muy embelesado por su trasero, así que, cuando mi boca y mi lengua habían recorrido y repasado muchas veces, que digo muchas, un chingo de veces, toda la superficie de su delicioso trasero y no habiendo dejado un centímetro cuadrado sin atender, fue que me sentí algo saciado, ahora mi lengua y mi boca buscaban entrar en la hendidura de su inigualable trasero.
Fue entonces que me puse de pie, ella permanecía acostada en esa posición, boca abajo, con las piernas cerradas, y estando yo de pie, tomé una de sus piernas a la altura de la pantorrilla y se la abrí lo más que pude, sin que llegase a ser incómodo para ella, del mismo modo hice con la otra, dejándola bien abierta de piernas, permanecí de pie, mirándola acostada de esa manera.
Qué maravilla!, la luz era tenue, no veía detalles, pero si me permitía ver lo exquisita que estaba esa mujer, era una delicia, en esa postura, con sus torneadas piernas abiertas, su fantástico trasero parado y su pequeña cintura, hacían un cuadro sumamente excitante, no tengo palabras para describir lo perfecto y sensual que era su maravilloso trasero, la hendidura entre sus nalgas se perdía en la oscuridad, no lograba ver su ano, pero como estaba con una almohada en la pelvis, alcanzaba a ver a media luz sus labios vaginales.
Nuevamente me quedé de pie mirándola, saciando mi vista, observando el mejor culo que había logrado llevar a la cama hasta ahora, hasta que me hinque dentro de sus piernas y me abalance para besar sus gloriosos muslos, primero atendí uno de ellos, lamiéndolo todo, desde la parte detrás de la rodilla hasta el pliegue de la nalga, ahí me entretenía más tiempo, en esos pliegues exquisitos que se le formaban, ella disfrutaba lo que le hacía, y hasta no haber dejado bien lamido y chupado uno de ellos, hice lo mismo con el otro muslo, que delicia.
Al haber saciado mi boca con sus rollizos muslos, su extraordinario trasero me demandaba, así que decidí atenderlo nuevamente, solo que esta vez Avelina, tenía las piernas muy abiertas, así que me acomodé mejor y me acosté en medio de sus piernas, quedando mi cara a la altura de sus enormes y redondas nalgas
¿Cómo explicar la emoción que me provocaba eso? era una sensación de lujuria indescriptible, comencé a pasar mi lengua sobre la hendidura sin llegar a su fondo, continúe chupándola y pasándole mi lengua, lamiendo las paredes internas de sus nalgas, y apoyándome con mis codos sobre el colchón, le agarre cada una de sus nalgas, abriéndolas de par en par, entonces pude ver en la penumbra como quedaba expuesto su pequeño ano, el platillo fuerte estaba servido en la mesa y solo había un comensal.
Continué lamiendo y chupando las paredes interiores de sus perfectos glúteos, los lamia con lujuria, por primera vez tenia frente a mi cara, esa hendidura abierta que sus gloriosos cachetes formaban, y manteniéndole sus nalgas abiertas, fui metiendo mi cara en medio de ellas, hasta donde pude, entonces solté sus nalgas y las empuje por fuera, aprisionando mi cara entre ellas, que pinche banquete me estaba dando, que suculento era tener mi cara aprisionada en medio de esas nalgas, era pervertidamente delicioso, eso me excito demasiado, ese culo me tenía loco, y fue ahí donde pude percibir un olor limpio, un olor a sexo, la cata olfativa era muy seductora, su sexo tenía un olor muy agradable, supe que me iba a divertir mucho jugando en ese exquisito parque de diversiones.
Afuera la lluvia se escuchaba más fuerte, el viento seguía presente, en la recamara la iluminación era tenue, y aunque tenía las cortinas cerradas, se podían apreciar por el perímetro de la ventana, la luz de algunos relámpagos de la tormenta, me mantuve unos buenos minutos lamiéndole y chupándole todo el trasero, le abría las nalgas y le chupaba las paredes interiores, pero aun sin llegar a lamer su culito, porque dentro de todo ese buffet, su clítoris y su ano, iban a ser el platillo fuerte, y ahora solo estaba atendiendo el entremés.
Cuando me había saciado chupando el interior de sus nalgas, comencé a recorrer con mi lengua el fondo de su hendidura, y la fui bajando lentamente sobre su raja, mis manos mantenían abiertas sus nalgas, y de esa manera fui descendiendo, hasta que con la punta de la lengua sentí los pliegues del ano, que cabrona sensación, no podía creer que ese trasero lo tuviera a mi merced, y me detuve un momento así, apenas tocando los pliegues anales con mi lengua, me contuve solo un momento para que mi ansiedad se disparara.
Y nuevamente comencé a bajar, hasta que la punta de mi lengua cayó en el exquisito orificio de su culito, ella jadeo, y comencé a lamer su ano suavemente, metía la punta de mi lengua en él, se lo chupaba y se lo lamía, sentía los pliegues de su exquisito ano en mi lengua, que delicia, además, su culito no tenía vellos, y quizá naturalmente era lampiña del ano, porque no sentí que me rosara o me picara algún pelo mal rasurado, eso me excito mucho más.
Aunque mis ojos querían ver ese culito, no podían, no había mucha iluminación, además en medio de sus nalgas estaba más oscuro, pero lo que si sabía, es que era un culo aseado, limpio, sin vellos, y por la manera de sentirlo era un culo hermoso.
Yo iba metiendo mi lengua cada vez más en el orificio de su ano, se escuchaban muy suaves gemidos de ella, le gustaba que le chupara el culo y al meter todo lo que pude de mi lengua en él, note que no era muy estrecho, lo cual me agradó, me mantuve cierto tiempo así, cogiéndome ese ano con mi lengua, movía mi cabeza de atrás hacia adelante y con mi lengua le penetraba el culo, solo me enfoque en su ano, no estaba atendiendo otra cosa, que delicia, que rico estaba, al entrar mi lengua en ese culito podía sentir como se le abrían los pliegues, de verdad era una delicia, estuve chupando y mamando ese fundillo hasta saciar levemente mi lujuria,
Al sentirme algo satisfecho, comencé a bajar más, buscando chupar su clítoris, pero sus nalgas no me permitían llegar, era incómodo para mí en esa posición, así que me regresé de nuevo a chupar su ano; con mi mano izquierda, le abrí una de sus nalgas para que mi lengua pudiera llegar con facilidad a su rico ano, y mientras lo hacía, con el pulgar de mi mano derecha, empecé a jugar con su clítoris, ella estaba muy mojada, y nuevamente empecé a cogerme su delicioso fundillo con mi lengua, así que, mientras movía mi cabeza de atrás hacia adelante para que mi lengua entrara y saliera de su orificio, mi dedo pulgar jugaba con su clítoris, ella empezaba a jadear con cierta intensidad.
Mi lengua cada vez se cogía ese ano con mayor tosquedad, entraba y salía de su culo con mayor lujuria, sintiendo como se abrían y cerraban los pliegues anales, mi dedo jugueteaba con su clítoris con más vigor, sus jadeos eran más intensos, y yo cada vez incrementaba más y más la intensidad de mis movimientos, ahora la escuchaba jadear con mucha excitación, que delicioso tenía el culo Avelina; continúe aumentando mis movimientos, haciéndolos más vigorosos, sin decencia alguna, en ese momento los únicos sonidos que se escuchaban en la habitación, era la lluvia, sus jadeos y el chacualeo de mi lengua entrando y saliendo de su ano, yo estaba muy excitado, me encantaba estar chupando su ano mientras jugaba con su clítoris y note que a ella le fascinaba lo que le estaba haciendo, aumenté a tope mis movimientos, ella jadeaba y gemía desesperadamente, hasta que la escuché decirme:
- ¡Para o voy a terminar!
La verdad, yo no quería que ella terminara aún, mi libido aún no se saciaba de mamarle su riquísimo ano, me encantaba tener mi cara en medio de esas carnosas nalgas, así que quité mi dedo de su clítoris, y permanecimos en esa posición, que sabroso ano tenia Avelina, de verdad era delicioso, seguí chupando su culo, pero lentamente, hasta que ella se relajó, entonces me levante de la cama y le pedí que se empinara hincada en la orilla de la cama, pero le indique que se empinara en un costado de la cama, muy cerca de la lámpara del buró, que permanecía apagada, ella sin titubear, gateó sobre la cama para ubicar sus rodillas en donde le había indicado, a un lado de esa lámpara, y se empinó totalmente, estaba hincada con sus rodillas bien separadas, apoyadas en la orilla del colchón y su pecho descansaba sobre la cama, reposando su cabeza de lado, arqueando totalmente su espalda, quedando con el culo totalmente parado, que imagen señores, a pesar de la escasa iluminación, podía notar, lo imponente que era su majestuoso trasero, Avelina sabia como empinarse, ella sabía que su gran trasero sobresalía en esa postura, me tenía en sus manos, mejor dicho, me tenía en culo, todo pendejo y embobado me quedé mirando el majestuoso trasero que me iba a cenar esa noche, ese esplendoroso trasero me tenía endiosado.
Me quedé de pie, pasmado, todo pendejo, mirando el solemne culo que tenía esa mujer; si andando en la calle caminando, ese culo imponía, estando empinada, era una oda al culo, era un manjar, sentía que era mucho para mí, ese trasero se le veía más grande y espectacular en esa postura, era increíblemente lujurioso; entonces me hinqué en la alfombra en medio de ella, quedando su trasero a unos cuantos centímetros de mi cara, y le dije con seguridad en mi voz:
*No sabes cuánto me excitas así empinada como estás, que rico culo tienes Avelina, me encanta chupártelo, por eso voy a encender la luz de esta lámpara, porque quiero verte bien el culo.
Su reacción fue levantar su pecho de la cama, quedando a gatas, y en la penumbra noté que volteaba a verme y me dijo:
- ¡Noo, como crees!, me daría mucha pena.
*Amor, es algo que deseo y lo voy a hacer, le respondí, enseguida acerque mi cara a su culo empinado, mamándole el ano suavemente, y mientras lo hacía, con mi mano derecha, (estando ella a gatas) le empuje la espalda hacia abajo, quedando nuevamente bien empinada, su pecho de nuevo reposaba en la cama.
Entonces dejé de chuparle el culo, y permanecí hincado en medio de ella en la penumbra, mi vista se posaba en el glorioso trasero de Avelina, había llegado la hora de conocer ese culo, que hasta ese momento, solamente le había propinado unas muy buenas mamadas; en ese instante me sentí como ese espectador que llega al cine y se sienta mirando hacia la pantalla, esperando a que empiece la película, así estaba yo, esperando que ese espectáculo iniciara.
Había un silencio casi total en la habitación, solo se escuchaba la lluvia chocar en la ventana, ella estaba empinada en la orilla de la cama, bien abierta de piernas, y yo, hincado en la alfombra en medio de ella, quedando su gran trasero a la altura de mi cara, mi mano izquierda se posó en el encendido de la lámpara que estaba en el buró a un costado mío, y así permanecí unos segundos, quería disfrutar ese momento al máximo, la ansiedad me consumía, y me quedé observando en la penumbra el gran trasero que tenía frente a mí, a unos cuarenta centímetros de mi cara.
El momento había llegado, respire profundo, y presione el pulgar que tenía colocado en el encendido de esa lámpara, escuchándose el “click” iluminándose inmediatamente la habitación.
¡Qué maravilla!, ¡que espectáculo!, ¡que grandeza!, ¡que deleite para la vista!, puedo decir que me enculé, me enamoré inmediatamente de ese grandioso trasero, estaba viendo a detalle por primera vez el hermoso trasero de Avelina, era glorioso, magnífico, perfecto, esa primera imagen que tuve al encender la lámpara, jamás se borrará de mi mente, es lo más excitante que he visto en toda mi vida, en verdad no podía creer lo maravilloso y suculento que tenía el culo esta mujer, su trasero, como ya lo he dicho, era majestuoso, redondo, parado, pero ahora con la lámpara encendida, podía ver todos los pormenores del tremendo trasero que tenía frente a mí, su piel, su forma, y veía a detalle toda la intimidad que resguardaban sus carnosas nalgas, no hay palabras para describir lo majestuoso que era, pero trataré.
El color de la tez de sus nalgas era ligeramente más clara que el de sus piernas, sus enormes nalgas eran limpias, sin granitos, sin manchas, sin estrías, eran una belleza, también observé que el tono de la piel de las paredes interiores de sus nalgas, era igual que el resto de ellas, vaya, no tenía paño en el interior de la nalgas, solo la hendidura en el fondo de sus glúteos presentaba una leve tonalidad rosada, incrementando aún más, la belleza de su trasero, en la zona vaginal, el monte de venus era medianamente abultado, los labios vaginales exteriores no eran muy grandes, pero eran firmes y carnosos, sin vello, de un color entre rosado y marrón, estaba muy mojada, la zona perianal era del mismo color y sin vellos, limpia, y su ano era perfecto, la areola de su ano era muy pequeña, de un color más rosada que marrón, los pliegues anales eran hermosos, hacían pequeñas formaciones de piel ligeramente abultadas, muy uniformes, e igualmente eran de un color entre marrón y rosados, esos pliegues eran pequeños y muy estéticos, no tenía vello, y con la buena iluminación, pude notar que no le salía vello en el ano de manera natural, era dichosa en ese aspecto, todo su culito se notaba muy húmedo, y observaba, como periódicamente los pliegues del ano los contraía y después los dilataba, vaya, abría y cerraba el culo, y no sé si esto lo hacía a propósito para excitarme aún más, o eran reacciones naturales.
Y así hincado como estaba, puse mis dos manos sobre sus enormes nalgas, abriéndolas más, observando como esos húmedos y ricos pliegues anales se contraían y se dilataban, que rico culito tenia Avelina, que bella imagen tenía delante de mí, era increíble que ese trasero hermoso, redondo y carnoso lo tuviese frente a mi bien empinado pidiendo que me lo cogiera.
Y así con la luz encendida, estuve observándole detalladamente su hermoso ojete, yo mantenía mis manos en sus nalgas abriéndolas, y nuevamente me desesperé y frenéticamente empecé a chuparle el ano, a ese culo nuevamente lo estaba bombeando con mi lengua y sentí como en ocasiones ella seguía contrayendo los pliegues anales, atrapando mi lengua dentro de él, a ella le encantaba que le chupara el culo, me mantuve un momento así, metiendo y sacando mi lengua húmeda de su ano, metía todo lo que podía de mi lengua en él, y ella contraía el ano, atrapando mi lengua, y cuando lo dilataba, yo sacaba mi lengua y nuevamente se la volvía a meter, repitiéndose esto varias veces, es el juego más delicioso que jamás he jugado, notaba su ano más dilatado, y yo estaba muy excitado.
Después de saciar un poco mi indecente lujuria chupando ese manjar, bajé a su clítoris, pasando primero por sus carnosos y húmedos labios, metí mi lengua entre ellos y posteriormente comencé a darle suaves chupetones a su clítoris, ella empezó a gemir, y estuve así un breve momento, hasta que ella, así empinada como estaba, movió un brazo hacia mí, y con su mano alcanzó apenas mi barbilla, subiéndola, indicándome que le volviera a chupar el culo, esa acción me excitó muchísimo, había encontrado una chica con un tremendo trasero y con un ojete hermoso y aparte de ello, le gustaba que le chuparan el culo, que perro afortunado era.
Sin perder el tiempo nuevamente inicié a meterle la lengua en el culo, pero esta vez con arrebato, con mi mano izquierda sujete una de sus nalgas para abrírsela, y poder meter mi lengua con mayor facilidad entre sus enormes cachetes, y empecé a chupar y a coger su delicioso ano con mi lengua, moviendo mi cabeza de atrás hacia adelante, y con el dedo pulgar de mi mano derecha empecé a jugar con su clítoris con firmeza, ella nuevamente empezó a gemir, mis movimientos cada vez eran más salvajes, pero sin llegar a incomodarla, mi lujuria era demasiada, nuevamente mi lengua se estaba cogiendo salvajemente a su ano, y mi pulgar jugaba con agradable brusquedad en su mojado clítoris, no sé cuánto tiempo estuve así, realizando esos movimientos cada vez más rápidos y más toscos, empezó a gemir más y más, mi verga estaba muy erecta, ella seguía bien empinada recibiendo las tremendas mamadas de fundillo que mi lujuria le propinaba, varios minutos pasaron, hasta que con voz agitada, nuevamente me dijo que quería terminar, no dije nada, no tenía objeción, yo seguí chupándola, cogiéndome su culo con mi lengua y masajeándole el clítoris con mi pulgar, sus gemidos ya eran muy intensos y continuos y fue ahí que explotó, llegaron sus espasmos, fue un orgasmo muy intenso, sus gemidos fueron fuertes sin llegar a ser exagerados, durante el orgasmo se contraía y dilataba su ano, aprisionando en ocasiones a mi lengua dentro de él, cuando empezó a gemir más lentamente, empecé a bajar mi ritmo, quitando mi dedo del clítoris, y aproveche para abrirle la otra nalga, ahora mis dos manos le abrían sus tremendos cachetes, mi lengua seguía chupando su riquísimo ano, cada vez se lo chupaba más suave, en momentos me separaba de sus nalgas para poder ver ese culo contrayéndose por los espasmos, que delicioso fundillo tenia, regresaba y se lo lamia suavemente, mientras ella se recuperaba del orgasmo.
Habiéndose recuperado, me puse de pie, yo estaba muy caliente, mi verga chorreaba líquido seminal, me acorde de los condones, pero en ese momento me fue imposible pausar mi lujuria para tomar la caja, abrirla y ponérmelo, ya no podía mas, y así empinada como estaba le empecé a meter la verga, abriendo fácilmente esos húmedos labios vaginales, se la metí toda de un solo golpe, y ella volvió a gemir, yo estaba muy caliente, era la primera vez que tenía ese trasero sometido.
Y así empinada me la estuve cogiendo sin cortesías, mi lujuria era demasiada, estaba muy caliente, seguí metiéndole la verga así por varios minutos, era un tremendo trasero el que tenía enfrente, la tenía tomada por las caderas y la empujaba hacia mí con fuerza, yo mantenía mi cara hacia abajo, no podía despegar mi mirada del tremendo trasero que me estaba cogiendo, veía como sus redondas nalgas chocaban con fuerza en mi cuerpo, mientras la escuchaba gemir, que excitante, yo no iba a durar mucho estando en esa posición, así que cuando comencé a sentir que me excitaba de más, paré y le saque la verga, me agaché dándole una breve chupada de culo, y después, me subí a la cama y me acosté boca arriba, agarrándome la verga, moviéndola de un lado a otro y le pedí que me montara, sin perder el tiempo, ella gateo hacia mí y se montó, metiéndose la verga de un solo golpe y empezó a cabalgarme, mis manos inmediatamente se fueron a sus nalgas, manoseándoselas, dándole algunas nalgadas de vez en cuando, no podía creer que ese trasero estuviera montado en mí, ella me estaba cogiendo a mí, qué pinche sensación, me cabalgaba desesperadamente, después me di cuenta que esa era su postura favorita, porque empezó a gemir más y más, sus manos las tenía apoyadas en mi pecho, en ocasiones volteaba a verme, pero la mirada la mantenía hacia la pared, concentrándose, disfrutando el momento, sus movimientos cada vez eran más acelerados, mis manos en ocasiones manoseaban sus tetas, pero la mayor parte del tiempo estaban manoseándole su fabuloso trasero, y estando cogiendo de esa manera, quise tocarle el culo con uno de mis dedos, pero no lo conseguí, sus carnosas nalgas no me dejaban llegar, tuve que sesgarme un poco en la cama, para que mi mano derecha pudiera alcanzar, y ella se dio cuenta de mis intenciones, por lo cual, se inclinó un poco más para ayudarme, pero sin dejar de cabalgar, y gracias a esa acción, mis dedos pudieron llegar cómodamente a su rico fundillo, no perdí el tiempo, y con mi dedo medio empecé a jugar con su culito, así que mientras ella me cabalgaba, yo le metía la yema de mi dedo en el orificio de su ano y se la sacaba, y así estuve jugando con su culito, solo le metía la yema de mi dedo, estaba súper mojada.
No duró mucho cabalgando, sus movimientos eran cada vez era más bruscos, sus gemidos empezaron a ser más fuertes, comenzó a gemir más y más, sus nalgas rebotaban en mí, hasta que empezó a llegar el orgasmo, ella aceleró sus movimientos cuando se estaba viniendo, sus manos apretaban mi pecho con fuerza, y nuevamente sus espasmos y contracciones se hicieron presentes, nuevamente sus gemidos se escucharon en la habitación, sentía como los labios de la vagina capturaban a mi verga, y su ano también se contraía, apretando la yema de mi dedo que permanecía dentro de él, que rico se sentía, sus movimientos empezaron a hacerse más lentos, su cara permanecía volteando hacia la pared, y cuando terminó por completo el orgasmo, ella se detuvo, lo cual agradecí, porque empezaba a sentir que mi orgasmo ya venía, y no quería terminar aún, deseaba seguir cogiéndomela con el brío que tiene uno de hombre en la primer cogida, ese brío que se tiene antes del primer orgasmo.
Ella sonreía y respiraba agitadamente demostrando placer, pero también cansancio, y cayó tumbada sobre mi pecho, su cara la colocó a un lado de la mía, reposándola a un lado de mi hombro, sobre la almohada, mi verga seguía muy erecta dentro de su vagina, y mi dedo acariciándole los pliegues anales.
Ella continuó recuperándose de su segundo orgasmo recargada en mí, y cuando su agitación se había apaciguado, levantó ligeramente su cabeza para quedar frente a mí, nos miramos y nos besamos suavemente, yo empecé a hacer ligeros movimientos con la pelvis, de manera que mi verga se moviera muy suavemente dentro de su vagina, y así estuvimos besándonos, y mientras me la cogía suavemente, le metía la yema de mi dedo en el ano, empezó a besarme con mayor constancia, sus gemidos eran suaves, estuvimos así un breve momento, y arriesgándome, fui metiendo cada vez más mi yema en el orificio de su hermoso culo, hasta que pude meter toda la falangeta de mi dedo, y no hubo objeción por parte de ella, al contrario, cuando la punta de mi dedo entro en su rico fundillo, ella pronunció un gemido ligeramente más fuerte, después de las metidas de lengua que le había dado y todos los fluidos vaginales que la habían mojado por completo, me facilitaron meter la punta de mi dedo en ese perfecto ano, mi verga se movía con delicia dentro de su vagina y mi falangeta estaba dentro de su mojado culito, eso me excitó mucho.
Estuvimos algunos minutos así, hasta que ella dejó de besarme, y con la nariz pegada a la mía se me quedó viendo, por lo cual deje de moverme, regresándole la mirada, y nos quedamos así, viéndonos sin decir nada, sin movernos, mi verga seguía penetrándola y la punta de mi dedo estaba dentro de su culo, ella me miraba esperando que le dijera algo.
Entonces creí entender lo que me quería decir con su mirada, así que me animé y me arriesgué a preguntarle:
*Mi amor estoy muy caliente, ¿me dejarías cogerte solo un poco por el culo?
Ella se sonrió, y me dio un beso diciéndome -Si, pero despacito.
Mi corazón se aceleró por la ansiedad, no podía creer que ella había accedido a que la cogiera por el culo, me había arriesgado haciendo un disparo al aire, y pegó!, eso me excitó muchísimo, era una mujer descomunal, mejor dicho, era una mujer que tenía un trasero descomunal, con ese trasero que poseía, ella podía tener a cualquier hombre rendido a sus pies, de cualquier educación, y de cualquier estrato social, me puse a pensar en lo dichoso del cabrón que tenía como novio, si en ese momento ella me había permitido cogerla por el culo, muy seguramente el pinche novio ya se la estaba cogiendo por el culo también, que dichoso era ese hijo de puta, sentí celos por la suerte que tenía ese cabrón, era mucho trasero para ese pendejo, de verdad que el trasero de Avelina lo habían esculpido los dioses, una sola verga era poca para poder atenderlo.
Como mi chica seguía montada en mí, en ese momento deseaba sacarle la verga de la vagina y metérsela por el culo, quería penetrarla analmente así como estaba, pero pensé que sería mejor, dilatarle bien su precioso ano, para que no le doliera, y también buscaba que lo disfrutara, porque si la lastimaba, ya no me iba a querer dar el culo, así que, sin perder el tiempo, le volví a pedir que se empinara, le dije que para que no le doliera, le iba a poner lubricante, se sonrió y muy obedientemente se desmonto de mí, y se fue a gatas a la orilla de la cama para empinarse, yo me incorporé bajándome de la cama, y estando de pie, tomé a Avelina por las caderas y le pedí que se moviera más hacia la lámpara, buscaba que su trasero estuviera mejor iluminado, ella corrió sus rodillas hacia donde le pedía, y se empino totalmente; nuevamente me quedé admirando el increíble trasero que tenía, le dije que tenía un culo de diosa, y que desde que la vi me traía loco su redondo trasero, ella se rio sutilmente, le dije que antes de cogerla quería admirar su glorioso trasero una vez más, así empinada como estaba, y me quede de pie mirando el majestuoso trasero que tenía.
Como en el buró tenía el tubo de lubricante, estiré mi mano para tomarlo, pero sin despegar la mirada del sorprendente culo de Avelina, al llegar mi mano al buró, mi mano tocó algo que no era el lubricante, reaccioné volteando y era mi celular, en ese momento pensé que tenía que aprovechar la oportunidad, ella sabía que su esplendoroso trasero me cautivaba y que en esos momentos lo estaba admirando, así que empecé a decirle más piropos para disfrazar un poco mis movimientos, tomé mi celular y le quité el flash y el sonido, y mientras le decía lo hermoso que tenía el culo, le tomé varias fotografías sin que se diera cuenta, la luz de la lámpara le daba de lleno a todo su trasero, así que saque muy buenas fotos, qué culo tan perfecto.
Dejé discretamente mi celular en el buró y tomé el tubo de lubricante, me hinqué en la alfombra en medio de sus piernas abiertas, y antes de empezar a colocarle el lubricante, le abrí nuevamente las nalgas con mis manos y le di una breve chupada de culo, de verdad que delicia, su ojete era delicioso, era un hermoso capullo marrón muy estético, solo le di unas mamadas como agradecimiento de que me permitiera cogerlo.
Tomé un poco de lubricante en mis dedos de mi mano derecha y con la otra de mano le agarré una nalga y se la abrí, y empecé a untarle lubricante suavemente en los pliegues del ano, me puse más lubricante en mi dedo medio y comencé a meterle la punta dentro de su culo, podía sentir como su esfínter se abría para dejar pasar a mi dedo con algo de dificultad, apretándolo muy deliciosamente, comencé a jugar solo con la punta de mi dedo dentro de su ano, suavemente sacaba la falangeta de mi dedo y se la volvía a meter, poco a poco iba metiendo mi dedo más adentro, sintiendo como su esfínter se dilataba y dejaba pasar a mi dedo con mayor facilidad.
Dos terceras partes de mi dedo ya entraban en su exquisito orificio, podía sentir lo caliente de las paredes de su ano y se las acariciaba, le estaba cogiendo el culo con mi dedo a un ritmo suave para no lastimarla, entonces saque mi dedo y le coloque una buena cantidad de lubricante, y se lo volví a meter, cuidando que el lubricante entrara en su mayoría en su fundillo, metí la mitad de mi dedo y empecé a bombear, lo movía hacia afuera y hacia adentro pero sin sacarle el dedo del culo, sentía como su esfínter me lo apretaba, se sentía caliente, era muy rico, poco a poco lo fui metiendo más, hasta que mi dedo entró completamente, ella emitió un pequeño gemido, que delicia, mi dedo sentía una riquísima calidez dentro de ese glorioso ano, además de que se sentía demasiado húmedo por tanto lubricante, era una sensación extremadamente lujuriosa, mi verga me exigía su turno.
Mi dedo continuaba totalmente adentro de ese fundillo, moviéndolo suavemente dentro de él, podía sentir y acariciar las paredes internas de su delicioso ano, se sentían calientes y lisas y con la punta de mi dedo que estaba hasta el fondo, tocaba algunos pliegues del recto, que delicia, no me entretuve más, la verdad ya estaba muy caliente, lentamente comencé a sacar mi dedo y al sacarlo casi completamente, su esfínter lo empujó suavemente hacia afuera, y pude ver como los pliegues del culo se cerraban.
Mi tarea ya estaba hecha, ese culito estaba bien lubricado y algo dilatado, no perdí el tiempo, me puse de pie, y estando ella empinada le abrí un poco más las rodillas para que su culo quedara a la altura de mi verga, su pecho descansaba en el colchón y sus brazos extendidos reposaban en el mismo, su espalda la tenía bien curvada, provocando que su trasero fuera el protagonista en esa posición, lo exhibía con majestuosidad, Avelina sabia empinarse como toda una puta profesional, tome lubricante y me unté una muy buena cantidad en toda la verga, después tome la toalla de baño, y limpié mi mano, quitando el lubricante que se había quedado en ella, la lámpara del buró me permitía ver con claridad el dilatado ano de Avelina, mi verga ya estaba lista, así que respire profundo como si fuera el banderazo de salida, le tomé una de las nalgas abriéndola más y con los dedos de mi mano derecha tome mi verga lubricada y la dirigí hacia aquel glorioso orificio.
La cabeza de mi verga ya estaba en la entrada de ese fundillo, por primera vez mi glande hacia contacto con sus pliegues anales, sin titubear empecé a empujar mi verga en esa entrada, y poco a poco mi cabeza fue abriendo los pliegues del ano, mi glande iba entrando lentamente, empujé muy suavemente para ser amable con esfínter y este empezara a abrirse poco a poco, y así me mantuve, lentamente su esfínter se fue abriendo, empezando a entrar suavemente la cabeza de mi verga, ese culo comenzaba a ser mío, así lentamente fue entrando, hasta que mi glande resbaló de golpe dentro de su esfínter, tragándose completamente mi cabeza, sintiendo como su esfínter me ahorcaba el cuello del glande, ella proclamó un gemido de dolor, y me quedé un momento así, para que su esfínter se dilatara más, no quería lastimarla, después, muy lentamente fui metiendo mi verga, yo tenía mis manos entre sus nalgas tratando de abrirlas, y de esa manera seguí empujando suavemente, hasta que vi que su culo ya se había tragado la mitad de mi verga, fue entonces que empecé a bombear lentamente, muy suavemente movía mi cadera hacia atrás y hacia delante, de manera que mi verga solo tuviera un ligero movimiento dentro de su culo, y así comencé a cogerme su increíble fundillo.
Ella empezaba a gemir levemente, mis bombeos seguían siendo suaves, mis manos continuaban abriéndole las nalgas, y podía ver gracias a la luz de lámpara, como la mitad de mi verga se perdía dentro de su delicioso culo, en ese momento ya no había reversa, habíamos pasado ese punto de retorno, si ella en ese instante, me pedía que le sacara la verga del culo, se iba a pasar a chingar, me iba a convertir en un patán, y me la iba a seguir cogiendo por el culo así empinada como estaba; con media verga adentro, ya no se me iba a escapar, ese culo iba a ser mío en su totalidad.
Empecé a bombearla con mayor rapidez, y cada vez mi verga iba entrando un poco más, sus gemidos y algunos quejidos empezaron a surgir, indicándome que aún le faltaba dilatación, así que volví a mantener ese ritmo suave y educado por un tiempo más, hasta que sus pequeños quejidos desaparecieron, quedándose solamente los gemidos, mi lujuria estaba al máximo, me sentía muy caliente, mi verga exigía más acción, así que empecé nuevamente a bombearla con mayor rapidez, metiendo mi verga cada vez más, sus gemidos se hacían mas altos y constantes, y así estuve bombeándola, hasta que mi verga entró por completo, y la escuché pronunciar un quejido alto, pero ya no me importó, yo estaba desesperado, mi lujuria me consumía, para ese momento ya había perdido el control, entonces deje de abrirle los cachetes con mis manos, y la tomé por sus caderas, y comencé a cogerla con rapidez, empujándola hacia mí, tragándose toda mi verga, escuchando como sus nalgas rebotaban en mi cuerpo, ella seguía proclamando quejidos, pero reitero, ya no me importó, yo estaba muy caliente, y en un momento dado, comencé a cogerle el culo salvajemente, en ese momento ya no pensaba en Avelina, en ese momento pensaba en saciar mi lujuria, escuchaba a Avelina gemir con algunos quejidos, mientras que yo le cogía por completo el culo, mi verga se iba hasta adentro, y mis movimientos eran rápidos y toscos, a estas alturas ya no tenía cortesías, en mi mente era un degenerado cogiéndose a una puta, me había convertido en un depravado sexual, era un patán buscando su propio placer.
Yo seguía cogiéndola brutalmente, hasta que empecé a sentir que mi orgasmo venía, y bajé mi velocidad, y a mi mente la desvié de la lujuria pensando en temas banales para poder contener el orgasmo, no quería terminar aún, quería seguir disfrutando de la cogida que le estaba dando a ese delicioso fundillo, así que baje mi ritmo, bombeándola dócilmente, hasta que me tranquilicé, mi agitación se calmó un poco, los gemidos de Avelina también se apaciguaron, y me mantuve un momento así, a baja velocidad, cogiéndola muy suavemente, sintiendo como su ano me arremangaba la verga al entrar, mi verga estaba muy erecta, y en esos bombeos suaves que le daba, le empujaba toda la verga dentro del culo, y era cuando Avelina gemía, solo hacia movimientos lentos, disfrutando al máximo ese momento.
Nuevamente empecé a subir el ritmo, poco a poco lo iba aumentado, mi verga entraba con menor delicadeza en el precioso ano de Avelina, mi tosquedad empezaba a hacerse presente, sus gemidos y quejidos se hicieron presentes, hasta que nuevamente me desesperé y resurgió mi modo salvaje, con mayor ímpetu la tomé de las caderas empujándola con fuerza hacia mí, chocando sus enormes nalgas brutalmente en mi cuerpo, nuevamente ese culo se estaba tragando toda mi verga, Avelina gemía y se quejaba, y eso me excitaba más, no me decía que parara, qué sensación tan rica la verdad, y así me mantuve no sé cuánto tiempo, cogiéndome ese exquisito ano salvajemente, sin cortesías, sin educación, sin misericordia y sin consideración, solo pensaba en mí, era un degenerado fornicándole el culo, como un animal salvaje apareándose; tenía la intención de cogérmela en diferentes posiciones, pero en ese momento ya era imposible, mi lujuria era demasiada, además, le estaba cogiendo el culo tan deliciosamente, que no me iba a mover de ahí hasta terminar, no la iba a cambiar de posición, ya habría tiempo de experimentar en otra ocasión.
Yo seguía con mis movimientos burdos, sentía como su fundillo apretaba mi verga al moverse dentro de él, cada vez mis movimientos eran más rápidos y crueles, se escuchaba el aplaudir de sus nalgas chocando en mi cuerpo, y para ese momento, ya no sabía si eran gemidos o quejidos los de Avelina, pero cada vez gritaba más fuerte, y la verdad no me importó, ese ritmo lo mantuve lo más que pude, hasta que empecé a sentir que mi orgasmo llegaba, entonces me moví con la mayor rapidez y brusquedad que quedaban en mi cuerpo, hasta sentir que mi verga explotaba, pegué un fuerte grito de placer, metiéndole de golpe toda la verga en el culo, Avelina gimió y grito fuertemente, mientras yo le aventaba todo el chorro de leche en el fondo del ano, que cabrón orgasmo había tenido, me mantuve así, metiéndole toda la verga en el culo, mientras la tenía sujeta de las caderas empujándola hacia mí, llegando nuevas contracciones de mi orgasmo, no sé cuántas tuve, pero fueron varias, sacando cada vez menos cantidad de leche, que pinche orgasmo, no mames, uno de los mejores de mi vida, ese culo me había ordeñado de lo mejor, hacía mucho tiempo que no había sentido un orgasmo tan intenso, no podía creer que me había cogido el gran trasero de Avelina por el culo.
En ese momento me llené de felicidad, me dio un escalofrió por demasiado placer, mi mente estaba en otro universo y mi cuerpo experimentaba una sensación de gozo, alivio y satisfacción, mi organismo me agradecía por haberlo atendido de esa manera, yo respiraba agitadamente y Avelina hacia lo mismo, hasta que me fui relajando, y mi mente regreso a esa habitación, lance varios gemidos de alivio y desahogo, mi verga seguía adentro de su culo, mi chica seguía empinada con su espalda arqueada, reposando su pecho en el colchón con su carita de lado, y sonreía con sus ojos cerrados, y ahí fue que le dije:
*En verdad, que buen culo tienes Avelina, que rico me sacaste la leche.
Ella se rio levemente, entonces yo empecé a mover mi verga muy suavemente, bombeándola con mucha delicadeza, para que me sacara hasta la última gota de leche que me quedara, así estuve quizá un par de minutos, sentía aun mi verga erecta pero ya con cierta flacidez, mi verga estaba saciada en ese momento, coloqué mis manos en sus nalgas y se las abrí, y fui sacando lentamente mi verga de su riquísimo ano, podía ver gracias a la lámpara de buró, como mi verga iba saliendo poco a poco de ese culo maravilloso que tenía Avelina, hasta que su esfínter dilatado expulso amablemente la cabeza de mi verga, y en ese momento ambos proferimos un gemido de satisfacción, mi verga ya estaba afuera, estaba entre erecta y flácida, no me había quedado mal, así que merecía un descanso, le pedí a Avelina que se mantuviera así, le dije que quería admirar lo que me había cogido, y me mantuve de pie a un metro de distancia observándole el hermoso trasero, vi como los pliegues del ano se encontraban algo sonrosados y un poco inflamados, ella contraía el culo y después lo dilataba, que rico se veía, estuvimos un momento así, ella empinada y yo de pie observándola, hasta que me hinque nuevamente entre sus piernas y le empecé a besar las nalgas en un gesto de agradecimiento, ese glorioso trasero me había dado el máximo tesoro que puede tomarle el hombre a la mujer en la intimidad, le chupaba y le mordía las nalgas suavemente, a ella le gustaba, entonces vi como empezaba a salir mi semen del culo, que maravilla de cuadro tenia frente a mí, que rico se veía, le abrí las nalgas con las manos y como ella seguía bien empinada, con su pecho reposando en la cama, le pedí que se pusiera a gatas, vaya, que se levantara un poco, para que mi semen saliera con mayor facilidad, que hermoso le escurría la leche del ano, manchando un poco la sabana y la alfombra, pero eso no importaba.
Comenzó a incomodarse con tanta leche en el culo y me dijo que quería ir al baño para asearse porque le estaba escurriendo mucho, así que la ayudé a pararse porque se había entumido estando en esa posición, al ponerse de pie, las piernas le temblaban, la abracé y nos besamos mientras le agarraba una de sus majestuosas nalgas, entonces corrió torpemente hacia el baño, tomando la toalla que en un principio había dejado en la silla del comedor, y cuando se alejaba de mí, vi por primera vez el vaivén de esas carnosas nalgas desnudas al correr, yo me tumbé en la cama boca arriba, totalmente relajado, hacía mucho tiempo que no tenía esa sensación, debe ser lo más cercano al paraíso, creo que mi cara esbozaba una sonrisa, estuve así un momento, descansando, relajado, feliz, sintiéndome tan plácidamente complacido.
La historia con Avelina tiene sus buenos capítulos, mis aventuras con ella continuarían, creo que estábamos destinados a estar juntos algún tiempo, nuestra relación fue muy pasional, y hay varias anécdotas que son dignas de contar, hoy solo les platiqué de como conocí a esta chica humilde y sencilla, que aunque no era bonita de cara, y su busto era pequeño, la naturaleza la había recompensado dándole el mejor trasero que he visto en mi vida, incluso en la televisión, un tremendo y perfecto culo, el mejor, llamando la atención en cualquier lugar.
Esa noche volvimos a tener sexo, y tomé la decisión de pagar un día más de hotel, deseaba quedarme otra noche más con ella, porque en ese momento no sabía, si volvería a presentarse otra oportunidad igual, el día jueves solo salimos a almorzar y a dar un breve paseo, como a las 2 de la tarde estábamos en un local comprando comida para llevar, ambos queríamos comer en la habitación y no salir más, el día viernes entregamos la habitación hasta la 1:00 de la tarde y nos regresamos a Valles, desde esa salida, ella y yo estuvimos más conectados, pero ya les contaré.
Espero les haya sido grata la historia, y disculpen mi mala redacción, les dejaré mi correo por si gustan escribirme, y un número de celular donde solo les podría responder mensajes de WhatsApp, sexocafeylluvia@gmail.com +52 442 346 2028, con gusto les responderé, y espero tener el tiempo de seguirles relatando mis bellos pasajes con Avelina, fue una chica importante en mi vida, fue una mujer que quise mucho, y que hasta la fecha, tengo presente en mis recuerdos, aquellos bellos momentos que viví con mi amada Avelina, besos para ti.




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