EL MASAJE

EL MASAJE

Claudia había quedado de ir donde su profesor de masajes corporales en horas de la noche, con el fin de que él practicara con ella y a su vez ella aprender. Claudia estaba muy cansada, sin embargo fue presurosa y a la expectativa de qué masaje le iría a hacer el profesor Joaquín, ya que habían comenzado un nuevo modulo y este era masajes eróticos o masajes en pareja y él le ha prometido que serían totalmente distintos a los demás.

- Al tocar la puerta Joaquín la recibió muy amablemente, hablaron sobre sus distintas ocupaciones en el día y luego el profesor comenzó a explicarle en qué consistiría el masaje, su nombre era “masaje de los Sentidos”, el solo nombre a Claudia le producía curiosidad y miedo a la vez.
-No te preocupes Claudia, el hecho de que sea erótico no quiere decir que tenga que haber penetración. Decía Joaquín.

-Tranquilo profe, por qué no más bien empieza a explicármelo de manera más práctica.

Claudia ingreso al lugar donde se haría el masaje, empezó a quitarse la ropa, su piel era blanca, tenía unas piernas bien formadas y duras, el profesor esperaba afuera de la habitación a que ella se acomodara en la camilla de masajes, siempre le había gustado los masajes, y sabía que era fundamental estar lo más cómoda posible y con lo único que se quedaba puesto era con una tanga para no quedar tan “desnuda”. Después de estar lista llamó a Joaquín, esté entró a la habitación un poco nervioso, pues nunca había hecho un masaje de estos a una estudiante, solo a su ex novia y sabia que debía tener mucho profesionalismo y concentración.

Empezó el masaje como cualquier otro, por la espalda con movimientos suaves y fuertes a la vez, del cuello a la cadera, a Claudia le caían de maravilla sus caricias pues había tenido una semana muy agitada y bastante estresada, sentía las manos de Joaquín muy suaves y tersas, su cuerpo casi se perdía por la tranquilidad tan magnífica que sentía, hasta que percibió como por primera vez en un masaje le quitaba su tanga, se sorprendió un poco, porque del estado de relajación pasó a excitarse, sin embargo, esto le gustaba y mucho.

Sentir como esas grandes manos abarcaban toda su cola la ponían a mil, el masaje en las piernas también fue muy agradable, sus dedos en ocasiones se metían por la entrepierna haciéndola vibrar de emoción, Joaquín también notaba que a Claudia le estaba gustando su masaje, por lo que aumentaba y disminuía el ritmo cada vez que lo considerara necesario.

-Ahora es hora de voltearte, espero no te moleste lo que voy a hacer. Decía Joaquín muy serio, pero a la vez con un toque de picardía. A pesar de su profesionalismo a la hora de hacer masajes, no podía evitar excitarse viendo el cuerpo de Claudia desnudo, su cara sudaba de solo pensar que podía tocar ese hermoso cuerpo que tenia al frente, y se excitaba más de saber que tenía que tocar su vagina, masajear sus labios y clítoris, pues en eso consistía el “masaje de los sentidos”, hacer que quien reciba el masaje esté en un estado de concentración y con los ojos vendados solo percibiendo lo que hace el masajista, uno de los pasos es estimular los genitales, ser muy delicado, ante todo debía lograr que Claudia se excitara con el contacto y movimiento de sus manos.

Cuando Claudia se volteó se cubrió su vagina con la toalla, pues sabía que primero estaba el pecho y el abdomen, ya no tenía pena de mostrar su cuerpo, solo que sentía un poco de frío, aunque por dentro el calor la quemaba.

Joaquín continuó el masaje mucho más tierno y emotivo, que como siempre lo había hecho, esto hizo sentir a Claudia un deseo inexplicable de que le quitara la toalla que ella misma se había puesto y le tocará su vagina ya totalmente lubricada. Esta vez sintió el masaje en sus pechos como un inicio de lo que sucedería, Claudia no sabía muy bien que seguía en este tipo de masaje, pero se imaginaba que el haberle quitado su tanga no había sido por verla totalmente desnuda solamente.

Llegando al abdomen a Claudia se le escapó un suspiro, lo que hizo que él se devolviera nuevamente a sus senos como no queriendo darle gusto, mientras con una mano tocaba su abdomen haciendo los mismos movimientos que siempre hacía en sus masajes con la otra rozaba los pechos de Claudia, apretaba sus pezones duros y firmes, ya el gusto no solo se lo daba a ella, sino que él también lo sentía.

Prontamente llegó a la parte que ella anhelaba con desesperación, empezó rozando su pelvis muy suavemente, Claudia no podía más, estaba a punto de estallar, Joaquín estaba peor, no podía dejar de tocar esos hermosos senos que tanto le gustaban, su pene estaba tan erecto que se salía de su ropa interior, que era lo único que tenia de la cintura para abajo, de la cintura para arriba tenía una camisa todo esto hacia parte del masaje para comodidad de ambos, afortunadamente Claudia tenía los ojos vendados y no sabía lo que estaba causando en su profesor.

Cuando pudo separar su mano de los pechos de Claudia, Joaquín empezó a tocar los labios vaginales con mayor intensidad, estimulando el clítoris de Claudia quien empezaba a demostrar su excitación con gemidos, se agarraba de la sabana de la camilla, sin saber qué hacer, estaba en las manos de su profesor, que se sentó a su lado, sin dejar de de masajear y poniéndole una de las manos en la pierna de él siguió excitándola esto hacia parte del masaje para que Claudia se sintiera más cómoda y en confianza.
-toca mis piernas, tranquila, dime si algo te incomoda. Decía el profesor.

-Ayyy, uyyyy, es que jamás imagine que con las manos se podía provocar tanto placer, por favor métame los dedos. Suplicaba Claudia sin poder disimular los gemidos, la excitación era cada vez más y Claudia empezó a acariciar las piernas de arriba abajo y se encontró con el pene erecto de su tutor ella retiro la mano y continuo acariciando las piernas, mas esta casualidad no disgustó a ninguno de los dos y Claudia descubrió que Joaquín estaba tan excitado como ella y decidió poner nuevamente su mano allí, y como el profesor no decía nada abarco con su mano y comenzó un sube y baja.

Así continuaron, Joaquín acariciaba su vagina, introduciendo sus dedos y presionando el clítoris de la manera en que Claudia manifestaba que le gustaba, mientras la chica se deleitaba tocando el pene de Joaquín, esta vez la respiración de ambos era fuerte y de la boca de Claudia salía excitantes gemidos.

Hasta que Claudia se sintió vencida lanzando un delicado último grito, mojando a Joaquín con su orgasmo, solo pasaron unos pocos segundos para que Joaquín explotara de emoción y regara con su leche los dedos y abdomen de Claudia que no dejaban de masturbarlo.

Claudia no sintió cuando Joaquín se puso de pie y salió de la habitación, tardo más de la cuenta en reaccionar, sintió sus dedos y abdomen mojados, se llevo los dedos a la nariz y luego a su boca sintiendo por primera vez el sabor del semen el cual no le pareció desagradable, se limpio con las toallas que Joaquín le dejo, se vistió y salió donde estaba el. Ella con una sonrisa nerviosa lo abrazo y le dio las gracias por el inmenso placer que recibió, se despidieron y quedaron de versen después. A la semana siguiente, Claudia volvió, con la excusa de que quería aprender a realizar este masaje, por lo que necesitaba practicar con alguien, y quién mejor que su profesor, quien aceptó sin vacilar, esta vez, él estaría en sus manos, ella haría unas cuantas modificaciones al masaje, que diera un poco más de confianza a los dos. Por no decir más, la más sencilla de todas era que ella también estaría sin ropa.