Ana era una espléndida mujer de treinta y cinco años, estaba casada y tenía todo lo que una persona puede pedirle a la vida...o casi todo. A pesar de ello había algo que hacía que su vida no fuera todo lo perfecta que siempre hubo deseado. Poco a poco fueron derribando los límites de su abstinencia y su fidelidad a su esposo, hasta que casi sin intentarlo se presentó la ocasión de saciar su hambre de verga.
Relato
Ana era una espléndida mujer de treinta y cinco años, estaba casada con un importante ejecutivo de una conocida empresa, con un hijo de quince años, y tenía todo lo que una persona puede pedirle a la vida...o casi todo. Porque detrás del muy buen buen pasar que la joven señora poseía, había algo que hacía que su vida no fuera todo lo perfecta que siempre hubo deseado.
Pese a intentar provocarlo una y otra vez, muy ocasionalmente lograba que él le prestara atención, y con mucha suerte conseguía llevarlo a la cama y tener algo de sexo. La mayoría de las veces terminaba quedándose sola, ya que su marido prácticamente era una visita en su casa, y debía recurrir a la masturbación para apagar las calenturas que naturalmente se producían en su cuerpo. Ocasionalmente había tenido oportunidades para tener sexo con otros hombres, pero jamás llegó a hacerlo, pues como era una mujer decente, Pese a Todo No Estaba En Su Mente Serle Infiel a Gerardo. Como aquella vez que viajando en el tren abarrotado de gente fue apretada por un par de tipos que le metieron mano por todos lados hasta el punto de hacerla tener un violento orgasmo, y a duras penas pudo contenerse y no aceptar la “invitación” de ambos para seguirla “en otro lugar”. No le disgustó lo sucedido, pues al fin y al cabo había conseguido algo de placer, por lo que en varias ocasiones más permitió que otros hombres “abusaran” de ella, aunque nunca llegó al extremo de dejar que la penetraran, a pesar de que lo necesitaba como al agua.
El tren era el ámbito ideal para que la toquetearan, pero también se dejó meter mano en otros sitios, como en la verdulería, en la farmacia o en el supermercado. Y cuando volvía a su casa después de que los hombres palparan sus opulentas curvas, se encerraba en el baño y se proporcionaba tremendas masturbadas para sacarse la calentura. Pero tanta mano en su culo, en sus tetas, en su concha deseosa de sexo, poco a poco fueron derribando los límites de su abstinencia y su fidelidad a Gerardo, hasta que casi sin intentarlo se presentó la ocasión de saciar su hambre de verga.
Un día su hijo Matías le comentó que esa tarde vendrían a su casa algunos compañeros de colegio para estudiar juntos, y le pidió que les preparara algo para comer y beber, cosa que ella hizo feliz de que su “bebé” se preocupara por los estudios. Alrededor de las cuatro de la tarde el grupo de muchachitos llegó a la casa siendo recibidos por matías. Eran cinco chicos de más o menos la misma edad de su hijo, y Ana les dio la bienvenida con un beso a cada uno.
Se ubicaron en la amplia mesa de la sala donde desplegaron sus materiales de estudio y se dedicaron a preparar todo para el próximo exámen de Física. Ana los atendió solícitamente sirviendo deliciosos sandwiches y gaseosas frías, ya que hacía bastante calor esa tarde. Mientras ellos estudiaban la joven señora se enfrascó en las tareas de la casa tratando de no molestarlos con su presencia.
Como es sabido, ella está buenísima a pesar de sus 35 años: es alta y blanca, con unas preciosas piernas bien hechas, unos muslos que están para comérselos, sus senos bien formados: redondos, deliciosos. Tiene un cabello brillante y castaño oscuro, sus ojos color miel y su cara preciosa de mujer educada le da un aspecto que atrae el morbo. Posee un culo enorme y muy apetecible: redondo, grande, duro y suavecito; que provoca comérselo y arrimársela con el pene bien erecto. Aún así, con su juventud, su belleza y su voluptuoso cuerpo de 1.76 m en plenitud, desde tiempo atrás no encontraba en su ocupadísimo marido la satisfacción sexual que merecía y necesitaba.
Estaba pasando el plumero a los muebles de la sala cuando por casualidad dirigió la vista hacia los chicos, y entonces le pareció notar que uno de ellos prestaba poca atención al estudio, y su mirada estaba dirigida hacia donde ella se encontraba. Su nombre era Axel, tenía quince años al igual que su hijo, a diferencia de sus compañeros no era agraciado físicamente, era medio canijo de mirada desorbitada, flaco y de apariencia anémica. Si bien era algo feo pero muy avispado en todo sentido, ya había tenido algunas novias en la escuela pero al ver a esa joven y elegante dama no le importó que fuera la mamá de su amigo, solo pensaba “que hermoza señora, que culazo! mamacita! quiero cachármela por el culo hasta llenarle el tubo con mi leche, me arriesgo”... a pesar que Ana era un poco mas alta que él eso no sería impedimento para cogérsela, esta vez pensó en jugársela.
Al verse sorprendido el chiquillo trató de disimular, pero Ana se dio cuenta de que el chico la estaba observando mientras limpiaba...y se sintió un tanto molesta. Entonces cayó en la cuenta del por qué de aquellas miradas. Su minifalda algo subida le había estado ofreciendo al mocoso una buena panorámica de sus muslos, y sin duda el pibe había descubierto algo más entretenido que las leyes de la Física. Un cosquilleo extraño le recorrió el cuerpo, y sin quererlo humedeció su sexo. No estaba bien que un mocoso feo le produjera aquella sensación...pero su líbido hizo despertar sus ratones eróticos y una sonrisa se dibujó en sus labios ¿Y por qué no? Se entusiasmó con la posibilidad y entonces se dijo que tal vez aquel chiquilín pudiera ser quien apagara su gran incendio...sin pensarlo dos veces y haciendo como que no había pasado nada continuó limpiando, pero ahora intencionalmente dejaba que su mini subiera y mostrara su buen par de muslos. Sabía que el pibe tenía los ojos clavados en ella y procurando que su hijo no lo notara se agachó lo suficiente para que su “voyeur” pudiera ver su tanga roja y su tremendo culo. Lo observó de reojo y notó los desorbitados ojos clavados en su cuerpo. Mientras deleitaba al flaquito, en su cerebro se elucubraba la idea de cómo lograr tenerlo sin que Matías se enterara. Durante un buen rato se dedicó a calentar al pendejo exhibiendo bastante más de lo normal, y pudo notar que él se tocaba el pene disimuladamente, mientras presenciaba el espectáculo que Ana ofrecía. Cuando consideró que ya lo tenía entusiasmado salió de la sala y fue a darse una ducha refrescante. Cuando salió del baño ya los compañeros de su hijo se aprestaban a retirarse. Los acompañó hasta la puerta y los despidió, y vio en los ojos del adolescente que le disgustaba tener que irse de esa casa. Y ella se quedó apenada por no haber podido tener algo más. Aquella noche casi no pudo dormir pensando en la manera de estar con el pibe...
A la mañana siguiente, luego de que Gerardo fuera a su trabajo, volvió a pensar en el pendex y nuevamente su entrepierna se humedeció. Ahora ya estaba obsesionada y quería que aquel chico le proporcionara todo el sexo que su marido le retaceaba. Tenía que cogérselo como fuera, y no dudaba que él no se negaría a satisfacerla en vista de las tórridas miradas que le había echado. Y como por arte de magia se presentó la oportunidad. Su hijo Matías bajó del cuarto a desayunar y le comentó que debía ir a la biblioteca con otros compañeros a buscar unos trabajos. Además le recomendó que si otros chicos venían a buscar el trabajo hecho el día anterior por favor se los entregase ya que debían estudiar.
Ana despidió a su hijo con un beso, y ni bien él salió de la casa la bella mamá fue a su cuarto y se vistió provocativa como para derretir: una supercorta minifalda crema apenas tres dedos bajo las nalgas, debajo una brillosa tanga blanca, medias nylon color carne, un jersey ajustado con tres botones desabrochados y su corpiño. No era como para salir a la calle, seguramente, pero ella no tenía la más mínima intención de hacerlo. Por el contrario, esperaba tener que quedarse todo el día dentro...y bien acompañada.
Se puso a leer algo hasta que a eso de las nueve y diez sonó el timbre. Se acomodó la ropa y se dirigió a la puerta, seguramente serían los compañeros de Matías. Y grande fue su sorpresa cuando en el umbral encontró al flaco que el día anterior se la comía con los ojos. Una sonrisa de picardía se dibujaba en la cara de ambos cuando se saludaron:
-Hola, Ana ¿Cómo estás? Vengo a buscar lo que hicimos ayer...- dijo el mocoso gamberro, y ese “lo que hicimos ayer” a la joven mamá le sonó con doble intención.
-¡Hola, chico, qué tal!- respondió el saludo –Bueno, pasa, creo que Matías dejó todo en la mesa de la sala...-
El pibe la siguió y sus ojos se clavaron en el contoneo de aquel espectacular culo que ya había visto al descubierto el día anterior. Su cara hizo una mueca maliciosa y se mordió los labios.
-¿Quieres tomar algo fresco? Ya está haciendo bastante calor ¿No?- preguntó la joven mamá.
-No estaría mal, Ana, pero no quiero ser inoportuno, tal ves estás esperando a alguien...-
-¡No, para nada! Solamente a usted jovencito, como me comentó Matías esta mañana...-
-Entonces, bienvenido el trago...-
Ella se dirigió a la cocina mientras el chico se sentaba en sendos sillones, sin dejar de deleitarse con el voluptuoso cuerpo de aquella potra.
-¡Qué terrible yegua! ¡Y cómo se vistió, que rica!¡Para mí que quiere guerra!- pensó Axel.
-Tal vez, pero no me apresuraré, veamos como viene la mano con ella... como me la pone dura! - volvió a decirse.
Aquel mocoso ya estaba erecto, un prominente bulto amenazaba con romper la bragueta de su pantalón colegial, su pinga de 16 cm no era gruesa, pero si delgada, larga, bien dura y venosa. Eso para él es de más importancia, ya que así la puede meter y llenarla hasta el fondo.
La bella señora intuyó que la estaba observando y a propósito se inclinó un poco sobre la mesada, lo suficiente para que se asomara bajo la mini parte de su tanga y de sus nalgas. Permaneció así unos segundos y luego volvió a la sala con las bebidas, entregándosela a él y sentándose en un sillón. Hablaron durante un rato de cosas triviales, y ella no perdió oportunidad para mostrar sus atributos al pendex, hasta que volvió a ofrecerle un nuevo trago, cosa que aceptó. Volvió a la cocina, pero esta vez no necesitó regresar a la sala, él ya estaba junto a ella muy sonriente. Axel se le acercó por detrás y sin darle tiempo a nada le apoyó el paquete en el culo al tiempo que se aferraba a sus opulentos pechos. Sorprendida pero a la vez cachonda ella no opuso resistencia y dejó que el pibe calzara su aparato entre sus redondas nalgas. Sintió la dureza de aquel nada despreciable “muñeco” y comenzó a humedecerse. No dijo una palabra, no hacía falta. Él puso una de sus manos delante suyo y resueltamente la metió bajo la mini acariciando con firmeza su pulposa conchita que ya destilaba los fluídos vaginales. Ella cerró los ojos y se dejó llevar por las caricias de aquel avezado jovencito. Hundió un dedo en la caliente cueva, luego otro, después un tercero, y Ana comenzó a jadear al tiempo que la otra mano de Axel palpaba suavemente los soberbios glúteos y recorría una y otra vez el profundo canal que formaban. Antes de que pudiera darse cuenta tuvo un orgasmo que la hizo estremecer, tal era la calentura que el mocoso pendex le estaba proporcionando.
Sin embargo lo que más deseaba era comerle ese delicioso culo que poseía Ana, él estaba nervioso pero a la vez ansioso de verle el culo, así hincándose tomó su minifalda y se la subió por encima de la cintura, dejando a la vista ese trasero tan bonito ahora cubierto sólo por esa tanga blanca que tan bien le quedaba y la hacía mas bella, hacía notar más lo redondo de su culazo y la hacía lucir muy sexy, se quedé viéndola estupefacto unos segundos, ahí estaba ella, ahora se veía todo su trasero, se veía lindo y su ropa interior brillosa y suave como seda tenía esos arreglos como que era de buen precio, se veía que era fina y hacía ver su trasero más sensual.... qque ricaa se veía!
La empinó sobre el taburete y empezó a restregar sus labios en el culo de la joven señora, ansioso le estrujaba las nalgas y le plantaba sonoros besos en los cachetes de ese rico culo para luego mordisquearlo y darle chupetones mientras ella jadeada. La tomaba de su cintura y la jalaba hacia él, hundiendo su cara en medio de sus nalgas. Ella se volvía loca mientras él metía la lengüita en su hoyito y le chupaba desesperado, le recorría la raya de su culo con la lengua. Le encantaba hacer eso.
-¡Así, bebé, así!- gemía desesperada -¡Hazme de todo! ¡No pares de acariciarme! ah!-
No sólo no paró, sino que sus manoseos fueron cada vez más intensos, y dejó paso a su boca que recorrió con avidez cada centímetro de sus alucinantes curvas. El se quitó los pantalones sin parar de tocarla y en segundos la bella mamá sintió la apetecible matraca buscando dónde hacer ruído. Axel parecía “experto” ya que le lubricó el ojete con sus propios jugos y colocó su pedazo entre las nalgas buscando el inexplorado orificio posterior... la escena era muy morbosa: un chico de 14 feo y de apariencia anémica apuntando con su verga bien erecta al culazo redondo de una hermoza señora de 35 años para hacerle un anal... Ana se babeaba con sólo sentir la cabeza rozar la entrada, y con ambas manos separó sus blancas nalgas invitando a la penetración.
- Que culazo tiene señora, me la voy a cachar rico por ahí!
Haciendo a un costado la tira de su tanga, el pibe empujó fuertemente y su verga empezó a entrar con esfuerzo en el soberbio culo de la joven mamá, haciéndola lanzar un chillido que primero fue dolor, luego inercia, finalmente placer. Axel se la metió hasta el fondo y luego comenzó un mete y saca que fue aumentando en un ritmo dessenfrenado hasta hacerse una bomba dentro del culo de la bella señora Ana, que gimiendo de placer llegó al orgasmo con facilidad mientras lo atraía hacia sí a Axel, que observaba con deleite la culeada que le estaba dando.
-¡Ahh ahh ahh mi niño sigue así que rico me llevas hasta las estrellas ahh ahn aaahh !
-¡Si tragatelo todo que rico culo tienes oh ahh !
Aquel flaquito pendejo la culeaba bien aferrado a su cintura dándole unos terribles embates que hacían temblar sus redondas y deliciosas nalgas que ansioso las estrujaba con sus delgados dedos. Era delicioso, pues la tomaba de las tetas fuertemente y la jalaba hacia él. Y así se la seguía culeando, ella no hacía mas que jadear y gemir.
- ¡Aaaah, que rica eres, mamacitaa! plaf plaf plaf plafff... sonaba cuando chocaba con sus nalgas, el sonido de las carnes era enloquecedor
- aah aaahh! sus gemidos eran gritos ahogados por sus dientes mordiendo su labio inferior... mmmgghh mmggghfff ahhhhh que rica verga tienes mi niño!!
- ploff plofff plaff plash plafff plafff plafff!!! ahh mmgh aahh tiene un delicioso culo señoraa!!... plaasssh!! sonó al darle un manotazo en su nalga derecha.
Entonces Ana lanzó un alarido y comenzó a moverse como loca atrás y adelante, recibiendo la pija que la pistoneaba sin cesar.
-¡Eso, pendejito! ¡Hazme tuya! ¡Párteme bebé!- vociferaba con voz ronca. El muchachito la estuvo empalando un largo rato haciéndola acabar un par de veces.
- Aahh me corroo me coorrooo!!! Te voy llenar el tubo con leche, que buena estás mamacitaa¡ aaaaahh!! Dijo esto el mocoso pendejo mientras sintió salir su semen a borbotones: ¡Floooppp… floooppp… floooppp… floooppp… floooppp… floooppp… floooppp…! y así se vino inundándole el recto totalmente de semen caliente y espeso...
- ayy aayyy asiii, toda la leche, asiiiiii en el culo, toda, que rico, por favor llenaaamee oooohhhh!!!
- uuh que culo mas rico señoraaa¡¡...
hasta que logró acabar dentro de la joven señora, para luego caer ambos rendidos sobre el sillón grande, y él aún con su verga en el culo de Ana. Rato más tarde volvió a cogerla, esta vez cambiando posiciones la puso boca abajo y sujetándole fuerte de las muñecas se la culeó hasta llenarle los intestinos. Finalmente se dieron una ducha y se vistieron, no así Ana que solamente se puso la tanga. Así, casi desnuda, se sentó sobre ese pendejo.
-¡Estuviiste fantástico!- exclamó con la satisfacción dibujada en su rostro.
-¡Usted también, Ana!- respondió Axel –Sabía que esto iba a pasar ¿no?-
-No sabía,, pero lo esperaba como loca. ¡Hacía rato que no me cogían tan bien!-
-Por eso me provocaste ayer, mostrándome el culo ¿verdad?-
-¡Por supuesto! ¡Y te juro que si no estaba Matías, ayer mismo te cogía!-
-¡Ehhhh! ¡No seas exagerada!-
-¿Exagerada? ¿Después de casi un mes de abstinencia? ¡No te imaginas lo que hubiera hecho!-
-¿Y qué te parece otro día vengo y hacemos una gran fiesta?-
-¡Sería genial, yo te aviso cuando tenga vía libre-
-De acuerdo, dijo dejando a Ana tan cachonda con lo que vendría que estuvo a punto de pedirle que se quedara un poco más. Pero ya era hora que volviera su hijo, y lo dejó marcharse.
Acordó con Axel que se acostaría nuevamente con él, y una mañana en que su hijo debió ir a visitar a sus abuelos, llamó por teléfono. Por supuesto el pendex no tardó ni cinco minutos en visitarla, y durante más de tres horas cogieron con ella por todos los agujeros disponibles. A partir de entonces suelen repetirse las reuniones de estudio de Matías y sus “compañeritos”, y Axel aprovecha cualquier ocasión para meter sus manos bajo la ropa de la muy puta de Ana, que ahora ya no piensa en ser fiel a su marido y se deja coger por cualquier muchachito que le tire el lance o le pegue una manoseada en la calle.
Gretel entretenida mirando una película de dibujitos animados porno, aceptó que le hiciera el culito, al principio costó bastante, pero al final pude meterle mi badajo hasta los huevos. Fue el comienzo de una maravillosa relación, que hoy, ocho meses después está en todo su esplendor.
Relato erótico enviado por crayzzygary1 el 19 de September de 2018 a las 00:00:01 - Relato porno leído 262687 veces
Las cosas no siempre salen como uno las planifica, fue culeda de manera salvaje por nuestro joven invitado quien le dio con todo por donde ella no lo esperaba,
Relato erótico enviado por Anonymous el 10 de August de 2007 a las 09:27:54 - Relato porno leído 227743 veces
Uno de los momentos mas deliciosos de mi vida y tambien el mas pecaminoso porque sin importar que estoy casada le fui infiel a mi esposo con un albañil. Espero disfruten esta historia tal y como yo disfrute como me hizo el amor, espero sus opiniones.
Relato erótico enviado por Anonymous el 19 de December de 2011 a las 00:16:04 - Relato porno leído 217675 veces
Si te ha gustado El mocoso pendejo y la señora decente vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El mocoso pendejo y la señora decente.
MXTiger700
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
nasario
(8 de December de 2010 a las 18:30) dice:
PRECIOSO RELATO MI SUEÑO DORADO ES ENCONTRARME UNA SEÑORA ANITA EN MI VIDAPARA COMERMELA TODITITA Y CULEARLE HASATA MORIR comoleon
(7 de March de 2011 a las 06:06) dice:
muy buen relato, con bastante erotismo CiberCiervo
(3 de November de 2010 a las 22:28) dice:
yo ni idea q decir carahalls
(3 de November de 2010 a las 17:12) dice:
Excelente esperamos la continuacion... Don_Josep
(3 de November de 2010 a las 01:37) dice:
Genial capitan60
(22 de November de 2010 a las 10:55) dice:
QUE RICA SE VE SI ES ELLA LA DEL RELATO DEVO DECIRLE QUE ME A HECHO PAJEARME PENSANDO EN ESE DELICIOSO CULO katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:43) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF elpapipakemegoses
(13 de November de 2010 a las 07:51) dice:
muy bueno pz ojala ke la tia sea de peru para irme a su hato y follarla galletos
(12 de November de 2010 a las 23:20) dice:
QUE BUENAS FOTOS SI ASI ESTA ESTA MUY BUENA YA HASTA AMI SE ME ANTOJO Y ME EXITO MUCHO ESTE RELATO jack073
(11 de November de 2010 a las 01:12) dice:
esta buenisismo y que decir de ana esta bien buena pendejo del muchachito si no la cigia comose debe.
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