Hace quince años me casé con mi primer esposo, Marcial, que falleció trágicamente en un accidente de auto. De inmediato comencé a echar de menos su caballerosa manera de ser, su impecable trato para con mi persona, y la impecable manera en que hacía las cosas…
Relato
Tras su fallecimiento había noches en que lloraba amargamente su pérdida, tendida en la cama lo recordaba su forma de ser. Como siempre me pedía permiso, para acercarse a mí, en la cama. Como de manera suave, y galante, al tiempo que me besaba suavemente sobre mi cuello, antes de comenzar a penetrarme, nuevamente me pedía permiso para hacerlo. En fin Marcial era todo un caballero, en todos los sentidos de la palabra.
Pero con el tiempo finalmente me hice a la idea de su dolorosa pérdida, comencé nuevamente a salir de compras, fue cuando estando en el mercado. Al pasar por la carnicería, me tope con Ignacio, el dueño. Contrario a mi difunto esposo, Ignacio resulta ser un tipo tosco, corpulento, tan diferente a mi Marcial, que era delgado y de corta estatura. Ignacio es de lo más desvergonzado y vulgar que se puedan imaginar. Y aunque desde el inicio que lo conocí, le saqué el cuerpo, ya que hasta me resultaba pesado, por lo grosero que es. Pero como es de grosero, es de insistente, ya que desde el primer día que me vio, me invitó a salir.
Fueron una infinidad de ocasiones en que me negué a aceptar las invitaciones de Ignacio. Hasta que como dice el dicho, tantas veces va el cántaro al agua, hasta que se rompe. Bueno un día acepté finalmente una de sus muchísimas invitaciones. Y a pesar de nuestras serias y bien marcadas diferencias culturales, y sociales.
A pesar de su manera tan grosera de ser, la pasé muy bien con él. Por lo que continuamos saliendo, y saliendo, hasta que se dio cuenta que no me llevaría a la cama a menos que se casase conmigo, por lo que casi de inmediato me pidió que me casara con él.
La boda fue de lo más concurrida, la pasé muy bien hasta que finalmente nos trasladamos al hotel donde pasaríamos nuestra Luna de Miel. No se de donde yo tenía la falsa idea de que al igual que Marcial, Ignacio sería todo un caballero en la cama. Pero que error cometí al pensar eso, yo salía de darme una ducha, antes de irme a costar, cuando Ignacio me saló encima prácticamente arrancándome toda la fina ropa intima que me había comprado para esa especial noche.
Yo estaba totalmente asustada, mientras que él me besaba de la manera más salvaje que se puedan imaginar, al tiempo que introducía sus gruesos dedos dentro de mi vulva. Yo comencé como pude a pedirle que se detuviera, pero como peor fue el remedio que la enfermedad, ya que mientras llorando le pedía que se detuviera, con más fuerzas me atacaba Ignacio. Hasta que finalmente me arrancó toda la ropa íntima, dejándome completamente desnuda, y tirada en la cama frente a él, mientras se quitaba su ropa.
Yo estaba que me moría de la vergüenza, del miedo, y hasta de la rabia, por no poder hacer nada para que él prácticamente me violase. Una vez que se quitó toda su ropa, y vi su velludo, y musculoso cuerpo desnudo, me asusté más. Su montuoso miembro parecía tener vida propia, moviéndose de lado a lado, y para arriba y para abajo a cada paso que él daba, acercándose a la cama.
Ignacio me agarró por los pies, y separando mis piernas, me obligó a que me pusiera boca abajo, sin decirme las bonitas palabras que mi difunto esposo me decía. Todo lo contrario, resollaba como un animal en celo, a medida que fui sintiendo como se iba acercando a mí.
Yo estaba tan y tan asustada, que inútilmente traté de escapar. Ignacio me sujetaba con sus fuertes manos, por mis muslos. En cierto momento temí que me fuera a penetrar por el culo, cosa que me dio un pánico tremendo. Pero ya sobre mi cuerpo mi nuevo esposo, me tomó por las caderas, y dirigiendo su bestial miembro contra mi vulva, me penetró salvajemente.
Sentí como milímetro a milímetro me fue penetrando con fuerza, sus manos no dejaban de manosearme toda. Ya cuando le penetración fue total, a pesar de su bestial manera de tratarme. A medida que continúo envistiéndome como todo un animal, Yo para mi mayor sorpresa comencé a disfrutar plenamente, de algunas de las barbaridades que me hizo mi nuevo esposo, como nunca antes lo había hecho, mientras estuvo con vida el difunto Marcial. En cierto momento en que ambos ya descansábamos sobre la cama, a Ignacio se le ocurrió que deseaba darme por el culo, cosa que jamás ni nunca yo había ni tan siquiera pensado hacer con Marcial, cuando al tratar de levantarme de la cama, diciéndole que ni pensara en que yo dejaría que me hiciera eso, Ignacio me soltó un solo manotazo que me dio en la cara, dejándome aturdida, pero al recobrar la conciencia el muy salvaje me tenía clavada por el culo, y a pesar del dolor que pude sentir, el placer que él me producía era muchísimo mayor, ya que con una de sus manos, me tenía bien agarrada por mi coño. Esa noche perdí la cuenta de cuantos orgasmos me hizo disfrutar Ignacio, así como del sin número de ocasiones que me obligó a que le mamase su verga.
Al siguiente día cuando me levanté completamente desnuda de la cama, al verme al espejo, no tan solo estaba completamente despeinada, sino que vi mi ojo derecho amoratado, apenas y podía caminar por el dolor entre mis nalgas y mi coño, también vi con claridad el montón de moretones por todo mi cuerpo, sobre todo los de mis tetas y cuello, debido a los chupones que Ignacio me dio en un sin número de ocasiones. En fin estaba hecha toda una porquería, por entre mis muslos, vi grandes manchas secas de semen. Yo seguí caminando al baño, pero antes agarré una foto de Marcial que tenía en mi cartera, y una vez que llegué al baño, me limpie el culo con ella, la tiré al cubo de la basura, luego le tiré una fuerte trompetilla, y le dije. Marcial, hay que ver como los dos perdimos el tiempo, mientras estuvimos casados. De inmediato me di una buena ducha, y apenas pude regresé a la cama con mi nuevo marido para que siguiera haciéndome totalmente feliz….
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 312203 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212263 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 149873 veces
Si te ha gustado El más, él más, él más bestia… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El más, él más, él más bestia….
narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:50) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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