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El mulato que penetró al exigente Jimmy Mayorga

Relato enviado por : Anonymous el 20/03/2012. Lecturas: 11748

etiquetas relato El mulato que penetró al exigente Jimmy Mayorga   Gay .
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Resumen
Jimmy Mayorga prefería a los hombres rubios y refinados hasta que conoció la enorme verga del rústico pero atractivo mulato que trabajaba frente a la Vidriería Pacific. Desde entonces prefiere que una morcilla le dilate su orificio anal.


Relato
Mi padre es un seductor mulato colombiano y mi madre es una guapa ecuatoriana de raza blanca, yo nací en Guayaquil. Tengo 23 años y soy el precoz padre de tres niños aunque no estoy casado con sus respectivas madres, ocurre que mi debilidad son las mujeres así que no puedo evitar tener varias hembras al mismo tiempo y dada mi fogosidad sexual extrema las tengo a todas satisfechas. Heredé de mi papá su desarrollado miembro, y por eso tengo mucha suerte con las mujeres y no he conocido a ninguna que se niegue a ser poseída por mi potente cañón de carne. Me dedico a instalar accesorios para vehículos desde hace muchos años y no me puedo quejar, me va bien en este negocio y trabajo con mi padre adoptivo y un tío de crianza en un pequeño local ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Luque. Aunque hay bastante competencia en el sector hay trabajo para todos y además nos llevamos bien ya que muchos nos dedicamos a este trabajo desde hace bastante tiempo. El único negocio que es diferente al del resto en la zona es uno que se llama Vidriería Pacific en dónde venden aluminio y vidrio, lo aperturaron hace poco tiempo diagonal a nuestro local. Los dueños son unos serranos de apellido Mayorga que trabajaron siempre como comerciantes en granos en el mercado central de la ciudad pero decidieron cambiar de línea y mejorar de vida.
Uno de los serranos se llama Jimmy Mayorga, es el que luce mejor facha de toda la familia puesto que todos tienen aspectos indigenoides, su hermano mayor por ejemplo, es un calvo muy barrigón y el hermano menor es un patucho bastante feo, son muy ignorantes y al parecer no terminaron ni siquiera el colegio en cambio Jimmy se hace llamar “ingeniero” por sus empleados por lo que se asume que es el único que habrá cursado la universidad, a no ser que se haya inventado el título. Sabía que Jimmy es el único soltero de los hermanos y que es muy afeminado pero no tenía confirmado que sea homosexual hasta que una noche de sábado me invitó a subir a un departamento que su familia tiene arriba del negocio y en dónde vive el calvo barrigón con su mujer quienes ese día habían viajado al pueblo de dónde ellos son originarios en la serranía y el gay lo tenía libre para su uso. Así que fui a tomarme unas cervezas y escuchar música. El gay Jimmy tiene aproximadamente entre 40 y 45 años de edad, es flaco y bajo de estatura, el tipo realmente es tan feo cómo sus hermanos pero como se viste y peina mejor que ellos luce un poco mejor, lo que si resulta desagradable en él es que es sumamente afeminado, al punto que en el barrio todo el mundo habla de él y de sus amaneramientos, porque Jimmy luce como toda una mujer cuando camina, se mueve todito como si le hubieran metido un palo por el culo y menea las caderas como toda una loca. Dicen en el barrio que se pelea con todas las mujeres vecinas como toda una verdulera, que es de escándalos y enredos públicos cómo regularmente son los maricones ordinarios. También se comenta que Jimmy lleva hombres a este mismo departamento cada vez que se queda solo en la ciudad y que lo hace muy a menudo al punto que ya se había acostado con todos los hombres del barrio, tanto adolecentes, cómo jóvenes y hasta viejos, gordos, flacos, bonitos y feos; pero ninguno de ellos cuenta nada porque a ningún hombre le gusta que los demás sepan que se ha culiado a un gay, los machos guardamos las apariencias. Pero cómo las paredes tienen ojos y oídos, los vecinos y vecinas lo ven frecuentemente entrando con sus machuchines a hurtadillas ya sea por la puerta del lado de la calle Esmeraldas, o por la que da a la calle Luque.
En todo caso, a mí no me había invitado a ir a su departamento hasta esta primera vez. Sabía de sus gustos homosexuales y de sus insaciables apetitos sexuales pero la verdad no me incomodó su invitación en lo absoluto porque al fin y al cabo a mí –cómo a cualquier otro macho- me gusta mucho que me mamen la verga y también penetrar por detrás y a mis mujeres por lo regular no les gusta practicar este tipo de cosas sino solo el sexo tradicional y ya pues, como hombre culión que soy también me gusta un poco de depravación.

Lo que me molestó un poco es que me di cuenta que el gay no quería tener sexo conmigo sino que me había invitado para sacarme información sobre unos vecinos del barrio que son súper pinteros, de buena presencia, se trata de dos hermanos que son de piel blanca y de ojos azules, de origen extranjero, no lucen como latinos. Los he tratado poco porque son personas que casi no pasan en su casa sino fuera y se los ve muy poco. Son buen dato pero todos en el barrio nos habíamos dado cuenta que pertenecen a ese tipo de familias que se manejan en un nivel social elevado y no socializan mucho con personas sencillas como el resto de las personas del sector y según dicen los rumores, sus antepasados habían sido los dueños de todo este sector en dónde había una enorme hacienda familiar y que al pasar de los años fueron vendiendo el patrimonio hasta que se formó el actual barrio.

Luego de bebernos varias cervezas Jimmy y yo nos sentirnos más abiertos y en confianza, el gay me empezó a preguntar más y más sobre los rubios y yo le dije lo poco que sabía, que el uno era divorciado y el otro viudo, que tenían más o menos 38 o 40 años, que ambos eran profesionales y que sus padres habían fallecido por lo que ellos vivían solos y que otro hermano vivía en el departamento de al lado de ellos, en fin cosas superficiales. Jimmy me preguntó si yo sabía si ellos aceptarían tener sexo con un gay y yo le dije que no, y que más bien se los tenía por ser personas muy serias y que en el barrio todos los vecinos los respetaban mucho. Me dijo que le parecían antipáticos porque él se había tratado de hacer amigo desde que se cambió a ese barrio pero que ellos no le paraban bola y que eran sobrados. Era muy notorio que el gay no se podía sacar de la cabeza a estos gringos rubios y quería a toda costa que ellos se lo culeen. Me dijo que si yo se los podía presentar para hacerse amigos y yo le dije que bueno, que no había problema pero había que ver cuando ellos estarían en su casa disponibles y que las cosas se den con naturalidad, pero la loca estaba desesperada por hacerse amiga de estos tipos y me dijo que me pagaría si se los presentaba porque a él le gustaban mucho ya que eran unos papacitos guapísimos y todas esas mariconadas que dicen los gays cuando están obsesionados con un hombre. Acepté y me dio un adelanto y quedamos en que se los presentaría en otro momento.

Seguimos bebiendo pero yo ya estaba aburrido porque el gay sólo hablaba de los tipos rubios y ya me tenía con las pelotas hinchadas, hasta que se me ocurrió decirle: “pero si estás con ganas de verga…aquí tienes una” al tiempo que me agarré el bulto que formaba mi miembro cubierto por mi pantalón jean negro pero él haciéndose el exigente me dijo, “no me lo tomes a mal pero es que a mí no me gustan los cholos como tú, a mí me gustan los hombres finos y aniñados como los chicos que te dije, me gusta que sean grandotes, blancos, rubios con los ojos azules y con todos los vellos del cuerpo rubiecitos….” Al finalizar esta frase la loca lanzó un suspiro que sonó bien maricón como si hubiera tenido un orgasmo sólo de pensar en los machos que le gustaban, ¡qué coraje que me dio al comprobar que este longo homosexual me choleó y que no se podía sacar de la cabeza a los dos machos aniñados!

Medio cabreado le dije: “pero los machos cholos también tenemos nuestro encanto” y le mostré como se marcaba mi grueso miembro que parecía un plátano grueso debajo del pantalón ….el gay abrió sus ojos como si hubiera visto un postre delicioso y como si de pronto se le hubiera abierto el apetito y dijo curiosa: “y que tal lo tendrás?, haber déjame verlo…” yo me bajé el cierre del pantalón sin cambiar de posición, me mantuve medio recostado sobre la butaca sosteniendo la botella de cerveza en la mano izquierda y con la derecha me saqué del interior mi bronceado y grueso pene que para entonces ya estaba semi duro.

Cuando el meco Mayorga lo vio, abrió los ojos en señal de sorpresa y dijo: “¡huy cholo pero si has tenido un huevote!” ¡Claro que tengo un huevote!, pensé si mi pene mide 23 centímetros y medio de largo y lo tengo muy grueso y cabezón… mientras él lo admiraba relamiéndose los labios yo me lo acariciaba de arriba abajo haciendo que se me ponga cada vez más y más duro.

El gay contemplaba mi falo como si hubiera quedado hipnotizado por él y esto me produjo mucha complacencia así que con cierto grado de venganza le dije: “¿Qué piensas ahora de los cholos?, “que son ricos…” respondió boquiabierto…¿Te gusta mi verga?” “si, si…me encanta…” dijo con su mirada fija en mi pene admirándolo con glotonería mientras dejaba escapar un hilo de saliva de su boca que para entonces ya se le estaba haciendo agua por lo apetitosa que había descubierto que era mi verga!

“Pero ahora confórmate sólo con mirarla nomás porque no te la voy a dar a probar ya que me dijiste que soy un cholo y que los cholos no te gustan” le dije molesto….“¡no mi amor, era broma, no me hagas caso, es que yo no sabía que tú tenías semejante vergota tan gruesa y cabezona, perdóname papacito rico, te daré lo que quieras si me dejas probar esta rica pieza, pero te suplico que me dejes probarla un poquito!” rogó.

Ni bien terminó de exclamar esa frase la loca Mayorga se abalanzó sobre mi cuerpo y cayó arrodillada entre mis piernas antes de que yo pudiera reaccionar. Agarró con su mano mi pene por el tronco y exclamó: “tienes la verga tan gruesa cholo hermoso, eres un cholazo delicioso” luego se incorporó para alcanzar la cabeza de la verga y comenzó a darle besitos en el glande, luego pequeñas lengüetadas y finalmente se introdujo la cabezota de mi pene en su boca y le pegó una buena chupada al tiempo que cerraba sus ojos como para saborearle mejor. Tenía tantas ganas de quitarle mi pene de su boca para que sufra y se quede con las ganas pero debo admitir que sus chupaditas me resultaron tan sabrosas que opté por dejar que me lo siga mamando.

Yo seguí en la misma posición y me sentía satisfecho de ver como el homosexual se engrupía cada vez más con mi pene. Lo observaba fríamente mientras bebía mi cerveza y con la mano derecha acariciaba su negro y brillante pelo ensortijado, ¡que satisfacción experimentaba al verlo totalmente dominado por mi sexo, sumiso…a mis órdenes! Pero al mismo tiempo me sentía totalmente fascinado por el excelente trabajo que su experimentada boca mamona hacía en mi pieza.

Al cabo de un minuto más, la loca Jimmy ya me daba sendas mamadas y trataba de tragarse toda la pieza pero apenas le ingresaba la mitad y le daban arcadas…la soltaba, aspiraba desesperado para no asfixiarse y se la volvía a meter golosamente dentro de su cálida y húmeda boca mamadora mientras yo lo observaba satisfecho y orgulloso de mi hombría, sobrado pues yo bien sabía que mi pene era un verdadero manjar para hembras y maricones.

Me tenía en el séptimo cielo del placer porque si hay algo que me gusta es que me mamen y este homosexual resultó ser un excelente mamador, ¡con razón todos los hombres del barrio lo visitaban con tanta frecuencia!

De pronto, el meco se puso de pie, se abrió el cinturón y se sacó su pantalón y su ropa interior…luego se puso sobre mí con una pierna a cada lado de la butaca y se colocó abundante saliva en la mano para acto seguido lubricarse bien el ano…yo seguía sin inmutarme, sólo lo observaba, su cara denotaba ansiedad, desesperación deseo, lujuria! Rápidamente se sentó sobre la cabeza de mi verga y se fue bajando poco a poco introduciéndose el mismo centímetro a centímetro mi gruesa tranca brillosa por la gran cantidad de saliva que la había lubricado hasta que se la tragó toda por completo! Cuando llegó a la raíz de mi verga vi que sus ojos se le brotaron debido a la presión que mi grueso miembro ejercía en su interior! Permaneció en esa posición por espacio de varios segundos como dándole tiempo a su anillo de carne a dilatarse y obtener la misma horma de la circunferencia de mi falo. Luego se agarró de mis hombros y comenzó a elevarse y luego a bajar, subía y bajaba, subía y bajaba, una y otra vez ensartándose con este movimiento repetidas veces en mi tieso miembro enardecido…yo me sentía envanecido por la dureza y tamaño de mi verga, era como un poste de carne ardiente que le partía su culo mientras el gay maravillado exclamaba: “¡que cosa más rica cholazo! ¡Que vergota tan dura y gruesa que tienes! ¡Es la verga más rica que me he comido!” y abría sus ojos como un enajenado y su boca lleno de gozo y pasión desbordante! Subía y bajaba, subía y bajaba sin parar, mi pene cada vez se hinchaba más y yo inconscientemente comenzaba a elevar mi pelvis para encularlo hasta el fondo salvajemente al tiempo que lo sujetaba de las caderas…la loca gritaba como si estuviera poseída…yo gruñía cómo un lobo en celo….de pronto sentí que mi leche se me salía y lo agarré de la cintura para enclavarlo ferozmente en mi tranca de carne, lo forcé tan fuertemente a la vez que le mandé mi pelvis hacia su culo de tal forma que no sé cómo no vi salir mi glande por su boca abierta! Estallé en un océano de semen ardoroso y le llené todo su profundo orificio con mi preciado néctar….sin darme cuenta nuestras bocas se unieron en ese momento tan crítico del orgasmo y lo besé como sólo beso a mis hembras, mandándole mi lengua a lo más hondo de su faringe como violándolo por sus dos huecos al mismo tiempo! Mi cuerpo vibraba con fuerza y me mantuve así sólo hasta haber depositado dentro de él hasta la última gota de mi leche espesa y hasta sentir que mis músculos se iban relajando poco a poco…finalmente me dejé arrullar por el gay mientras que él besaba agradecido mi rostro, mi frente, mis mejillas mis labios sin dejar de repetir: “gracias cholito precioso, gracias por hacerme el amor tan rico!” “Nunca volveré a dudar de los cholos buenotes como tú”

Cuando Jimmy se levantó y mi pene semi rígido fue saliendo lentamente de su interior él se quedó de pie frente a mí y yo preferí darle la vuelta para verle el culo, le separé sus flacas nalgas serranas y vi su orificio anal que parecía una tronera totalmente dilatada y enrojecida, cubierta de semen, semen que además rodaba en gruesos hilos sobre la suave piel lampiña de sus piernas.

Esa fue la primera vez que me culié al meco Jimmy Mayorga de la Vidriería Pacific, pero fue decisiva para que el homosexual se quede completamente engrupido de mi falo, al punto que desde entonces culiamos a menudo y ya no me pregunta por los machos rubios que tanto le gustan….aunque cuando lo veo entrar o salir de su negocio caminando femeninamente, meneando sus caderas para llamar la atención, aún noto que mira disimuladamente esperando ver a uno de sus amores platónicos y sé que no descansará hasta no verse atorada simultáneamente por las claras vergotas de los dos vigorosos rubios, así sea que le desgarren su fogueado y glotón esfínter hambriento!

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:20) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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