El nuevo estudiante...

Cuando estaba en mi último año escolar, yo juraba que era el tipo más duro y recio sobre la tierra, me la pasaba jodiendo a todo aquel que se me atravesaba, cuando no estaba peleando, me la pasaba viviendo a los chicos más débiles del colegio. Fue cuando conocí a un chico, que para los efectos llamaré Ramiro, un recién llegado, que tenía pinta de todo menos de varón, más o menos de mi misma edad, delgado, con abundante cabellera larga y de un color castaño claro casi como la miel, y ojos marrones claros de languida mirada.

Desde que llegó, me fijé en él, es decir le puse el ojo enseguida, ya que su padre lo dejaba todos los días en la puerta del colegio. Desde el primer día le dije que si no deseaba tener problemas en el colegio, me debía pagar, y cual no fue mi sorpresa que sin problema alguno, sacó de su bolsillo un billete y me lo entregó, cosa que continuó haciendo diariamente cada vez que se encontraba conmigo. Bueno, Ramiro era uno de tantos a los que yo le quitaba el dinero de su merienda, no porque me hiciera falta realmente, sino por el solo hecho de hacerme sentir.

Un día a mitad del semestre escolar, me quedé en la cancha de futbol charlando con el entrenador, ya que como yo era el capitán del equipo, quería que nos dieran uniformes nuevos. Pero al llegar a las duchas, la mayoría de los chicos de mi equipo, se habían marchado, así que aproveché para darme una buena ducha. Fue cuando al entrar a las duchas me encontré que Ramiro se estaba duchando, desde luego que completamente desnudo, de espaldas a la puerta, se encontraba enjabonando sus paradas nalgas, sin darse cuenta, por lo menos eso pensé, de que yo había entrado a las duchas.

Al verme me dio la impresión de que se asustó, mientras que yo comencé a enjabonar todo mi cuerpo y en especial mis huevos, sin prestarle mucha atención a él. Hasta que me di cuenta, que Ramiro aun dándome la espalda, continuaba enjabonándose bastante sus nalgas, pero con su cabeza volteada para seguirme viendo, sin quitar su vista de mi verga. No sé si fue la manera en que se encontraba parado, que daba la impresión de que fuera una chica con toda esa agua cayendo sobre su larga cabellera, chorreándole por la espalda, hasta seguir bajando entre sus nalgas.

En ese momento pensé, ya no va entrar más nadie aquí a las duchas, déjame ver si la nena esta me afloja el culo. Yo continué enjabonando y manoseando mi verga, la que nada más de pensar que podía clavarme a Ramiro se me paró. Hasta que ya él no podía disimular, que le llamaba mucho la atención mi pedazo de carne. Yo sin rodeo le pregunté si quería tocarla, y él se hizo el desentendido, pero justo en ese instante. Con toda la intención, dejó caer el jabón que estaba usando. De inmediato en lugar de agacharse, simplemente inclinó su torso hacia adelante, previamente había separado ligeramente sus torneadas piernas, y así se quedó supuestamente tratando de agarrar el jabón, casi en cuatro patas.

Cuando lo vi en esa posición, para mí, fue una clara invitación, a que le empujase mi verga entre sus nalgas. Así que me le acerqué y tomándolo por la cintura, pegué mi cuerpo al suyo. Ramiro de inmediato reaccionó, haciéndose el que no sabía que estaba pasando, pero al mismo tiempo restregando sus nalgas contra mi verga. La que tomándola con mi mano derecha la dirigí directamente al centro de sus nalgas, al tiempo que pegaba su cuerpo contra una de las paredes de las duchas. El solo hecho de que me ofreciera una ligera resistencia, me excitó mucho más, y con mi brazo izquierdo sujetando su cuerpo, dirigí mi enjabonada verga directamente al hueco de su apretado y lindo culito.

Lo único que alcanzaba a decirme en un tono lastimero, y poco convincente era. Hay déjame, no me hagas eso, que me va a doler. En mi mente pensé de inmediato, ¿y cómo sabes que eso te va a doler, mariquita? Desde luego que no le hice el menor caso, quizás por lo enjabonado de su culo y mi verga, sentí que se lo metí todo suavemente. Cuando terminé de empujárselo, por un momento me quedé quieto, con mi boca sobre su nuca, y comencé a mordisqueársela. Mientras que el agua de la ducha nos seguí cayendo a los dos encima, la Rami como comencé a decirle desde ese momento, comenzó a mover sabrosamente sus nalgas, de lado a lado, y a medida que yo se lo comencé a sacar y meter, él las apretaba y soltaba.

No era el primer culo que me comía en las duchas, el año pasado había en el colegio otro chico, llamado Rolando, que a diferencia de Rami, no se le notaba que le gustara que le dieran por el culo, además era algo gordito y de cabello corto tipo militar. Pero definitivamente, la Rami se movía de una manera mucho más sabrosa. A medida que yo seguía empujándoselo, él se quejaba ligeramente, y gemía de placer. Al tiempo que ya de manera bien clara me pedía que le diera más duro. Por un buen rato, lo único que hice, fue darle más y más verga, a mi compañero de clases que continuaba meneando sus nalgas sabrosamente, quejándose de vez en cuando, con vos aflautada de manera bien excitante y seductora.

Por un largo rato mantuvimos esa posición, hasta que no se por qué se me ocurrió decirle, que se acostase en el piso de la ducha, sin chistar en lo más mínimo, lo hizo. La Rami levantó y separó completamente sus piernas, dejando su abierto culito para mí. Que sin perder tiempo se lo volví a enterrar, mientras que en el rostro de él, se reflejaba una tremenda felicidad. A medida que yo seguí clavándomelo por el culo, él comenzó a mover sus nalgas, en ese momento me sentía todo poderoso, mientras que Rami al mismo tiempo comenzó a pajearse como loco.

Así estuvimos otro buen rato, hasta que finalmente, era tanta la excitación que yo tenía, que sin poder evitarlo, me vine dentro de su culo, así como él se vino entre sus propios dedos. Cuando finalmente se lo saqué, comenzó a querer hacerse la víctima. Era algo único. Acusándome de que yo lo había violado, mientras que yo nada más me reía y le recordé que fue él quien se puso casi en cuatro para que yo se lo penetrase.

Como si estuviera llorando, me comenzó a pedir que no se lo dijera a nadie, que él haría todo lo que yo quisiera, pero que él no quería que nadie se enterara de que le había dado por el culo. Cuando lo escuché decirme eso, mientras terminaba de lavar mi verga bajo el agua de la ducha que aun seguía cayendo, y le dije. Ok, no se lo diré a nadie, pero de ahora en adelante, como tú mismo lo dijiste, vas a hacer todo lo que yo te ordene. Así que comienza, mámame la verga ahora mismo. Al principio Ramiro puso cara de no gustarle lo que yo le había dicho, pero no tuve necesidad de repetírselo, ya que casi de inmediato, lo vi arrodillarse frente a mí, y mientras el agua de la ducha seguía cayendo sobre nosotros, él tomó mi verga entre sus finas manos y delicadamente se la fue llevando a su boca. Al tener mi verga frente a sus labios sacó su lengua y comenzó a pasarla lentamente por sobre mí glande. En cosa de segundos, se me ha vuelto a parar, mientras yo veía como Ramiro lamía y poco a poco se comenzó a tragar casi toda mi verga dentro de su boquita.

Desde ese día la Rami se convirtió en mi puta privada, casi a diario o lo ponía a mamar mi verga o le daba por el culo, ya fuera en las duchas o preferiblemente en el baño un viejo almacén abandonado, que nadie usaba, desde hacía tiempo en el colegio. Lo mejor de todo, fue el día que llegando al almacén, me di cuenta de que ya Rami me esperaba, se había quitado el uniforme del colegio, pero estaba usando unas pequeñas pantaletas y sostén. Lo cierto es que de primera impresión realmente parecía una chica acostada sobre un viejo sofá, que usábamos como cama.

Por lo general simplemente se lo comenzaba a meter, pero ese día me provocó el jugar un rato con Rami, así que comencé a besarlo y a tocar sus paradas nalguitas, y acariciar sus pequeños pechos. A medida que lo hacía, Rami gemía y con voz bien afeminada me pedía que se lo metiera. Lo que no tardé en hacer. Cada vez que yo estaba con Rami, me sentía de lo mejor. Cuando llegó el fin del año escolar, no volví a ver a Rami, hasta que años después, estando preso en espera de ser jusgado, por supuestamente haber violado a una chica, caso del que salí no culpable despues de todo. Por casualidad mientras buscaba un noticiero en la Tv, vi la promoción de una telenovela. El galán principal era la Rami.