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Cuando mis padres se divorciaron, desde que yo era niño, mamá comenzó a traer sus novios a casa, rápidamente me acostumbré a verlos, la verdad es que nada podía hacer yo por evitarlo, con el tiempo me fui acostumbrando a ver como ella los cambiaba, de la misma manera que remplazaba sus bragas. Hasta que hace poco, conocí a Roberto, o Bobby, como mi mamá cariñosamente le dice. Lo que me sorprendió de Bobby, fue que después del primer mes, mi mamá aún seguía saliendo con él.
Relato
La mayoría de sus novios, ni tan siquiera se preocupaban por saber mi nombre, pero Bobby, es la excepción. Ya que apenas lo conocí, a diferencia de los otros muchos novios que ha tenido mi mamá. Me cayó simpático, además desde que lo conocí, siempre me trataba muy bien. Por lo que cuando un día en que mi mamá, estaba hospitalizada haciéndose la cirugía de los senos. Bobby llegó a casa, con la excusa de buscarle algo de ropa íntima a mi mamá, para ponérsela después de la operación. Yo no vi nada raro en ello, hasta que en cierto momento, Bobby, se me acercó por la espalda, y cariñosamente me colocó sus manos sobre mis hombros. Lo que en ese instante sentí, fue algo indescriptible. Ya aunque nunca se lo había dejado saber, Bob siempre me atrajo. Aunque pienso que jamás le di motivo, para que se llegase a dar cuenta. Su manera de hablarme en esos momentos, me convenció de que él sabía que yo soy gay. Yo la verdad es que me puse sumamente nervioso, tanto que no podía, o no quería decirle que se detuviera. En cosa de breves segundos, cuando se quitó su camisa, yo sentía que me derretía, por él. Así que cuando me comenzó a desnudar, no hice nada por evitarlo. El sentir sus cálidas, y fuertes manos, recorriendo mis hombros, mientras me desnudaba, era para mí algo increíble. Yo simplemente me dejé llevar por Bobby, sintiendo como acariciaba toda mi piel, y sin que yo le dijera ni que si ni que no, a los pocos segundos, ya nos encontrábamos en mi cama, yo con su grueso y vigoroso miembro, penetraba mi boca. Por un buen rato, estuve mama que mama, hasta que él me indicó que me colocase en cuatro sobre mi cama, y al tiempo que lo hice, comencé a sentir, la cabeza de su miembro, acariciando descaradamente mi esfínter. A los pocos minutos, comencé a sentir, como él me iba penetrando, divinamente. Acercando su boca, a mis oídos, y nuca. En esos momentos, comencé a sentir, que él me estaba penetrando. Les confesaré que desde que estaba más jovencito, comencé a tener sexo con chicos mayores que yo. Eso sin contar que en el instituto donde estudiaba, un día mientras me estaba duchando solo por ser el último, llegó uno de mis compañeros de equipo, quien de manera descarada, me miraba fijamente las nalgas, al tiempo que yo, algo nervioso, no apartaba mis ojos de su parada verga. Solo bastó que él, me dijera. Ya todos los demás se marcharon a sus casas, estamos solos tú y yo, y me preguntase, que si yo quería tocársela, para que yo, gustosamente le respondiera que sí. Cosa que yo deseaba tanto, bueno esa fue la primera de muchas experiencias, que tuve en el instituto, ya que de estar tocando su parado miembro, a pedido de él, pasé a mamárselo, y de eso a dejar que me diera por el culo, solo fue un paso. Aquel chico, me lo tenía bien adentro, mientras que yo restregaba mis nalgas, contra su cuerpo, para en cierta forma o manera, se convertirse en mi novio. Pero con Roberto, me pasó algo diferente. Cuando comenzó a besarme, y acariciarme, por la espalda. Yo no le dije nada, pero de inmediato supe que era lo que él deseaba. Ya estando los dos en mi cama, cuando comencé a sentir que aquella cosa, que había tenido dentro de mi boca, comenzó a penetrarme por el culo, casi lloro pero de felicidad. Roberto me sujetaba firmemente contra su cuerpo, apretándome por las caderas, mientras que una y otra vez yo seguía sintiendo como su duro y caliente miembro, entraba y salía de mi apretado culito. Luego hizo que yo cambiara de posición, para que su duro miembro siguiera entrando dentro de mí, a medida que yo me sentaba, una y otra vez sobre su parada verga. Gritando de placer, y pidiéndole que me diera más y más duro. Hasta que nuevamente, me hizo cambiar de posición, por lo que mis pálidas nalgas quedaron al aire, y vi con cierto asombro de mi parte, como su cosa no dejaba de penetrar mi culo. Desde esa tarde, Roberto continuó comiéndome el culo, divinamente. Y aun después de que mi mamá, lo dejó, porque se consiguió otro nuevo novio, Bobby, ha seguido siendo mi amante, o mejor dicho yo el amante de él.
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140698 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114288 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:43) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:18) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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