El placer de masturbar una adolescente

El placer de masturbar a una adolescente. Esta historia me sucedió hace algún tiempo, tendría yo unos 19 años. Solía viajar mucho los fines de semana a visitar a mis familiares. En algunos lugares gustaba más de ir, sobre todo por mis primas, que tendrían unos 16 años. Había una en especial, que un día mientras jugábamos en su cuarto en horas de la noche, estando los dos acostados boca abajo pero de frente y mientras hablábamos de sus amistades, etc, en algún momento nos acercamos más de lo normal, al sentirla tan cerca, me empecé a exitar al punto que le fui acercando mi mano hasta colocarla entre su pecho, deliciosamente formado y duro, y la cama. Cuando ella sintió mi mano levantó su cuerpo para después dejarlo caer con mas fuerza, haciendo que mi mano automáticamente de prendiera de tan exquisita teta, mientras esto sucedía me le prendí de los jugosos y carnosos labios que tenía en un apasionante beso que incluía las travesuras de mi lengua en su boca. Esto hizo que ella se empezara a acelerar, podía sentir la temperatura de su cuerpo como subía.
Dado que eran alrededor de las 10 de la noche y que sus padres y hermanos, todos menores que ella, se fueron a dormir, excepto uno que tendría unos 14 años; decidimos quedarnos viendo un programa de tv que comenzaba a esa hora e incluía un poco de terror y algunas escenas, no muy fuertes, de sexo. Como empezaba a enfriar la noche, ella trajo una frazada con la cual nos cubrimos ella y yo, y una para su hermano. Una vez tapados por la frazada empecé a acariciar su delicado cuerpo, empecé a deslizar mi mano por su vientre, dentro de su blusa, subiendo lentamente hacia sus pechos, los cuales estaban bien cubiertos por su sostén, por lo cual debí meter mi mano de abajo hacia arriba deslizando el sostén y sacando esos pechos para masajearlos suave y cariñosamente, esto hacía que mi pene se presionara fuertemente contra el pantalón al que ella deseaba acariciar pero su timidez le impedía, por eso tomé su mano y la puse en mi sexo para que ella decidiera que hacer. Como lo pensé, ella se estaba acelerando estrepitosamente y empezó con manos temblorosas a soltar mi pantalón, abriendo la cremallera y posando su mano sobre mi miembro pero encima de mi tanga. Asi las cosas y que ambos teníamos subidos los pies en los sillones, deslicé mi mano a su rodilla y empecé a acariciarla suavemente mientras bajaba su falda y me dirigía a su ya jugosa cuevita de placer. Cuando llegue a su braguita, esta estaba totalmente empapada de sus deliciosos jugos vaginales por lo que seguí acariciándola mientras ellas abría más sus contorneadas y blancas piernas pidiendo más. Como su hermano estaba cerca, ella cerró sus ojos fingiendo dormir para disfrutar más plenamente de las caricias.
Yo en realidad ya no sabía que pasaba en la película, aunque mis ojos estaban en el tv, mi mente estaba totalmente concentrada en esa vagina virginal y jugosa. Ella continuaba exitándose así que metió su mano en mi calzoncillo y agarró con fuerza mi pene haciendo a un lado mi ropa interior y dejando totalmente libre mi virilidad, que a estas alturas necesitaba más espacio. Ella empezó a acariciarlo de arriba a abajo como queriendo ver con sus manos ese juguete nuevo que había encontrado. Entonces yo le hice a un lado su empapada braguita y acaricié sus inundados labios vaginales y su ya muy deliciosamente erecto clítoris, el cual le producía tremendos calosfríos cada vez que mis dedo lo estimulaban. Deseaba poder tomarlo con mi boca, pero esta no era la oportunidad. Unos minutos después mi primo se retiró a dormir, y aunque su habitación estaba muy cerca de la sala de tv, continuamos el juego; pero mi primita se pudo desahogar un poco más y empezó a gemir: AAAAHHHHH, AAAAHHHHHHH, AAAAHHHHHHHH, dado que fue subiendo su tono, la continué besando para aplacar el sonido del placer mientras mis dedos se hundía en la humedad de su vagina una y otra vez. Ella empezó a mover su cuerpo casi involuntariamente enloquecida de placer y estalló en un orgasmo descomunal quedando desmayada en mi brazos. Esa noche el padre se levantó y al verla la creyó dormida. Yo hice como que la estaba despertando para darle tiempo a que se pudiera levantar. Fue exquisito. Al siguiente día las cosas fueron mejores....pero eso es otra historia. Les escribo esta historia como agradecimiento a las muchas que he leído y disfrutado de todos ustedes. Espero les haya agradado, si es así, les enviaré otras experiencias. Me gustaría recibir sus opiniones al correo zentauro33@yahoo.es (especialmente chicas )
Autor: Zen.