Después de más de cinco años, viviendo en NY. Hace unos meses, mi esposo Armand, dejó que yo viajara sola a Puerto Rico, para que pasara unos días en casa de mi madre, en San Juan. La idea era que yo la acompañase mientras ella se recuperaba de una operación, cosa que hice diariamente. Pero durante las noches, después de que acostaba a mi mamá y le daba su pastilla para dormir. Salí con varias de mis amistades, que estudiaron conmigo en la secundaria, a pasear, a bailar, a beber, y a divertirnos como cuando era un poquito más joven.
Relato
Apenas llegué, me dediqué a llamar por teléfono a todos mis conocidos, a mi ex novio, así como algunos de mis ex compañeros y compañeras de clase, ya algunos se habían casado como yo, pero otros seguían solteros o se habían divorciado. Esa misma noche, después de que me aseguré de que mi mamá se había dormido, pasaron por mi ex novio Ricardo y Mario uno de mis ex compañeros de clase, después de dar el paseo de los pendejos, que es ir en auto del Condado, al Viejo San Juan, y regresar sin bajarnos. Ricardo nos invitó a que fuéramos a su casa en un retirado campo de Trujillo Alto, a tomarnos unas cervezas, como en los viejos tiempos.
Yo realmente no vi nada malo en ello, así que encantada de la vida acepté. Desde que llegamos a la solitaria casa de Ricardo, él nos sirvió nuestras respectivas cervezas, y prácticamente preparó una cena para nosotros tres, a base de empanadillas, chorizos, carne frita, pastelitos y hasta palomitas de maíz, si noté que todo estaba un poco salado, pero las cervezas ayudaban a que lo seco de la boca se nos quitase rápidamente. Con decirles que yo que no acostumbro a tomar más de dos o tres cervezas, creo que sin exagerar yo sola me debí tomar por lo menos un montón de cervezas, hablando, contando chistes y recordando las travesuras que hacíamos cuando estudiábamos juntos.
Quizás como era verano, aunque en Puerto rico sin exagerar se puede decir que es verano casi todo el año, yo tenía un calor tremendo, y Ricardo me comentó que si yo lo deseaba podía meterme en la piscina, realmente no era una piscina de verdad, sino una de esas de plástico azul, de unos cuatro pies de profundidad, redondas que más bien parece una bolsa llena de agua. Yo la verdad quizás por el calor que sentía, pensé en decirle que sí, pero cuando le di las gracias y dije que no, simplemente porque no tenía traje de baño. Ricardo se me quedó viendo mostrando gran sorpresa y de inmediato en tono de broma le dijo a Mario. Mano, esta no es la Evelyn que yo conozco, la cambiaron en los Nuevayores, la Evelyn que yo conozco, no le hubiera dado cráneo a eso, sin pensarlo mucho, se hubiera quitado el vestido, y en panty y sostén, se hubiera metido al agua, sin más ni más. Mario de inmediato, dijo. Si es la misma, lo que pasa es como se casó, tiene miedo a que su marido se enteré, y no se atreve. Ricardo comentó de inmediato. Te acuerdas de aquella tarde en la posa del rio, simplemente se quitó el uniforme y se metió en panty y sostén, con todos nosotros, y lo mucho que nos divertimos.
Yo se que ellos deseaban verme semidesnuda metida en la piscina, pero cuando me dijeron que tenía miedo, me entraron unas ganas de callarles la boca, así que en un dos por tres, frente a los dos me quité mi vestido, y sin más ni más me metí en la piscina esa, con mi botella de cerveza en la mano, y ya dentro les dije, bueno ahora son ustedes los que no se atreven a meterse. Ricardo realmente no lo pensó mucho se quitó el pantalón, los zapatos, las medias, la camisa y se metió al agua junto a mí. Pero Mario, al parecer si lo pensó un poco, pero cuando se bajó los pantalones, en lugar de un interior bóxer como el de Ricardo, cargaba puesto un muy ajustado slip. Que destacaba bastante el bulto entre sus piernas.
Yo procuré al principio, no ponerle mucha atención, así que comenzamos a echarnos agua, a jugar, y a empujarnos entre los tres, de momento quizás por las muchas cervezas que me tomé, y por la curiosidad que sentía al ver el gran bulto de Mario, se me ocurrió hacer la travesura de bajarle su slip, y al hacerlo me quedé sorprendida al ver el inmenso miembro de mi ex compañero de clases. No bien lo había hecho, que Mario a su vez le bajó el bóxer a Ricardo, que también tiene lo suyo, sin darme cuenta mentalmente comparé los miembros de mis amigos, con el de mi esposo, quien lamentablemente salió perdiendo en la comparación. Luego los dos juntos se pusieron de acuerdo, me acorralaron y me bajaron las pantys, sin que yo opusiera mucha resistencia realmente. Entre bromas, y risas, sentí las manos de ellos toqueteando y acariciando mis muslos, mis nalgas, mis tetas y hasta mi coño. Lo cierto es que me gustó lo que comencé a sentir, y cuando vine a dar cuenta, ya me estaba besando tanto con Ricardo como con Mario, deseando y sabiendo de sobra que terminaría acostándome con ellos dos, en cualquier momento.
Lo único que me quedaba puesto era mi sostén y creo que fue Mario quien me lo terminó de quitar, para sabrosamente ponerse a chupar mis tetas. Mientras que Ricardo salió de la piscina, pero se quedó de pie, con sus manos colocadas en la cintura, y su erecto miembro colocado sobre el borde de plástico de la piscina, frente a mi cara. Aunque a mi propio esposo, jamás le he mamado su miembro, al ver a Ricardo parado de esa manera frente a mí, apuntando su verga a mi boca, realmente me provocó ponerme a mamársela. Seductoramente se lo agarré, y comencé a pasar mi lengua, por sobre su colorado glande, nuevamente comparándolo mentalmente con el de mi pobre marido, al que sin habérmelo propuesto le estaba poniendo los cuernos. No bien ya había comenzado a chupar la verga de Ricardo, cuando Mario que se colocó tras de mí, separó mis piernas, me tomó por las caderas y dirigió su tremendo pedazo de carne, dentro de mi coño. A medida que dentro de la piscina, a la luz de la luna, fui sintiendo como la verga de Mario penetraba divinamente mi vulva, comencé a mover mis caderas, restregando mis nalgas contra su cuerpo, queriendo sentir más y más adentro de mi todo su inmenso y duro miembro. Al tiempo que me decía a mí misma, lo puta que era, al hacerlo con mis dos ex compañeros de clases, al mismo tiempo.
Por muy breves espacios de tiempo, me acordaba de Armando mi esposo, y pensaba en la cara que pondría si me viera, o si se enterase de todas las locuras que yo estaba haciendo, cuando se suponía que cuidara a mi madre. Pero tanto Ricardo como Mario me estaban haciendo sentir tan y tan feliz, que en esos momentos poco me importaba lo que fuera a decir o pensar mi esposo.
De momento Ricardo sacó su verga de mi boca, y viéndome directamente a los ojos me preguntó, si me gustaría que me lo metiera por el culo, como cuando éramos novios. Yo la verdad, desde que me casé no había vuelto a tener sexo anal, y aunque recordé de inmediato, que siempre me dolía un poco al principio, también recordé lo mucho que me gustaba, así que en tono de broma le respondí con una pregunta, diciéndole. ¿Muerto quieres misa?, en otras palabras le dije que si, así que Mario al escucharnos a los dos, dijo, que bueno, vamos hacer un sándwich y tu vas a ser nuestro jamón. Ricardo entró nuevamente en la piscina, mientras que Mario extrajo su tremenda verga de mi caliente coño, fue cuando se la vi aun más sorprendida al ver todo lo que él muy desgraciado de Mario, me estaba empujando, y en el fondo agradeciendo que no me lo hubiera metido por el culo. De inmediato, Mario colocándose frente a mí, y cargándome entre sus brazos, volvió a enterrar toda su inmensa verga dentro de mi cuerpo, mientras que Ricardo, sabrosamente comenzó a dilatar mi apretado culito con sus dedos, hasta que de uno, finalmente creo me llegó a meter los cinco dedos de su mano. Después al igual que Mario, me sujetó entre sus brazos, y mientras Mario no dejaba de meter y sacar su tremenda verga de mi coño, Ricardo colocado tras de mi comenzó a enterrarme la suya por mi culo. Al igual que en los viejos tiempos, me dolió un poco, pero una vez que sentí toda su verga dentro de mí cuerpo, continué moviéndome y disfrutando como si yo fuera toda una actriz porno.
En mi vida había estado con dos hombres al mismo tiempo, y no les negaré que en ciertas ocasiones, había sido una de mis loca fantasía. Pero esa noche sin andar buscándolo, se me cumplió. Yo estaba como loca, moviendo mi cuerpo y escuchando tanto a Ricardo como a Mario decirme lo sabrosa que yo estaba, lo bien que movía mi culo, y un sinfín de cosas más. A medida que tanto Ricardo como Mario, continuaban clavándome sus vergas, chupándome las tetas, y agarrándome por todas partes, yo en un sin número de veces, disfruté de múltiples orgasmos, que me dejaron completamente agotada. Después de que tanto Mario como Ricardo seguramente acabaron dentro de mí, y se salieron de la piscina, yo aun dentro de la misma piscina me dediqué a lavar mi coño, como a expulsar lo que los dos dejaron dentro de mí.
Al salir yo del agua, los dos me abrazaron y colmaron de besos, y sin que me lo pidieran, me arrodille entre ellos, y por vacilar me dediqué a mamar ambos miembros, hasta que los dos terminaron bañándome con su semen, para después con una manguera, en medio del patio, y frente a ellos, volverme a lavar todo mi cuerpo. Cuando a eso de las dos o tres de la madrugada, los dos me dejaron en la puerta de la casa de mi mamá, no tuve fuerzas ni para llegar a mi habitación, ya que apenas entré me acosté en el sofá de la sala prendí la Tv y me quedé bien rendida sobre el sofá.
Me desperté a eso de las ocho de la mañana al sentir a mi mamá preparando el desayuno, y me llamó la atención, pensando que yo me había quedado despierta toda la noche cuidándola. El resto del día me quedé durmiendo y cuidando a mi mamá, además de pensar en la locura que había hecho en compañía de mi ex novio y mi ex compañero de clase. Pero no bien ya había comenzado a oscurecer, que comencé a recibir llamadas de la mayoría de mis amistades, de inmediato sin que ninguno me lo dijera, supe que tanto Ricardo como Mario le debieron haber contado a todo el mundo lo que hicimos la noche anterior. Lo que realmente no me molestó, ya que no faltó quien me invitase a salir para recordar los viejos tiempos.
El resto de la semana me la pasé, dándole a mi madre su pastilla de dormir, y saliendo con algunos de mis ex compañeros de clase, con quienes por no dejar, de una forma u otra pasaba una buena noche, pero procurando no excederme como la primera vez.
Ya un par de días antes de regresar a New York, a casa con mi esposo, me sorprendí cuando varios de mis ex compañeros de clases, así como mi ex novio, me invitaron supuestamente a cenar. Pero desde que Ricardo me invitó, sin que él me dijera nada que no fuera que íbamos a cenar todos juntos, supe que era lo que él, al igual lo que todos ellos estaban buscando, bien les pude decir que no, pero en el fondo deseaba hacer otra locura antes de regresar a casa con mi esposo. Así que como siempre, después de que le di su pastilla a mi mamá, y ella se quedó dormida. De lo más emocionada, me di una buena ducha, me depile incluso mi coño, y en lugar de ponerme el vestido largo que había sacado, para salir a cenar, me cambié de ropa, poniéndome una minifalda extremadamente corta, y una semitransparente blusa, sin sostén ni pantis, me peiné, me maquillé, me arregle y esperé de lo más emocionada a que pasaran por mí.
Ricardo a penas me subí a su auto, me comentó que yo cada vez me veía más buena, y con toda la intención, al sentarme a su lado, me mantuve con las piernas ligeramente abiertas, dejando sin mucho esfuerzo de mi parte, que se diera cuenta de que ni pantis tenía puestas.
En cierto momento, yo le tuve que llamar la atención, para que fijase su vista en la calle, y no entre mis piernas. El restaurante al que fuimos, era propiedad de Luis, uno de los compañeros con los que había salido, y me había acostado en los días anteriores. Apenas llegamos Ricardo y yo, el resto de mis ex compañeros nos recibieron, en total creo que habíamos unas once personas contándome a mí, en el restaurante Luis había separado un salón para nosotros, alejados del resto de la clientela. En efecto nos sirvieron una rica cena, pero lo que más abundó fue la bebida. No habían dado todavía las diez de la noche, y yo ya estaba haciéndome la graciosa, abriendo y cerrando mis piernas, para que alguno de los chicos viera mi depilado coño. Riéndome como una tonta por cualquier cosa que decían, y actuando como perrita en celo. Nada más bastó que alguien ligeramente me insinuase, que si me atrevía a bailar con todos, que yo me acerqué al equipo de sonido, y subiendo el volumen mientras me daba un buen trago de ron, a medida que iba bailando, me subí a la mesa, y comencé sugestivamente a ir quitándome la poca ropa que tenía puesta, como si fuera una striper profesional.
Los muchachos no dejaban de aplaudirme, y de decirme lo bien que movía mi cuerpo, hasta que finalmente quedé completamente desnuda, después de eso el resto de la noche, me la pase de verga en verga, mamando y dejando que hasta me dieran un sin número de veces por el coño y el culo. Esa noche hice y me hicieron lo que a mí y a ellos les dio la gana, en cierto momento después de que en varias ocasiones había disfrutado de más de una sabrosa verga, dentro de mi coño, dije que no iba a continuar a menos que alguno de ellos no me la mamase, así que fui al baño me lavé el coño, y al salir mi sorpresa fue que más de uno estaba dispuesto a chuparme el clítoris, si con ello lograba después clavarme su verga.
Pero de igual manera no me cansé de mamar vergas, y tragarme el semen de todo aquel que deseaba que yo se la chupase. Cuando Ricardo, y Luis me dejaron en casa de mi mamá, ni tan siquiera tenía la ropa puesta, llevaba la falda y la blusa agarradas con una mano, mientras que en la otra la llave de la casa. Ya dentro fui directamente al baño, a darme una fría ducha, y después me acosté tal y como estaba.
Aun echo de menos, esas noches en las que salí con mis ex compañeros de clase, claro que mi esposo, ignora todo eso. Lo bueno es que próximamente regreso a Puerto Rico, ya que supuestamente a mi madre, le van a realizar otra operación, jijijiji….
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 515280 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 301071 veces
Si te ha gustado El reencuentro, con mis ex compañeros de clase… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar El reencuentro, con mis ex compañeros de clase….
Narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
TIM_DRAKE11
(9 de October de 2011 a las 01:06) dice:
NARRADOR, EXCELENTE RELATO, SOY UN SEGUIDOR DE TUS RELATOS, Y SIEMPRE ESTAN LLENOS DE MORBO Y SEXO COLECTIVO, FELICIDADES POR ELLO
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