Un gallo que para todas tiene se queda con todas las gallinas.
Relato
Una noche me encontraba trabajando en el restaurante de mi mamá, donde la ayudo como salonero. Esa noche se celebraba una reunión a la que asistirían muchos de mis amigos y amigas, pero como yo tenía que trabajar iba a llegar muy tarde, si es que asistía. A eso de las doce de la noche mis amigos y amigas me dan la sorpresa de que decidieron continuar la reunión en el restaurante de mi mamá, conque se fueron todos para ayá. Yo continué trabajando por supuesto, pero atendiendo la mesa de mis amigos, hubo bailes, mucha conversa y camaradería, se bebió mucha cerveza y mucho tequila. al terminar mi turno, pasé de salonero a cliente y me uní a mis amigos en la mesa, busqué lugar junto a mi ex novia, que es una chica no demasiado guapa pero para nada fea; medirá como 1. 55 mts., algo rellenita pero no demasiado, eso sí, tiene unas tetas enormes, como para pedirles leche como un bebé, y tiene la característica de que sus musculos son firmes, sobre todo en las piernas, muslos y nalgas. Yo por mi parte soy alto, delgado, calvo, pero bastante atractivo. Con ella estaba una nueva asociada que yo no conocía, una chica sin gracia y bastante fea, las acompañaba un compañero con el que no trato demasiado tampoco, y uno de mis mejores amigos de dicha asociación. Allí estuvimos pues conversando de diversos temas, libando cerveza y haciendo concursos de ver quien baja más tequila. La noche fue transcurriendo y la gente se fue retirando, mi ex, que tenía la clara intención de quedarse con migo hasta el final a ver que pasaba, rechazó la invitación del último galán que podía llevarla hasta su casa. Aclaro que a mi ex la dejé porque la relación no avanzaba, se volvió monótona, pero ella siempre siguió buscando pretextos para encontrarse con migo a solas y de una u otra forma siempre acababamos teniendo sexo.
Su amiga la feita, también se quedo, mi amigo, que insistió varias veces en llevarla a su casa, terminó despidiéndose sólo, ya que mi invitación para pasar la noche en mi casa en vez de regresar a su pueblo fue extendida a las dos chicas, cosa que a mi ex no le hizo ninguna gracia. Lo noté en su mirada.
Una vez solos, nos tomamos algunas otras cervezas, y desspués cerré el negocio y nos encaminamos a mi casa, que no está lejos de allí.
La verdad es que no era mi intención tener sexo con ninguna de las dos, claro que como dice mi papá: "si Dios me puso en este camino, hay que seguirlo con resignación".
Llegamos a la casa, es una casa algo grandecita, ese día mis hermanos no estaban en el pueblo por lo que había dos habitaciones deisponibles, por alguna razon mi ex quería quedarse a dormir en mi cuarto y que yo me fuera al de mi hermano. En realidad lo que ella quería era quedarse en mi cuarto, conmigo. Bueno llegamos a la casa, deje a mi ex en mi cuarto y lleve a su amiga al cuarto de uno de mis hermanos, no sin antes asegurarle que yo me quedaría a dormir en el cuarto de mi otro hermano, y de verdad que era esa mi intención.
Cuando le indique a la feita, quien después de la descomunal cantidad de cerveza y tequila que había libado ya no se veía tan fea donde podía recostarse a dormir, esta me pidió que por favor no me fuera hasta que ella estuviera acostada; "este huevo quiere sal" fue lo que pensé. Entonces ella se quito el pantalón delante de mí, sacándose una sola basta, e insinuándome que yo le terminara de quitar el pantalón, y así lo hice, ella entonces se acostó y se arropó, yo, en pie junto a la cama le ofrecí el famoso "besito de buenas noches", pero en lugar de besarla en la mejilla, crucé mi cara frente a la de ella como para besar la mejilla del otro lado, pero no llegue hasta allá, lo que hice fue que me detuve en sus labios y la besé apasionadamente, ella me abrazó y respondió el beso con tanta o aún más pasión que yo. Me incorporé y me dispuse a salir de la pieza dejándola allí, pero justo antes de salir, cambié de parecer y decidí quedarme con ella, apague la luz y cerre la puerta con llave, ella pensó que yo me había ido, mas grande fue su sorpresa cuando sentándome junto a su regazo, me incliné sobre ella y la besé nuevamente, nuestras lenguas se entrelazaron esta vez con más salvajidad, sus manos recorrieron mi espalda al tiempo que yo me acomodaba sobre ella, sus piernas se abrieron para permitirme una mejor posición, y a la pasión de un acalorado beso mis manos recorrieron su piel sin dejar un sólo centimetro si explorar, pase mi lengua de sus labios a su cuello, de su cuello a sus hombros, ella me abrazaba con fuerza, como queriendo fundirme con su ser; nos giramos por iniciativa de ella, ahora ella sobre mi dominando el juego erótico, aprovecho para besar cada rincón de mi rostro, me quitó la playera y me chupo el cuello marcandomelo, deslizó su juguetona lengua por mi pecho, pasando por mi abdomen, plano como una mesa de billar, desabrocho mi pantalón y jugueteó con mi boxer un rato antes de sostener el elástico con sus dientes y mover el boxer apenas lo suficiente para que mi falo, (de 6.5 pulgadas, lo normal, no como las vergas de todos los exagerados que suelen escribir en estas paginas y que se las miden en pulgadas de 1.5 cms) se asomara ante los ansiosos labios de una chica sedienta de semen. Con sus delicadas manos la toma con seguridad, retira el prepucio y lame timida al principio, disfrutando del momento, deleitándose con el olor a sexo que en ese momento invadía toda la habitación, poco a poco la va introduciendo en su boca, permitiéndome experimentar el calor de su lengua jugosa y juguetona, y a cada sorbo, a cada movimiento, me delitaba con un leve mordisco, con una ligera succión hasta que, incapaz de resistir, deje correr al travéz de su garganta el ácido elixir de mi ser que ella saboreó hasta la última gota.
Hecho esto, bajo sus bragas y tomando mi falo aún erecto entre sus manos lo condujo hasta el umbral de su virginidad, y dejándose caer sobre él, cabalgó sobre el ímpetu de mi virilidad hasta que el cansancio la derrotó y exahusta pero satisfecha, se recostó a mi lado quedando sumida en el más profundo y reparador sueño.
Pero esta es sólo la mitad de la historia, ya que siendo yo un adicto al sexo y todavía cachondo, me levanté con sigilo, me puse el pantalón y salí de la pieza silenciosamente. Admito que pasó por mi mente la idea de irme al cuarto de mi otro hermado y dejarme seducir por el sueño, mas antes de fallarle a mi hombría, decidí darme una vuelta por mi cuarto a ver que me deparaba el destino...
... Al entrar en mi pieza, mi ex, que había dejado la puerta entre abierta, se encontraba felizmente dormidasobre un costado, dándome la espalda, craso error, ¿o no?, me quiteé pues el pantalón y desnudo me acosté a su lado y la abracé, la besé delicadamente en el cuello, y ella dándose la vuelta, me sonrrió y ,me dijo: "pensé que nunca ibas a venir". No sé si se habrá percatado del tiempo transcurrido pero cuando la besé nuevamente, ahora en los labios, deslizo su lengua hacia el interior de mi boca, con tanta pasión como la primera vez, sus brazos rodearon mi cuerpo desnudo, acarició mi espalda, mis nalgas, mis muslos, mis costados, y en un giro rápido y preciso, se recostó sobre mi y comenzó a besar todo mi cuerpo, comenzando por el pecho, el cuello, los hombros, bajando luego al abdomen que tanto la arrebata. Mientras yo, tomando la ventaja de estar debajo de ella, la fui despojando de su envoltura para dejar expuesta ante mí la belleza de ese cuerpo voluptuoso, en todo su esplendor, en toda su dimensión, en toda su elegancia, y al tiempo que la magnificencia de sus senos brotaban a la luz del alba que ya se colaba por la ventana, y sus muslos firmes y esbeltos se acomodaban a ambos lados de mi cuerpo, su lengua caliente y húmeda se introducía nuevamente en mi boca, preparando el momento que breves instantes después daría paso al principio del fin, el momento en que mi muy normal falo se abriera paso al travéz de su coño, recién depilado, preparado con antelación para generar los más intensos orgasmos, preparado con antelación para hacer vibrar el cuerpo de un hombre, de un gallo de pelea dispuesto a matar y a morir por una noche de sexo brutal y desenfrenado y, llegado el momento de la verdad, mi falo se introduce lentamente en la vagina de aquella hembra monumental, y me deja sentir como el calor de la hembra se disipa, mezclandose con el mío propio, lentamente, hasta que, la punta de mi glande habiendo surcado la distancia, hundiendose profundamente en la cálida humadad de aquella cueva milagrosa, encuentra una barrera, la frontera final, el éxtasis de la penetración, y tras repetidos, extenuantes e infructuosos intentos por seguir avanzando alcanza el climax, al tiempo que lo alcanza también la hembra, y hombre y mujer, nos sumergimos en el máximo placer, la culminación del deseo satisfecho, en un orgasmo simultáneo, que invade rapidamente nuestros cuerpos, nuestras almas y nuestras mentes, un orgasmo simultáneo en el que nuestros fluidos se mezclan volviéndose uno, volviéndonos a ambos un sólo ser, un sólo cuerpo, una sola alma...
... A la mañana siguiente, ninguna de las dos comentó nada de lo sucedido, mi ex no quería quedar ante su amiga como la mujer débil que cede ante los encantos de un macho viril. Y la amiga feita, no quería quedar ante mi ex como la perra que se coje a un desconocido la noche que le conoció.
A ambas las lleve a sus respectivas casas y poco nos vimos después.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces